DOI: http://dx.doi.org/10.19137/praxiseducativa-2017-210101
EDITORIAL
Maria Graciela Di Franco
Andrea Alliaud plantea en “Los artesanos de la enseñanza. Acerca de la formación de maestros con oficio” (2017) un trabajo de indagación, de pensamiento y de reflexión sobre problemáticas acuciantes del sistema educativo y en especial de la formación de futuros docentes. El texto invita, de la mano Philip Jackson, Philippe Meirieu, Francois Dubet, Daniel Pennac y George Steiner, a analizar el oficio de enseñar, tanto como producción intervención, transformación. Fuente especial de inspiración lo constituye la obra El artesano de Richard Sennett (2009) la cual le permite avanzar en cuestiones que venía trabajando en relación a la formación: a la idea de la artesanía como la habilidad de hacer las cosas bien, a la producción artesanal como la inseparable relación mano y cabeza, teoría y práctica y la potencialidad del pensar y la acción como superación de la monotonía de cualquier trabajo.
“Ferma x Gaggero (4)”, óleo sobre bastidor de fibrofácil. Gustavo Gaggero
Este abordaje le resulta fructífero para abordar
la enseñanza y la formación dando forma a “una obra pedagógica artesanal” (2017, p. 16)
en la que aborda a las instituciones escolares
en esta etapa de modernidad para poder analizar
lo que implica enseñar en ellas; recupera
el carácter de oficio de la enseñanza vinculado
a lo que se sabe hacer y lo que nos une a los
otros. En este contexto analiza los problemas
políticos y pedagógicos de la formación para
centrarse en las prácticas de formación, tanto
de lo que se transmite y las formas apropiadas
para hacerlo, como aprender de la experiencia
personal y de otros para convertirse en artesanos
de nuestro quehacer.
Al plantearse los desafíos de la formación
docente hoy y la vieja discusión entre la teoría
y la práctica vislumbra una tercera vía, la de los
saberes de oficio.
No alcanza el saber disciplinar, el qué y
cómo, también se necesita el para qué y por qué,
la reflexión y comprensión de las dimensiones
sociopolíticas, histórico-culturales, pedagógicas,
metodológicas, disciplinarias, éticas, epistemológicas.
De este modo los planes de estudio
se complejizan, intensifican las cargas horarias,
la cantidad de disciplinas, los abordajes. A la
intensificación de la formación y didáctica de
las disciplinas, le sucede la intensificación de la
formación en la práctica mudando su histórica
ubicación al final de la formación. Se trata de
que se incorporen desde el inicio de la formación.
No obstante “las prácticas profesionales
suelen concebirse como espacios destinados al
hacer, mientras que los otros espacios curriculares
de la formación –al estructurarse casi exclusivamente
a partir de conocimientos formalizados–
se conciben como espacios destinados
al saber” (Allaud, 2017, p.67). En ese sentido la
práctica no descansa enteramente en los saberes
profesionales formalizados sino que hay otros,
estratégicos, prácticos, difíciles de formalizar,
que se ponen en juego en la práctica de oficio.
En nuestra propia Facultad de Ciencias
Humanas –desde el año 2009– comenzamos a
preguntarnos por esa formación y el lugar del
Campo de la Práctica, las cuales están “orientadas
al aprendizaje sistemático de las capacidades
para la actuación docente en las aulas
y en los distintos ámbitos donde se desempeñe
profesionalmente” (Resolución Nº 228-CS-2009). Estos aprendizajes se llevan adelante en
contextos y escenarios educativos reales.
Dos argumentos son centrales en esta formación
que recupera el valor formativo de la práctica
como actividad socialmente situada y situada
en contexto socioeducativo, allí donde al decir de
Alliaud, se pone en juego la práctica de oficio.
La actividad situada implica siempre cambios
en el conocimiento y en la acción, ideas
centrales para lo que entendemos por aprendizaje.
Es decir que al analizar la participación de
las personas en la acción práctica de la escuela,
fundamentalmente están analizando la participación
en el aprendizaje. Como diría Jean Lave
(1996, p. 18), no existe un aprendizaje suis generis,
sino sólo una cambiante participación
en los ambientes culturalmente determinados
de la vida cotidiana, y en ese caso la participación
en la vida escolar sería como un cambiante
proceso de comprensión en la práctica. Aquí se entiende al aprendizaje como actividad situada,
heterogénea, de carácter abierto, indisociable
con la actividad y con los contextos
de desempeño, que tiene como eje a la comprensión
como un proceso parcial y de final
abierto (Lave, 1996). En este sentido, un rasgo
esencial es que comenzamos a pensar respecto
de la invención de nuevos conocimientos en la
práctica (Engestrom, 1987).
Para Schön (1992) lo que caracteriza a los
docentes como profesionales es el pensamiento
práctico que éste activa cuando se enfrenta
a los problemas complejos de su tarea. En un
proceso de reflexión que es nítidamente social
ya que, esos pensamientos de las/os profesoras/es –tanto sus conocimientos explícitos como
sus creencias– se construyen en un contexto
social e histórico y son parte de esa cultura.
Trabajamos a diario para recuperar los saberes
de oficio, el pensamiento práctico que
permite recuperar las palabras del maestro
“Así fue como aprendí a buscar siempre y siempre el auxilio de la teoría con la cual pudiera tener mañana mejor práctica. Así fue también como nunca dicotomicé teoría de práctica, jamás las percibí aisladas una de otras, pero sí en permanente relación contradictoria, procesual”. Freire, 2007:122
Las/os autores de este volumen nos ayudan
a valorar esa formación en contexto que fortalece
la potencia del sentido profesional.
Víctor Figueroa Farfán y Eduardo Cavieres
Fernández –Universidad Andrés Bello sede
Viña del Mar y Centro de Estudios Avanzados,
Universidad de Playa Ancha de Valparaíso– nos acercan La contribución de las movilizaciones
estudiantiles a la formación ciudadana
y democrática de los estudiantes secundarios
chilenos
María Inés Barilá y Andrés Amoroso de la
Universidad Nacional del Comahue nos acompañan
con Prácticas de participación política.
Experiencias de socialización de jóvenes en la ‘nocturna’.
Francisco Ramallo y Luis Porta (UNMdP
-CONICET) ofrecen Narrativas y trayectorias
invisibilizadas. La memoria escolar y los estudiantes
del Colegio Nacional de Mar del Plata
De la Universidad Autónoma de Yucatán,
México Carmita Díaz López y María de Lourdes
Pinto Loría plantean Vulnerabilidad educativa:
Un estudio desde el paradigma socio
crítico.
Cecilia Evangelina Meléndez y José Alberto
Yuni (Universidad Nacional de Catamarca
-CONICET) escriben La puesta en acto de
las políticas socioeducativas de inclusión en
escuelas secundarias de la Provincia de Catamarca,
Argentina
En Reencuentro recuperamos Escuela y
cultura de confluencia, obra de nuestro maestro
Juan Ricardo Nervi.
Bibliografía
1. Alliaud A. (2017) Los artesanos de la enseñanza. Acerca de la formación de maestros con oficio. Buenos Aires: Paidos.
2. Freire, P. (2007) La educación en la ciudad. México: Siglo XXI.
3. Lave, J Y S. Chaiklin. (2001). Estudiar las prácticas. Buenos Aires: Editorial Amorrourtu.
4. Schon, D. (1992) La formación de profesionales reflexivos: hacia un nuevo diseño de la enseñanza y el aprendizaje de las profesiones. Barcelona: Paidós.
5. Sennett, R. (2009) El artesano. Barcelona: Anagrama.
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