Hacia una teoría del reconocimiento en Frantz Fanon. Artículo de Ingrid Alvarez Osses. Praxis educativa, Vol. 29, N°3 septiembre - diciembre 2025. E-ISSN 2313-934X. pp.1-11. https://dx.doi.org/10.19137/praxiseducativa-2025-290304
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional
DOSSIER
Hacia una teoría del reconocimiento en Frantz Fanon
Towards a theory of recognition in Frantz Fanon
Para uma teoria do reconhecimento em Frantz Fanon
Ingrid Alvarez Osses
Universidad Católica de Temuco, Chile
ingridal2009@gmail.com
ORCID 0000-0002-4547-3544
Recibido: 2025-04- 29 | Revisado: 2025-08-17 | Aceptado: 2025-08-20
Resumen
El presente ensayo[1]transita el complejo escenario del//de la colonizado/a en relación con otros/as y con su propia proyección de culpabilidad e inferioridad por el racismo y la violencia sin parangón del sistema colonial. Donde es principal la intersección de las condiciones objetivas e históricas, pero no suficientes, por lo mismo, no basta con la autovaloración en términos psicologuitas, sobre todo, porque el reconocimiento en Frantz Fanon contempla una función social. Esta propuesta de teoría del reconocimiento se piensa emancipatoria cuando existe una historia y una epistemología que haga plausible el ser y la descolonización desde el/la propio/a sujeto/a, dejando atrás la zona del no ser para abrir posibilidades descolonizadoras.
Palabras clave: teoría del reconocimiento, sujeto, historia, epistemología, descolonización
Abstract
This essay explores the complex situation of the colonized in relation to others and to their own projection of guilt and inferiority due to the racism and unparalleled violence of the colonial system. The intersection of objective and historical conditions is central, but not sufficient. Self-evaluation in psychological terms is not enough, especially because recognition, in Frantz Fanon's view, has a social function. This proposed theory of recognition is considered emancipatory when there is a history and epistemology that make being and decolonization plausible from the perspective of the subject himself, leaving behind the zone of non-being to open up decolonizing possibilities.
Keywords: recognition theory, subject, history, epistemology, decolonization.
Resumo
Este ensaio explora a complexa situação do colonizado em relação aos outros e à sua própria projeção de culpa e inferioridade devido ao racismo e à violência sem precedentes do sistema colonial. A intersecção entre condições objetivas e históricas é central, mas não suficiente. A autoavaliação em termos psicológicos não é suficiente, especialmente porque o reconhecimento, na visão de Frantz Fanon, tem uma função social. Essa proposta de teoria do reconhecimento é considerada emancipatória quando há uma história e uma epistemologia que tornam o ser e a descolonização plausíveis a partir da perspectiva do próprio sujeito, deixando para trás a zona do não-ser para abrir possibilidades descolonizadoras.
Palavras-chave: teoria do reconhecimento, sujeito, história, epistemologia, descolonização
Introducción
El reconocimiento para Fanon (2009) es la recapitulación desde lo subversivo, es la no rendición del ser y estar hacia una novedad que irrumpa, creativa, política, impronunciable a los ojos sesgados. Y que esta posibilidad con otros sentidos y adquisición de poder de conocimiento descolonizador ya no vendría solo a llenar el despojo y el vacío.
Fanon, implica que la humanidad de todo/a sujeto/a está anclada a volver sobre sí no sólo desde el despojo sino sobre un surgimiento que implica estar para la vida en un total sí. El ser humano colonizado debe liberarse de sí mismo, los problemas no están todos afuera también se encuentran en las heridas, inseguridades y afecciones internas. Claro está, en su pensamiento propone un reconocimiento que apoye el proceso antropológico por el que sucede la emancipación. Reconocimiento donde abrirse y cerrarse depende de cómo se esté instalado hacia sí mismo y la alteridad. Construir y deconstruir, ahí está parte de la descolonización. Es fundamental comprender nuestros territorios en Abya Yala y América Latina en relación a la trayectoria de la colonización en nuestras vidas. Comprender es complejo en un mundo dividido donde la colonización a puesto unos/as por sobre otros/as desde la violencia sin precedentes.
El pensamiento de Frantz Fanon, baja hacia lo profundo del ser humano colonizado: los abismos, las máscaras hacia los/as otros/as y sí mismos/as, en el ego donde lo más cómodo y conocido es anclarse en la apariencia del ser. Seres humanos donde sus territorio han sido despojados y la vida quebrantada en lo más hondo (Alvarez, 2011).
Sin razón de ser, es quebrantado en lo más íntimo de su sustancia. El deseo de vivir, de continuar, se hace más y más indeciso, más y más fantasmal. En este estado de cosas aparece el famoso complejo de culpabilidad. (Fanon, 1965, p. 42-43)
En este sentido es menester reflexionar una teoría del reconocimiento en Fanon, que no se determine en el complejo de dependencia o el reconocimiento negado hacia el/la colonizado/a desde el Estado nación o las instituciones, sino que avizore perspectivas emancipatorias desde el/la propio/a sujeto/a. En este texto, no se profundizará la autovaloración desde una perspectiva psicológica, sino aspectos del reconocimiento hacia un/a sujeto/a emancipador/a desde un nosotros histórico como menciona el filósofo argentino Roig (2002) pues ese nosotros detenta la historia, la epistemología y la descolonización como ejes vitales para reconstruirse. Y no es una sintonía con la subjetividad moderna sino una sujetividad que proviene de una comunidad en perspectiva de la filosofía latinoamericana. Una sujetividad enraizada en la historicidad de los pueblos y territorios pues el colonialismo lo amerita. “El colonialismo no es un tipo de relaciones individuales sino la conquista de un territorio nacional y la opresión de un pueblo, eso es todo” (Fanon, 1965, p.88). Sin embargo, Para Fanon el término colonialismo generado por el opresor es muy emocional. Al respecto dice: “es situar un problema nacional en un plano psicológico” (1965, p.88). Por lo tanto, se avizora lo trascendental de reflexionar el reconocimiento desde el/la propio/a sujeto/a en un nosotros histórico y comunitario.
Fanon: dependencia y reconocimiento
Fanon (2009), sobre el pretendido complejo de dependencia del/la colonizado/a, profundiza varias aristas, donde lo real que circunda al ser humano en su tierra es lo fundante de toda investigación en búsqueda de esas coordenadas que es, en parte, una crítica que le realiza a O. Manoni respecto al énfasis con relación a la situación colonial. Sin embargo, le reconoce a Manoni el introducir dos elementos. “El estudio de Mannoni es una investigación sincera, pues se propone mostrar que no podríamos explicar al hombre fuera de esa posibilidad que él tiene de asumir o negar una situación dada” (Fanon, 2009, p. 93-94). Asumir o negar una situación dada será crucial en la dependencia o liberación del/de la sujeto/a colonizado/a. Asumir lo propio ante el colonialismo y negar lo externo como imposición.
Propone que las actitudes ante tales condiciones coloniales son sociales para afrontar el presente. No obstante, en este ensayo, se plantea que la historia y la epistemología son parte de una teoría del reconocimiento que proviene de la experiencia del/la sujeto/a colonizado/a, pero que será el talante del/de la colonizado/a la clave para llevarlo a lo social y la propia nación. “El problema de la colonización conlleva así, no solamente la intersección de las condiciones objetivas e históricas, sino también la actitud del hombre ante esas condiciones” (2009, p. 94).
Por lo mismo, Fanon (2009) crítica que el antillano busque el valor siempre con la aparición del/la otro/a y en constante comparación de factores que lo hagan sentir superior. De este modo, una teoría del reconocimiento en contexto colonial tiene que considerar el propio valor sin comparaciones si subterfugios para quererse. Menos aún, desde sentir la superioridad ante las desventuras de otros/as. Sentirse y reconocerse más en relación con otro/a que consigo mismo/a y, en este sentido, necesita de la alteridad que muchas veces es su hermano o hermana. Un reconocimiento donde no es menester la comparación porque hay una visión de integridad y valor del propio ser.
Comparación. Primera verdad. Son comparación, es decir, que en todo momento se preocupan por la autovalorización y el ideal del yo. Cada vez que contactan con otro surge una cuestión de valor, de mérito. Los antillanos no tienen valor propio, son siempre tributarios de la aparición del Otro. Siempre es cuestión de que sea menos inteligente que yo, más negro que yo, peor que yo. (Fanon, 2009, p. 175)
Salir de la detención en la zona del no ser para caminar hacia el ser que se reconstruye desde la historia. Un anclaje de sí que no conjeture la decadencia del/a otro/a. La idea de Fanon (2009) es que no sea sobre los escombros del otro para hacerse a sí mismo y construirse o valorarse. Para Fanon toda dependencia en este sentido negativo de desear el ocaso del/a otro/a para sentirse bien es no reconocerse a sí mismo. “Toda posición de sí, todo anclaje de sí establece relaciones de dependencia con el hundimiento del otro. Sobre las ruinas de mi entorno yo edifico” (Fanon, 2009, p. 176).
En ese reconocimiento, Fanon (2009) crítica el deseo de dominar al/la otro/a, que su camino de guía sea el/la otro/a y no él/ella mismo/a. Es como dejar la autoridad en el poder de la alteridad. Un/a sujeto/a capaz de emanciparse tendrá que irrumpir en la propia dependencia con la alteridad dejando fuera el sentido negativo exterior y desde la historia tejer los hilos de la propia autoestima.
Asimismo, a Fanon le preocupa el objeto en relación a la desvalorización devuelta con desvalorización, por ende, para Fanon (2009), una gran crítica es que la valoración del/a colonizado/a no comienza consigo mismo/a, por quererse a sí mismo/a.
El antillano se caracteriza por su deseo de dominar al otro. Su línea de orientación pasa por el otro. Siempre es una cuestión de sujeto y no se preocupa en absoluto del objeto. Trato de leer en los ojos del otro la admiración y si por desgracia el otro me devuelve una imagen desagradable desvalorizo ese espejo: decididamente, ese otro es un imbécil. (Fanon, 2009, p. 176)
La idea es no tener miedo a estar desnudo/a ante el objeto donde el/la sujeto/a no es el instrumento, sino el contenido y el fin de su propia liberación. Donde no necesita a otro/a por decoración ni ser el centro. “El Héroe soy yo. Aplaudid o criticad, me da igual, pero yo soy el centro. Si el otro quiere inquietarme por su deseo de valorización (su ficción) yo le expulso sin contemplaciones. No existe” (Fanon, 2009, p. 176).
Fanon anhela que el/la sujeto/a colonizado/a reconozca la indeterminación, que no aparente el ser, sino que sea el ser reconstruido desde su historia habitada, que aparezca su ser porque el/la colonizado/da quiere más parecer que ser y con ello, se perpetua en la zona del no ser. Donde las acciones no pasen por el/la otro/a sino por sí mismo/a. Que no sea un átomo aislado de su nación. Que su afirmación provenga de sí mismo/a arraigado en su historia y episteme y no de otro/a, “porque es el Otro quien lo afirma en su necesidad de valorización” (Fanon, 2009, p. 176-177).
Del/a sujeto/a colonizado/a hacia su emancipación
Indagar por los recovecos de la afectación en nuestros mundos colonizados es ir al abismo, para Fanon sólo en el abismo encontramos algunas luces para intentar salir del complejo de culpabilidad e inferioridad. Por ello, un pensamiento descolonizador recobra la razón de ser, la traslación de este ser humano objeto determinado y oprimido al ser descolonizador que toma conciencia de su raza y clase en su historia porque:
“Implica una toma de conciencia abrupta de las realidades económicas y sociales. El complejo de inferioridad se deriva de un doble proceso, económico en primer lugar. Por interiorización o, mejor, epidermización de esta interioridad, después” (Fanon, 1973, p.10).
Fanon, se preocupa por la culpa y la inferiorización pues esto merma toda la vida de nuestro mundo colonizado, las maneras de ver y sentir; es un alcance a toda la existencia, así fundamenta:
El opresor, por el carácter global y tremendo de su autoridad, llega a imponer al autóctono nuevas maneras de ver, singularmente un juicio peyorativo en cuento a sus formas originales de existir (…) Pero nunca se logra totalmente esta enajenación (…) el grupo interiorizado había admitido siendo implacable la fuerza del razonamiento que su desventura procedía directamente de esas características raciales y culturales. (1965, p. 46)
El/la colonizado/da perdido/a se vuelve un/a evidente ciego/a, no puede ver con el corazón, sólo se guía por sus heridas internas y la necesidad de autoafirmación externa, juega su propio juego, pero la verdad se arraiga y hunde hondo como para carcomer su corporalidad retenida en la dominación detrás de sombras de la verdad histórica. ¿Qué más importa que la vida misma? Sin vendas ante la realidad colonial, la verdad aflora a tajo abierto, inserta en la materialidad por el sentimiento deshumanizado desde la vida extraída y llevada a mercancía.
“La realidad reclama una comprensión total. Tanto en el plano objetivo como en el subjetivo hay que encontrar una solución […] solo habrá una desalienación auténtica en la medida que las cosas recuperen su lugar, en el sentido más materialista” (Fanon, 1973, p.11).
La materialidad en este reconocimiento de sí mismo/a será central en Fanon. De este modo, la desalienación es recuperar aspectos materiales del territorio colonizado que influyen en la propia percepción y en la comprensión epistemológica ente lo subjetivo y lo objetivo. Un/a sujeto/a que recupera su lugar redime su materialidad ante la violencia de la historia colonial.
La violencia que ha presidido la constitución del mundo colonial, que ha ritmado incansablemente la destrucción de las formas sociales autóctonas, que ha demolido sin restricciones los sistemas de referencias de la economía, los modos de apariencia, la ropa, será reivindicada y asumida por el colonizado desde el momento en que, decidida a convertirse en la historia en acción. (Fanon, 1963, p. 23).Así desde Fanon, comprender la dialéctica inferiorización y culpabilización adscrita por el colonizado es inalienable para su liberación. Aquí, este/a sujeto/a que es histórico/a debe descolonizarse primero comprendiendo el ethos que lo/a circunda para, desde allí, desenterrar su historia no contada, y haciéndola valer fuera de la opresión de una totalidad alienante. Revertir la negación detentaría el talante de un pensar que no es agazapado por el racismo y la verdad aparente del colonizador. No es sólo una interpelación crítica de la invención colonialista, sino intentar recuperar la propia existencia desde un reconocimiento de su historia, epistemología y materialidad que permita la emancipación. No es un reconocimiento encapsulado en el yo ni en el sujeto moderno sino en un nosotros histórico, pero desde el reconstruirse a sí mismo/a también.
Habiendo juzgado, condenado, abandonado, sus formas culturales, su lengua, su alimentación, sus costumbres, su manera de sentarse, de descansar, de reír, de divertirse, el oprimido, con la energía y la tenacidad del náufrago, se arroja sobre la cultura impuesta (Fanon, 1965, p. 47-48).
Cuestionarnos el reconstruir la historia colonizada remece y socaba el orden colonial establecido que se ha impuesto como correcto. El menosprecio creado por el racismo necesita de respuestas descolonizadas ante la inhumanidad. Crear y recrear otra vida desde la historia posibilita volver a mirarse.
El/la sujeto/a y el reconocimiento desde su historia[2]
El/la sujeto/a colonizado/a que da cuenta de su realidad histórica recobra parte de su ser. Verdad e historia fisuran lo evidente de la historia oficial de la dominación en contra de los pueblos. Para ello, habrá que validar y evidenciar la historia fuera del centro colonial.
Por eso, para Fanon (1973, 1965, 1963), la comprensión entre los/as mismos/as sujetos/as colonizados es crucial; creer y fundamentar la realidad ante el prejuicio racial. Una teoría del reconocimiento del/de la sujeto/a colonizado/a para su emancipación debe comenzar desde sus bases históricas, comprender el colonialismo y la emancipación desde los contextos. Una teoría del reconocimiento que dé cuenta de la historia situada, la realidad invisibilizada que no aparece en los libros de la historia colonial.
Se trata de un mundo más capaz en base a sí mismo/a y a otros/as.
Fanon, anhela un reconocimiento desde lo no existente para el colonialismo, lo que hay que pronunciar para hacer visible la vida en aspectos sujetivos y objetivos ¿Por qué el ser humano se encuentra amarrado en lógica colonizadora?, el sentido de lo que cree no tiene representación o el poder decir no ha logrado ser parte de reconocerse más allá de la dependencia.
Fanon, no quiere sesgos políticos, ni culturales ni del lenguaje, y menos una humanidad fragmentada; un eje clave de la pérdida de reconocimiento. Hay una realidad epistemológica compleja de ver. Por eso, para Fanon, hay que soltar la subjetividad, salir de la fragua líquida y doliente hacia otros/as. El reconocimiento hacia la emancipación del/la sujeto/a debería quemar como las verdades, pero no logra traspasar el borde del/la otro/a, ni las propias heridas y limitaciones históricas, materiales, raciales, afectivas ¿Por qué?
Fanon, propone un reconocimiento entre la experiencia de la opresión racial y el despunte de un pensamiento decolonial dilucidador. Un trampolín que de impulso a la reconstrucción histórica, pero que no sabe dónde tendrá la llegada del sentido. Por eso, cuando Fanon ocupa la metáfora de, “la resistencia del otro” es un trampolín del que hay que liberarse, es porque anhela revelarse ante ello epistemológicamente hacia su reconocimiento y representación de sentido. Hay una fachada de lo real colonial significada por otros/as pero lo inusitado sería que la consideración sea desde el reconocimiento del/la sujeto/a. Fanon, quiere comprender la imposibilidad del sentido cuando no existe valoración propia del/la sujeto/a en contextos colonizados.
Para Fanon, de ambos lados de la polaridad colonial hay sólo demostración, es quizá un reconocimiento de la justificación de uno/a y otro/a, pero el reconocimiento de sí mismo/a sin dependencia ni culpabilidad es irrupción de novedad.
Cuando Fanon acusa que el destino del hombre (y la mujer) colonizado/a es únicamente ser blanco/a, es porque la experiencia normalizadora de lo real no ha sido interrumpida de sentido desde la historia. Incluso, más allá de la piel refiere al sentido colonizado desde lo occidental. Por lo tanto, una teoría del reconocimiento hacia la emancipación irrumpe el sentido normalizador de lo real en los contextos colonizados. Ir una y otra vez hacia la novedad como se ha manifestado en la filosofía latinoamericana.
Con la colonización hay algo que se salió de lugar ¿Dónde está el significado propio del mundo colonizado?, ciertamente, en la tierra y la vida desde lo cotidiano con toda la naturaleza y los ancestros, es ahí lo importante de aspectos históricos y epistemológicos, ha pasado mucha realidad, hay que confrontar el pasado, entonces una teoría del reconocimiento detenta la deconstrucción de lo humano.
En el pensamiento de Fanon, la alienación que se relaciona con el reconocimiento no es una problemática individual, por tanto, el reconocimiento es en dos planos; hacia adentro y hacia afuera, así romper el condicionamiento histórico de la unilateralidad occidental. La comprensión de ambos lados del mundo colonial es importante. Deconstruir lo que ha sido arbitrariamente significado.
Si no se ha podido deconstruir es porque hay una humanidad inexistente para ello que sostiene el Estado nación colonial en una edificación que debe ser rebasada por la praxis en la historicidad. En este subterráneo reconocimiento que propone Fanon, no hay un/a sujeto/a des-implicado/a de su experiencia ni tampoco fronteras impolutas, porque la abertura al mundo en alteridad pero liberadora es fundante para la deconstrucción con otros/as.
Por lo mismo, descolonizar es existir y es estar visible también para el/la otro/a desde la propia reconstrucción histórica, epistemológica, material, afectiva, etc. Por eso, cuando Fanon (2009) crítica al/la sujeto/a colonizado/a que ya no posee su lenguaje es porque pierde el mundo que implica el suyo porque luego se comunica sin mundo, entonces va a expresar sólo lo colonial. “Todo pueblo colonizado […] debido al entierro de la originalidad cultural local, se posiciona […] a la nación civilizadora […] Sirven para transmitir a sus congéneres las órdenes del amo y disfrutan”. (2009, p.50)
Asimismo, el reconocimiento institucional es vano y colonizador, el reconocimiento desde el centro colonial se apropia del/la colonizado/a habita en él/ella hasta confrontarlo/a con su propia vida y muerte. Emancipación o capitalismo.
Hay que detentar otra visión respecto al saber de la modernidad para desclasificar con base en la propia existencia histórica. Para María Lugones (2008), el poder capitalista eurocentrado y global está constituido por la Modernidad. Un proyecto histórico abanderado por la razón y con necesidades como: la medición, la cuantificación, la objetivación. Este universo univoco de la Modernidad y su expansión geocultural es relevante para comprender y resituar el sistema cognitivo del capitalismo. Así, la Colonialidad del poder en Lugones (2008), es vital en su comprensión del patrón de poder. Un dominio estructurado que define y organiza todos los ámbitos de la existencia humana. Por otro lado, en esta modernidad occidental, Lugones (2008) caracteriza el sistema de género colonial/moderno en su profundidad histórica, analizando cómo esta hegemonía quebranta los vínculos donde el valorarse y el quererse es transcendental.
Es notable en el pensamiento ético de Arturo Roig (2002), el valorarse a sí mismo, reconociéndose como sujeto/a histórico/a y culturalmente situado/a. Asumir el ethos liberador que rodea al/a la sujeto/a.
Apertura desde la cual nos encontramos actuando como sujetos abiertos a un proceso en que lo histórico va destruyendo las ontologías del ser y nos va mostrando insertos en el mundo variado y muchas veces imprevisible de los entes. Nos encontramos “haciendo el ser”, que es básicamente para nosotros, ser social. (Roig, 1981, p. 16)
La modernidad se adjudicó el ser, creando espacios civilizatorios que se arrojan como únicos en su acceso para ser. Lo que queda fuera no es válido, no se le permite ser ni menos el estar. Claro está, hay óbices en el sendero del reconocimiento. Fanon, va exponiendo la violencia como parte de la misma fragmentación y el universo impuesto. La propuesta anticolonial de dejar el no ser significa “salir del universo impuesto”, es también epistemológica y es fundamental. Por lo mismo, se puede observar en la obra de Fanon (1973, 1965, 1963), que aboga por el desequilibrio del mundo descolonizado. Lo que deberá hacer el/la sujeto/a es desamarrar el no ser colonizado y a-histórico para que emerja el hacer del propio ser histórico, político y epistemológico con la finalidad de reconocerse a sí mismo/a y emanciparse.
La descolonización, que se propone cambiar el orden del mundo (…) Pero no puede ser el resultado de una operación mágica, de un sacudimiento natural o de un entendimiento amigable. La descolonización, como se sabe, es un proceso histórico: es decir, que no puede ser comprendida, que no resulta inteligible, traslúcida a sí misma, sino en la medida exacta en que se discierne el movimiento historizante que le da forma y contenido. La descolonización es el encuentro de dos fuerzas congénitamente antagónicas que extraen precisamente su originalidad de esa especie de sustanciación que segrega y alimenta la situación colonial. (Fanon, 1963, p. 17)
La descolonización es un proceso histórico desde un movimiento historizante que provee forma y contenido. La descolonización es una colisión entre dos poderíos incompatibles. Por tanto, la descolonización será otro elemento fundante para una teoría del reconocimiento desde el/la sujeto/a emancipador/a.
Su primera confrontación se ha desarrollado bajo el signo de la violencia y su cohabitación —más precisamente la explotación del colonizado por el colono— se ha realizado con gran despliegue de bayonetas y de cañones. El colono y el colonizado se conocen desde hace tiempo. Y, en realidad, tiene razón el colono cuando dice conocerlos. Es el colono el que ha hecho y sigue haciendo al colonizado. El colono saca su verdad, es decir, sus bienes, del sistema colonial. La descolonización no pasa jamás inadvertida puesto que afecta al ser, modifica fundamentalmente al ser, transforma a los espectadores aplastados por la falta de esencia en actores privilegiados, recogidos de manera casi grandiosa por la hoz de la historia. (Fanon, 1963, p. 17)
Así, en Fanon (1963), la descolonización afecta la zona del no-ser. La descolonización transforma fundamentalmente al ser, por eso su importancia, porque convierte a los/as sujetos/as colonizados/as en actores con facultad histórica y política hacía su emancipación.
La descolonización es creación en un replanteamiento pleno y total de la situación colonial. Y es la misma realidad histórica del/la colonizado/a quien exige replantearse la vida.
Introduce en el ser un ritmo propio, aportado […] un nuevo lenguaje, una nueva humanidad. La descolonización realmente es creación […] Pero esta creación no recibe su legitimidad de ninguna potencia sobrenatural: la “cosa” colonizada se convierte […] en el proceso mismo por el cual se libera. En la descolonización hay, pues, exigencia de un replanteamiento integral de la situación colonial. (Fanon, 1963, p.18)
La construcción del propio ser y no el impuesto por la modernidad es lo trascendente del/a sujeto/a en contexto colonial. El/la sujeto/a alienado/a y colonizado/a para retomar su existencia deberá ser reflexivo/a, no un/a romántico/a del pasado idílico, sino un/a arquitecto/a crítico/a relacionando lo material, lo epistemológico, lo afectivo, lo político del presente para escribir la historia con perspectiva de emancipación.
Conclusiones
Tanto la historia como ir hacia el propio pensamiento son fundamentales para la creación del ser en contextos colonizados como nuestra Abya Yala y América Latina. Es relevante romper la historia oficial colonial para comprender el propio ser desde la historia de los/as sujetos/as y los pueblos para descolonizar la zona de no-ser. Lo que nos proporciona Fanon, es comprender e intentar salir de este círculo racial cerrado para construir otra historia y epistemología para la vida en relación (Alvarez, 2025).
En consecuencia, la historicidad desde el reconocimiento del sujeto en este pensador argelino hace factible la descolonización porque des-cubre el ser inventado; lo redefine desde su horizonte sociohistórico y sociopolítico. En esta perspectiva, la importancia de la historia, la epistemología y la descolonización es un camino de sentidos hacia lo inusitado para resignificar nuestro mundo colonizado donde prevalecen egos, apariencias, máscaras y cánones. Entrever la propia práctica y la revelación del/de la sujeto/a en su historia y no la impuesta, este camino permitiría la liberación frente al poder de dominación colonial. Por tanto, la historia desde el trayecto del no ser al ser, la epistemología y la descolonización son cruciales para una teoría del reconocimiento hacia la emancipación.
Cuarentena V, collagraph. Marta Arangoa
Referencia bibliográfica
Alvarez, I (2011). El intelectual Frantz Fanon: humanista y revolucionario incansable contra el colonialismo aberrante III Jornadas Caribeñistas. Pensar América desde el Caribe Frantz Fanon y Roberto Fernández Retamar, Santiago. Alvarez, I. (2025). El mapu rakizuam: pensar la vida como reconstrucción de la nación en textos y prácticas mapuche en el desarrollismo entre los años 2005 y 2017. Tesis en proceso en el Doctorado en Estudios Interculturales. Universidad Católica de Temuco. Fanon, F. (1963). Los condenados de la tierra. Fondo de Cultura Económica.
Fanon, F. (1965). Por la revolución africana: escritos políticos. Fondo de Cultura Económica.
Fanon, F. (2009). Piel Negra, Máscaras Blancas. Akal.
Fanon, F. (1973). Piel Negra, Máscaras Blancas. Abraxas
Lugones, M. (2008). Colonialidad del poder. En Tabula Rasa. Núm. 9, pp. 73-101. Marx, K. (1984). Manuscritos de 1844. Economía política y filosofía. México. Editorial Cartago.
Roig, A. (1981). Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano. FCE.
Roig, A. (2002). Ética del poder y moralidad de la protesta: la moral latinoamericana de la emergencia. Corporación Editora Nacional.
Notas
[1] Este ensayo es un segmento de mi investigación en Frantz Fanon que comencé en el año 2011 y que es parte del libro que estoy escribiendo.
[2] Esta arista la he venido trabajando hace años y actualmente, en mi investigación doctoral en Alvarez, I. (2025). El mapu rakizuam: pensar la vida como reconstrucción de la nación en textos y prácticas mapuche en el desarrollismo entre los años 2005 y 2017. Tesis en proceso en el Doctorado en Estudios Interculturales. Universidad Católica de Temuco.