RESEÑAS
Graciela Blanco
CEHIR-UNCo/ ISHIR/CONICET
Este libro, producto directo del encuentro realizado en el marco de las II
Jornadas Interdisciplinarias de Investigaciones Regionales. Enfoques para
la historia, realizadas en Mendoza en setiembre de 2011, es también resultado
del trabajo de más largo aliento que los autores, y especialmente el director de
esta obra, vienen realizando de manera sistemática en torno a la problemática
de la tierra, su apropiación y puesta en producción en distintos espacios de la
Argentina.
En ese marco, las políticas públicas que reglaron los procesos de distribución
y apropiación del recurso bajo diferentes formas de tenencia; las
características, número y dinámica de las transacciones realizadas –así como
la evolución de los precios en los casos en que aun fragmentariamente esa
información está disponible-, y la conformación de los mercados de la tierra,
constituyen los ejes que, enunciados en el título del libro, recorren los trabajos
que en él se incluyen con distinto grado de profundidad. Esto, en el contexto
de un desigual desarrollo historiográfico condicionado por la disponibilidad de
fuentes existentes en cada uno de los espacios trabajados, limitante que claramente
reconocemos quienes investigamos la cuestión de la tierra. Sin duda,
las distancias existentes entre los archivos y fondos documentales disponibles
y preservados por una provincia como Buenos Aires, que muy tempranamente
reconoce la construcción de una agencia estatal y de una trama de saberes
especializados que contribuyeron a ello, respecto de otros espacios con una
organización más tardía y muchas veces menos efectiva en ese sentido, son la
base a partir de la cual se construye el conocimiento sobre este tema y sobre
la que es difícil –no imposible- intentar alcanzar cierto equilibrio en pos de la
construcción de una imagen de conjunto menos parcializada.
Una de las cuestiones centrales que recorren el texto en relación a la
constitución de los mercados de tierras es justamente su tratamiento en plural;
es decir, el reconocimiento de la complejidad de ese proceso y de la coexistencia
de diversos mercados con lógicas diferenciadas aún en la esfera provincial
o regional, así como la tendencia a confluir en un mercado integrado en el
caso de Buenos Aires, donde la mirada de largo plazo hace posible visualizar
esa situación.
En el primer trabajo incluido en el libro, Guillermo Banzato, María
Fernanda Barcos y Valeria D’Agostino unen los resultados ya maduros de sus
investigaciones a otros estudios sobre el mercado de tierras en la campaña
bonaerense en los siglos XVIII y XIX, con el objeto de analizar las particularidades
locales de los mercados rurales y ejidales, al tiempo que reflexionan, en
ese marco, respecto de los métodos y las perspectivas teóricas para abordar la
naturaleza y los mecanismos de funcionamiento del mercado en el período de
la gran transformación. Uno de los planteos centrales del trabajo gira en torno
a la hipótesis –demostrada por Banzato en trabajos anteriores para Chascomús,
Ranchos y Montes- de que para la campaña bonaerense la constitución del
mercado de tierras fue un proceso gradual en el que la oferta de la tierra pública
coexistió con las transacciones privadas en un marco de ampliación de
las fronteras y, por ende, de la oferta de tierras. Esta última no fue inelástica,
según lo observado por los autores, participando en ella tanto el Estado como
los privados. Por otro lado, la demanda fue constante y estuvo influenciada no
sólo por el precio sino también por los costos de transacción. En síntesis, se
demuestra la existencia de varios mercados con lógicas diferenciales para la
provincia de Buenos Aires.
Julio Djenderedjian, por su parte, pone especial atención en las transformaciones
que se producen en torno al acceso a la tierra y a lo que el recurso
significa en los patrimonios rurales de la provincia de Entre Ríos entre 1840 y
1895, en el contexto del desarrollo de las actividades productivas destinadas
a la exportación y de expansión de la frontera hacia tierras ocupadas por indígenas.
A partir del estudio de caso, el autor se interesa especialmente por
el impacto que el nuevo régimen de propiedad implementado en el período
tuvo sobre la distribución de la riqueza inmobiliaria. Sobre la base de la única
posibilidad de expansión hacia áreas productivamente marginales que tuvo la
provincia, analiza el conflictivo proceso generado por la implementación de
las nuevas formas del régimen de tenencia, mostrando cómo el incremento
del valor de la tierra, en un contexto de competencia productiva con otras áreas pampeanas, aumentó la necesidad de inversión de capital y marcó una
tendencia a la fragmentación de las grandes unidades, en tanto las pequeñas
se adaptaron lentamente apoyándose en la mano de obra familiar. El resultado
parece indicar, en principio, una mayor heterogeneidad en la distribución de
la riqueza y la incorporación de más propietarios pequeños.
El trabajo sobre las colonias agrícolas del centro oeste santafesino entre
1860 y 1880 que aborda Juan Luis Martiren, se preocupa por el surgimiento y
evolución del mercado de tierras en el marco de los cambios producidos en la
región con el desarrollo de la colonización agrícola durante la segunda mitad
del siglo XIX, así como la evolución paralela de otro mercado vinculado a las
tierras de pastoreo. El análisis de los registros notariales le permite al autor
contrastar el escaso dinamismo del mercado vinculado a esas últimas superficies
con el comportamiento mucho más activo del mercado ligado al proceso
de colonización en el inicio de su desarrollo. Siguiendo la evolución de los
precios en las colonias originales y en las que surgieron más tarde en el mismo
espacio, es posible observar el notorio y rápido incremento de los precios en
las primeras, luego frenados por la emergencia de las nuevas colonias; todo
ello en el marco del impacto producido en el área por el contexto bélico que
generó la Guerra del Paraguay.
La problemática de la propiedad, en el marco de la expansión territorial
en las fronteras este, sureste y sur de Córdoba para el período 1860-1880, es el
objeto de estudio de Luis Tognetti. El autor cuantifica las tierras que el Estado
provincial incorporó a su dominio a partir del avance sobre las poblaciones indígenas,
su posterior distribución a particulares bajo distintas modalidades y las
operaciones de compraventas entre éstos, a partir de un completo análisis de
la documentación notarial y de los libros de Caja de la serie Hacienda. Como
resultado de ello, demuestra que la enajenación de tierras públicas contribuyó sólo parcialmente al financiamiento del gasto público, así como la tendencia
a un aumento en el cambio de titularidad de la tierra que se constituyó en un
activo líquido cuyo precio tuvo un crecimiento ascendente, además de constituir
un factor esencial en la producción agroexportadora. En menor medida,
se observan procesos de fragmentación de las superficies, centralmente en el área de Río Cuarto, donde la agricultura de exportación no reconocía aún un
desarrollo significativo.
El norte argentino, particularmente la Quebrada de Humahuaca en Jujuy,
es analizada por Cecilia Fandos y Ana Teruel en lo que a la compraventa
de tierra fiscal se refiere, buscando dar cuenta de la interrelación peculiar que
se establece entre las normas que regularon ese proceso, las respuestas de los
actores involucrados y las prácticas de uso y transferencia de la tierra entre
1860 y 1922. En un contexto en el que se desarrollan simultáneamente varios
mercados de tierras, es posible observar la conformación de latifundios a partir
de la venta de tierras fiscales en remate público y las estancias en copropiedad;
así como la tendencia, en la década de 1890, a titularizar las tierras enfitéuticas,
legalizar las estancias en copropiedad y transformar en propietarios a
ocupantes de hecho y nuevos solicitantes, privilegiando la consolidación de la
pequeña propiedad en manos de pobladores del lugar, que convivieron con la
apropiación comunitaria de la tierra y con los latifundios.
Centrada en la frontera Chaco-santiagueña entre 1886 y 1910, María
Cecilia Rossi aborda la relación entre los procesos de transferencia de la tierra
fiscal, el rol de la deuda pública y la intervención de los bancos, en un contexto
en el que los negocios entre particulares estuvieron presentes, particularmente
en el caso del Sindicato para la compra de Tierras Públicas que negoció las superficies
hipotecadas en el área. Un Estado provincial que basó su modernización
y sus procesos económicos en el endeudamiento con el banco provincial
y el banco nacional, al no poder cancelar sus deudas puso en manos de éstos
la propiedad de millones de hectáreas en ese área fronteriza, dando pie a la
conformación de latifundios orientados a la explotación forestal en manos de
grandes empresas.
En un corrimiento espacial hacia el oeste, Andrea Cantarelli analiza el
mercado de tierras agrícolas en el oasis sur de Mendoza al comenzar el siglo
XX, en un proceso que inevitablemente está ligado a la posibilidad del riego
artificial y a la llegada del ferrocarril a la región para el desarrollo de la producción
vitícola. El proceso de valorización de la tierra que se observa para
ese espacio en el período 1903-1914, obedece a la expectativa generada por
las obras de infraestructura que posibilitarían el desarrollo de la vid, antes que
a las mejoras en las parcelas, lo que atrajo a inversores de la elite mendocina,
así como de otras provincias de la región cuyana y del área pampeana, que
aprovecharon el acceso a la información que la red de relaciones en las que
estaban inmersos les proporcionaba.
Finalmente, Roberto Schmit realiza un balance de los diferentes aportes
que contienen los capítulos incluidos en este libro, a partir de tres ejes: el ritmo
y las escalas de los procesos de privatización y puesta en producción de las superficies
en las regiones analizadas; los actores involucrados en esos procesos,
las políticas estatales y la red de relaciones sociales con las que contaron; y el
menos profundizado tema del rendimiento y rentabilidad de la tierra y de las
características productivas para los diferentes espacios.
Aun cuando el tema de la tierra reconoce grados diferenciados de avance,
mostrando todavía muchas aristas por investigar y profundizar, la elaboración
y difusión de obras colectivas como la que se reseña, con claras intenciones
de ampliar los marcos espaciales y temporales y de abordar los casos
en términos comparativos, resulta sin duda un paso adelante en el camino que
pretende construir una imagen más completa y compleja de la problemática
para el conjunto rioplatense. Problemática que, por otra parte y como el mismo
Banzato señala, tiene central relevancia en discusiones presentes en torno a los
procesos productivos, el rol del Estado y los actores involucrados en el manejo
del recurso.