http://dx.doi.org/10.19137/qs1158
RESEÑAS
Luna Sofía Dobal1
Este nuevo aporte historiográfico coordinado por Mónica Ghirardi reúne un
conjunto de valiosos trabajos de reconocidos investigadores, quienes abordan
como temática de interés las múltiples aristas del territorio de la vida cotidiana
desde una perspectiva de larga duración que recorre la vida colonial hasta
la Argentina contemporánea. Así, diferentes territorios y temporalidades se
cruzan en este libro para aportar una compleja variedad de miradas y análisis
desde perspectivas metodológicas y teóricas diversas que enriquecen el campo
de estudio de esta problemática y de nuestra disciplina en general. Con una
lograda articulación, las seis secciones que conforman la totalidad del texto
consiguen que las temáticas de cada artículo “dialoguen” entre sí, permitiendo
que los lectores, al tiempo que se acercan a aspectos novedosos de esa minuciosa
reconstrucción histórica, puedan reflexionar de modo ameno y creativo
al punto de “viajar en la lectura” de cada aspecto que surcó lo cotidiano.
La primera sección titulada: Familia de elite, mujeres, sangre y patrimonios reúne dos trabajos, el de Ana María Presta y el de Marcelo Gershani Oviedo,
quienes nos aproximan a la vida cotidiana de dos protagonistas mujeres
que tuvieron su experiencia de vida en distintos tiempos y espacios. Juana (que
vivió en Charcas en el siglo XVI) y María Alejandra (que vivió en Catamarca
en la segunda mitad del siglo XIX) quedaron ambas situadas en el seno de
conflictos intrafamiliares por la disputa de las herencias. Lugares distintos y
temporalidades diferentes muestran cómo las relaciones familiares se hallaban
inmersas en un entramado social y cultural que forjaba roles y que establecía
regulaciones de las cuales varones y mujeres no se podían desprender. El peso
de la tradición del mandato patriarcal y de las relaciones de género con sus
consecuentes dependencias no daba lugar a la libre decisión.
En la segunda sección: Guerra, poderes, instituciones y política, el entramado
social estudiado por cada autor ilustra una red de relaciones que se
entreteje al compás de diversas acciones que componen la vida cotidiana. Por
un lado, Federico Sartori expresa cómo las “insignias de poder” fueron utilizadas
por los comisarios de la Córdoba del 1600, bajo la matriz de las costumbres
y organización del sistema de la inquisición e impregnaron de simbolismo
el accionar cotidiano. Por su parte, el artículo de Elsa Caula muestra cómo se
armó una red de familias en la que se yuxtaponía lo político, lo diplomático
y la lealtad al Rey Fernando VII, condicionando las labores diarias y los roles
sociales en la época de las revoluciones.
Las fuentes analizadas en la tercera sección: Esclavos, indios y enfermos
de los sectores populares en la cotidianidad colonial, como en general a lo
largo del libro, nos acercan a personajes de la historia que antes habían sido
olvidados o aguardaban en la oscuridad de los archivos para ser descubiertos.
María Laura Salinas estudia la vida cotidiana en un pueblo de indios durante el
siglo XVII en Alto Paraná y Paraguay, su análisis permite vislumbrar las transformaciones
y las permanencias de prácticas y hábitos en la fusión cultural. Kris
Lane analiza el impacto que tuvo la Casa de la Moneda en la vida cotidiana
de los esclavos de las minas de plata durante el siglo XVII. En ambos artículos
se puede observar un intercambio entre viejas y nuevas costumbres, dando
luz a una vida cotidiana transformada y apropiada por los propios sujetos en
diálogo con su contexto histórico. En tanto, Jovita María Novillo estudia la vida
de un esclavo a fines del siglo XVIII, las fugas en busca de su anhelada libertad
y las estrategias que fue adoptando para poder alcanzarla. Por último, Mónica
Ghirardi y Liliana Pizzo nos introducen en una investigación muy detallada
referida a las complicaciones de la vida cotidiana en Córdoba (1762-1775), a
través del análisis de los registros que dejaron los frailes betlemitas sobre las
enfermedades, las atenciones y labores que realizaban en esos años; asi mismo,
las autoras nos muestran las diferencias en las atenciones recibidas en cuestiones
como la edad, el género y el grupo social de pertenencia, entre otras.
En la cuarta sección: Sociedad, población, estrategias familiares y prácticas
de movilidad. Siglo XVIII y primera mitad del Siglo XIX y Segunda mitad
del Siglo XIX y Siglo XX (en dos apartados), nos encontramos con los trabajos de
Dora Celton, Claudio Küffer y Sonia Colantonio, quienes en conjunto indagan
las formas de control político que se dieron durante la creación del virreinato
del Río de la Plata. A partir del análisis se identifican algunas transformaciones
en la sociedad de Tulumba donde los negros ensayaron una serie de acciones
y estrategias a través del mestizaje, el blanqueamiento y la movilidad social,
apelando como recurso a las uniones matrimoniales. Tal como se plantea en el
trabajo, esa movilidad generada por el mestizaje social puede ser comprendida
y percibida como un “desorden social” y una transgresión respecto del control
político propio de la organización del virreinato. En cuanto al texto de Gloria
López Nones, la autora realiza un estudio sobre la sociedad mendocina tardocolonial
y Patricia Sánchez analiza los espacios de sociabilidad tanto públicos
como privados en San Juan de la Frontera durante la primera mitad siglo XIX;
ambos artículos tratan de vislumbrar las diferentes prácticas sociales que se
llevaron a cabo en el cotidiano tantos en espacios públicos y privados.
En el segundo apartado, Bibiana Andreucci muestra cómo se realizó la
fundación de la ciudad de Chivilcoy (1854) y las permanencias y transformaciones
que se dieron en lo que fue la expansión de la frontera bonaerense en
la primera mitad del siglo XIX. En cuanto Juan Pablo Ferreiro, indaga cómo los
apellidos son una ilustración de las redes sociales y de vínculos parentales y
de compadrazgo que se fueron dando en el oriente jujeño relacionados con la
producción ganadera y agricultora de la zona. El trabajo de José Luis Moreno
plantea la convivencia de dos mundos, de dos culturas a partir del análisis del
caso de una familia de inmigrantes italianos y el envío de remesas al país de
origen. Con eficacia el autor consigue articular el enfoque macroeconómico
con una visión “micro histórica”.
En la quinta sección: Lo cultural y lo simbólico en las prácticas y espacios
de lo cotidiano se examinan las transformaciones del espacio y las adaptaciones
al mismo en las prácticas y acciones diarias. Ya sea en los espacios públicos
o privados, cada uno va estableciendo lógicas de comportamiento o ellas
son las que en otras situaciones van apropiándose de los espacios, llenándolos
de sentidos. La investigación que Cecilia Moreyra desarrolla en su artículo da
cuenta de las transformaciones que se dan en los espacios y en el mobiliario
y el modo en que eso impacta y modifica o no los hábitos y costumbres de la
vida cotidiana. Por su parte, el aporte Paula Bontempo analiza cómo la lectura
fue un hábito que se fue incorporando y cooptando espacios y tiempo en la
vida de las personas; muestra con solidez que el placer por la lectura más que
ser una experiencia planificada y estructurada fue un tipo de práctica de los
ratos libres que se realizaba al viajar o trasladarse.
En la sexta y última sección: Militancias, políticas y sexualidad confluyen
ideas distintas sobre la década de los sesenta. Diferentes miradas y prácticas
dieron formas a ámbitos cotidianos divergentes en un mismo contexto histórico.
Desde la pasión, los lazos afectivos y la experiencia sexual en la militancia
guerrillera de izquierda, presentada en el artículo de Isabella Cosse, a los discursos
del movimiento familiar cristiano cordobés que perseguía los ideales de
familia heterosexual y monógama, cuidadosa y base de la enseñanza de una
sexualidad adaptada a la moral cristiana presentados por Sara Moyano.
Como reflexión final, este libro abre un abanico de experiencias y nutre
profundamente a quien se sumerge en la lectura de la vida cotidiana. Los territorios
aquí se hallan señalados no sólo por un espacio geográfico concreto,
sino que se vuelven una construcción cuasi dialéctica con las prácticas diarias.
Finalmente, cabe destacar que la incorporación de gráficos, estadísticas, citas
de las fuentes e imágenes que hicieron los autores posibilitan una mejor comprensión
y una invitación a reflexionar sobre la riqueza y la potencialidad de
esas investigaciones que nos aproximan a los “territorios de la vida cotidiana”.
Notas
1 Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Argentina. Correo electrónico: lunadobal@gmail.com.