DOI: http://dx.doi.org/10.19137/pys-2020-270102
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ARTÍCULOS
Expectations and determinants factors on the return migration of Argentine scientists from the United States
Resumen: Este artículo indaga -mediante una estrategia cualitativa- los motivos para retornar a Argentina, luego de haber realizado un doctorado y/o posdoctorado en ciencias exactas y naturales en Estados Unidos (EE.UU.). El análisis destaca la proyección de los sujetos a largo plazo, el peso de los lazos cercanos y la posibilidad de conseguir un puesto estable con seguridad social e independencia científica; también expone las tensiones emergentes y la importancia de la circulación e internacionalización de la carrera. Las conclusiones sistematizan los hallazgos y los discuten a la luz de la teoría.
Palabras clave: Movilidad estudiantil; Migración calificada; Retorno; Ciencia
Abstract: This paper aims to investigate -through qualitative strategy- the reasons professionals have for returning to Argentina, after having completed a doctorate and / or postdoctoral fellowship in hard sciences in the United States. The analysis highlights people’s long-term projection, the weight of close ties and the possibility of obtaining a stable academic position including social security benefits and scientific independence. It also discloses emerging tensions and the importance of circulation and internationalization of careers. The final reflections systematize the findings, which are discussed according to the theory.
Keywords: Student mobility; Qualified migration; Return; Science
Este artículo se propone indagar los motivos, incentivos, mecanismos y condiciones habilitantes de adultos (entre 34 y 55 años), formados en ciencias exactas y naturales para retornar a Argentina, luego de haber realizado un doctorado y/o posdoctorado en EE.UU. En la primera sección se delinea el marco teórico y un breve recorrido, desde una perspectiva holística, sobre las discusiones académicas acerca de la movilidad a nivel de educación superior como así también sobre el retorno. La sección metodológica justifica la utilización de un enfoque cualitativo, destinado a comprender su sentido subjetivo e identificar las lógicas detrás de los movimientos.
La movilidad y migración calificada viene aumentando en todas las regiones desde las últimas décadas y de manera más pronunciada en América Latina y el Caribe. Tendencia que incluye el aumento de la participación de las mujeres y la concentración en ciertos destinos (Lozano Ascencio & Gandini, 2011). Pese a las limitaciones de las fuentes secundarias de datos y el carácter aproximado de las estimaciones (Albornoz, 2002; Luchilo, 2010),2 los flujos de argentinos vienen creciendo desde 2001, incluyendo a hombres y mujeres en proporciones similares. Por ejemplo, se calcula que entre 2010 y 2011 la población de emigrantes con un alto nivel de educación superó a las 200.000 personas (OCDE, 2013).
Las áreas de conocimiento fueron seleccionadas porque el 31% de los investigadores repatriados proviene de las ciencias naturales y exactas y el 37% de salud y biológicas (DNRI-MINCYT, 2011). Ambos porcentajes constituyen una clara mayoría. La preminencia de estas formaciones resulta comprensible si se considera la alta demanda de sus graduados, derivada de la escasa oferta nativa en muchos países desarrollados.
Además, del total de investigadores que trabajan en instituciones argentinas -pertenecientes al área de exactas y naturales-, el 31,5% realizó su posdoctorado en EE.UU., luego de haberse doctorado en Argentina. Esta posición de liderazgo norteamericana es seguida de manera distante por España; Alemania; y Francia. El 59,5% de los que realizaron su doctorado en EE.UU. también se quedó para realizar el/los posdoctorados. Las instituciones se caracterizan por su prestigio y reconocimiento en el campo científico internacional y nacional. A nivel general, sobresalen -en orden decreciente: University of California, National Institutes of Health (NIH), Massachusetts Institute of Technology (MIT), Columbia University y Cornell University (Luchilo, Moreno & D’Onofrio, 2019).
Aunque la magnitud de estos flujos se encuentra en ascenso, este trabajo pretende trascender este tipo de descripciones y aportar evidencia empírica sustantiva que rescate la voz de los protagonistas para comprender los factores operantes del retorno y su articulación con las lógicas académicas. Los capítulos analíticos presentan los principales hallazgos encontrados. En el primero se trazan las dimensiones para entender el regreso; señalando que suele ser parte del proyecto migratorio. También se analiza cómo la experiencia en EE.UU. moldea los motivos para regresar y se abordan los factores que inciden en su concreción. En el segundo capítulo se expone al retorno como un fenómeno complejo, que no se reduce a la llegada de los sujetos al país de origen. Se plantean las tensiones y los desafíos que se les presentan a los retornados, principalmente con los colegas que permanecieron en Argentina. Además, se evidencia que la movilidad y el regreso refuerzan la circulación y favorecen la internacionalización de sus carreras.
En las reflexiones finales se sistematizan los hallazgos y se los discute en función de la tipología presentada en el marco teórico. Se remarca en las múltiples dimensiones del retorno; entremezclándose el plan original (en caso de haberlo tenido), los resultados alcanzados en el exterior, las razones para volver, los movimientos intermedios y los futuros. Este artículo plantea que los regresos fueron generalmente planeados, tuvieron objetivos ambiciosos, buscaron una reinserción en el país de origen, incluyeron previamente retornos ocasionales y el sostenimiento del intercambio profesional con movilidad internacional de los retornados. Por último, se sugieren nuevas líneas de investigación a partir del análisis.
a. La movilidad a nivel de educación superior, una faceta predominante de la migración calificada
La movilidad de estudiantes de nivel superior, destinada principalmente a nivel de posgrado, constituye la faceta predominante, un flujo específico o un eslabón de la migración calificada (Pellegrino & Calvo, 2001; Altbach, Knight & Godinas, 2006; Luchilo, 2006, 2013; Koolhaas et al., 2013). Estos movimientos, en principio de carácter temporal, comprenden una masa potencial de trabajadores calificados, y pueden impactar la capacidad de desarrollo social, tecnológico y económico del país de origen. Entre sus efectos beneficiosos se destaca la posibilidad de que los futuros científicos y profesionales reciban una educación de alta calidad donde se congregan las universidades más reconocidas del mundo. Como contracara, esta movilidad suele ser el paso previo a la residencia definitiva en el exterior (Luchilo, 2006; García de Fanelli, 2009; Bermúdez Rico, 2015; entre otros).
Para los países de mayor poder, este flujo resulta fundamental para promover y consolidar sistemas e instituciones, y no puede ser desligado de la demanda interna decreciente de los estudios de doctorado. El reclutamiento de estudiantes extranjeros permite a las universidades, entre otras cuestiones, mantener la calidad de sus programas, enseñanza e investigación. Esta población -a menudo con algún tipo de financiación- ha sido una fuente casi inagotable de candidatos competitivos con tasas de graduación más altas y en menos tiempo (Bhagwati & Rao, 1996; Luchilo, 2006; Balán, 2009). Además, cuando la demanda del mercado académico no llega a absorberlos, los extranjeros son empujados a posiciones en la industria o a regresar a sus países de origen (Geiger en Balán, 2009: 82).
Más allá de los planes iniciales de los sujetos, el estudio en el exterior representa un período de prueba, tanto para el individuo como para el país receptor, sobre la posibilidad del migrante de establecerse en su territorio. También les permite conocer las posibilidades profesionales, condiciones laborales, estilo de vida y cultura del otro país. Información fundamental para evaluar sus planes; incluyendo la posibilidad de permanecer, retornar o volver a migrar. Mientras tanto ellos también van adquiriendo competencias lingüísticas, normas de comportamiento y una disciplina de trabajo acorde con las expectativas de su destino. A diferencia de lo que ocurrió durante mucho tiempo, esta experiencia dejó de ser excepcional, restringida a miembros de las clases altas o de elevado rendimiento educativo, volviéndose más accesible y diversa, especialmente, dentro de las disciplinas más demandadas (Luchilo, 2006; 2013).
b. El retorno, un fenómeno menos investigado
El retorno representa un aspecto menos trabajado dentro de los estudios migratorios. Vacancia que sedimenta una mirada más unidireccional y estática al destacar el camino de ida y desatender las experiencias de quienes regresan. No obstante, parte importante de los emigrados procura -en algún momento- retornar a su país o considera a la vuelta como parte de su proyecto. El retorno representa un fenómeno relevante porque: i) constituye un eslabón de las cadenas migratorias;3 ii) puede formar parte de movimientos laborales; iii) adquiere relevancia política porque, incluso cuando es voluntario, puede reflejar problemas estructurales (alto desempleo, etc.); iv) manifiesta la importancia de los lazos primarios, etc. Asimismo, el regreso conecta personas, capitales y, particularmente, sociedades desiguales (Glick-Schiller en Herrera & Pérez Martínez, 2015: 224) y es un proceso que involucra a las familias, producto de negociaciones entre sus miembros (Herrera & Pérez Martínez, 2015). Según Nieto (2011), las principales categorías para su estudio son: i) el cumplimiento de los objetivos económicos, ii) los factores sociales, iii) el ciclo de vida y familiar, iv) las condiciones de contexto y v) el capital cultural y social4 previo a la migración.
Antes de presentar los trabajos más frecuentemente citados, conviene destacar que numerosos estudios elaboraron tipologías para diferenciar tipos de retornos y/o de retornados. Por su preeminencia en la literatura, a continuación, se presenta el cuadro 1 para facilitar la lectura de los principales postulados y las comparaciones transversales.
En la década de 1960, Richmond (1968) investigó a inmigrantes retornados mediante una estrategia cualitativa, y elaboró una tipología que distingue a: i) cuasi-migrantes, los que originalmente planearon retornar a su país de origen; ii) repatriados permanentes, los que intentaron en un principio establecerse de forma permanente en el país de destino, pero esperan regresar a su tierra natal y iii) migrantes transitorios, los que muestran una propensión a moverse entre dos o más países sin generar raíces estables.
Cuadro 1: Sistematización de las tipologías en torno al retorno
Fuente: Elaboración propia sobre la base de la revisión bibliográfica realizada.
Si bien el interés sobre la materia continuó sin ser muy elevado en las décadas de 1970 y 1980, el cuerpo de investigaciones fue ampliándose. Un estudio muy citado es el de Cerase (1974), quien construyó una tipología de formas de retorno según la adaptación en el país de destino. El retorno de fracaso señala a quienes no consiguieron los objetivos planteados y que, al no superar las dificultades, regresan. El retorno conservador, concebido como parte del proyecto, alude a quienes se quedan y alcanzan una tolerable posición económica, pero mantienen sus hábitos y, una vez que acumulan ahorros suficientes, vuelven a su país, incrementando su status y reforzando la estructura social pre-existente, causa de su propia ida. Otros -tras haber alcanzado una buena posición económica y podido adaptarse culturalmente- nunca logran integrarse completamente. Situación que conduce a tres posibilidades: i) quedarse en el país de destino esperando que sus hijos consigan una completa paridad; sin producirse el retorno; ii) maximizar sus ganancias y, una vez que estén al fin de su vida laboral activa, emprender un retorno por jubilación y iii) retornar a su país de origen con ambiciones y espíritu emprendedor. Este último movimiento es señalado como retorno de innovación porque los involucrados utilizan los medios y las capacidades adquiridas en el exterior para lograr objetivos que, de lo contrario, hubieran sido inviables. Al querer alcanzarlos, pueden notar actitudes opositoras o de desconfianza por parte de la élite local.
King (1978) estableció diferentes trayectorias espaciales de migrantes y construyó una tipología de: i) retornos ocasionales que se dan por poco tiempo o vacaciones, visitas familiares, etc.; ii) periódicos que se producen frecuentemente entre trabajadores de frontera; iii) estacionales, sujetos a la propia naturaleza de los trabajos de los migrantes; iv) temporarios que ocurren por motivos personales o laborales (fin de un contrato, etc.) con la intención de volver a emigrar en el corto plazo y v) los permanentes que refieren a quienes no pretenden vivir nuevamente en el exterior. Estos regresos, a su vez, pueden ser subdivididos en retornos forzados, planeados o espontáneos.
La publicación de Return Migration de Gmelch (1980) representa un hito en la temática y sostiene que uno de los principales problemas de las tipologías expuestas reside en que la mayoría de los migrantes no suelen tener planes definitivos y que, en realidad, van analizando la posibilidad de retornar, y el momento de hacerlo, según las oportunidades que van presentándoles. También cuestiona la dicotomía éxito/ fracaso porque gran parte de ellos no pueden ser asociados a claros fracasos ni a grandes historias de éxito. Tampoco todos son actores de cambio porque la capacidad de transformación y acción está condicionada por el tipo de migración realizado, las redes sociales al momento de migrar, el tiempo de estadía en el exterior y las habilidades acumuladas en el extranjero (Cassarino, 2004). Este trabajo también problematiza la idea de adaptación. Si bien muchos regresan porque no logran adaptarse en el exterior, cuando vuelven pueden enfrentarse con múltiples situaciones problemáticas (Gmelch, 1980). A partir de la década de 1990, las investigaciones presentan una mayor diversidad espacial y temática, y abordan nuevas preocupaciones.
Respecto al retorno calificado, la investigación de Glaser & Habers (en Gaillard & Gaillard, 1998: 26) sobre profesionales de países en desarrollo que, tras haber estudiado en naciones desarrolladas, identifican distintas razones para quedarse o regresar representa un estudio fundacional. Las vinculadas a la permanencia en el exterior refieren al: ingreso, igualdad de empleo y desarrollo profesional. Los motivos asociados al retorno señalan: la familia, los amigos, el sentido patriótico, la discriminación. Ellos también sostienen que: i) los estudiantes que permanecieron en el extranjero intentaron volver a sus países, ii) la mayoría de los estudiantes que regresaron, procuraron permanecer ahí y iii) no necesariamente los estudiantes más brillantes se quedaron en el exterior.
En particular, los trabajos más recientes sobre retorno de académicos refuerzan la importancia de los lazos afectivos y las cuestiones culturales en las motivaciones de los sujetos para regresar. También señalan la injerencia de los factores estructurales, principalmente las características de los sistemas académicos (Gill, 2005) y su capacidad de incorporar a los potenciales retornados en puestos acordes con su nivel de calificación; la importancia de los vínculos profesionales en el país de origen porque habilitan el desarrollo de planes de retorno más concretos y la reproducción de los vínculos internacionales en las siguientes generaciones (Bengochea & Tomassini, 2013), y el reconocimiento de las dificultades asociadas al regreso (Delicado, 2010). Por otra parte, desde una perspectiva economicista, se destaca la maximización de la utilidad de los migrantes en términos de capital humano y financiero (Gaulé, 2011).
Este trabajo implementó una estrategia cualitativa -menos utilizada en estos estudios- para favorecer la comprensión del fenómeno, analizar el sentido subjetivo del proyecto migratorio otorgado por los propios actores, e identificar las lógicas de estos movimientos, vinculadas a los factores estructurales y, más particularmente, a la dinámica del campo5 y sistema científico. La perspectiva cualitativa también es pertinente si se considera que el carácter estratégico de la migración calificada no se circunscribe a la cuantificación de los flujos. Aunque éstos han aumentado en las últimas décadas, siguen siendo una proporción pequeña dentro de los movimientos generales y con una visibilidad mucho más reducida que la de otros tipos de migración. La importancia del fenómeno se basa principalmente en los aspectos vinculados al impacto potencial de esta población en la producción y difusión de conocimientos, la promoción de procesos innovadores y de desarrollo nacional, etc. (Mármora, 1997). Por su intermedio, este artículo pretende aportar evidencia para comprender el entramado de factores operantes a la hora de emigrar, retornar e integrarse socialmente, y de cómo estos elementos se articulan con las lógicas derivadas del quehacer académico.
La unidad de análisis estuvo constituida por individuos formados en ciencias exactas y/o naturales, ocupados, adultos (entre 34 y 55 años) y residentes en Argentina, luego de haber realizado su doctorado o posdoctorado en EE.UU. Se entiende que quienes partieron para hacer su doctorado y los que se fueron a nivel posdoctoral forman dos grupos que pueden asumir características diferentes. La evidencia demostró que hay ciertos puntos contrastantes y otros donde los discursos se fusionan. Empero, unos movimientos no son necesariamente más largos o multidireccionales que otros. Si bien se tomaron hombres y mujeres de distintas edades6 y las etarias estuvieron principalmente asociadas a los momentos sociohistóricos del país.
La técnica de recolección fue la entrevista semi-estructurada, orientada mediante una guía de pautas. Se trabajó con una muestra intencional porque los casos fueron seleccionados deliberadamente por su relevancia para la investigación. Los criterios de selección fueron: la edad, la experiencia en el exterior y su respectiva vuelta, el lugar de destino y las áreas de conocimiento. El rango etario fue pensado para incluir a diferentes generaciones que realizaron las estadías analizadas y luego, no necesariamente de manera inmediata, regresaron al país. Otra intención fue la de trabajar con sujetos que estuviesen en una etapa económicamente productiva. Se incluyeron movimientos de ida, efectuados a partir de 1986, hasta regresos concretados en 2013. Este período temporal permitió contrastar cómo los movimientos fueron moldeados por la coyuntura nacional. Se eligió EE.UU. porque constituye el destino histórico de movimientos a nivel de doctorado, particularmente en las áreas de ciencias naturales, y porque sus universidades y centros de investigación son el principal destino para los posdoctorados (Bhagwati & Rao, 1996; Luchilo, 2006; Balán, 2009; García de Fanelli, 2009; Koolhaas, Prieto & Pellegrino, 2013; Luchilo, 2013). Se escogieron las ciencias exactas y naturales por su preeminencia en los flujos calificados y se analizó el retorno por ser un aspecto menos investigado.7
De todos modos, esta muestra estuvo integrada por cuarenta casos, mayoritariamente accedidos mediante el mecanismo de bola de nieve, y condicionada por el criterio de saturación. Se entrevistaron a treinta y cuatro a personas con la experiencia descripta; a otras tres con el mismo nivel educativo, pero con otras trayectorias (uno de ellos no retornó y los restantes migraron hacia otros destinos) para reflexionar sobre los movimientos desde otra perspectiva, y a tres informantes clave, expertos en la materia, con una guía específica. El trabajo de campo comenzó a finales de 2012 con la primera entrevista realizada a un informante clave, pero la mayor parte de los encuentros se concretaron entre mediados de 2014 y 2015. Parte de las entrevistas fueron realizadas personalmente -principalmente en lugares de trabajo o espacios públicos- y otras, por cuestiones de distancia y/o disponibilidad, se hicieron digitalmente a través de Skype. Por lo general, la situación de entrevista se enmarcó en un clima de cordialidad donde se pudo establecer rapport desde un comienzo. Se cree que el tema convocante y el hecho de haber llegado a muchos de los entrevistados a través de sus conocidos fueron dos elementos cruciales en ese sentido. A partir de un diseño flexible, la estrategia de análisis se enfocó en la comparación constante.
El retorno como parte inherente del proyecto migratorio
Antes de profundizar en las razones que impulsan la vuelta, conviene destacar que este artículo incluye tres momentos históricos muy marcados, en concordancia con los hitos sociopolíticos argentinos. Primero, la recuperación democrática, marcada por: i) la vuelta de investigadores y docentes del exterior a las universidades, ii) la intención de revitalizar el espacio tras períodos de vaciamiento y persecución e impulsar una renovación académica y política, etc. Segundo, la década de 1990 y principios del 2000, caracterizada por: i) la amenaza percibida sobre el mantenimiento del complejo académico-científico público, dependiente del apoyo nacional; ii) la situación de desprestigio a nivel político de la actividad científica; iii) la falta de recursos económicos destinados al sistema, plasmado en un bajo otorgamiento de becas y de salarios que, incluso, sufrieron reducciones y que no tenían relación con el nivel de especialización, etc.; y iv) las pocas posibilidades de proyectar una carrera en el sistema nacional. Tercero, los gobiernos kirchneristas asociados con un proceso de recuperación del sector y de la universidad pública. Este período también es valorado por la creciente incorporación del sector dentro de la agenda pública y el presupuesto nacional. La creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT), hoy reconvertido en Secretaría, o la ampliación del presupuesto sectorial fueron ejemplos muy mencionados en la salida a campo. Aumento que se plasmó en: mejores ingresos e infraestructura, mayores posibilidades de conseguir becas, subsidios y/o de ingresar a la carrera de investigador científico.
Por lo general, el regreso fue parte inherente del proyecto migratorio de los individuos, incluso antes de la partida. Por ende, éste no debe ser analizado únicamente en función de la experiencia en el exterior. Quienes lo identificaron más nítidamente de esta manera fueron los que migraron a nivel posdoctoral, manifestando un mayor nivel de instrumentalidad asociado al viaje. Ellos lo percibieron como un paso previo implícitamente institucionalizado y fomentado ampliamente por los propios integrantes del campo nacional para: i) acumular antecedentes capaces de favorecer su ingreso a la carrera de investigador (capital científico), ii) tejer vínculos profesionales que puedan seguir siendo alimentados a la distancia (capital social) y iii) asegurarse, en la medida de lo posible, recursos a ser utilizados en Argentina para propiciar un mejor asentamiento laboral (capital económico). De hecho, un entrevistado8 manifestó que no se había ido con la intención de quedarse en el exterior, sino que su estrategia fue llegar, publicar y después volver.
Según Richmond (1968), quienes incluyen al retorno como parte del proyecto calificarían como cuasi-migrantes y, para Cerase (1974), como conservadores. No obstante, ambas descripciones podrían cuestionarse en base a lo analizado. ¿Resulta pertinente hablar de cuasi-migrantes para aludir a las personas que pasaron largos períodos en el extranjero, muchas veces acompañadas por pareja y/o familia, por más que siempre hayan pensado en retornar? Calificarlas de cuasi supone que comparten algunas semejanzas con el colectivo migrante, sin tener todas sus particularidades. Afirmación que no corresponde a las vivencias estudiadas porque los sujetos partieron hacia un nuevo destino con distintas pautas culturales, se insertaron en otro sistema académico, y buscaron integrarse en el nuevo contexto. Pese a que se entiende la razón detrás del mote conservador, no todos los retornos buscaron reproducir el status quo de la estructura de la cual se partió.
Por otra parte, la migración analizada no constituye una ruta simple, de ida y vuelta prolija, representada por el lugar inicial de destino y origen. Son frecuentes las mudanzas con propósitos académico-profesionales hacia otros territorios, ya sea dentro o fuera de EE.UU., y por diferentes períodos. Los sujetos también pueden ir quedándose más años de los previstos y, en el camino, experimentar momentos de incertidumbre. Es decir, no siempre se anticipa cuándo y/o a dónde se volverá y bajo qué condiciones.
La experiencia en EE.UU. y los motivos para regresar
Pese a que la vuelta haya sido concebida de antemano, la propia experiencia migratoria resulta fundamental para comprender el fenómeno porque, siguiendo a Gmelch (1980), los migrantes van analizando sus posibilidades según las oportunidades emergentes. Si bien la estancia en EE.UU. fue muy valorada, el regreso se asocia a las proyecciones que los sujetos hacen a largo plazo. Argentina les permite pensar en un futuro acorde a sus expectativas por diversas razones. En primer lugar y en línea con la literatura (Didou Aupetit, 2009; Bengochea & Tomassini, 2013; Herrera & Pérez Martínez, 2015, entre otros), se encuentra las cuestiones afectivas y culturales. El punto principal son los hijos; ellos tiñen toda la experiencia. Su llegada, para quienes se convirtieron en padres en el exterior, representa un punto de inflexión en cómo analizar la experiencia. Las posibilidades de progreso y las cuestiones materiales son sopesadas porque los sujetos deben velar también por el bienestar de sus hijos. El retorno permite una crianza cerca de la familia extendida en el entorno cultural donde los padres fueron socializados y educados. Cabe aclarar que la mayoría de los entrevistados formó su familia con una pareja de nacionalidad argentina y que entre ambos anticiparon la aparición de brechas que podían alejarlos de sus hijos. La intención de retornar mientras que éstos fueran pequeños fue recurrente. La idiosincrasia nacional fue apreciada por las maneras más espontáneas y cálidas de entablar las relaciones interpersonales, el compartir un mismo sentido del humor o universo simbólico. Los sujetos también manifestaron la necesidad de acompañar el ciclo de vida de sus seres queridos (envejecimiento de los padres, etc.). De igual modo, les resultaba desgastante el desarme sistemático de sus grupos de pertenencia en el exterior, que funcionaban como familias sustitutas, por la alta tasa de movilidad internacional de sus integrantes.
[…] los primeros dos años estuvo yendo [su hija, nacida en Nueva York] a una guardería que funcionaba en una iglesia […] un aguantadero de niños […] estaba un poco preocupada porque no estaba segura cuando tuviera tres años […] tuviera una buena educación […] si yo quería mandarla a un jardín de infantes en Manhattan no me alcanzaba ni todo el sueldo del año.9
Segundo, el regreso puede estar enmarcado en la búsqueda de un desarrollo profesional en un buen lugar de trabajo, y en un contexto laboral estable luego de atravesar instancias formativas o iniciáticas de la carrera de investigador. Aunque se reconoció una falta de prejuicio en el ámbito académico estadounidense en la incorporación de migrantes y la apertura del sistema para quienes estén dispuestos a seguir las reglas del juego, las condiciones de trabajo distan de ser ideales. Esta situación se va cristalizando a medida que los sujetos van progresando en la estructura y dejan de ser estudiantes de doctorado. Todos coinciden en el elevado nivel de exigencia, sobre todo en el comienzo de la carrera, para no caer fuera del sistema dado que éste recibe gran número de aspirantes de todas partes del mundo, dispuestos a asumir altos costos que acarrean un desbalance vida-trabajo.
También emerge la dificultad de superar los posdoctorados porque la vida académica en EE.UU. puede ser muy ardua para alguien que está tratando conseguir un cargo de profesor en una buena universidad. Los testimonios remarcaron la situación de muchos individuos que van saltando de un posdoctorado a otro, sin posibilidad de proyectar una movilidad ascendente dentro de la estructura, tanto a nivel de independencia científica como de seguridad social. Pese a la existencia de una mayor oferta de posdoctorados, los individuos reconocieron la importancia de evitar que ésta se convierta en una trampa precaria a largo plazo.
El hecho de haber transitado por universidades o institutos de primer nivel no necesariamente permite suponer la inserción -ya no con una beca posdoctoral, sino como profesores/ investigadores- en instituciones de igual reconocimiento. En caso de tener una pareja en el mismo camino, se suma el desafío de compatibilizar las oportunidades de ambos. Por tanto, hubo quienes ni siquiera se plantearon este objetivo y armaron toda su estrategia con la idea de retornar. Aunque los que hicieron el doctorado afuera pueden ostentar mayores oportunidades laborales, la organización de la vuelta tiende a complicárseles a medida que extienden su estadía.
[…] es muy tentador y realmente fácil en una etapa de posdoc permanente […] Pero si querés tener tu propio grupo es una sensación falsa de seguridad y de avance porque si querés tener un lugar en EE.UU. en una universidad más o menos buena es muy difícil porque […] estás compitiendo con gente de todo el mundo.10
En contraste, los puestos más seguros -en particular, dentro de las universidades más prestigiosas- son extremadamente difíciles de alcanzar, tanto para los nativos como para los extranjeros. Panorama que evidencia un mercado de trabajo dual, polarizado entre científicos establecidos, con relaciones laborales de gran estabilidad y bien pagos, frente a trabajadores baratos y precarizados, reclutados principalmente mediante fondos de proyectos de investigación. Segmentación que supone una baja probabilidad de tener una movilidad social ascendente (OCDE,en Keenan & Kergroach, 2016).
[…] cuando salió la oportunidad [oferta laboral en Argentina, luego de doctorase en Harvard] no tenía buenos lugares […]. Se supone que después de que te doctoras, tenés que estar recorriendo el mundo un poco antes de conseguir un puesto definitivo […]. Acá tenés un puesto definitivo de movida.11
Así, los individuos privilegiaron el dejar de buscar y pelear constantemente por subsidios, capaces de asegurar un salario. El riesgo del desempleo está más presente en EE.UU.; especialmente, si se considera que los lineamientos estratégicos son definidos desde arriba y pueden sufrir cambios asociados a las tendencias de investigación. Por más que el sueldo en Argentina sea inferior -al menos, al momento de la vuelta-, los individuos retornan y contradicen la premisa neoclásica al priorizar la estabilidad frente a la remuneración. La maximización de la utilidad referida al capital humano y financiero, planteada por Gaulé (2011), no aparece delineada en esos términos. De todos modos, el retorno también podría contemplar implícitamente una dimensión económica: la estabilidad del salario a largo plazo. El regreso tampoco fue interpretado como un fracaso; idea que puede ser cuestionada porque no existen criterios de medición objetivos, por fuera de las valoraciones de los propios sujetos y sus correspondientes proyectos de vida, moldeados por su pertenencia de clase en un momento sociohistórico determinado. La estructura y seguridad que brinda la carrera en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), fuente laboral principal de esta muestra, constituye un factor de atracción sumamente potente. Hallazgo que concuerda con la importancia de características de los sistemas académicos, planteada por Gill (2005). De hecho, gran parte de la población analizada -especialmente, los que partieron a nivel posdoctoral- migró con el proyecto de ingresar a la carrera de investigador y ganar independencia científica. Por ende, en realidad, el retorno sirve para cumplir con los objetivos propuestos.
[…] en EE. UU. […] el tema es más importante que las personas. Entonces, si hay dinero o financiamiento para investigaciones en cambio climático, se pone todo el dinero ahí y la gente es secundaria […] no hay problema en despedir.12
[…] más allá de que mi sueldo ahora es un cuarto de lo que yo ganaba antes, estoy dos escalones más arriba que lo que era antes […] Ya estoy como estable.13
La estabilidad laboral conseguida tras haber ingresado a la carrera de investigador viene acompañada por otros aspectos, que también inciden en el regreso, vinculados a la seguridad social. Argentina brinda servicios/bienes públicos atractivos en términos de calidad de vida. Éstos evidencian que el foco para evaluar el retorno no está puesto en cómo producir ni qué consumir, sino en cómo vivir y qué se entiende por seguridad. Posiblemente las cuestiones más emblemáticas refirieron a la cobertura del sistema de salud o al acceso a educación pública universitaria de calidad. En particular, un testimonio14 destacó el hecho de poder contar con obra social, guardería, licencias por enfermedad; derechos fundamentales para mantener el recurso humano.
Tercero, el regreso fue asociado al compromiso, idea que se remonta en Argentina a los discursos de Bernardo Houssay,15 quien expresaba la preocupación -junto con otros intelectuales- por convertir a la ciencia y la tecnología en propulsores del desarrollo en la región. Los entrevistados reconocieron que el aporte al país podría ser mayor y, sobre todo, más gratificante estando en territorio nacional del que hubieran hecho en caso de permanecer afuera. La contribución no necesariamente remitió a discursos de corte nacionalista, sino que estuvo vinculada a la retribución por haber recibido una educación pública universitaria. Muchos sintieron el compromiso de involucrarse en la formación de nuevas generaciones dentro del mismo ámbito. El objetivo de volver y hacer escuela otorga mucho sentido a los sujetos, quienes manifestaron su interés de marcar una diferencia, plasmada en la formación de un grupo de investigación. El foco no está solamente en trabajar como científico, sino hacerlo en su país.
[…] no tenía interés en hacer mi carrera allá ¿no? Acá […] tenés que estar atando todo con alambre, también ves un resultado mucho más satisfactorio, ¿no? En el sentido que formás gente local.16
Este aporte tampoco debe ser entendido como lo plantean los enfoques que renovaron el debate de la migración calificada, que aluden al desarrollo económico, sino a otros propios de la dinámica científica de una manera más interpersonal y colectiva. Una mención, por ejemplo, fue la idea de volver y hacer ciencia de calidad, con estándares rigurosos y pese a las condiciones de mayor adversidad. También hubo quienes consideraron que la contribución con el país resultaría más difícil en caso de permanecer en EE.UU. De todos modos, la noción de compromiso también presenta aristas críticas que iluminan que el peso y la responsabilidad principal debe recaer sobre los actores públicos, responsables de las condiciones adecuadas para el desarrollo de la ciencia en Argentina, en lugar de los sujetos de forma individual.
Factores que inciden en la concreción del regreso
La concreción del retorno está muy ligada al capital social de los sujetos, en términos de lazos débiles (Granovetter, 1973). La posibilidad de ingresar o avanzar en la estructura científica depende en gran medida de los vínculos mantenidos con otros integrantes del campo nacional. Aspecto que puede volverse más dificultoso para quienes partieron para hacer el doctorado, período que pudo haber sido seguido por uno o más posdoctorados en el exterior. Para esta población, la desconexión con sus compatriotas representa un riesgo todavía mayor porque: i) el doctorado, de por sí, insume varios años y ii) resulta más difícil haber consolidado contactos nacionales antes de migrar. Por el contrario, quienes se fueron como investigadores de posdoctorado aprovecharon su doctorado en Argentina para forjar lazos y viajaron siendo parte de grupos de investigación nacionales. Mientras ellos se encontraron en el exterior implementaron estrategias para no descuidar sus vínculos porque sabían que los necesitarían para regresar. Tal es su preminencia que un entrevistado17 llegó a decir que, sin vínculos, no hay programa que pueda repatriar a los científicos.
Las formas de mantenerlos son múltiples y complementarias porque una no anula las demás. Muchos sostuvieron sus lazos mediante salidas a campo en Argentina, otros programaron viajes donde aprovecharon o mezclaron vacaciones con reuniones con colegas, participaciones en seminarios, etc. En algunos casos, las actividades académicas fueron planificadas para mantener la presencia en el ámbito nacional. Lejos de un plano anecdótico, estos viajes cortos y periódicos prepararon el terreno para el regreso de quienes habían migrado y su futura reinserción profesional.
Hay quienes vuelven como parte de lo acordado en sus becas o porque las instituciones estadounidenses los alientan en ese sentido. De hecho, el regreso puede estar financiado con recursos obtenidos en EE.UU. Por otra parte, la emergencia de crisis -como la hipotecaria del año 2008- o los elevados costos de vida en las principales ciudades estadounidenses son factores estructurales que ponen en duda el proyecto en el exterior.
A nivel nacional, los sujetos destacaron la mayor jerarquización de la ciencia, evidenciada en términos de inversión e institucionalización durante el período analizado en este artículo. Sin dudas, la creación del MINCYT -actualmente, reconvertido en Secretaría- fue un hito simbólicamente relevante para esta población. Ese período, percibido como de recuperación, tuvo otras manifestaciones como: el crecimiento de la partida de presupuesto sectorial, la cantidad de grupos de investigación, las posibilidades de intercambio o cooperación internacional, el fortalecimiento de la calidad de oferta nacional de posgrado, etc. De ahí que algunos entrevistados indicaron que las diferencias entre quienes migraron y los que permanecieron en el país en los últimos años son mucho menores que las percibidas con anterioridad.
Ahora bien, ni el movimiento internacional ni las afiliaciones institucionales suponen, por sí solas, factores diferenciales en la posibilidad de entrar a la carrera del CONICET. Sin desconocer su peso, el haber estudiado o investigado en instituciones mundialmente conocidas no cuenta si no está acompañado de una producción acorde. Esta ausencia puede, incluso, jugar notoriamente en contra del postulante. Por ejemplo, un entrevistado creyó que -en su ingreso a carrera- importó más el haberse especializado en un tema poco desarrollado en Argentina que el haber realizado su doctorado en una universidad prestigiosa. No obstante, quienes residen en el extranjero tienen la ventaja de poder presentarse a la ventanilla permanente para aplicar al ingreso a carrera, facilitando el proceso de inserción laboral.
[…] he preguntado […] ‘¿toman en cuenta [en las comisiones de CONICET] si alguien se recibió en Yale, […] versus […] alguna universidad argentina?’ Y la respuesta ha sido no. Lo que se valora es tu producción, qué hiciste con ese título.18
[…] que los que estamos afuera tengamos llamados permanentes del CONICET significa […] serias posibilidades de repatriarse y de entrar al sistema científico.19
Los entrevistados más jóvenes manifestaron que les convenía regresar al país, luego de haber aprovechado al máximo su experiencia en EE.UU., preferentemente antes de cumplir los 35 años. Edad que remitía a las propias reglas del juego porque funcionaba como un punto crítico para tener mayores probabilidades de entrar a carrera. Para aumentar esta posibilidad, los sujetos también supieron considerar las vacancias geográficas, es decir, los espacios donde el desarrollo nacional de las capacidades científicas y los recursos para la investigación fueran menores. Opción que pudo ser considerada luego de haber vivido en localidades chicas en EE.UU.
Entre las tensiones y los desafíos
Este apartado analiza las dimensiones del regreso al país y refleja que cada historia es diferente. Algunos sujetos lo describieron como una experiencia sin sobresaltos ni grandes obstáculos, un arribo ansiado que les permitió cosechar frutos tras años de formación e investigación. Quienes lo vivieron de esta manera generalmente fueron esperados y recibidos por colegas en el país; muchas veces, en lugares de trabajo donde se habían formado o investigado y ya conocían a muchos de sus integrantes. Esta población fue la que menos extrañó las pautas culturales de EE.UU., más allá que se hubieran ido a nivel doctoral o posdoctoral.
Sin embargo, también se recolectaron varias historias que iluminaron el costado más difícil del regreso, asociado principalmente al ámbito profesional. En concordancia con Delicado (2010), en la salida a campo emergieron las dificultades asociadas al regreso. Algunas personas fueron sorprendidas por las tensiones emergentes. Si bien habían pensado que lo difícil iba a ser la ida, la vuelta terminó costándole más. Los retornados no siempre se sintieron bien recibidos -dentro del campo nacional- por parte de ciertos colegas con los que no habían tenido una historia previa en común. Este sentimiento se acentuó entre los que migraron siendo más jóvenes, hicieron su doctorado afuera y se formaron como investigadores en otro sistema. En cambio, quienes partieron a nivel posdoctoral y no estiraron su estadía en el exterior tuvieron menos conflictos. Hallazgo que expone que ya estaban incorporados al sistema nacional debido a los años de formación transitados en el país, las credenciales educativas obtenidas, los contactos generados e, incluso, los cargos alcanzados o los proyectos de investigación o las responsabilidades mantenidas a distancia.
Las tensiones entre los retornados y los que permanecieron en el país aparecieron sin importar si una u otra opción (quedarse/irse) hubiera excedido los márgenes de la decisión individual. De hecho, muchos partieron en búsqueda de posibilidades reales y un horizonte donde proyectar una carrera académica a causa de la escasez de oportunidades en Argentina. Un eje repetido fue la dificultad de hacerse un espacio en la escena nacional. De ahí que la reinserción supera el haber entrado a la carrera de CONICET y tener un lugar de trabajo asegurado. Ésta supone un proceso de integración e incluye las actitudes de los colegas frente al que vuelve. Los individuos reconocieron barreras de entrada intangibles, pero operantes que complicaron su retorno y aparecieron en la interacción cotidiana.
[…] en la Argentina, a mí me ha pasado de `bueno, vos venís de afuera´ […] y es bastante difícil hacer un lugar donde puedas estar. Cada uno cuida […] su espacio ganado y hay mucha preocupación por no perder ese espacio.20
Acostumbrarse a volver a vivir acá fue muy difícil […] el problema no es irse muchas veces, digamos, sino volver.21
Las reacciones negativas, desarrolladas por quienes se quedaron, fueron interpretadas como una valoración intrínseca de la permanencia en el país, frente a otras estrategias de desarrollo de carrera. Sobre todo, si los que se quedaron habían adoptado una actitud comprometida -resistencia o lucha- durante momentos críticos de la relación Estado-ciencia. Los entrevistados que vivieron afuera en esos períodos admitieron que dicha circunstancia los había eximido de atravesarlos en primera persona, sin que ello significara una desconexión frente a la situación nacional.
En la misma línea, Dumont & Spielvogel (2007) mencionan que quienes retornan -dependiendo del tiempo en el exterior- pueden sentir el rechazo o el resentimiento de los que permanecieron, ya sea porque constituyen una competencia, o bien, porque son vistos como un grupo con más privilegios (por ejemplo: los llamados permanentes del CONICET). Ambas percepciones coincidieron con la salida a campo y representaron un tema delicado para los sujetos. Muchos sintieron que su vuelta había despertado sentimientos: i) de recelos al notar que los demás los prejuzgaban pensando que regresaban con soberbia o con reclamos fuera de lugar; ii) de crítica al ser cuestionados por haber evitado los períodos donde proyectar una carrera en ciencia en el país -por falta de becas o de posibilidades de ingreso como investigador del CONICET- era realmente difícil, etc. iii) de amenaza en caso de que ellos cuestionaran formas de trabajo, arraigadas tradicionalmente en Argentina, o buscaran hacerse un espacio en contextos más hostiles. Las primeras actitudes son especialmente delicadas para esta población porque regresa al sistema que los formó y al cual quieren aportar. Estos hallazgos, que cuestionan la imagen de una comunidad científica desinteresada y abierta que actúa principalmente en pos del avance del conocimiento, muestran una realidad más compleja. La cual incluye reticencias y obstáculos puestos por sus propios pares, muchas veces insertos en grupos conformados por integrantes con características homogéneas y reproductoras de ciertas lógicas de reconocimiento.
[…] me abrió puertas [tener un doctorado afuera y una especialización poco extendida], sino hubiera sido más difícil y me jugó en contra también […] me lo dijeron en la cara muchas veces el tango de ´vos te fuiste y nosotros nos quedamos acá peleándola´ […] hiere en lo personal […] en todo caso, eso decíselo al que se fue y no volvió.22
En la universidad definitivamente no fue una ventaja […] haber percibido o recibido actitudes que porque había estudiado en el extranjero me creía tal y tal cosa.23
Estas apreciaciones no se limitan a la interacción interpersonal, también hay una lectura institucional. Cuánto más abierto sea el espacio, emergen menos conflictos. En los grupos de investigación que promueven la migración no suelen darse estas reacciones de reticencia. Los sistemas de incentivos y reconocimiento varían según la naturaleza de los organismos. Un ejemplo recurrente fue la diferenciación entre las universidades y el CONICET porque las primeras suelen privilegiar los años de docencia ejercidos y la permanencia en una cátedra. Factor que perjudica a quienes estuvieron mucho tiempo afuera, especialmente si migraron cuando se inicia la carrera docente. A modo de ilustración, Beigel (2017, entre otros) señala que los investigadores que publican en castellano y trabajan en temáticas locales pueden ser recompensados por las universidades con la obtención de un puesto de profesor titular, y no por el CONICET. Esta diferenciación manifiesta una polarización cada vez más notoria entre un grupo de científicos muy internacionalizados, dedicados a tiempo completo a la investigación, frente a otros anclados localmente.
Este modo de evaluación fue cuestionado porque impide una competencia más abierta y meritocrática. Señalamiento que, bajo ningún aspecto, supone que en un concurso deba ganar (o deba ser recompensado) necesariamente quien haya estudiado o investigado en EE.UU. o que estos antecedentes -por sí mismos- acrediten que el retornado está mejor capacitado para el puesto. El colectivo problematiza su dificultad para competir por un cargo docente; especialmente en una universidad nacional. El problema de la endogamia también fue comprendido por la escala del complejo nacional, caracterizado por una cantidad de instituciones de punta notoriamente menor y muy concentrada geográficamente.
Y en Argentina sigue primando […] la cosa casi filial […]. Alguien que se crio en mi laboratorio y lo voy a dejar acá y van a hacer todo lo posible para que los de acá estén mejor […]. Hay endogamia y creo que hay varias razones. Razones de cómo es nuestra cultura, pero también razones muy concretas de la escala que tiene la ciencia acá y de EE.UU. En EE.UU. vos te podés ir a otro laboratorio que haga algo relacionado con lo que vos hacés, hay 5, 10 opciones. Acá no hay ninguna […] Pero eso no es todo, la gente tampoco se quiere mover mucho […] la universidad hasta te puede castigar si vos estuviste afuera, te sacaron la silla y nunca más.24
Una vez concretado el retorno se manifiestan los contrastes sobre las condiciones materiales de producción. Las situaciones más desaventajadas -desde la escasez de equipamiento hasta la dificultad para obtener insumos- representaron un reto para quienes quieren mantener el ritmo de publicación alcanzado afuera. La menor disponibilidad de recursos empuja a los individuos a hacerse cargo de otras tareas, además de la investigación, con una clara repercusión. Situación que puede condicionar, por ejemplo, los avances de los experimentos en los laboratorios por el faltante de material (reactivos, etc.). La mayor escasez apela a la creatividad y al compromiso de contribuir con la larga tradición de investigación de primer nivel en Argentina, anclada en sus recursos humanos.
[…] me imagino a mí mismo 10 años atrás diciendo ´Yo voy a volver a la Argentina y voy a hacer ciencia bien. Se puede hacer exactamente la misma ciencia que acá [EE.UU.] No publicaré tanto como Uds. pero yo puedo hacer ciencia bien’.25
Esta motivación indica que los retornados también se proponen abrir líneas de investigación, hacer escuela en un tema menos estudiado o en una técnica específica, adoptar nuevos procedimientos de seguridad en trabajos con material biológico, etc. En estos casos -que buscan cubrir ciertas vacancias- la noción del retorno por innovación (Cerase, 1974) resulta pertinente porque los protagonistas terminan usando los medios y las capacidades adquiridas en el exterior para alcanzar objetivos que, de lo contrario, hubieran sido inviables antes de su experiencia migratoria. Éstos también suponen una actitud emprendedora (no comercial), manifiesta en la voluntad de desarrollar un proyecto fuera de los márgenes tradicionales de cómo, dónde y qué se investiga en Argentina.
Aparte de la cuestión científica, la vuelta puede implicar incertidumbres asociadas a las recurrentes crisis nacionales; el riesgo de bajar el nivel producción debido al contexto más desafiante, o el alejamiento de la posibilidad de participar en la múltiple y diversa oferta de reuniones científicas o posibilidades de intercambio con figuras en la frontera del conocimiento, masa crítica congregada donde se encuentran las mayores capacidades de producción, entre otras cuestiones. También se plantea la idea del shock cultural entre quienes adoptaron modalidades de trabajo asociadas al sistema estadounidense, o bien, pautas culturales específicas. Incluso, una entrevistada26 manifestó su miedo de volver dado que en la casa de sus padres se llegó a hacer trueque.
Los retornos se dieron en los diferentes períodos analizados; incluso, dentro de contextos de eclosión como la crisis del 2001. Lo cual refleja que cuando los sujetos buscan volver, las consideraciones personales o familiares tienen mayor preminencia que el contexto coyuntural. Como este artículo se circunscribe a los que pudieron insertarse profesionalmente, posiblemente no se han observado casos -como plantea Cerase (1974)- donde los sujetos asociaran el origen del movimiento al hecho de no haber conseguido los objetivos propuestos antes de la partida (en caso de haberlos definido). De todos modos, los objetivos no deben ser entendidos como algo estático que se delinean de una vez y para siempre. Los individuos van reconociendo sus posibilidades y precisando sus proyectos con el correr del tiempo.
El retorno como factor que refuerza la circulación y la internacionalización de la carrera
La vuelta aparece como un eslabón más de la cadena migratoria. Quienes regresan, tal como sugieren Bengochea & Tomassini (2013), suelen alentar a las nuevas generaciones a migrar en algún momento de su carrera. Los que tienen a su cargo la formación de recursos humanos lo fomentan entre sus becarios o tesistas como parte de la socialización del trabajo del científico. Los argumentos trascienden las razones profesionales e incorporan otras vinculadas al crecimiento personal. Los sucesivos movimientos son apreciados por su capacidad de mantener activas las relaciones construidas; institucionalizando la dinámica de movilidad en los distintos grupos.
Así, la circulación refuerza la internacionalización de la carrera profesional y representa un indicador de que la cooperación internacional también se da espontáneamente entre colegas, más allá de su lugar de residencia. Parte importante de quienes regresaron, mantiene intercambios periódicos con equipos con los que se formaron o investigaron en EE.UU. Otros trabajan con grupos provenientes de diferentes países, pero contactados o favorecidos por la estadía en el extranjero. Estas colaboraciones permiten tanto sostener el posicionamiento internacional de los sujetos y los lazos tejidos como aprovechar o acceder a múltiples recursos para hacer ciencia. En la misma línea, varios entrevistados destacaron la necesidad y el carácter estratégico de seguir publicando en inglés para favorecer el impacto de sus investigaciones, y poder ser leídos y comentados, en principio, por colegas con los cuales compartieron la estadía.
Todo ello supone que una vez que los sujetos regresan el lazo con el exterior no queda necesariamente interrumpido porque los retornados se convierten en nuevos puentes con otros colegas o instituciones. Su función conectora debe ser entendida a nivel interpersonal e institucional, sin hacer inferencias de carácter macro. Si un profesional logra insertarse internacionalmente con su tema de investigación resulta más probable que mantenga intercambios virtuales o presenciales, con diferentes tipos de duración; sin importar su lugar de residencia.
Los principales hallazgos de este artículo iluminan que el regreso tiende a ser concebido como parte inherente del proyecto migratorio, aunque éste incluya otros movimientos no planeados antes de emprenderlo. Sin embargo, la decisión suele madurarse durante la estadía en el exterior a medida que ésta va siendo revisada. Como señala King (1978), los retornos planeados incluyen a quienes regresan después de haber estudiado en el extranjero, luego de haberse asegurado las condiciones adecuadas para continuar su carrera en su país de origen. Sin embargo, esta decisión no queda reducida a las condiciones materiales de producción u otras cuestiones estrictamente científicas.
Respecto a las motivaciones para regresar, la población analizada priorizó las proyecciones a largo plazo en múltiples niveles: i) afectivos/familiares, ii) desarrollo profesional con estabilidad económica, seguridad social e independencia científica y iii) sentido de contribución. De todos modos, la principal causa está asociada a la dificultad de visualizar una vida en EE.UU. y manifiesta -como señala Didou Aupetit (2009), entre otros- la centralidad de los vínculos culturales y familiares de los migrantes. Al emprender la vuelta, ellos buscaron un buen equilibro entre vida personal-familiar y un desarrollo profesional con proyección internacional de su carrera. Para concretar el retorno, les resultó fundamental el haber mantenido vínculos con sus colegas residentes en el país, capaces de garantizar un lugar de trabajo, y haber alcanzado un buen nivel de producción.
Además, la posibilidad de aplicar al ingreso a la carrera de investigador desde el exterior, mediante la ventanilla permanente del CONICET, junto con los subsidios para que la radicación esté acompañada de buenas condiciones para la inserción laboral representan ventajas operativas para esta población. Ambos instrumentos constituyen incentivos para propiciar el retorno de personas ya formadas con alto potencial o de probada productividad. Por lo tanto, las medidas más eficaces para favorecer su vuelta no se reducen a políticas migratorias, sino que remiten al ámbito de la ciencia e implican partidas de presupuesto. Sobre todo, si se tiene en cuenta que la ciencia experimental demanda una mayor inyección de recursos (insumos, equipamiento, etc.) que la teórica. Así pues, emerge la importancia de propiciar los start ups; usualmente asociados al armado de un laboratorio que dé comienzo a una investigación. Por su intermedio, se promueve la independencia científica y se apela al perfil emprendedor de los retornados. El start up aparece como un factor de atracción relevante frente a otras medidas específicas. Las restantes quedan relegadas a un segundo plano, más simbólico que efectivo.
Al llegar al país, muchos de ellos experimentaron el costado más difícil del retorno -además de los contrastes entre las condiciones de producción de ambos sistemas- e hicieron hincapié en las tensiones emergentes en el ámbito académico con quienes permanecieron en Argentina. Conflictos que se manifiestan tanto en el plano interpersonal como en el institucional; destacando así los problemas asociados a la endogamia. A pesar de estas tensiones, los entrevistados valoraron la experiencia en el exterior y reconocieron que ésta les había posibilitado la internacionalización de su carrera y un mayor nivel de circulación. Por ello, tienden a alentarla entre sus discípulos para continuar, sedimentar y perpetuar la cadena migratoria.
En definitiva, estos hallazgos reflejan que la vuelta cruza las tipologías expuestas en la revisión bibliográfica. El retorno contempla varios ejes donde se entremezclan el plan original (en caso de haberlo tenido), los resultados alcanzados en el exterior, las finalidades asociadas a la vuelta, los movimientos intermedios y los futuros. Los regresos fueron generalmente planeados, tuvieron objetivos ambiciosos, buscaron una reinserción en el país de origen, incluyeron previamente retornos ocasionales y mantuvieron el intercambio con movilidad internacional.
Para quienes han podido conseguir una buena posición en el sistema científico, la residencia en Argentina no es un impedimento para tener una carrera que trascienda las fronteras nacionales en múltiples sentidos. Aunque la mayoría de los retornados estudiados obtuvieron una posición estable en el país, la posibilidad de conseguir un puesto equiparable en EE.UU. parecía lejana debido a los altos niveles de competencia. Reconocimiento que evidencia una vara de productividad más alta y distante al momento de decidir la vuelta. Tampoco supone un retorno por fracaso (Cerase, 1974); idea que, junto con el éxito, puede ser cuestionada por tener una delimitación específica, predominantemente asociada a la posición en la estructura profesional, el nivel de ingresos, etc. Perspectiva que invisibiliza cuestiones más humanas, como el bienestar o la realización personal, capaces de ser ancladas en múltiples dimensiones.
Los planteos sobre los retornos temporales (King, 1978), caracterizados por la intención de emigrar en el corto plazo, o remigración en términos de Gmelch, (1980), son excepcionales. La vuelta tiende a ser permanente, pero aspirando a sostener la circulación internacional. Esta elevada propensión para moverse no implica la ausencia de raíces sólidas dado que la movilidad no fija un nuevo lugar de residencia. Tras afirmarla en Argentina, muchos individuos siguen viajando al exterior o pretenden hacerlo con regularidad, dándose retornos inversos ocasionales o periódicos gracias a los contactos establecidos.
En función de lo analizado, sería interesante realizar -en una nueva instancia- un estudio comparativo de las trayectorias entre los que se quedaron a vivir en EE.UU., los que retornaron a Argentina y quienes nunca se fueron para discutir las nociones de éxito-fracaso y de equilibrio entre vida personal-profesional. También convendría desarrollar una investigación con enfoque de género para establecer comparaciones más detalladas entre ambos sexos y así indagar sobre las desigualdades de origen, la discriminación, los techos de cristal o la maternidad como desafío para el desarrollo profesional de las mujeres en ciencia.
Lo expuesto en este artículo, cuyo alcance refiere a la comprensión holística del objeto de estudio en sus múltiples dimensiones y enfoques, evidencia la pertinencia de considerar diversos factores como la racionalidad económica, los incentivos académicos (simbólicos y materiales), las motivaciones afectivas, el ciclo de vida, los entramados relacionales y las fuerzas histórico-políticas (tanto generales como sectoriales). Los procesos de toma de decisiones tampoco deben asumirse como delineados nítidamente desde un principio. La propia experiencia migratoria, incluyendo la de los otros vínculos cercanos, termina por moldearlos. Por su parte, el análisis de las relaciones dentro del campo -con distintos puntos de partida- ilumina dinámicas motorizadas por la confianza, reciprocidad y colaboración como así también por la competencia, el interés y el conflicto, sin que ello resulte contradictorio.
Notas
* María Verónica Moreno es Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires, Summa Cum Laude, Magíster en Políticas Públicas por la Universidad Torcuato Di Tella y Licenciada en Sociología por la Universidad del Salvador. Forma parte del Grupo de Estudios sobre Población, Migración y Desarrollo del Instituto Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. Actualmente se desempeña como docente del “Taller de Apoyo para la Elaboración de la Tesis” de la carrera de Sociología de la Universidad del Salvador. Ha publicado artículos académicos y capítulos de libros; principalmente, sobre migración-movilidad calificada. Correo electrónico: mveronica_moreno@yahoo.com.ar.
1 Este artículo se desprende de una tesis doctoral, defendida en el Programa de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y dirigida por la Doctora Susana Novick, a quien agradezco todas sus observaciones.
2 Ningún país cuenta con un sistema integral de registro o supervisión de los flujos de migración internacional calificada. Incluso, es difícil que los países de envío lleven controles de sus pérdidas de competencias. En general, los países de acogida cuentan con información más completa y fiable. De todos modos, los datos tienen limitaciones significativas, incluso para los países desarrollados. Por otra parte, el simple recuento de los flujos de entrada y salida tampoco da muestra de la extensión de la pérdida ni de las cualidades de la mano de obra perdida (Wickramasekara, 2005).
3 Las cadenas suponen la transferencia de información y los apoyos materiales brindados por familiares, amigos o conocidos otorgados al potencial migrante para definir o concretar su traslado. Se caracterizan por su capacidad para facilitar el proceso de llegada y salida, la financiación, la gestión de la documentación, la residencia o el empleo, etc. Las cadenas tienen lugares de destino clave, cuyo atractivo está dado por la locación específica del capital social (Haug, 2008; Gaete Quezada & Rodríguez Sumaza, 2010).
4 La noción de capital social ilumina las potencialidades generadas por las dinámicas colaborativas de los entramados de sociabilidad. Según Bourdieu, este capital es el agregado de los recursos reales o potenciales vinculados con la posesión de una red duradera de relaciones más o menos institucionalizada de conocimiento o reconocimiento mutuo. Coleman enfatiza sobre la importancia de establecer obligaciones y expectativas de reciprocidad derivadas del intercambio de favores entre individuos insertos en una misma estructura social y del surgimiento y el desarrollo de sistemas de normas y sanciones que sólo son posibles en presencia de lazos fuertes que aseguran su respeto. Granovetter remarcó en la relevancia de los vínculos no primarios. Sus hallazgos mostraron que aquellos sujetos que se encuentran débilmente vinculados, por ser más propensos a moverse en diferentes circuitos, acceden a información más variada. Putnam -quien toma como unidad de análisis principal a las organizaciones civiles- analiza los dilemas de la acción colectiva y el desarrollo de capital social comunitario en pos del bien común. Siguiendo a Coleman, lo define como los aspectos de la organización social -confianza, normas, redes y compromiso cívico- que facilitan la acción coordinada (Forni, Siles & Barreiro, 2004).
5 Bourdieu (2003) propone -en tensión con el enfoque funcionalista del estudio de la ciencia, liderado por Merton- el concepto de campo en alusión a una estructura objetiva, históricamente determinada, de relaciones materiales y simbólicas, y de posiciones desiguales que se acumulan en torno a cualquier forma de práctica, definida por aquello que está en juego y sus intereses específicos. En este espacio la lucha de los agentes procura la acumulación de capital científico (Bourdieu, 1976), en la forma de conocimiento y reconocimiento.
6 Si bien se procuró diversificar la muestra con graduados de diferentes carreras pertenecientes a Facultades de Ciencias Exactas y Naturales, la misma quedó compuesta mayoritariamente por personas formadas en biología (incluyendo zoología). No obstante, también se incorporaron sujetos provenientes de las carreras de: matemática, computación y física. Como excepción, se entrevistó a una persona formada en ingeniería electrónica, pero que trabaja en un equipo de investigación en una Facultad de Ciencias Exactas y Naturales en temas afines. En contraste, no se llegó a contactar a profesionales de disciplinas como, por ejemplo, ciencias químicas, geográficas u oceanografía. Salvo uno de los entrevistados, los demás casos fueron formados, a nivel de grado, en universidades públicas ubicadas en diferentes partes del país. A su vez, la mayoría de ellos se desempeñan actualmente en instituciones de ese sector e ingresaron a la carrera del CONICET. Los lugares de trabajo a los cuales llegaron los retornados tienden a centrarse en algunos nodos de recepción, no necesariamente limitados a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. San Miguel de Tucumán, Mendoza y Bariloche son tres ciudades clave en ese sentido. La diversidad geográfica fue un elemento analítico importante puesto que el lugar de la vuelta moldea situaciones de reinserción diferentes.
7 Esta aclaración es particularmente importante por dos motivos vinculados a los contextos políticos de Argentina y EE.UU. Primero, porque sitúa a la recolección de datos durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, antes de las elecciones presidenciales de 2015. En consecuencia, los datos referentes a la política científica nacional (y sus respectivos vaivenes) son previos a la continuidad de Lino Barañao a cargo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT) en el gobierno de Mauricio Macri, los posteriores conflictos sobre el presupuesto sectorial y el ingreso a la carrera de investigador científico del CONICET acaecidos en 2016, la conversión del MINCYT en Secretaría, etc. Segundo, la salida a campo también fue previa a la inesperada irrupción de Donald Trump en las internas republicanas para competir por la presidencia de EE.UU. Candidato que dio un giro histórico al convertirse en el sucesor de Barack Obama con un discurso plagado de argumentos amenazadores para el colectivo migrante, entre otras manifestaciones de corte xenófobo, y de posiciones anti-ciencia (por ejemplo, frente al cambio climático). Se supone que ambos factores, de haberse producido con anterioridad, hubieran sido tópicos ineludibles al momento de abordar las políticas y la coyuntura nacional como así también los ejes sobre la integración de migrantes en la sociedad estadounidense y sus respectivas políticas.
8 Entrevista a hombre de 43 años con posdoctorado en institución estadounidense en el área de biología y residente en Argentina.
9 Entrevista a mujer de 36 años con posdoctorado en institución estadounidense en el área de biología y residente en Argentina.
10 Entrevista a hombre de 41años con posdoctorado en institución estadounidense en el área de biología y residente en Argentina.
11 Entrevista a hombre de 54 años con doctorado en institución estadounidense en el área de matemática y residente en Argentina.
12 Entrevista a mujer de 41 años con doctorado y posdoctorado en instituciones estadounidenses en el área de biología y residente en Argentina.
13 Entrevista a hombre de 36 años con doctorado y posdoctorado en instituciones estadounidenses en el área de biología y residente en Argentina.
14 Entrevista a mujer de 41 años con doctorado y posdoctorado en instituciones estadounidense en el área de biología y residente en Argentina.
15 Científico argentino (1887-1971) con estudios en Medicina. Fue el primer latinoamericano en recibir un Premio Nobel en 1947. Fue presidente de la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias (AAPC) y del CONICET, y director del Instituto de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. También se destacó como docente; un discípulo suyo -Luis Federico Leloir- fue también distinguido en 1970 con el Premio Nobel de Química.
16 Entrevista a hombre de 47 años con posdoctorado en institución estadounidense en el área de biología y residente en Argentina.
17 Entrevista a hombre de 40 años con posdoctorado en institución estadounidense en el área de biología y residente en Argentina.
18 Entrevista a hombre de 45 años con doctorado y posdoctorado en instituciones estadounidenses en biología y residente en Argentina.
19 Entrevista a hombre de 43 años con posdoctorado en una institución estadounidense en el área de biología y residente en Argentina.
20 Entrevista a hombre de 45 años con doctorado en institución estadounidense en el área de computación y residente en Argentina.
21 Entrevista a hombre de 36 años con posdoctorado en institución estadounidense en el área de biología y residente en Argentina.
22 Entrevista a hombre de 37 años con doctorado en institución estadounidenses en el área de computación y residente en Argentina.
23 Entrevista a hombre de 45 años con doctorado y posdoctorado en instituciones estadounidenses en biología y residente en Argentina.
24 Entrevista a hombre de 45 años, con doctorado en institución estadounidense en el área de biología y residente en Argentina.
25 Entrevista a hombre de 40 años con posdoctorado en institución estadounidense en el área de física y residente en Argentina.
26 Entrevista a mujer de 41 años con doctorado y posdoctorado en institución estadounidense en el área de biología y residente en Argentina.
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