DOI: http://dx.doi.org/10.19137/qs.v24i2.4595
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Reseñas
Sebastián Alioto, Juan Francisco Jiménez y Daniel Villar, (Comp.) Devastación. Violencia civilizada contra los indios de las llanuras del Plata y del Sur de Chile (Siglos XVI a XIX). Rosario: Prohistoria, 2018, 415 pp.
Silvia Ratto
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Universidad Nacional de Quilmes
Argentina
Correo electrónico: sratto@unq.edu.ar
La historiografía argentina sobre los estudios indígenas y fronterizos puede datar
su completa renovación con respecto a las miradas tradicionales a inicios de la década de
1980. Varios trabajos se han referido a las temáticas y aportes que fueron surgiendo a lo
largo de las décadas siguientes, por lo tanto me limitaré aquí a señalar solo algunos datos
que considero pueden contribuir a una mejor contextualización del libro que se reseña. En
esos primeros momentos, las investigaciones históricas y antropológicas siguieron muy de
cerca los avances que se producían en Chile y confluyeron en revisar el carácter
esencialmente violento de la relación interétnica y, de manera paralela, a redefinir la
frontera como un lugar de encuentro de diversos grupos sociales. En la década siguiente,
las investigaciones comenzaron a tomar como referencia a otros espacios fronterizos y a
incorporar nuevos conceptos y modelos historiográficos, fundamentalmente los
desarrollados en torno a la expansión fronteriza del oeste norteamericano, del norte de
México y la expansión imperialista en África. Sin duda, este período que se prolonga
aproximadamente hasta inicios del siglo XXI, fue el más fructífero en cuanto a la diversidad
de temáticas y de metodologías innovadores utilizadas en la investigación y, asimismo, en
la aparición de revistas centradas casi exclusivamente en la historia indígena y en la
proliferación de espacios de discusión y de mesas temáticas en las jornadas más relevantes
de la disciplina histórica. Destaco como puntos principales de esta etapa, el predominio de
una perspectiva microanalítica en los estudios y los esfuerzos por integrar la historia
indígena a la historia nacional. Ambos puntos se aplicaron fundamentalmente al estudio
de ejes que se complementan: la conformación de liderazgos étnicos mediante el análisis
de las trayectorias de los caciques como experiencias políticas localizadas, y los estudios
puntuales sobre algunos espacios fronterizos que ahondaban en la variedad de relaciones que se anudaban en ellos. Los compiladores de este libro fueron protagonistas, con
distinta intensidad, de este momento de auge e innovación.
Lo que puede observarse desde hace casi una década es una escasa renovación
en los temas trabajados, primando profundizaciones de enfoques ya conocidos. Lo que
puede señalarse como novedad en esta “meseta” historiográfica es el debate en torno a la
pertinencia de utilizar el concepto de genocidio/prácticas genocidas para los procesos de
ocupación del espacio indígena a finales del siglo XIX, restableciéndose de algún modo la
centralidad de la violencia fronteriza para explicar procesos pasados. En general, estos
enfoques se encuentran muy vinculados y son interpelados por los movimientos
indigenistas que están cobrado más visibilidad en la esfera política. La creación en 2004 de
la Red de Investigadores sobre Genocidio y Política Indígena en Argentina en la Facultad
de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires es un reflejo de esta posición y en
ella se nuclean gran parte de los investigadores que sostienen esta postura. El uso
académico del concepto de genocidio está apoyado en una extensa bibliografía producida
por historiadores y sociólogos nucleados en el grupo de Genocide Studies. Recientemente,
dos publicaciones en revistas de amplia circulación reflejan la vitalidad de esta
problemática: un debate en Corpus (2011) y un dossier en Memoria Americana (2019).
Pero el retorno de la violencia como motor explicativo se ha extendido a otros
momentos de la historia argentina y el libro Devastación… da cuenta de ello. Aquí se
presentan quince trabajos –la mayor parte de los cuales son de autoría de los
compiladores y ya habían sido publicados en revistas nacionales e internacionales– que,
tanto en una dimensión teórico-conceptual como mediante estudios de caso, privilegian la
violencia ejercida contra los indígenas por parte de los Estados coloniales y post-coloniales
en las llanuras del Plata y en el sur de Chile entre los siglos XVI y XIX para explicar la
historia de las relaciones interétnicas. De esta forma, el libro aporta, a grandes rasgos, una
visión rica en detalles de las formas que adoptó esta violencia, así como de los factores
que determinaron las mismas, y de los intereses que se hallaron detrás. La estructura del
libro está compuesta por una introducción general y cuatro partes agrupadas en torno a
las formas de violencia ejercida contra los indígenas.
La introducción, escrita por los tres compiladores, constituirá sin lugar a dudas un
texto de consulta obligatoria para los especialistas en el tema. La profusión de bibliografía
utilizada para componer este trabajo –una característica a la que nos tienen
acostumbrados los autores–, relevan los diferentes abordajes historiográficos y los
conceptos empleados en torno a las “políticas de violencia” de los Estados coloniales y
post-coloniales contra los indígenas en distintos períodos y lugares. Entre esos conceptos
ocupa un lugar preeminente el de genocidio –y sus derivados: prácticas genocidas, pulsos
genocidas, entre otros–, al que someterán a análisis para probar su pertinencia en el
estudio de los procesos históricos tratados en el libro. Vale destacar que las cuatro
secciones siguen los distintos tipos de acciones consumadas en el marco de las prácticas
genocidas: masacres, asesinatos de no combatientes, repartos de sobrevivientes y
desintegración de comunidades.
La primera parte –Masacres y políticas violentas contra los indígenas– reúne siete
estudios de caso que describen las masacres de combatientes y no combatientes, así
como, en menor medida, de sus recurrentes corolarios: violaciones en masa,
aprisionamientos y repartos de prisioneros, despojo y reparto de riquezas, vejación de los
cadáveres. Estos trabajos, además de restituir la faz violenta que había sido relegada en los
estudios fronterizos del período anterior, incorporan algunos aspectos trabajados en
aquellos como la complejización de las relaciones interétnicas signada por la participación
de combatientes indígenas en uno y otro lado de los bandos en pugna y las relaciones
entre autoridades hispano-criollas e indígenas no basadas en el conflicto, como las
relaciones comerciales que se entablaron en el Fuerte del Carmen de Río Negro.
La segunda parte –Toma de cautivos, apropiación de niños y reparto de familias–
está integrada por cuatro estudios basados en uno de los más recurrentes destinos de los
indígenas que sobrevivían a una acción represiva: la captura destinada a la colocación de
fuerza de trabajo semi-esclava perteneciente, predominante pero no exclusivamente, a
mujeres y niños. En esta sección, además de los capítulos de los compiladores, se agregan
investigaciones iniciales de Natalia Salerno, Pablo Arias y Joaquín García Insausti. Estos
textos brindan, nuevamente, una detallada descripción de los padecimientos de las
víctimas (sobreexplotación, maltratos físicos, violaciones sexuales y negligencias varias) y
exponen de forma concreta los intereses materiales detrás del violento accionar estatal,
que en este caso se orientan, principalmente, a la apropiación de la fuerza de trabajo
indígena. En torno a estos últimos, aparecen de forma explícita conflictos entre los propios
criollos en los que se enfrentan, por un lado, las autoridades militares y, por el otro, las
damas de la Sociedad de Beneficencia, para decidir el destino último e inmediato de los
indígenas capturados.
La tercera parte –Enfermedades, descuidos y consecuencias– comprende dos
estudios de caso centrados en el efecto que provocaron las negligencias en las políticas
sanitarias y de confinamiento en un contexto de aumento de los brotes de viruela. Estos
capítulos exponen de forma muy concreta cómo la reclusión de una elevada cantidad de
prisioneros, en espacios reducidos y escasamente higienizados, contribuía a crear las
condiciones propicias para la aparición y multiplicación de las infecciones por viruela. Las
investigaciones demuestran cómo la desidia en el tratamiento de la enfermedad potenció
su expansión y disminuyó drásticamente las posibilidades de curación de los enfermos, a
pesar de la existencia de estrictas y difundidas órdenes reales tendientes a evitar dichas
situaciones. A este accionar indolente se contrapone la manera indígena de prevenir el
contagio y tratar a los enfermos, que consiste básicamente en el cuidado regular y en el
aislamiento de los afectados, una medida que no se llevó a cabo.
Finalmente, la cuarta parte –Desnaturalizaciones y rebeliones– consta de dos
estudios de caso sobre uno de los destinos más temidos por los indígenas capturados: la
desnaturalización. En este procedimiento, la gravedad que comportaba este “castigo” para
las personas es ilustrada tanto a través de la alusión documental al miedo que producía
entre sus potenciales víctimas como por la exposición de las temerarias reacciones
indígenas ante la amenaza o la concreción del mismo, que llegó a adoptar la forma de
rebeliones y motines. En este apartado, queda expuesta de forma colateral la capacidad
indígena para poner a prueba los instrumentos represivos de las colonias, que debían estar
muy bien preparados para afrontar una posible amenaza de rebelión.
En su conjunto, la compilación aporta a un debate muy actual que reinstala el tema de la
violencia –con una profundidad historiográfica y un uso perspicaz de fuentes
documentales– en la historia de los contactos con los pueblos indígenas. Además de los
méritos del libro que han sido reseñados, esta fue la última publicación de Daniel Villar.
Todos los que lo conocimos, encontramos en Daniel a un colega/profesor/director atento
y solidario, que tenía en un alto grado de estima el trabajo en equipo y la formación de
jóvenes investigadores. Esta compilación es un reflejo de todo esto. Su inesperada partida
nos conmovió profundamente; no obstante, nos quedan sus trabajos para recordarlo.
Referencias bibliográficas
1. AAVV. (2011). Debate. Genocidio y política indigenista: debates sobre la potencia explicativa de una categoría polémica. Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, 1(2). Recuperado de https://journals.openedition.org/corpusarchivos/887.
2. AAVV. (2019). Dossier. A 70 años de la Convención para la Prevención y la Sanción del delito de Genocidio (CONUG): actualización del debate en torno al genocidio de los pueblos indígenas. Memoria Americana. Cuadernos de Etnohistoria, 27 (2). Recuperado de http://revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/MA/issue/view/501.