https://dx.doi.org/10.19137/praxiseducativa-2024-280320


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RESEÑA CRITICA

Cuadernos del IICE N°12. Enseñar y aprender con medios digitales. Orientaciones para una mirada reflexiva, Saez, Virginia  & Cappadona, Ana Paula. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2023, 129 págs.

Karen Lopez

Universidad de Buenos Aires, Argentina

karen.lk.lopez@gmail.com

ORCID 0009-0006-2203-0026

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Si tuviéramos que caracterizar este casi cuarto   del siglo XXI, ¿qué palabras se nos vendrían a la mente? ¿En qué sucesos pensaríamos? ¿Qué elementos elegiríamos como representativos de estos tiempos? ¿Cuál sería el signo de esta época? Es probable que muchas de las respuestas que sea posible ofrecer a esos interrogantes confluyan en un lugar común: lo distintivo del siglo XXI podría ser su carácter cambiante, las transformaciones rápidas, los ciclos cada vez más breves de innovación. Y presumiblemente, muchas de las postales que se nos vendrán a la mente reserven para los desarrollos tecnológicos un lugar privilegiado. Así, si bien la computadora, el teléfono celular y el Internet fueron alumbrados el siglo pasado, su presencia en los hogares, los lugares de trabajo, las escuelas, en la vida cotidiana, en fin, se acrecentó notablemente en éste.

Todo ello se ha magnificado aún más luego de la pandemia de Covid-19. Las tecnologías digitales permitieron sostener lazos sociales en el confinamiento; posibilitaron la continuidad del vínculo pedagógico a través de aulas virtuales, redes sociales y plataformas de videoconferencias, entre otras; impactaron en los modos de trabajar; modificaron prácticas sociales; entre otras, muchas, cuestiones. Claro está, no todo son luces. Las redes sociales, al tiempo que habilitan espacios para el compromiso y la participación social y política, son un ambiente propicio para la polarización, que puede conducir a la violencia. Los nuevos medios, a la vez que democratizan el acceso a la información, aumentan el riesgo de circulación de desinformaciones y noticias falsas. La lógica del mercado que actúa detrás de los medios digitales muchas veces pasa desapercibida. De aquí se desprenden nuevas demandas para la escuela en el siglo XXI.

El N°12 de la serie “Cuadernos del IICE. Material de trabajo para educadoras y educadores”, publicación del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación (IICE) de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, busca brindar orientaciones, recursos, reflexiones, puntos de partida en relación con estas cuestiones. “Enseñar y aprender con medios digitales. Orientaciones para una mirada reflexiva” es un trabajo coordinado por la Dra. Virginia Saez y la Lic. Ana Paula Cappadona, que se enmarca en tres proyectos de investigación y divulgación científica tecnológica con sede en el IICE[1].

En el marco de la post pandemia, de cara a las nuevas demandas que enfrentan las escuelas y tomando como punto de partida la nueva significatividad que la cultura digital adquiere para las instituciones educativas, los diferentes trabajos compilados en dicha obra se proponen repensar la educación a partir de preguntas profundas y fundantes, reactualizar el diálogo y el debate sobre los usos pedagógicos de los medios digitales y la inclusión de tecnologías en el aula e invitar a los docentes a interpelarse sobre la formación de ciudadanos digitales, las nuevas formas de producción y circulación del conocimiento, la educación mediática y las nuevas alfabetizaciones. A tal fin, presentan ideas y reflexiones para construir propuestas didácticas, ofrecen orientaciones y sugerencias, comparten experiencias y presentan distintas secciones a modo de itinerarios posibles para continuar aprendiendo y profundizando en las temáticas que sean de interés.

En el primer capítulo, Virginia Saez y Micaela Percara presentan orientaciones para promover el consumo reflexivo y la lectura crítica de la información en medios digitales. A partir de concebir la búsqueda de información como una práctica social que se modifica permanentemente, y preocupadas por el contexto de infodemia, ofrecen valiosas preguntas para guiar el diseño de una secuencia didáctica que trabaje con la búsqueda de información, delimitando algunos de los aspectos centrales a considerar. Seguidamente, Amalia Güell y Virginia Saez abordan uno de los grandes desafíos para los docentes hoy en día: la curaduría de contenidos digitales. Brindan un listado de criterios para la curaduría de recursos digitales, así como una guía para evaluar sitios y recursos en Internet. Las autoras sostienen la necesidad de desarrollar y fortalecer políticas públicas de formación contínua, a la vez que resaltan el carácter colectivo del oficio docente, por lo que comparten herramientas digitales para abordar esta tarea de modo colaborativo.

Luego, el libro presenta diversos capítulos centrados en distintos tipos de recursos digitales: explora las potencialidades de la enseñanza con memes y con videojuegos, y las posibilidades de los usos pedagógicos de las redes sociales.

En el capítulo 3, Dafne Carp examina la incorporación de memes, de esta nueva forma de intervención en la esfera pública a partir del humor, tan difundida en el último tiempo, desde una mirada centrada en la alfabetización tecnológica multimodal. Analiza memes sobre temas históricos tomados de la red social Instagram y brinda así una guía para interrogar y leer críticamente estos recursos. Asimismo, sostiene que la alfabetización mediática no está completa si no permite al sujeto leer pero también producir estos textos. Del mismo modo, Ana Paula Cappadona, Mauricio Cordero Racing y Diego Berenstein se enfocan en la alfabetización relativa a la imagen, en su análisis del uso de recursos audiovisuales y la potencialidad de los mismos como provocadores, en el marco de propuestas que promuevan una formación reflexiva. Para los autores, estos materiales permiten movilizar los saberes previos de los estudiantes, invitarlos a comprometerse con su contexto, interpelar su construcción como sujetos, desnaturalizar visiones, analizar intereses y posicionamientos y dar la palabra a los jóvenes. En el capítulo 7, Carp explora las ventajas y los desafíos asociados al aprendizaje con videojuegos, y presenta diferentes formas de llevarlos al aula.

Respecto a las redes sociales, dos de las más utilizadas por los jóvenes son Youtube e Instagram. ¿Cómo incorporarlas en propuestas de enseñanza? En el quinto capítulo, Lucio Nemirovsky, Micaela Percara y Pablo Pellegrino narran una experiencia desarrollada en una escuela de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en donde el docente diseñó una propuesta para superar el uso de Youtube como mera fuente de información, es decir, como sitio en el cual acceder a videos que reponen conceptos teóricos o amplían la información. La misma consistió en crear un canal de Youtube para que las producciones de los estudiantes atravesaran las fronteras de la escuela. Por otra parte, Güell y Nemirovsky presentan las potencialidades educativas del uso de redes sociales en el proceso de enseñanza-aprendizaje, con el foco en la red social Instagram, al tiempo que abren recorridos por distintos ejemplos e ideas para que docentes piensen y creen sus propias propuestas.

En el capítulo 8, Andrea Iglesias propone un itinerario para repensar las prácticas docentes e interrogarse sobre el uso de las tecnologías superando la perspectiva instrumental. Ofrece una guía para el trabajo con casos dilemáticos a partir de material audiovisual, así como tips para sobreponerse al problema de la escasez del tiempo al proponerse incorporar tecnologías y recursos digitales. En el último capítulo, Florencia Di Matteo y Lorena Sanchez Troussel buscan brindar herramientas para pensar la evaluación en contextos de presencialidad y virtualidad. Proponen una mirada situada y a la vez, multirreferenciada de la evaluación, como un entramado entre aspectos técnico-instrumentales, psicosociales y emocionales, y presentan una tabla para invitar a los docentes a analizar sus propias prácticas mirando estas dimensiones.

El libro, recorrido íntegramente por las preocupaciones que mencionamos al inicio, cumple con su propósito. Lejos de agotarse en presentar discusiones y disquisiciones teóricas, intenta contribuir con la reflexión acerca de la práctica docente, a la cual le otorga un lugar central en la construcción de conocimiento. Consiste en una lectura de gran valor e interés para educadores y educadoras, especialmente por la amplia gama de recursos, sitios web, repositorios, ejemplos, documentos, experiencias concretas, etc. que ofrece. Además, constituye un libro digital pensado y elaborado como tal; así, a partir de la hipertextualidad, ofrece al lector la posibilidad de construir su propio recorrido dentro de la propuesta general, y más aún, fuera de ella. Resulta pues, una invitación a repensar la propia práctica, y una valiosa fuente de inspiración para la construcción de propuestas de enseñanza significativas que incorporen las tecnologías digitales desde una mirada crítica y reflexiva, a partir de la insistencia en la necesidad de fortalecer el carácter colectivo del oficio docente y de apoyarse en el trabajo colaborativo, con otros, necesidad a la que contribuyen de manera notable.


Notas


[1] Proyecto de Fortalecimiento y Divulgación de los Programas Interdisciplinarios (PIUBAS) “Desafíos digitales para una formación reflexiva. Aportes para el trabajo docente en tiempos de educación híbrida”, Dir.: Andrea Iglesias. Co-dir.: Virginia Saez. Proyecto UBACyT: “La construcción de conocimiento sobre los medios de comunicación en la formación docente. Un estudio sobre sus sentidos y prácticas”, Dir.: Virginia Saez. Proyecto PICT: “La Educación Mediática en la formación docente. Un estudio sobre sus sentidos y prácticas”, Dir.: Virginia Saez.