6
docentes qué es la ER. Obviamente, la selección y sus criterios están entramados a concepciones
epistemológicas y políticas que estos adhieren. De una u otra manera, allí está (no está) lo que se
convalida (invalida) como ER, porque en la construcción de los currículos los responsables les
otorgan a los contenidos seleccionados el carácter de esencial. La práctica de esencializar es muy
recurrente, porque sirve para definir y definirse.
En las primeras exposiciones y en sus correspondientes intercambios, surgió una idea fuerza
que pone en tensión las fronteras identitarias de los programas de ER. La idea se constituyó
alrededor de una pregunta que cobra sentido en un contexto de profundos cambios sociales,
políticos, económicos, agronómicos: ¿Qué contenidos nuevos deben ser convertidos en esenciales
en los programas de ER?
En primer lugar, Laila Drebes (Brasil) afirma que se están desmantelando los programas de
ER, que en Brasil hay una tendencia a la disminución de su carga horaria. Cuenta que muchas
cátedras tienen una carga horaria de 40 horas y se pregunta ¿cómo se puede enseñar ER en esas
condiciones?
Con esta intervención, aparece el primer problema identitario: las cátedras de ER pueden
desaparecer. El recorte de tiempos y, con ello, de espacios en la enseñanza de la ER es un indicador
de que al menos sus promotores esperan minorizar su papel en la formación de los ingenieros
agrónomos, y de los profesionales afines. Varios docentes de Argentina plantearon la misma
preocupación.
Con la sospecha de un posible desmantelamiento de las cátedras de ER, cobra sentido la
siguiente pregunta ¿por qué las agencias que administran los contenidos mínimos pretenden
recortar los de ER? Será porque los consideran innecesarios o porque los conciben como un
obstáculo en la “difusión” del modelo agropecuario que esperan legitimar con la formación que
diseñan.
Para Virginia Rosa (UdelaR) los cambios curriculares en ER son necesarios porque el desafío
es crear y enseñar lo colectivo en un contexto de individualización. Por ello, recomienda trabajar
con los conflictos e incorporar como contenidos, entre otros, la innovación, el pensamiento
complejo, el asociativismo, la investigación acción participativa, la empatía, la autocrítica y el
juego.
Julieta Lazzari (UNR), Nadia Taranda (UNCo), Tamara Paredes (UNCo) y Andrés Nieto
(UNCuyo), con mayor o menor intensidad, sugieren incorporar los siguientes ejes temáticos.
• Perspectiva de género, para no naturalizar los roles y las desigualdades de género en la
producción agropecuaria.
• Los debates actuales en torno a los efectos de la producción agropecuaria en el medio
ambiente.
• Los grises que van de la agroecología al agronegocio.
• La agroecología como propuesta técnica/teórica de la Extensión Crítica.
La posibilidad de incorporar nuevos contenidos dejó dos cuestiones que seguramente
atravesarán las reflexiones futuras sobre los programas de ER.
a) Proclamar ante las agencias decisoras la relevancia de la disciplina en la formación de los
ingenieros agrónomos.
b) Ampliar la frontera cognitiva de la ER como espacio curricular.
Esta última cuestión, generó disputas muy interesantes. Algunos docentes consideran que los
nuevos temas pueden atentar con la histórica delimitación del campo de estudio de la ER.
Todas las fronteras tienen poros, grietas, huecos. Por allí circulan sentidos y prácticas que
hibridan lo que se quiere esencializar. Esto no se puede evitar. Menos cuando se trata de ER,
Mendoza, M.
SEMIÁRIDA, Vol. 33, N° 1. Enero-Julio 2023. ISSN 2408-4077 (online), pp. 05-07