DOI: https://dx.doi.org/10.19137/praxiseducativa-2020-240313
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ARTÍCULOS
Las humanidades, la democracia y la política del conocimiento en la educación superior
Humanities, democracy and the politics of knowledge in higher education
As humanidades, a democracia e a política do conhecimento no ensino superior
Gayatri Chakravorty Spivak
Universidad Columbia University, USA
María Elena Pérez Bustillo
Traductora
Universidad Nacional de La Pampa, Argentina
Resumen: Este trabajo está dividido en tres partes de alguna manera inconexas. Mi intención no fue crear transiciones artificiales. La primera sección es una transcripción editada de sólo una parte de lo que realmente sucedió en el estrado, lo orienta la pregunta ¿Pueden los subalternos hablar?. La segunda parte se asemeja a un artículo preparado. La tercera parte contiene las respuestas a una serie de preguntas: ¿De qué manera pueden las humanidades poner de manifiesto las intuiciones de la democracia en el más amplio sector racial, de diversificación de clase y de género de la población? ¿Qué significa enseñar las Humanidades? ¿Qué es la aporía integral de la democracia? ¿De qué manera nos enfrentamos al inevitable corporativismo de todo el sistema educativo? ¿Qué rol tiene el currículo? ¿Qué relación existe entre clase, raza, y educación liberal en nuestros países? ¿Qué relación existe entre una voluntad de justicia social y su ejecución? ¿Qué significa interpretar una historia de violencia y usarla sin acusación o excusa dentro de la interpretación más amplia por parte de los académicos? ¿Por qué la liberación nacional no es una revolución? ¿De qué manera combatimos lo antropocéntrico?
Palabras clave: Humanidades; Democracia; Educación superior; Subalterno.
Abstract: This chapter is divided into three somewhat disjointed parts. I have not tried to create artificial transitions. The first section is an edited transcript of only part of what actually happened at the podium ¿can the subaltern speak?. The second part is something like a prepared paper. The third part is answers to a series of questions generated: how can the humanities produce the intuitions of democracy in the broadest possible race, class- and gender-diversified sector of the population? What is it to teach the humanities? What is the in-built aporia of democracy? How do we confront the inevitable corporatisation of the entire education system? What is the role of the curriculum? What is the relationship between class, race, and liberal education in our countries? What is the relationship between a will to social justice and enforcement? What is it to interpret a history of violence and use it without accusation or excuse within the broadest interpretation of the academy? Why is national liberation not a revolution? How do we combat the anthropocene?
Keyword: Humanities; Democracy; Higher education; Subaltern.
Resumo: Este trabalho está dividido em três partes de certa forma desconexas. Aminha intenção não foi criar transições artificiais. A primeira secção é uma transcrição editada de uma parte do que realmente aconteceu no estrado, a seguinte pergunta ajuda na orientação: Podem os subalternos falar? A segunda parte, é semelhante a um artigo preparado. A terceira, contém as respostas a uma série de perguntas: de que maneira podem as humanidades colocar de manifesto as instituições da democracia no mais amplo setor racial, de diversificação de classe e de gênero da população? O que significa ensinar Humanidades? O que é a aporia integral da democracia? De que maneira nos enfrentamos ao inevitável corporativismo de todo o sistema educativo? Que papel tem o curriculum? Que relação existe entre uma vontade de justiça social e sua execução? O que significa interpretar uma história de violência e usá-la sem acusação ou escusa dentro da interpretação mais ampla por parte dos acadêmicos? Por qué a liberação nacional não é uma revolução? De que maneira combatemos o antropocêntrico?
Palavras-chave: Humanidades; Democracia; Ensino superior; Subalterno.
Este capítulo está dividido en tres partes de alguna manera inconexas. Mi intención no fue crear transiciones artificiales. La primera sección es una transcripción editada de sólo una parte de lo que realmente sucedió en el estrado. La segunda parte se asemeja a un artículo preparado. La tercera parte contiene las respuestas a una serie de preguntas que surgieron del resumen que mande previamente. No borré las repeticiones. Quería conservar la atmósfera del aula.
Las universidades constituyen una gran arma para nosotros. Es necesario hacer uso de la
universidad. Aun cuando una visión esté institucionalizada, son las leyes de la institucionalización
y el disciplinamiento las que toman el mando, más que el poder de la visión misma. El comienzo
de lo que parece ser el éxito es en realidad el comienzo de los problemas. Ese es el tema de este
capítulo.
Otro sub-tema podría ser una clase acerca de como replegarse junto al enemigo, ser
cómplice, aceptarlo, pero no una complicidad en el sentido de una conspiración o involucrarse en
algo ilícito. A menudo enseñamos en un modo de gestión del conocimiento que va en contra de
nuestras mejores convicciones porque no queremos perder nuestro trabajo; aceptamos lo que
queremos sólo para oponernos. Esa es la primera regla para forjar una fuerte crítica, no nosotros y
ellos; sino el hecho de que estamos juntos en esto. Sin excusar, pero a la vez sin acusar a los
protocolos de lo que sea que estamos criticando de modo que podamos ubicar el punto en el
sistema que lo puede dar vuelta, para usarlo.
Volvamos al tema: Lo que se parece al éxito es el comienzo de los problemas. ‘¿Pueden los
Subalternos Hablar?’ Un ensayo que mencionaste cuando me presentaste, se transformó para mí
en un problema que me guio a un comienzo (Spivak, 1999). Para evaluar el lugar que ocupa la Teoría
Francesa en mi visión de mí misma en ese momento de mi vida, recurrí a mi propia clase social,
que es el tipo de clase media cómoda, aunque la mujer con la que estaba tratando ciertamente
estaba menos cómoda de lo que nosotros lo estábamos en ese momento. Entonces, en términos
generales, pensé en mi propia clase, pensé en mi propia casta y pensé en mi familia. Ahí fue donde
pensé de otro modo. Pero la mujer de mi ejemplo fue un tipo especial de subalterno que Antonio
Gramsci, el activista italiano que definió el concepto, sólo pudo imaginar cuando estuvo en prisión
siendo vigilado por una mujer cuya hermana, su esposa, estaba exiliada en su propio país como
miembro del OGPU, la agencia de seguridad e inteligencia soviética.
En la definición gramsciana clásica, el subalterno es un grupo social, no un individuo. Y, en
segundo lugar, un subalterno es alguien a quien se le niega el acceso a las estructuras de movilidad
social. En 1986 comencé a probar la idea de la producción gramsciana del subalterno intelectual sin
pensar específicamente en Gramsci a excepción de cómo lo tenía internalizado por la enseñanza.
Su idea había sido hacer al super-educado tradicional intelectual, en concreto yo misma, un
instrumento en el aprendizaje de aprender cómo enseñar a mentes dañadas en lo cognitivo. Así, cuando se dice ‘enseñanza y aprendizaje’, para mí, que no soy una filósofa institucional de la
educación, son las lecciones aprendidas durante estos 50 años de enseñanza institucional en
Columbia y en universidades prestigiosas de los Estados Unidos pero también en los sectores más
bajos del electorado en India, mi país de nacimiento, analfabetos sin tierras, denominados
intocables, personas que no conocen la palabra empleada por el movimiento de clase social
ascendente, una palabra del idioma sánscrito clásico -Dalil- que se emplea en el exterior para
reconocer a estos grupos. A juzgar por estos dos extremos, mi mensaje es: aprende a aprender cómo
enseñar a este grupo específico. Me gustaría pensar que soy lo que en un lenguaje teórico se
denominaría el complemento peligroso; demostrando que las herramientas y plantillas elaboradas
por la gestión del conocimiento son incompletas, que deben superarse al conocer la actitud
específica de un grupo, abriendo las estadísticas homogeneizantes.
Estuve analizando su Quality Enhancement Project (en adelante Proyecto de Mejora de la
Calidad) (CHE, 2014) y es un material muy bueno. Los diseñadores realmente quieren ayudar a los
estudiantes; quieren que sean exitosos:
El énfasis es necesario por la combinación de un bajo índice de participación, sólo un 17% de entre
20 y 24 años de edad en 2011, bajos índices de producción y una férrea inclinación racial en el éxito
de los alumnos. (Grayson, 2014, p. 2)
Nadie puede criticar esto. Por otro lado, por una cuestión de velocidad y conveniencia, los
diseñadores tuvieron en cuenta el trabajo de John Kotter, que fue desarrollado en un contexto
comercial y luego transferido a otros contextos carentes de especificidad. Si bien en la literatura
publicada leemos: "Gran parte del mismo puede adaptarse al contexto de educación superior," yo
objetaría. El modo en que uno lidera y tiene éxito en el mundo de los negocios es bueno con estos
sistemas de herramientas para la gestión del conocimiento. La clase de éxito no es la misma que la
que se tiene cuando se prepara el terreno para sistemas dañados en lo cognitivo. Insertar en el
empresariado a los privados de derechos que no tiene acceso al mismo sin una educación formativa
es una fórmula segura para la violencia y la corrupción, a pesar de la historia ocasional de Horatio
Halger transmitida por televisión o en los medios.
Ya en casa, trabajo con mis docentes y supervisores, y les digo,
He venido a reparar deudas ancestrales. Soy una buena persona. Mis padres fueron personas
increíblemente buenas, de vida simple, de mentalidad compleja, anti castas, en contra del
sectarismo religioso, eran personas muy sólidas, pero dos generaciones de buenas personas no
representan nada en el contexto de miles de años de daño cognitivo. Te criamos negándote el
derecho al trabajo intelectual, te criamos para el trabajo manual, te castigamos por el trabajo
intelectual y, de hecho, te educamos en la obediencia. Quiero que sepas que yo soy tu enemigo
porque la historia es más grande que la benevolencia personal y quiero que seas capaz de
trabajar sin mí.
Ahora esta situación particular, aprende a aprender cómo enseñar, saben de qué estoy hablando.
Todo se comparte. Mi maestro, mi director educativo, tuvo siete años de escolarización. Mi director
de agricultura ecológica tuvo cuatro años de escolarización, nada más que escolarización básica y
realmente mala educación como cualquier otro en un apartheid de clases, de modo que su
capacidad para un trabajo intelectual incondicional fue destruida. Algunos de los analfabetos son
más inteligentes, y son inteligentes precisamente porque no han sido arruinados por la mala
educación. En dicho contexto, cuando se gestiona el conocimiento, lo que estoy obligada a decir es
que en realidad se empobrece, un empobrecimiento existencial en pos de la conveniencia, en
realidad destruye la posibilidad de una educación en el sentido más amplio de la palabra. Es una
fórmula de éxito donde la especificidad de grupos está generalizada como en el modelo de Kotter
y el éxito se mide con estadísticas blandas.
Rubby Dhunpath me dio como título ‘Democracia y Humanidades’. Y de hecho estoy hablando
de la conexión entre las humanidades y la democracia, que constituye el Proyecto de Mejora de la
Calidad que los diseñadores han establecido para ellos, no para el éxito comercial de las empresas.
Son las humanidades, con su énfasis metodológico en el otro que puede motivar en el estudiante
la intuición de que la democracia no se trata de, yo, yo, yo, autonomía y libertad - es una profunda
aporía, una profunda contradicción - es al mismo tiempo igualdad para las personas que son
completamente diferentes a mí, canallas y ladrones, cualquiera, ellos son lo mismo que soy yo.
Las iniciativas en la lucha por los derechos humanos se preocupan en promover el auto-interés
justificado de las víctimas, pero no fomentan una sociedad justa para todos. La democracia tiene
en su naturaleza esta contradicción intolerable, que es el motivo por el que la democracia debe
trabajarse. Estoy hablando de la enseñanza de humanidades en ese contexto, no estoy hablando
de cómo usted enseña en general. Estoy hablando de esta cocción lenta del alma como es, sin la
cual no se pueden usar los sistemas. Sus alumnos luego pueden usar los sistemas de gestión del
conocimiento de un modo crítico (se espera) porque se ha construido una base - que sólo puede
ser lenta - sobre la cual la gestión queda establecida dentro de un patrón epistemológico diferente,
no en la cima, pero al alcance (se espera). No existe otro modo. La velocidad es primordial, aunque
para poder ser capaz de usar la velocidad correctamente más que para el hackeo o la pornografía,
o cualquier clase de piratería y robo, o drones asesinos o la transformación del espacio en una
empresa comercial, usted primero tiene que preparar el terreno mediante la enseñanza de las
humanidades que no tiene que probarse a sí misma en un mundo que sólo puede validar la
digitalidad. La digitalidad es como un caballo peligroso. Primero usted tiene que aprender a montar.
La calidad y el desarrollo se ven comprometidos y empobrecidos en su esencia por una seguridad
absoluta en las denominadas herramientas y plantillas. Observaba el panorama de la coordinación
nacional y local en la literatura sobre el Proyecto de Mejora de la Calidad que estaba analizando y
tengo la certeza que no va a modificar los deseos de modo tal que una sociedad democrática sea
posible. Aun así, la mayor parte de las afirmaciones de Kotter son de corte psicológico y de
naturaleza conductista. Muchos podrían argumentar que las presunciones y conclusiones que se
obtienen del mismo se basan más en un modelo bastante rudimentario de la mente humana, que no incluyen las especificidades de lo racial de la clase del otro’. Cuando el proyecto Kotter menciona
algo tan amplio como ‘incorporar los cambios en la cultura,’ parece un chiste si se aplica a un
contexto sudafricano. Ud. sólo puede intentar - repetir, intentar hacer esto si se ha ganado el
derecho a entrar a ese otro espacio. Quiero decir, formación en lectura literaria. No sólo leer novelas
sino enseñar a leer de modo que se pueda recorrer el espacio del otro. En la actualidad se enseña
negativamente sólo dentro de ciertos grupos que practican el genocidio. Y no intentamos crear un
mundo que no va a querer matar.
El terrorismo nos enseña cómo la economía política, usando la ideología de raza, casta o
religión puede destruir la enseñanza y el aprendizaje. Y el opuesto, ‘el estado de derecho’ que surge
porque se derriban las barreras entre el capital nacional y el capital global, y el estado se maneja
para gestionar la economía global más que para específicamente cuidar a los ciudadanos, intenta
mejorar la enseñanza y el aprendizaje al elaborar herramientas que también limitan la enseñanza
y el aprendizaje. En el apartado anterior, comenté el Proyecto de Mejora de la Calidad porque esto
ha llegado a tu universidad. De hecho, en la actualidad, este tipo de iniciativas existen en lugares
seleccionados en todos lados, de manera global.
Las descripciones oficiales del proyecto dicen que debería existir un énfasis nacional en
mejorar la enseñanza y el aprendizaje, particularmente en el nivel de carrera de grado, que registra
más del 80% de las inscripciones de los alumnos. Este énfasis es necesario por la combinación de
un bajo índice de participación, sólo17% de entre 20 y 24 años de edad en 2011, bajos índices de
producción y una férrea inclinación racial en el éxito de los alumnos “...El siguiente ciclo de
actividades serán formuladas como el Proyecto de Mejora de la Calidad (PMC), con énfasis en el
éxito de los alumnos durante todo el período de la educación superior.” Si bien el trabajo de John
Kotter se desarrolló dentro de un contexto empresarial, gran parte del mismo puede adaptarse para
el contexto de la educación superior. Kotter identifica ocho pasos para liderar el cambio:
1. Crear un sentido de la urgencia: Ayudar a los demás a que vean la necesidad del cambio y estarán convencidos de la importancia de actuar rápidamente.
2. Crear la coalición guía: Armar un grupo con el poder suficiente como para liderar el esfuerzo por cambiar, y motivar al grupo para trabajar en equipo.
3. Desarrollar una visión de cambio: Crear una visión que ayude a dirigir el esfuerzo de cambio y desarrollar las estrategias para lograr esa visión.
4. Comunicar la visión para lograr apoyo personal: Asegurarse que todos los que sean posible comprendan y acepten la visión y estrategia.
5. Empoderar una acción amplia: Derribar los obstáculos que impiden el cambio, cambiar los sistemas o estructuras que debilitan seriamente la visión y fomentar la toma de riesgo y las ideas, actividades y acciones no tradicionales.
6. Generar logros a corto plazo: Planificar logros que puedan ser fácilmente visibles, seguir hasta el final con dichos logros y reconocer y premiar a todos quienes estuvieron involucrados.
7. Nunca aflojar: Emplear una credibilidad creciente para cambiar los sistemas, las estructuras y las políticas que no se ajustan a la visión. Contratar, ascender y formar personas que puedan implementar la visión. Estimular el proceso con nuevos proyectos, temas y agentes de cambio.
8. Incorporar cambios a la cultura: Articular las conexiones entre los nuevos comportamientos y el éxito de la organización, y desarrollar los medios para asegurar el desarrollo y la sucesión del liderazgo (Grayson, 2014, p. 3).
Después de esto viene el diagrama típico (Grayson, 2014, p. 7):
Procesos para cada etapa del PMC indicando actividades coordinadas a nivel nacional y basadas en la institución.
Cuando hablé con el ministro de educación en Bengala Occidental sobre el problema de enseñar inglés, estaban dispuestos a brindarme esas herramientas, fundamentadas simplemente por dichos
diagramas. Y nuestro romance con el trabajo por el ‘patrimonio’ - que sigue las órdenes del Fondo
Mundial de Monumentos - emplea generalizaciones amplias como estas para los cambios
sistemáticos absurdos.Como ya he señalado, la calidad y el desarrollo se ven comprometidos y empobrecidos en su
esencia por una confianza absoluta en las denominadas herramientas y plantillas. El deseo de
dichas soluciones rápidas debe modificarse con la educación de la imaginación para comprender
que las herramientas bloquean las contingencias y por lo tanto cambian. Uno debe enseñar cómo
crear herramientas como si fuesen casas de transición de la que se prescinde por la contingencia
más que ofrecer herramientas para dar solución al problema de la acción. Se debe advertir
insistentemente (palabra importante) sobre la existencia de un ‘complemento peligroso’ en estos
tipos de sistemas exitosos - exitosos por ser reduccionistas y fáciles - para poder brindar lo
incalculable, porque las herramientas detienen las contingencias. De hecho, ninguna computadora
puede anticipar las contingencias (Rousseau citado en Derrida, 1967, p. 229). Uno de los problemas
con las herramientas radica en que hacen la enseñanza ‘más fácil’. Muy alejados del turismo
solidario radical, los docentes de lengua, al igual que los docentes de literatura de quienes están por
jerarquía separados, ya no se enfrentan al desafío de lo inesperado. Tal vez deberíamos recordar
que la educabilidad de la literatura no se encuentra sólo en su “categorizabilidad”, si no en el hecho
de que puede abrirnos a una contingencia que escapa a la gestión del conocimiento. No soy una
romántica. Y ciertamente no estoy sugiriendo que volvamos a los tiempos primitivos de exteriorizar
las emociones en las comunidades globales que veo en muchas de las conferencias internacionales a las que me invitan porque me consideran una persona ‘postcolonial’. Queremos combatir la
lingüística y la antropología ortodoxas, las disciplinas coloniales, del mismo modo que intento combatir desde adentro la disciplina de la lectura literaria que se está volviendo colonial ya que se
permite ser cuantificada en lugar de motivar una defensa insistente de las humanidades como un
arma y un instrumento (Spivak, Resisting Trivialization, 2014). La seducción de las humanidades
digitales nos hace olvidar que la mayor utilidad de las humanidades radica en cargar la
computadora en el cerebro.
En el listado de John Kotter, como en el Contrato Social aprobado por el Foro Económico
Mundial (cuyo punto en común es el interés corporativo para el cambio social), hay dos clases de
ítems: uno es hacer lo que se dice (valores humanos básicos) y el otro es poner en práctica lo que
se predica (‘buenos’ trabajos para quienes aún no se han graduado, oportunidades sólidas de
educación técnica, esquemas de residencias, un sistema de incentivos e impuestos pro-activos y
estrategia industrial del siglo XXI). Uno no puede poner en práctica lo que predica simplemente con
acordar hacerlo. Es una decisión colectiva, no algo simplemente impuesto desde arriba. Uno debe
aprender el hábito de pensar sobre las otras personas como iguales, aunque diferentes, algo que se
describió en el apartado anterior como albergando la aporía de la democracia. Acá debo destacar
que esta es también la situación entre el alumno que lee y el que elaboró la pieza literaria. Esta es
la clase de formación democrática que las humanidades pueden brindar.
Además de la enseñanza universitaria, en su mayoría en los Estados Unidos, también dediqué
tiempo y conocimientos (no sólo dinero y visitas presenciales) durante 30 años, educando docentes
y niños en seis escuelas primarias pequeñas que yo creé entre los analfabetos sin tierras en el oeste
de Bengala Occidental. Mucho de lo que digo es probado allí.
Por lo general nuestro deseo es hacer cosas nosotros o para nosotros mismos. Una buena
enseñanza de literatura implica que al alumno se le enseña cuidadosamente cómo recorrer el
espacio del otro, a comprender qué es a lo que el/ella se enfrenta en términos de la persona
desconocida que escribió lo que el/ella enfrenta. Este es el secreto de lo ético y lo democrático. Uno
tiene que seguir el ritmo, no seguir pasos sencillos que le permitan decir ‘Te ayudé’. Una
implementación a largo plazo de cualquier plan para construir una sociedad mediante la educación
requiere de la enseñanza de las humanidades en todos los niveles y en todos los lugares, de modo
que el deseo de una justicia social pueda habitar las almas por un largo período, y no siempre sea
susceptible a la evaluación estadística para ver de qué manera cada ítem de una lista se logra
institucionalmente. Los cuadros estadísticos largos y detallados para cada país sin dudas son útiles,
pero, en términos de conservar un mundo mejor, tenemos que tener en cuenta que las naciones
no son promedios abstractos rígidos, y que las evaluaciones constituyen recopilación de hechos
remotos que a menudo no reflejan la realidad cotidiana.
Nosotros docentes de las humanidades-literatura y filosofía- educamos nuestra
imaginación de la mejor manera para conocernos a nosotros mismos de un modo diferente, y para
ver al mundo de una manera diferente, de modo que nuestros alumnos y nosotros mismos
deseamos llevar a cabo las cosas buenas del Contrato en lugar de tener que ser evaluados para
ejecutarlo.
Hoy el énfasis en la educación está adquiriendo una velocidad digital. Para poder usar lo
digital para la justicia social, el alma debe educarse lentamente, y es aquí donde la formación
literaria como la he descrito entra en juego. Recientemente, en el homenaje a la vida del escritor
nigeriano Chinua Achebe, se enfatizó repetidamente en el efecto positivo de sus trabajos literarios.
En base a mi experiencia laboral en África, me vi obligada a decir que, por debajo de un determinado
nivel social, los nigerianos no tenían idea de quien era o qué había escrito. Por lo tanto, la tarea fue
expandir el círculo de nigerianos que supieran leer y al mismo tiempo pudieran aprender de la
literatura.
Recuerdo en este momento a Rahul Lohar, un alumno impresionantemente brillante de
Shahabad a quien le insistí para que su cabeza trabajara en tratar de pensar qué es en realidad
aquello que estas medidas utilizadas para calcular el área están verdaderamente midiendo.
Involucrar la cabeza en un trabajo intelectual cuando durante milenios no se le permitía al grupo
social es en realidad comparable a acceder al texto del otro en uno mismo. Es la práctica ‘literaria’
de lo ético, bastante diferente de la obligación internalizada para servir y de la violencia consciente.
No se asemeja a la ‘literatura’ que el dominante asigna con nombre propio. No obligaría del mismo
modo al alumno cuyos padres son de clase media. El trabajo intelectual es históricamente posible
allí, y hasta puede ser divertido. Pero en este caso se trata de un hijo de analfabetos sin tierra y toda
su vida se experimenta, en otros términos. Y de hecho estoy convencida, por sus respuestas
extraordinariamente impulsivas, que interrumpen otra enseñanza, que esto lo vitalizaba
completamente. Esto es lo ‘literario’ para el niño porque ejercita la misma práctica que la literatura
para los lectores de elite formados como nosotros mismos y nuestros alumnos de elite.
Sólo una de las seis escuelas rurales los docentes eran hombres que pertenecían a dos
castas hindúes diferentes. El docente ayudante, que casi no está en condiciones de dar clases en
jardín de infantes niveles Uno y Dos, compró un título de Educación Básica después de lograr juntar
100.000 rupias. Continuará ‘educándose’ durante dos meses y espera conseguir un trabajo para
enseñar en secundaria mediante el mismo soborno, aunque este trabajo en realidad cuesta entre
1.500.000 y 1.600.000 rupias, como inocentemente me dijo. El momento preciso en que recibía
estas noticias, estaba cenando con Santosh Karmakar, un docente de secundaria de postura
izquierdista que pertenece a la burguesía terrateniente y su hija, que también está estudiando para
ser docente de Educación Básica en la Universidad Viswa Bharati (fundada por el héroe nacional
Rabindranath Tagore) que me contó que su educación exigía 1.400 horas de exámenes durante el
curso de un año, dos meses de prácticas en una escuela secundaria, que son supervisadas por un
evaluador registrado, entre otros requisitos. Mucho más exigente que la licenciatura, según me dijo.
Queda claro cómo se capacitan los docentes de los hijos de la burguesía, para lograr calidad (aunque
la corrupción también ha llegado aquí); y cómo se capacitan los docentes de los hijos de los
subalternos -estos son los años de escolarización que se cuentan en el Índice de Desarrollo Humano
para evaluar el desarrollo de un país. Los subalternos deben mantenerse en una situación sólo de
trabajo manual -sobornados con deportes y con el famoso programa de los cien días de empleode
modo que podamos mantener a la mayor parte del electorado como víctimas de la violencia física y epistemológica, para poder producir los votos. El juicio democrático en el marginal o el
subalterno es una cuestión terrible. (Panda, n.d.)
‘¿Por qué existe un creciente interés en el conocimiento?’ se pregunta Prusak (1997, p. vii),
editor de Knowledge in Organizations, al citar a los presocráticos. Esta pregunta ignora el hecho
simple de que la palabra ‘conocimiento’ ha cambiado desde la era presocrática. (Por supuesto, en
ese momento no existía el idioma inglés Y si estamos pensando el mundo, debemos -por supuestorecordar
todos los idiomas que configuran el significado para sus hablantes. Como alguna vez
comentara un médico que trabaja en Kenia y que se rehúsa a ser un trabajador de la salud
verticalista: “Las personas entenderán Swahili, pero no le podrá hablar a su corazón a menos que
hable su idioma: ‘Entiendo lo que me está diciendo, pero no lo comprendo.’” Esto es un valor
humano básico: hablar directo al corazón. Si cree que es inconveniente, ya que de hecho lo es, no
sueñe con mejorar el mundo. El conocimiento real depende de alimentar el alma con un
aprendizaje lento, no la sopa la instantánea de una herramienta que se ajusta a todo. El mundo no
está poblado por drones humanoides. No se puede elaborar un conjunto de herramientas para una
‘métrica moral’, o si usted lo hace, se desilusionará.
En Nigeria y Kenia, algunos de nosotros organizamos un proyecto para una base de datos
de todas las lenguas maternas sin sistematizar del África subsahariana. Sé que la situación en
Sudáfrica es diferente. Pero me gustaría compartir con ustedes algunas de las cuestiones que
pensamos juntos.
El trabajo intelectual comienza con la educación de los niños, lentamente. Esto es lo que
crea la base para los alumnos secundarios y terciarios, alejado, uno espera, de las jerarquías
largamente establecidas. Y ha quedado ampliamente demostrado que, por lo menos una educación
primaria bilingüe sienta las bases no sólo para aprender otros idiomas (incluyendo las matemáticas,
la digitalidad, inglés por supuesto, y otros); sino que también conecta el mundo de la justicia social
y del bienestar social general con las etapas más tempranas del desarrollo del niño. Los idiomas
‘globales’ son las primeras lenguas para sólo una parte del mundo. Tienen una conexión intrínseca
con ellos. Otros, y aquí estamos hablando de la raza, la clase social y el género, sufren de una pérdida
de conexión con el idioma de su infancia y esta es una pérdida ética tan significativa como el cambio
climático para el futuro de la humanidad.
Estos idiomas no están desapareciendo y en necesidad de conservación. Son flexibles
porque no se separaron debido a las disciplinas coloniales de la lingüística y la antropología de los
siglos XIX y XX. Están vivos y son intercomprensibles, y vigentes para las campañas electorales, por
lo menos en el África subsahariana. Hacemos uso de este recurso existente, muy diferente de la
conservación de los idiomas en peligro orientada al pasado. Les brindamos a los trabajadores de la
salud, de la educación y de la agricultura un acceso orientado al futuro de estos instrumentos
cruciales de entrega exitosa, las lenguas maternas activas de África. El objetivo de nuestra
investigación longitudinal es crear una plataforma multi-portal de acceso global, que les permite a
los investigadores documentar, explorar y brindar portales a la comunidad y a los trabajadores de este ámbito. Las consecuencias más amplias fomentarán una investigación legal innovadora en
portales de acceso y una investigación internacional de la historia oral y el estudio de idiomas.
La educación superior basada en una educación primaria bilingüe como esta es más
enriquecida y más adecuada al esfuerzo de romper con las antiguas solidaridades de clases sociales.
El objetivo imposible no es continuar reproduciendo las antiguas solidaridades de clases sociales
mediante el acceso a una educación superior sino expandir el alcance de la educación superior al
integrarla con una visión holística y de clases del espectro de toda la educación. Cuando los
pensadores del desarrollo como Mkandawire (2015, p.19) muy atinadamente piden ayuda para la
educación superior, deben tener esto en cuenta, de lo contrario el ‘sector privado’ africano será
considerado principalmente como ‘poco probable de financiar más de un cuarto de las necesidades
principales de inversión’. Estamos educando y expandiendo el sector privado. Es por esto que sus
deseos deben modificarse y he intentado describir brevemente por qué debe ponerse el énfasis en
el estudio de las humanidades.
¿De qué manera pueden las humanidades poner de manifiesto las intuiciones de la democracia en el más amplio sector racial, de diversificación de clase y de género de la población? Ninguna sociedad ‘se desarrolla’ si a sus habitantes no se les muestra la práctica de la libertad, lo cual es bastante diferente al establecimiento de los derechos a través de la intervención por parte de los representantes electos, la agitación de los activistas constitucionales, o el litigio de interés público mediado por intereses nacionales o internacionales. No obstante, más allá de la pobreza y cuán oprimidos sean los grupos en donde enseñamos, más allá que estén o no habituados a la competencia inherente a la lucha de clases; ni tampoco involucrados absolutamente aún en las cuestiones de equidad por las preferencias existentes de género; o en conocer completamente las formas de liderazgo en la resolución de cada detalle de la práctica áulica: todo esto debe ser alentado. Y todo esto va complejizándose, desde luego, a medida que los niveles van subiendo. Cambian a medida que vamos subiendo de nivel, desde luego. El justificado interés de la enseñanza en sí misma –como en la negociación colectiva, las intervenciones de los derechos humanos, o la Toma de Wall Street- no conduce necesariamente a una sociedad justa.
La democracia se equipara ahora con una estructura civil operativa, el funcionamiento de
una burocracia jerarquizada, y elecciones ‘limpias’. Existen numerosos ejemplos en todo el mundo,
esa constante violencia de estado basada en el modelo de venganza y represalia puede coexistir
con la así llamada democracia. La venganza es, por cierto, un tipo de justicia salvaje que demuestra
que ninguna retribución es adecuada a los perfiles del tributo. Sin embargo, nada tiene que ver con
una visión de la justicia social, que se construye a sí misma sobre su propia prolongación indefinida.
Reside en la capacidad que tienen todos los niños, y por lo tanto todas las personas, para usar el
derecho al trabajo intelectual y creativo, no solo en cuanto a facilidad y velocidad de aprendizaje. Es por esto que no es suficiente compartimentar la ‘educación superior’, que también conserva a la
clase. Además, para ser lo suficientemente flexible como para tornarse ‘real’ más que meramente
poderosa, la evaluación estadística mediante el uso de herramientas no debería reemplazarse o
encontrar resistencia, sino complementarse, por medio de las habilidades de lectura del estilo de
las humanidades, no confinada a un círculo privilegiado, que circula en su propio circuito, bastante
separado de la investigación y desarrollo y de la política, que también circula en su circuito
privilegiado, apartado de los lectores. Las humanidades, a mi juicio, son una forma de activismo
creativo que deben permear el bienestar cualitativo y cuantitativo y la capacitación en las
disciplinas económicas, así como también en derechos humanos. En la actualidad, es el último
grupo el que comparte algo con las humanidades, al menos en universidades de elite selectas en
los Estados Unidos. En estos programas, los legalismos de los derechos humanos superan las lentas
habilidades de lectura de las humanidades.
Una aporía es una situación donde dos soluciones apropiadas se neutralizan. No obstante, siempre se debe elegir una solución para cada contingencia. Esta es la aporía integral y definitiva
en la democracia: significa autonomía (libertad frente a), libertad; y otros (libertad para), igualdad:
nosotros y ellos. Irreduciblemente, la democracia constituye el sitio aporético de la libertad y de la
igualdad y los niños en las democracias deben ser educados para esto. No existen más que
obstáculos en el camino. Hablo de apartheid de clases; de lo que di un ejemplo concreto
anteriormente. Analicen el siguiente ejemplo: cuando le expliqué a un graduado de un país
latinoamericano que el denominado ‘final M.A.’ (sin ayuda financiera, sin acceso al grupo de
doctorado en las Universidades de Investigación 1) era un mecanismo para recaudar fondos, me
contestó “con la globalización todo cambió, no nos molesta comprar marca comercial para el
progreso futuro”. Es por esto que elegí como título para mi discurso Netaji en Calcuta, mi ciudad
natal: ‘¿Libertad después de la Independencia?’ Libertad para, después de la Libertad de.
De otra manera, un movimiento Khilafat revitalizado (1919-1924) – la fundación de un
nuevo califato por ISIS (Khilafat) – legitima la política del Acuerdo Sykes-Picot que compuso el mapa
de ‘Medio Oriente’ por inversión y la compleja historia del identitarismo y lo heredado de la minoría
metropolitana que atrae a miles de tunecinos ‘democráticos’ nacidos en Arabia y musulmanes
europeos/estadounidenses, así como a mujeres. (Lo 'Heredado' en Bengala Occidental y en África
continental parece hasta ahora ignorar la política global.) No existe conciencia de aporía aquí. Solo
la libertad como identidad. Nuestra tarea es, más bien, modificar el deseo por lo transcendental,
insistentemente (palabra importante), de la creencia a la imaginación, de la elección racional a la
literaria y diversificada específica de clase en lugar de ofrecer comentarios del estilo de ‘choque de
civilizaciones’ tales como ‘ellos no comparten nuestros valores’ (Ministro de Relaciones Exteriores
canadiense en la CNN) o ‘ellos no tienen valores humanos’ como lo expresara un ejecutivo de Silicon
Valley y una integrante políticamente correcta del personal femenino en una reunión del Consejo
de Valores (James, 2008). El Nuevo Contrato Social del Foro Económico Mundial quiere ejecutar un movimiento de cambio de una manera totalmente confusa (dándoles el beneficio de la duda). Por
lo tanto, necesita de lo literario – como educación para lo ético – como método. En un mundo de
negación del trabajo intelectual – en un reciente Suplemento de Educación en el New York Times,
un artículo que aconseja a los recién graduados acerca del ingreso a las escuelas profesionales,
comienza con estas palabras: ‘No somos humanidades parlantes’- sus creadores no van a aceptar
esto (‘Going professional: The ins and outs,’ 2014). El desarrollo puede existir en cualquier dirección,
no trae consigo un sistema de valor – es algo incondicional, pero siempre limitado por condiciones,
y en nuestro mundo por consideraciones económicas. Es lo que llamo ‘subdesarrollo sustentable,’ porque a menudo es el nivel de desarrollo que se mantiene en un mínimo de modo que se pueda
mantener la maximización de beneficios. La palabra ‘sustentable’ también es abierta y no conlleva
condición alguna. En cuanto a la democracia, es el único sistema de gobierno que es hospitalario
para todas las formas de pensamiento y por lo tanto no se puede conducir si el electorado no es
educado en un juicio que se puede dirigir hacia otros. Esto, nuevamente, es la aporía o disyuntiva
entre la libertad, que supuestamente es incondicional, y la igualdad, que impone una condición para
ser conscientes de que otros, incluso completamente diferentes de ti, supuestamente son
imaginados por ti como iguales. Cuando trabajo esto mediante la fórmula ‘los niños de otras
personas’, se me dice que esta es una noción biopolítica liberal. Pero deberíamos ser capaces de
pensar al niño como un evento absoluto sin poner en riesgo los derechos reproductivos o el derecho
de los seres humanos a elegir. Lo primero es incondicional, como la justicia; lo segundo, una
condición importante, como la Ley.
A través de la construcción constante de una masa crítica. El ‘Nuevo Intelectual’ de Antonio
Gramsci es un permanente persuasor. Debemos continuar expresándonos; que la educación en las
humanidades nunca va a generar ingresos para la universidad de manera inmediata. Es más bien
una atención médica epistemológica y ética para la sociedad en su conjunto. Estos son los
ciudadanos globales y líderes completamente preparados que uno imagina del mismo modo que
todos los filósofos entienden por ser racional. El condicionamiento material del sujeto futuro no se
puede comprender de otro modo. La relación entre la imaginación y la intención alberga el derecho
a la abstracción, por tanto tiempo negado a los subalternos y que desaparece con tanta rapidez bajo
la elección racional, la economía conductista y la gestión del conocimiento entre los miembros de
la élite. Se deberían invertir recursos para convertir a las humanidades en una opción más atractiva
para los estudiantes interesados, de modo que la cantidad de estas personas en la sociedad se
incremente significativamente. Si el socialismo internacional murió por causa de un vacío ético –
en otras palabras, no hubo desarrollo de un nuevo enfoque de lo ético – el capitalismo global,
aunque no se avergüenza de debatir lo ético, continuará viviendo con la misma enfermedad
terminal –un vacío ético, mientras que la historia del milenio se ve legitimada por lo inverso.
Volvamos por un momento al Foro Económico Mundial, con la intención de que el
capitalismo se vuelque hacia la justicia social. Ya señalé que su meta buena, que en sí misma pone al descubierto cada vez más barreras ideológicas, posee recursos creativos inadecuados. Sin
embargo, reconocen complicidad – lo hicimos solos. Desafortunadamente, la tradición más sólida
de la mejora para ellos es lo que cualquier análisis serio debe denominar subdesarrollo sustentable,
que es lo que la promoción de la calidad mediante la gestión del conocimiento ayuda a sostener
aún más. Subdesarrollo sustentable. La educación a través de proyectos estadísticos y ridículos para
hacer el bien en manos de menores de treinta digitalizados.
No mucho. Por causa de la estratificación social, un currículo normalizado sólo es bueno
para la cultura dominante. Pero un currículo personalizado es también una pérdida de tiempo. Es
el método de enseñanza/llegada lo que es importante – una reorganización de deseos no
coercitiva- llegar al instrumento epistémico cognitivamente dañado.
¿Acerca de nuevos libros de texto?
Cómo no usar la computadora. La Comisión Estatal de Educación en Bengala Occidental
elaboró un excelente conjunto de libros de texto para la escuela primaria. A los docentes
subalternos les resultan muy difícil usarlos para enseñar porque no se parecen a los libros antiguos.
Recurrí al director del programa de libros de texto para ayudarlo con información básica. Dijo que
estamos intentando recuperar a los alumnos que hablan inglés, los hijos, en otras palabras, de los
ricos y de la clase media alta. No hay tiempo para los subalternos.
¿Cuáles son los límites del empoderamiento económico? La incapacidad para percibir los
ingresos como instrumento, y no sólo para la auto-mejora. El ‘Desarrollo’ implica la transición
económica al circuito de capital sin prestar la suficiente atención a la formación del sujeto. La ética
como tal no se puede poner en práctica después de los negocios, o se ha sustentado el negocio de
la medicina de urgencia. La ética es incondicional.
¿De qué manera abordaremos los sistemas de conocimiento autóctonos? Participando de
sus protocolos y ganándonos el derecho de modificarlos desde adentro, aprendiendo de los errores.
¿De qué manera medimos la ‘autenticidad’ en el conocimiento? Al percibir la forma de
producción de los detalles.
¿Qué relación existe entre educación de calidad III y el imperativo democrático? Contenido
y forma.
La educación liberal es un espacio de lucha. Dentro del sistema colonial, la educación liberal era para imitar, divisoria de clases. Al no tener un control sin mediación sobre el sistema nacional, originó una clase inútil. Aquí destruimos veneno con veneno. El veneno se puede convertir en la medicina. Esta no es una ‘crítica al Eurocentrismo’. En las escuelas rurales trato de que los grupos se hagan amigos del desgraciado mapa mundial que se encuentra en la contratapa del libro de geografía. Señalo el extremo noroeste del enorme continente Euroasiático en ese mapa terrible y les explico que eso es Europa y que aunque son tan pequeños, ellos ganaron. Discutimos la manera en que ganaron (puesto que la producción del capital no es un delito) y hasta uso esos ejemplos de mediados de la época victoriana como James Watt viendo bailar la tapa de la olla de agua hirviendo. Me recuerdo a mí misma que no soy una ‘mejoradora’ como los colonialistas y analizo con los colegas (maestros y maestras, supervisores y supervisoras) de la comunidad el hecho de que no obtengo ganancia del trabajo que realizo para y con ellos. Aunque ellos no están bien familiarizados con el mapa mundial y desconocen por completo el colonialismo, y no han visto fábricas de tamaño significativo, sí comprenden lo que significa ganancia o munafa. Intento trasmitirles el sentido del capital cultural que adquirí porque les enseño e intento de manera moralista evitar sus resultados extremos por no tener una página web.
La primera tiene que producirse a largo plazo, adaptarse, y estar llena de incertidumbre. La segunda constituye una necesidad a corto plazo, básicamente generada por una cultura del miedo y completamente acordada cuando los encargados de ejecutarla son víctimas del apartheid.
El filósofo francés Jean-Paul Sartre, un firme anti-colonialista entre los colonizadores, leyó
el libro que Fanon escribió en las últimas 10 semanas de su vida, sabiendo que estaba marcado para
morir a causa de una leucemia aguda, aun cuando estaba siendo acosado por el gobierno
colonizador de Francia, como un pronunciamiento a favor de la violencia en sí –sin leer entre líneas,
donde Fanon insiste que la tragedia reside en que los muy pobres están reducidos a la violencia,
porque no existe otra respuesta posible para una ausencia absoluta de respuesta y un ejercicio
absoluto de violencia legitimada por parte de los colonizadores. Sus vidas no valen nada frente a la
muerte de los colonizadores: Hiroshimas ignoradas en contraste con miradas sentimentales hacia
los hechos del 11 de septiembre. En este punto la enseñanza de Gandhi respecto del poder de la
resistencia pasiva y la enseñanza contrastiva de Israel en el ejercicio de la violencia legitimada por
el estado exponiendo la violencia en el extremismo resultan de utilidad hoy en día. La advertencia
de Fanon está expresada en A Dying Colonialism.
A contracorriente de su espíritu optimista de la voluntad, escribe: “ya no es época de
vanguardias menores” (Fanon, 1965, p. 1).
Trabajando en torno a los problemas creados por una nación postcolonial que evoca los
problemas pre-coloniales que el gran historiador Fernand Braudel denominó longue duree o de
larga duración: “estructuras que yacen imperceptibles por debajo de la superficie de actividades
sociales,” muchos de nosotros consideramos que el verdadero desastre del colonialismo radica en
destruir las mentes de los colonizados y forzarlos a aceptar la mera violencia –sin permitir ejercicio alguno de la libertad, de modo que estas mentes no puedan desarrollarse cuando se logre una
aparente descolonización. A partir del ejemplo de líderes maduros como Du Bois y Mandela,
sabemos o podemos al menos tener la impresión de que Fanon hubiera ido en esa dirección.
En el mundo postcolonial, el culto a los héroes y la adoración de los antepasados son un
obstáculo para la ejecución de la voluntad de justicia social. Aquellos de nosotros que estamos
interesados en construir democracias postcoloniales creemos que estos héroes deberían ser lenta
y cuidadosamente transformados en textos de enseñanza. En el caso de Nelson Mandela, por
ejemplo, el elemento de enseñanza más fuerte es la ética absoluta – el arriesgado activismo creativo
que se atreve a decirle que sí al enemigo. Si nos adentramos en el protocolo de la vida heroica con
profundidad crítica, considerando su mensaje como lo simbólico – que nos habla de la relación del
sujeto con lo imaginario –el mayor colectivo imaginario de la opresión colonial siendo precisamente
el sueño de la liberación– es posible, nuevamente con el mayor de los cuidados, no excluir la
transformación de la longue duree de la sintomaticidad histórica de incluso lo más
extraordinariamente heroico entre nosotros, para convertir al héroe en una advertencia humana
para aquéllos de nosotros que somos meramente humanos sin el heroísmo. Esta es una
transformación de la idea de imitatio Christi de modelo a imitar, hoy en día resaltado en iniciativas
de liderazgo basadas en la fe. No podemos olvidar que esta es la sustancia del mayor género del
mundo, no confinado solo a la cultura helénica: la tragedia, el héroe trágico de la historia. Los líderes
de la liberación están obligados a producir una versión ‘orientalista’ de la nueva nación, en la
actualidad engendrando un uso inescrupuloso de la idea de patria, herencia e historia para justificar
y legitimar la xenofobia, la tiranía y la doctrina de la pureza étnica para la cual a menudo se les pide
a las mujeres que asuman la responsabilidad.
En lo que insisto, entonces, es en que la consciencia es material. La epistemología – tal
como la conocemos – se encuentra históricamente afectada. La vanguardia no puede infundir
consciencia de clase en las masas como si fueran una masa rígida. El estilo de la gestión del
conocimiento de la mejora de la calidad legitima esto por inversión. Prestar atención a esto no es
un lujo académico. Por el contrario, pensar en la educación del sector más grande del electorado
como si sus epistemologías devastadas por milenios se parecieran a la del activista de clase media
o el filántropo de elite se confundiera y/o representase un camino seguro a la celebridad. Esta es
una lección material – rutinariamente descartada por izquierdistas mecánicos como demasiado
‘sesgada’ o ‘individualista’, y por los gestores del conocimiento como impráctica, e ineficiente.
No lo sé.
Al suponer que la separación literaria y ética en el espacio del otro es des-humanizar,
porque la tendencia ‘natural’ de las actividades humanas es acelerar el ritmo de extinción de las especies, a menos que queramos dar vueltas acerca de ser humano frente a lo Antropocéntrico. Ya
no podemos trabajar con la oposición binaria de la voluntad propia y el fatalismo determinada por
la raza y la clase que rige nuestro mundo en la actualidad, con los denominados funcionamientos
abstractos del capital llevando adelante una deconstrucción, que se llama ‘desarrollo’ a modo de
coartada.
En contraposición a esto, me centré en lo ‘planetario’ porque reducía la importancia de lo
humano (Apter, Lezra, & Wood, 2014). Ahora bien, hasta lo planetario se ha visto comprometido a
medida que el espacio se convierte en una empresa comercial.
Horizonte al sur, óleo. Marta Arangoa
Entonces le digo a los estudiantes y docentes de las humanidades que se encuentran presentes en esta sala: comprendan que sus habilidades profesionales de enseñanza y aprendizaje ofrecen un complemento – una inconmensurabilidad que puede parecer peligrosa para aquellos que quieren desestimar lo inesperado que es el precursor del cambio. Las evaluaciones eficientes para medir el éxito son útiles, pero sólo pueden reproducir el estatus quo, grandiosamente disfrazado de ‘imaginación’.
Notas
María Elena Pérez Bustillo del Servicio de Traducción de la Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de La Pampa (SERTRA)
Referencias
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12. Spivak, G. (2014). Resisting trivialization. Profession, In Press.
Recibido: 2020-08-07
Revisado: 2020-08-07
Aceptado: 2020-08- 27