http://dx.doi.org/10.19137/qs.v27i3.7138

Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional

 

Quinto Sol, vol. 27, nº 3, septiembre-diciembre 2023, ISSN 1851-2879, pp. 1-4

RESEÑAS

Enrique Hugo Masés. El mundo de la niñez rural patagónica. Una historia de desigualdad. Prometeo, 2022, 336 páginas.

Carolina Villar Laz

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas/Universidad Nacional del Comahue. Instituto Patagónico de Estudios de Humanidades y Ciencias Sociales

Argentina.

Correo electrónico: villarlazcarolina@gmail.com 

El mundo de la niñez rural patagónica. Una historia de desigualdad, se ubica dentro del campo de estudios de la historia social, y puntualmente, de la historia de las infancias. En efecto, compone una de las temáticas renovadas de la historiografía en las últimas décadas. En este marco, el aporte que confiere resulta indispensable ya que se trata de un trabajo especial acerca de estas infancias en el territorio patagónico, es el resultado progresivo y continuo del trabajo de Enrique Masés. El autor es doctor en Historia por la Universidad de Buenos Aires, investigador del Instituto Patagónico de Estudios de Humanidades y Ciencias Sociales –IPHECS– y profesor consulto de la Universidad Nacional del Comahue. Masés constituye un referente indudable de la historia social y dedica su investigación al mundo del trabajo, la niñez y la sociedad indígena. En ese marco, durante décadas ha fortalecido el campo historiográfico con sus aportes desde la historia social, trabajo por el cual hoy se puede referenciar como el autor que ha logrado historiar el pasado de los niños patagónicos en diversos contextos y a lo largo de los siglos XIX y XX.

Este libro analiza la desigualdad, y ubica este concepto como eje vertebrador y epicentro explicativo a lo largo de sus 336 páginas. Su autor logra iluminar el pasado de estos niños analizando todas las aristas de la desigualdad en la que vivieron. En el prólogo, la dra. Beatriz Gentile resalta que Masés logra articular las “tres condiciones de subalternidad y desigualdad en la Argentina de las primeras décadas del siglo XX: ser niño/niña, crecer en un ámbito rural y vivir en Patagonia” (p. 11). Además, Gentile pondera en esas primeras páginas del libro los principales aportes teóricos e historiográficos por los cuales esta obra se vuelve imperdible para quienes se interesen en la historia social. El concepto de ‘desigualdad’ es retomado y fortalecido en la “Introducción” del libro, a partir de la propuesta del autor para comprender una visión más amplia de “lo rural”, entendido como un contexto sociocultural que define una serie de prácticas comunes y de relaciones sociales particulares; además menciona que los principales objetivos de su investigación consisten en recuperar el devenir del niño rural, desde la “Conquista del desierto” hasta el primer peronismo.

Un elemento de gran relevancia que se ve expresado en la obra refiere a las fuentes históricas, respecto de las cuales se advierte su dificultad tanto en el acceso como en la interpretación historiográfica que de ellas se realice. En este sentido, la primera advertencia del autor al respecto es la falta de fuentes cuantitativas y cualitativas ya que los registros existentes son ambiguos e incompletos, sumado a la distinta clasificación o criterio para registrarlos según su edad. Sobreponiéndose a estas dificultades, las principales fuentes en las que el autor basa la obra consisten en fuentes judiciales, Guías de las Escuelas confeccionadas por el Consejo de Educación y entrevistas personales.

Este libro se divide en 7 capítulos y dos anexos. En el primer capítulo, titulado “El escenario y sus actores”, el autor elabora una minuciosa descripción de la población de los territorios patagónicos durante la primera mitad del siglo XX. Destaca que se trataba de un poblamiento con una fuerte presencia masculina y extranjera, con gran mayoría de sus habitantes ubicados en el área rural. Una cuestión medular en este primer acercamiento a la problemática que atraviesa la obra es el rol central que ocupa la niñez en un escenario socioeconómico de crecimiento y desarrollo de diversas actividades productivas del territorio patagónico recientemente conquistado. En este ámbito particular primaba la falta de mano de obra, entonces, era fundamental el trabajo de los niños tanto en las labores familiares como en los desarrollos productivos.

En el capítulo 2, titulado “La niñez en el ámbito patagónico. Condiciones materiales de vida”, Masés toma en consideración el vínculo establecido entre infancia, ruralidad y trabajo. Se destaca la pesquisa pormenorizada respecto de los ejes salud y educación, allí se evidencia un profundo conocimiento del tema y renueva sus avances con fuentes históricas que lo enriquecen y problematizan. Otro aspecto considerable del capítulo es la complejización que se hace del sujeto histórico, teniendo en cuenta la diversidad de las infancias según su origen, lugar y condición de residencia, identidad étnica y género, entre otros aspectos; de ese modo, contribuye a la ruptura de la idea universal de niño aún muy presente en el campo historiográfico. En este punto, una de las principales hipótesis de la obra consiste en que “en este espacio, la infancia se caracterizaba por constituir un breve período de años en la vida de las personas, por cuanto niños y niñas debían iniciarse tempranamente en el trabajo agrícola-ganadero o doméstico mayoritariamente” (p. 49). Esta temprana iniciación era acompañada por condiciones de vida difíciles en términos materiales, la mayoría de los niños se encontraban en una situación de extrema pobreza que traía consigo enfermedades, hambre y la muerte temprana en numerosas ocasiones.  

En línea con lo mencionado, en los dos capítulos siguientes, “Sensibilidad y tiempo libre de la niñez rural” y “El mundo del trabajo infantil”, el autor profundiza su análisis respecto de la vida cotidiana de estas infancias rurales. Allí, el tiempo libre era un bien casi inexistente para quienes a temprana edad se vinculaban estrechamente con el trabajo, pues, el paso de la niñez a la adultez era increíblemente veloz, tanto para niños como para niñas. En el caso de estas últimas se sumaba la situación –muchas veces no voluntaria– de contraer concubinato o matrimonio, así como la de convertirse en una ama de casa y madre adolescente. Ello implicaba, de forma colateral, el abandono de cualquier actividad lúdica vinculada a la niñez y la asistencia a la escuela, entre otros aspectos. Para reflexionar acerca de la problemática del trabajo infantil, el autor parte de dos consideraciones: la primera refiere al tipo de trabajo que hacía el infante, y diferencia el que se realizaba en el seno familiar al que se hacía en ámbitos externos. La segunda se relaciona a la cuestión de los niños que figuran muchas veces efectuando trabajo en cada ámbito doméstico, no siempre eran los hijos naturales de la familia porque con frecuencia eran huérfanos o entregados por sus familias de origen a causa de las dificultades económicas. Estos infantes cumplían las mismas tareas laborales que los hijos naturales, así, unos y otros se encontraban inmersos en relaciones laborales de índole capitalista, carácter que le permite al autor indagar en las retribuciones y concluir que, a pesar de los vacíos documentales, se evidencia una situación de sobreexplotación a la que se encontraban sometidos. Esta frágil situación se agudizaba por las paupérrimas condiciones laborales a las que se veían sometidos los infantes, siendo víctimas de accidentes, maltratos y enfermedades.

En el capítulo 5, titulado “Cuando los niños se convierten en menores” el autor pone el foco en el carácter de minoridad de estos niños, desde una mirada institucionalizada en tiempos en los que el Estado comenzaba a generar categorías, instituciones, profesionales y métodos para mejorar y encauzar la vida de estos niños víctimas de todo tipo de abusos: laboral, sexual, físico y emocional. En este marco, cabe resaltar que las instituciones dejaron en absoluto desamparo a estas infancias, que con fortuna podían acceder a un techo o una comida, aunque en su mayoría eran desarraigadas de sus familias, relocalizadas una y otra vez en hogares transitorios donde sufrían los peores males. Este tema se profundiza en el capítulo 6 denominado “La inseguridad de la niñez en el mundo rural”. En estas páginas se deja en evidencia, a partir de un minucioso trabajo de fuentes (sobre todo del Archivo de la Justicia Letrada de Neuquén), que el desamparo ocurría tanto fuera como dentro de sus hogares. Aún más, la frágil situación se agudizó entre niñas y adolescentes que eran forzadas comúnmente, en tanto mujeres, a ocupar un lugar moral en la sociedad del cual no podían escapar. Ante esto, el autor concluye que de nada servía la acumulación de evidencias de denuncias y controles de un Estado ausente e ineficiente.

Finalmente, el último capítulo resume las “Reflexiones finales”. Entre ellas, la principal idea que brinda Masés es la reconsideración del infante desde una mirada crítica obtenida de una minuciosa labor historiográfica. Afirma, en consecuencia, que la niñez rural no es más que una etapa muy breve y dura para la enorme mayoría de estos pequeños actores históricos, y que se esfuma velozmente al ser convertidos en fuerza de trabajo. Además, sumado a ello, este breve lapso se vio atravesado por los sufrimientos y penurias más profundas, causadas por el abandono en el que vivían, la miseria, la falta de protección y los abusos comunes a los que eran sometidos por los adultos; constituían, para el autor, una “niñez efímera, insegura y esforzada”.    

El libro cierra con dos anexos: el primero consiste en el relato de un caso histórico que corresponde a un niño habitante del mundo rural; el segundo refiere al registro fotográfico y su apoyo con testimonios de niños estudiantes de la Escuela Granja Ceferino Namuncurá. En ambos casos son testimonios en primera persona de cada uno de los actores y con ellos se trata de revalorizar sus historias de vida, sus experiencias, sus vínculos humanos con las agencias estatales; en síntesis, la poco conocida historia del mundo rural sureño mirada desde sus pequeños habitantes: los niños. Además, con un estilo de escritura atractivo y cautivador, nos sumerge hasta la última página en la empatía y el involucramiento del autor con estos niños que, durante décadas, habitaron, transformaron y agenciaron el mundo rural patagónico.