Control químico de jarillas (Larrea sp.) en alambrados

Abstract

Para minimizar el riesgo de incendio y la consecuente pérdida de alambrados es de suma importancia el control de malezas leñosas que crecen en los mismos. En el presente trabajo se propuso determinar cuáles de los siguientes factores: época de aplicación, tipo de herbicida, especie de jarilla y tamaño de las plantas es de mayor relevancia para lograr altos porcentajes de control utilizando herbicidas. Las aplicaciones fueron realizadas sobre Jarillas (Larrea spp) de distintos tamaños que crecían debajo de un alambrado convencional de 6 hilos. Ei equipo pulverizador utilizado fue una mochila pulverizadora manual a palanca. Luego de las aplicaciones se realizaron observaciones para determinar el grado de control o defoliación que presentaron las plantas y su evolución, a intervalos de un mes aproximadamente. Ei grado de control se transformó en porcentaje de control para efectuar comparaciones. En la primer época de aplicación (fines de Diciembre) se obtuvieron diferencias muy importantes en el control con Picloram + Triclopir en comparación con Glifosato y no resultó de importancia el tamaño de las piantas. En la segunda época de aplicación (fines de Marzo) fue mejor el control logrado con Picloram + Tríclopiry satisfactorio el que se obtuvo con Glifosato. En cuanto al tamaño de las plantas los máximos controles se lograron en plantas chicas; con el aumento de tamaño los porcentajes de control disminuyeron en mayor medida en los casos en que se utilizó Glifosato. El control logrado en las dos especies de Jarilla consideradas es estadísticamente similar aunque se registra una ligera tendencia a obtener mayores controles en L. divaricata que en L. nitida. Los altos porcentajes de control logrados con Picloram + Triclopir se debieron a que es un arbusticida específico y a que por su tipo de formulación el caldo fue preparado con gasoil que de por sí produce un efecto fitotóxico sobre las plantas asperjadas. La baja eficacia de control de Glifosato en la primer época se atribuyó a que las hojas de las Jarillas se encuentran recubiertas de una capa resinosa que dificulta la absorción de soluciones acuosas como el caldo de Glifosato y favorece el escurrimiento del mismo. También se debe considerar la posibilidad de que la precipitación ocurrida aproximadamente 24 hs después de la primer época de aplicación haya lavado parte del herbicida que hasta entonces había sido interceptado por las hojas pero no absorbido.