DOI: 10.19137/praxiseducativa-2017-210307
ARTICULOS
Resumen: Este artículo es el resultado de una investigación dirigida a analizar los resultados alcanzados por los estudiantes de las instituciones públicas y privadas de secundaria, en la aplicación de la prueba externa conocida como Saber 11, durante 2011, 2012 y 2013. El propósito ha sido determinar cómo, a partir de estos resultados, se ha establecido, por parte del Ministerio de Educación Nacional y los medios de comunicación, una marcada discriminación entre la educación pública y la privada, en términos de la calidad educativa.
Palabras clave: Evaluación externa; Calidad de la educación; Rendimiento académico
Abstract: This article is the result of a research aimed to analyze the results achieved by students of public and private secondary schools in the application of the external test known as Saber 11 during 2011, 2012 and 2013, in order to determine how, on the basis of these results, the Ministry of National Education and the media has established a marked discrimination between public and private education in terms of educational quality.
Key words: External evaluation; Quality of education; Academic performance
En Colombia, a partir de la década de los ochenta del siglo pasado, se da inicio a un proceso de reformas en la
educación, centrado preferencialmente en el desempeño
de los estudiantes. Por tal razón, en 1982, el Ministerio de Educación
Nacional (MEN), a través de la División de Evaluación
de Rendimiento Escolar, propuso mecanismos para determinar
el alcance de los logros de los estudiantes de la educación básica
y media en el marco de la renovación curricular. La División de
Evaluación, ante la falta de continuidad detectada en los procesos
evaluativos, diseñó una evaluación basada en el enfoque
de sistemas y la evaluación de procesos. Conforme con esto, se
determinó que los objetivos de la evaluación estuvieran relacionados
con la filosofía y el enfoque de la renovación, los planes
y proyectos de la administración escolar, el ambiente educativo, físico y sociocultural, la capacitación de
los docentes, el desempeño de los estudiantes,
la relación con los padres de familia, el seguimiento
y asesoría de las instituciones.
De acuerdo con la intencionalidad de mejorar
la calidad educativa, en la década de los
noventa y en la primera del presente siglo,
las estrategias gubernamentales propuestas a
través del MEN, tienden claramente a fijar su
atención en las pruebas externas que se aplican
a los estudiantes de los niveles básico y
medio de escolaridad, mediante la expedición
de normas que pretenden tanto su reglamentación
como la transformación de las mismas.
En este sentido, las pruebas Saber 111 aplicadas
a los estudiantes de último grado de la educación
media, se van transformando en su contenido
y por ende en su enfoque, pues además
de establecerlas como requisito para ingreso a
la educación superior, ellas suministran información
acerca de los procesos de enseñanza y
de aprendizaje. Los resultados se emplean para
rankear y comparar la educación media pública
con la educación media privada, clasificando
a los colegios mediante categorías como
muy superior, superior, alto, medio, bajo, inferior
y muy inferior.
Se puede afirmar que a pesar de las políticas
educativas y las diversas estrategias enfocadas
a mejorar la calidad de la educación,
los resultados obtenidos en las pruebas externas
indican escasos avances en la superación
de las deficiencias en los aprendizajes de los
estudiantes. Esto lleva a interrogarse sobre la
incidencia que pueda tener este tipo de evaluación
en el mejoramiento de la calidad educativa
y sobre si ésta es un criterio adecuado
para establecer una auténtica comparación
entre la educación pública con la privada, en
el marco del desafío que implica para el país
el mejoramiento y aseguramiento de la calidad
de los procesos de enseñanza y de aprendizaje,
así como de sus métodos y didácticas. Para dar
respuesta a estos interrogantes es pertinente
realizar diferencias entre los tipos de evaluación
que se orientan a dichos objetivos.
En las instituciones educativas se han aplicado distintas formas de mantener la calidad de la educación a través de la evaluación, entre las que se destaca la que realiza el docente durante el trabajo pedagógico en el aula. Ésta comúnmente se conoce como interna y le permite al educador hacer un seguimiento sobre el proceso de aprendizaje de sus estudiantes y buscar mecanismos para mejorar sus deficiencias. Este tipo de evaluación suscita múltiples preocupaciones y reflexiones. Un ejemplo es lo expresado por la directora del ICFES, Ximena Dueñas Herrera, en el marco del V Seminario Internacional de Investigación sobre la Calidad de la Educación, al presentar los hallazgos de la entidad sobre los factores que inciden en los resultados académicos de los estudiantes y que fue recogida en una entrevista ofrecida por ella a la Revista Semana.com:
En el país hace falta hacer investigación educativa. (…). Entonces, ¿qué hace que un estudiante tenga buenos resultados académicos? Los investigadores coinciden en que primero hay que llevar esta pregunta más atrás. ¿Qué significa tener buenos resultados? ¿Un buen puntaje en pruebas estandarizadas o una buena nota en la materia? ¿Es mejor un estudiante que mejora su desempeño o uno que mantiene excelentes calificaciones? Todo, dicen los expertos, depende del contexto y de los indicadores que cada país o institución determine: la calidad de la educación se construye con múltiples factores (2014).
Este planteamiento sustenta la necesidad de investigar rigurosamente los factores que inciden en el desempeño de los estudiantes: el método de estudio, el tiempo dedicado a las tareas, el ambiente escolar, los compañeros, la discriminación, la influencia de los medios de comunicación, y los asuntos familiares, económicos y sociales. Necesidad que ha reconocido el ICFES en palabras de Carolina Lopera, directora de la Oficina de Investigaciones de esta entidad, quien a partir de un estudio sobre el contexto escolar y social del aprendizaje en Colombia, afirmó lo siguiente en el V Seminario Internacional de Investigación sobre Calidad de la Educación:
El estudio encontró que el nivel socioeconómico de los estudiantes explica por lo menos el 20 por ciento de la varianza en el puntaje. Aparte de esto hay unos factores en el hogar que nos ayudaron a entender cómo el con texto incide en los resultados académicos de los estudiantes (…). Encontramos que hay estilos parentales permisivos y negligentes que hacen que los estudiantes tengan hasta 20 puntos menos en el logro educativo. (…) Cerca del 50 por ciento de la población tiene papás asertivos, afortunadamente, mientras que 2 de cada 10 tienen padres negligentes o permisivos y eso no cambia mucho ni por nivel socioeconómico ni por zonas rurales o urbanas. (semana.com, 2014)
Dicho estudio y las posiciones expresadas por Lopera hacen evidente que se deben reconocer los factores que intervienen en los desempeños académicos de los estudiantes y que éstos requieren ser visibilizados y relacionados con los resultados de las pruebas externas que se les aplican; sin desconocer los factores asociados con el desempeño de los docentes como la vocación, la formación profesional, la capacitación que reciben, el conocimiento de métodos y estrategias pedagógicas, la comunicación y el amor por la enseñanza, entre otros que, sin duda, marcan la motivación del estudiante por el aprendizaje.
En Colombia, el Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior(ICFES), es la entidad encargada de aplicar las pruebas Saber 11 y otras evaluaciones estandarizadas a los estudiantes de las instituciones educativas públicas y privadas. De acuerdo con la Secretaría de Educación del Distrito de Bogotá (SED):
La evaluación externa está compuesta por las pruebas objetivas distritales, nacionales e internacionales, centradas en parámetros estandarizados y aplicadas por entidades diferentes al colegio. Estas evaluaciones y estudios brindan información importante a los colegios y a las autoridades educativas, y aunque la SED no las considera como el único indicador de calidad educativa, sus resultados pueden revelar tendencias que deben ser objeto de análisis y deben ser tenidos en cuenta porque orientan la labor educativa hacia la calidad esperada y son un importante referente en la construcción del POA [Plan Operativo Anual] y en los planes de mejoramiento (SED, s.f ).
Las evaluaciones externas o estandarizadas,
como comunmente se les conoce, le permiten
al ICFES obtener informes de los resultados
obtenidos por los estudiantes de las distintas
instituciones educativas, tanto públicas como
privadas, con el fin de establecer la clasificación
de las mismas en términos de calidad
educativa.
Se debe tener en cuenta que lo realizado
con la evaluación externa, no necesariamente
significa desconocer lo que se ha ejecutado
con la evaluación interna, es decir, que con esta última se pretende que, una vez corregidas las
deficiencias en el proceso enseñanza aprendizaje,
la primera resulte satisfactoria o favorable
para las instituciones, tanto públicas como
privadas, pues su finalidad no es otra que la de
servir de indicador de la calidad educativa de
la institución.
La prueba externa Saber 11 es un instrumento
de evaluación estandarizado que tiene
como propósito fundamental la medición del
nivel de desarrollo de las competencias básicas
de los estudiantes que están por terminar su
ciclo de formación en la educación media. Los
resultados de esta prueba son tomados, por
parte del ICFES y del MEN, como un indicador
de calidad de la educación y, por lo tanto,
del rendimiento académico de los estudiantes.
Esta prueba está constituida estructuralmente
por dos componentes denominados núcleo
común y componente flexible:
En el primero, están las áreas que se consideran fundamentales, de acuerdo con la Ley General de Educación y los estándares básicos de competencias. Estas son: lenguaje, matemáticas, biología, química, física, filosofía, ciencias sociales e inglés. Todos los estudiantes deben presentar las pruebas que conforman este núcleo. El componente flexible está integrado por dos clases de pruebas: de profundización e interdisciplinares. Su propósito es evaluar áreas de interés para los estudiantes, quienes pueden escoger aquella que más se ajuste a sus intereses y dominio académico (ICFES,2010, p. 10).
Existe, sin embargo, un grado de desconfianza por parte del cuerpo docente del sector público, pues con la implementación de este tipo de pruebas se desconoce el contexto social en el que se encuentra la institución educativa. Además, porque no se sabe cuáles consecuencias puede haber para las instituciones cuyos resultados en las pruebas sean deficientes y, particularmente, para los docentes. Por otro lado, tampoco se les pregunta a las instituciones, tanto públicas como privadas, si están o no de acuerdo con los resultados obtenidos para emprender las respectivas acciones de mejoramiento.
Actualmente, la preocupación por la calidad
de la educación por parte del gobierno en Colombia
está estrechamente relacionada con las
políticas económicas internacionales, con organizaciones
internacionales dedicadas a la cooperación
y financiación de la educación. Estas
organizaciones participan en las apreciaciones
sobre la calidad del sistema educativo nacional
de la educación media, a través de evaluaciones
externas como las evaluaciones Pisa.2
En el ámbito nacional, el Estado se responsabiliza
de la gestión por la promoción de la
calidad educativa. Ésta es la razón de ser de un
ente como el ICFES, institución dedicada a establecer
el sistema nacional de la medición de
la calidad de la educación. Su propósito es instaurar
un sistema de control a través del cual
obtener información sobre los estándares de
calidad de la educación y divulgarla, mediante
la aplicación de pruebas externas, por ejemplo,
la prueba Saber 11.
La expresión “calidad de la educación”, es
una de las más empleadas en el campo educativo
para referirse al desempeño académico que
tienen los estudiantes de los distintos niveles
escolares y se relaciona, básicamente, con el
mejoramiento educativo, la eficacia y la eficiencia,
vinculadas con la medición de logros del
aprendizaje, a través de las evaluaciones externas.
Sin embargo, la significación del concepto
es dinámica, dado que su naturaleza obedece,
también, a los cambios del sistema educativo,
influenciados por las transformaciones sociales,
políticas, culturales, educativas y tecnológicas
del mundo. De acuerdo con el MEN:
Una educación de calidad es aquella que forma mejores seres humanos, ciudadanos con valores éticos, respetuosos de lo público, que ejercen los derechos humanos, cumplen con sus deberes y conviven en paz. Una educación que genera oportunidades legítimas de progreso y prosperidad para ellos y para el país (2010: 4-5).
S/T, fotografía. Patricia Bonjour
La presión que ejercen los cambios políticos y económicos de orden mundial en las reformas a la educación, para adecuarla a los nuevos criterios de producción, ha llevado a algunos expertos, como Magendzo, a afirmar que
“las analogías con las cuales la educación es comparada, bajo la óptica racional, provee de una serie de metáforas que ligan la calidad de la educación con la empresa, al alumno con el cliente, a la mente con la máquina, a las ideas con productos, al currículo con los artículos de consumo…” (Magendzo citado en Mejía, 2000: 1).
Posturas como ésta revelan las controversias existentes sobre el término; pese a las cuales es necesario reconocer que la medición de la calidad de la educación media, con base en la evaluación externa, es un aspecto fundamental para los procesos de mejoramiento educativo.
En el desarrollo de los procesos de aprendizaje,
se ponen en juego las distintas capacidades
de los estudiantes, respecto a su relación
con su formación intelectual, social, científica,
política, ética y espiritual, entre otras. De
acuerdo con los diversos estudios realizados
sobre los procesos de aprendizaje, estas capacidades
son las que evidencian el rendimiento
académico de los estudiantes. El análisis de
este factor se centra en dos aspectos fundamentales:
el proceso y los resultados, mediante
los cuales es posible realizar interpretaciones
de orden cuantitativo o cualitativo.
En este sentido, las Pruebas Saber 11 están
pensadas como un mecanismo de medición de
la calidad educativa y también del rendimiento
académico (Gómez, 2010), por lo que les sirven
a los directivos de las instituciones educativas,
tanto públicas como privadas, para identificar
en qué estado de desarrollo de competencias y
alcance de logros se encuentran sus estudiantes
y tener como referente el mejoramiento
educativo. Con respecto a los docentes, el conocimiento
de los resultados obtenidos por sus
estudiantes en estas pruebas les permite hacer
una autorreflexión acerca del desarrollo de
las competencias de sus alumnos/as y buscar
los mecanismos más adecuados para alcanzar
en un futuro mejores resultados. Igualmente,
se constituyen en una base para el gobierno y
las entidades estatales que participan en la regulación
de la educación para trazar políticas
educativas y diseñar mecanismos de acompañamiento
a las instituciones.
El estudio realizado se clasifica como una
investigación mixta en cuyo análisis cualitativo
se examinaron documentos oficiales sobre
la evaluación, y en el cuantitativo, resultados
de las pruebas Saber 11, empleando el software
SPSS3 como complemento para la interpretación
de los mismos.
Con base en un enfoque descriptivo-interpretativo,
se analizaron los resultados de la
evaluación Saber 11, en 12.273 instituciones
educativas, entre oficiales y privadas de la educación
media en el país, que es el 100 %. De éstos,
se tomaron los cien (100) mejores colegios
incluyendo los de la ciudad de Bogotá D.C.,
entre 2011 y 2013, con base en las frecuencias
absolutas de cada observación, que en este caso
corresponden a estos cien (100) colegios, destacándose
el mínimo, la mediana y el máximo
de cada año. Además, se muestra en el análisis
del cociente de cada frecuencia con respecto a
la suma total de las observaciones (colegios),
es decir, la frecuencia relativa (Canavos, 1998)
que, en este caso, es el porcentaje (%) de participación
de los cien (100) de acuerdo con su
naturaleza en el período segmentado.
Para dicho análisis, se tuvieron en cuenta
los resultados de las pruebas Saber 11 aplicadas
por el ICFES entre 2011 y 2013, de acuerdo
con las jornadas de la mañana, la tarde, la noche
y la completa u ordinaria4, así también el
carácter público y privado de las instituciones.
El análisis de los datos y la información
permitió observar que, de los doce mil doscientos
setenta y tres (12.273) registros anuales
(esto debido a que una sola institución tiene
más de una jornada) de los colegios que presentaron
la Prueba ICFES Saber, 11,38 % son
de la jornada de la mañana, 31 % de la jornada completa u ordinaria, 13 % de la jornada de
la tarde y 12 % de la jornada de la noche. El
análisis tuvo en cuenta el promedio de participación,
expresado en porcentajes entre 2011 y
2013, de los colegios según su naturaleza (oficial
o no oficial).
En el caso de la asignatura de matemáticas
en las jornadas de la mañana y de la tarde, la
participación en los colegios de naturaleza no
oficial es del 89 % con respecto al 11 % de los
colegios de naturaleza oficial (ver Tabla Nro.
1), en contraste con la jornada completa u ordinaria
que es del 99 % de naturaleza oficial
(ver Tabla Nro. 2).
La Tabla Nro. 3 expone los consolidados
promedios de los puntajes de matemáticas por
jornadas y años.
En el caso de la asignatura química, el promedio
de participación de los colegios de naturaleza
oficial entre los cien (100) mejores, en
el periodo de observación fue mayor: 67 % en
la jornada tarde y 52 % en la jornada noche.
Cabe anotar que son muy pocos los colegios
no oficiales que ofrecen estas jornadas.
Para el caso del área de filosofía, en promedio,
el 90 % de los colegios privados tuvieron
los mejores puntajes en jornada de la mañana,
mientras que los colegios de la jornada de la
tarde tuvieron el 32% de participación promedio.
A pesar de que no son muchos los colegios
de naturaleza privada que tienen esta jornada,
comparados con los colegios públicos o de naturaleza
oficial, los resultados hallados se representan
en las Tablas Nro. 10, 11, 12 y 13í.
Para hacer más explícitos los resultados en
el área de filosofía, se hace un comparativo entre
jornadas: mañana, tarde, noche, completa
ordinaria, del año 2011 al 2013, evidenciando
los puntajes, tal como se indica en la Tabla
Nro.8.
Para el caso de lenguaje, los colegios oficiales
en la jornada de la mañana sólo tuvieron en
promedio un 5% de participación.
La Tabla Nro. 11 muestra el promedio del
puntaje obtenido en lenguaje desde 2011 a
2013 en todas las jornadas.
Este análisis refleja, de manera global,
una situación crítica de los colegios oficiales
en los resultados y coincide con las diversas
posiciones que señalan un bajo nivel académico
con relación al de las instituciones no
oficiales (privadas), evidenciando de manera
clara la existencia de la brecha de la calidad
educativa entre el sector educativo oficial y
sector educativo privado, como resultado de
los puntajes obtenidos en las cuatro asignaturas
analizadas.
Además, se debe tener en cuenta que, de
acuerdo con los resultados nacionales obtenidos,
el comparativo entre 2011, 2012 y 2013,
evidenciados en las tablas y sus porcentajes
anteriores en las cuatro áreas seleccionadas
(matemáticas, química, filosofía, y lenguaje), el
porcentaje más alto en los tres años consecutivos
lo obtuvo la jornada completa u ordinaria,
no oficial, seguida de la jornada de la mañana,
no oficial. En el tercer lugar, se ubicaron
las jornadas: noche no oficial, tarde oficial, y
noche no oficial, y en cuarto lugar las jornadas
tarde oficial, noche oficial, noche no oficial y
tarde oficial. Este hecho coincide con los hallazgos
de Bonilla (2011) quien indica que los
estudiantes de las jornada completa obtienen
mejores resultados debido al impacto efectivo
de la jornada.
Teniendo en cuenta estos resultados y la
importancia de las pruebas Saber 11 para las
instituciones educativas públicas y privadas,
se puede afirmar que el nivel de educación de
las instituciones educativas de carácter oficial
está por debajo del nivel de las instituciones
educativas no oficiales (o privadas). En relación
con esta problemática, se escuchan voces
de investigadores que señalan la necesidad de
establecer planes de mejoramiento de la enseñanza,
en los colegios oficiales, acompañados
de capacitaciones con miras a la cualificación
y profesionalización del profesorado del sector
público.
Es muy común escuchar en el ambiente educativo las expresiones calidad de la educación, evaluación interna y externa y rendimiento académico, entre otras, como imperativos. Sin embargo, no se tiene en cuenta la realidad social y educativa en que se encuentra la educación pública en el país, la situación laboral de los maestros y la poca preocupación de los distintos gobiernos por financiarla. Sólo se perciben juicios que la desacreditan y que responsabilizan a los docentes de los resultados obtenidos por los estudiantes en sus procesos de enseñanza y de aprendizaje y en las pruebas presentadas.
S/T, fotografía. Patricia Bonjour
Los actores centrales de los procesos de
enseñanza y de aprendizaje son el estudiante,
la escuela y el docente, puesto que el estudiante
es un sujeto en constante formación y paraésta son indispensables la escuela y el docente.
Pero, también es cierto que, actualmente, en
el mundo del mercado, del consumo y de la
producción, se asocia la calidad de la educación” con estrategias del poder para convertir
la educación en una mercancía. Una evidencia
de estos propósitos es la exigencia para que las
instituciones, tanto públicas como privadas, se
adecuen a modelos educativos extranjeros.
Estas posiciones críticas ven las pruebas
Saber 11 como un pretexto para certificar la
calidad de la educación pública que, con la
promesa de mejorarla, de hacerla competitiva,
abre el camino para privatizarla y para que comience
a funcionar como una empresa desde
la perspectiva neoliberal.
Con el propósito cada día más frecuente,
por parte de los entes gubernamentales, de
establecer el rendimiento de los estudiantes
mediante sistemas estandarizados de evaluación,
cuyos resultados son usados para determinar
la calidad de la educación, se crea una
situación controversial al querer determinar la
calidad educativa de los colegios basándose en
los resultados de este tipo de pruebas, máxime
cuando se equiparan las instituciones que pertenecen
a contextos socioeconómicos distintos
y, por ende, sus condiciones son significativamente
diferentes. Además, algunos investigadores
consideran que este tipo de evaluación
se limita a evidenciar solamente ciertas competencias
de los individuos examinados, desconociendo
otras y, más grave aún, desconociendo
los fines mismos de la educación.
Sin desconocer la validez de estas posturas,
igualmente, se presentan otras que estiman necesario
reconocer que estas pruebas son una
base para diseñar estrategias de calidad educativa
y rendimiento académico en las instituciones
educativas. Como consecuencia y con
base en los resultados de la investigación que
se expone en este artículo, se perfilan una serie
de acciones para mejorar sus resultados: a)
diseñar planes de mejoramiento y estrategias
pedagógicas para fortalecer cada una de lasáreas analizadas; b) capacitar al cuerpo docente,
dignificarlo, reconocer su identidad política
y social, su compromiso por la defensa de la
educación pública, sus derechos, y reconocer
el papel que juega en la sociedad frente a la
educación de sus discípulos; c) implementar
actividades que le permitan a la comunidad
educativa y estudiantil adquirir un mejor nivel
de aprendizaje, para la obtención de los
logros esperados; d) establecer, desde la Secretaría
de Educación, planes de seguimiento y
acompañamiento a los docentes con cursos de
capacitación y profesionalización tendientes
a mejorar los resultados obtenidos, con recursos
y financiación de acuerdo con la realidad
económica y social de la educación pública
del país; e) diseñar, junto con los docentes, los
consejos académicos, los estudiantes y la comunidad
educativa de los colegios públicos,
las diferentes formas de evaluación, tanto interna
como externa, acordes a las necesidades
de Colombia, incluidas las pruebas Saber 11, y
f) instaurar, de manera integral y con todos los
colegios públicos, distintas formas de evaluación
que analicen otras variables que son parte
de la formación y del desarrollo del estudiante,
tales como: su estrato social, el contexto geográfico
del colegio, su familia, las condiciones
locativas de la institución, su financiación y los
recursos didácticos, entre otros.
Notas
* Doctora en Educación por la Universidad de Granada España; MBA en gestión y liderazgo por el Instituto Europeo de Posgrados; Especialista en dirección de centros educativos por la Universidad de la Sabana, Decana de la Escuela de Educación y Ciencias Sociales de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas. Colombia | marta.osorio@juanncorpas.edu.co.
** Graduado en Filosofía en la Universidad Nacional de Colombia, candidato a doctor en educación por la Universidad de Granada, España. Docente investigador de la Universidad Libre de Colombia , Bogotá. Colombia |univioesteban@gmail.com.
1 Prueba Saber 11: evaluación enfocada a evidenciar el desarrollo de competencias, se aplica a nivel nacional a los estudiantes de grado 11 de las instituciones públicas y privadas, a través del Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior (ICFES), con el propósito de monitorear la calidad de la educación de las instituciones.
2 PISA: Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (Programme for International Student Assessment)), tiene por objeto evaluar hasta qué punto los alumnos cercanos al final de la educación obligatoria han adquirido algunos de los conocimientos y habilidades necesarios para la participación plena en la sociedad del saber. PISA saca a relucir aquellos países que han alcanzado un buen rendimiento y, al mismo tiempo, un reparto equitativo de oportunidades de aprendizaje, ayudando así a establecer metas ambiciosas para otros países. Las pruebas PISA son aplicadas en Colombia cada tres años. Examinan el rendimiento de alumnos de 15 años en áreas temáticas clave y estudian igualmente una gama amplia de resultados educativos, entre los que se encuentran: la motivación de los alumnos por aprender, la concepción que éstos tienen sobre sí mismos y sus estrategias de aprendizaje. Cada una de las tres evaluaciones pasadas de PISA se centró en un área temática concreta: la lectura (en 2000), las matemáticas (en 2003) y las ciencias (en 2006); siendo la resolución de problemas un área temática especial en PISA 2003. El programa está llevando a cabo una segunda fase de evaluaciones en el 2009 (lectura), 2012 (matemáticas) y 2015 (ciencias).
3 SPSSes un programa estadístico informático muy usado en las ciencias exactas, sociales y aplicadas, además de las empresas de investigación de mercado. Originalmente SPSS fue creado como el acrónimo de Statistical Package for the Social Sciences aunque también se ha referido como “Statistical Product and Service Solutions” (Pardo, A., & Ruiz, M.A., 2002, p. 3)
4 Según la normatividad vigente relativa al calendario académico y al plan de estudios, se brindan cuatro jornadas escolares, entendidas éstas, como el tiempo que la institución educativa dedica a los estudiantes para la prestación del servicio público educativo.
Referencias
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15. Pardo, A., & Ruiz, M.A. (2002) SPSS 11. Guía para el análisis de datos.1ª ed., Madrid: McGraw-Hill Interamericana de España S.L.
Fecha de Recepción: 17 de mayo de 2017
Primera Evaluación: 12 de junio de 2017
Segunda Evaluación: 25 de junio de 2017
Fecha de Aceptación: 22 de agosto de 2017
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