DOI http://dx.doi.org/10.19137/perspectivas-2021-v11n2a013
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ARTÍCULOS
La creación de la Universidad Nacional de La Matanza y su aporte al desarrollo local
The creation of the National University of La Matanza and its contribution to local development
A criação da Universidade Nacional de La Matanza e sua contribuição para o desenvolvimento local
María Laura Pepe
Universidad Nacional de La Matanza,
San Justo, Argentina
Marcelo Salinas
Universidad Nacional de La Matanza,
San Justo, Argentina
Ana Escobedo
Universidad Nacional de La Matanza,
San Justo, Argentina
Resumen: A 30 años de la puesta en valor de un espacio donde funcionaba la empresa automotriz Chrysler, resignificado en una Casa de Altos Estudios donde convergen muchos habitantes del municipio más extenso del conurbano bonaerense y sus zonas aledañas, este artículo se enfoca en mostrar cómo el emplazamiento de la Universidad Nacional de La Matanza ha contribuido a lo largo de su historia (y sigue haciéndolo) al desarrollo social de quienes transitan por ese ámbito y quienes tangencialmente también se ven beneficiados por su fundación.
Palabras clave: Desarrollo local; Universidad Nacional de La Matanza; Conurbano bonaerense; empleo.
Abstract: 30 years have passed since the old Chrysler assembly plant was revitalised and turned into a university campus where nowadays thousands of students from all over the largest county in the Buenos Aires suburbs and surrounding areas converge. This article sheds light on how the National University of La Matanza has contributed throughout its history (and continues to do so) to the social development of those who have passed through this institution and those who obliquely also have benefited from it since its foundation in 1989.
Key words: local development; Nacional University of La Matanza; Buenos Aires suburbs; Job.
Resumo: 30 anos após a valorização de um espaço onde funcionava a empresa automotiva Chrysler, redefinido em uma Casa de Altos Estudos onde convergem muitos habitantes do maior município dos subúrbios de Buenos Aires e seus arredores, este artigo se concentra em mostrar como a localização do A Universidade Nacional de La Matanza contribuiu ao longo de sua história (e continua contribuindo) para o desenvolvimento social de quem viaja por esta área e que tangencialmente também se beneficia de sua fundação.
Palavras-chave: Desenvolvimento local; Universidade Nacional de La Matanza; Grande Buenos Aires; Trabalho.
Fecha de recepción: 24/09/2020 / Fecha de aceptación: 29/09/2021
1. La zona de emplazamiento
En los comienzos del siglo pasado, con la llegada de gran cantidad de inmigrantes provenientes mayormente de Europa, el proceso de urbanización comenzó a desarrollarse más allá de la Capital Federal. Hubo en esa época ciertos beneficios otorgados para la compra de terrenos, sumado a la extensión del tranvía y el ferrocarril. La Matanza contaba ya con los centros urbanos de San Justo (fundado a mediados del siglo XVII como cabecera del partido) y de Ramos Mejía, que nació gracias a la instalación de una estación del Ferrocarril Oeste. La extensión de las vías permitió la creación de otras urbes en Gregorio de Laferrere y González Catán, entre otras. Como consta en el sitio web oficial del Municipio de La Matanza: “sin duda fueron las migraciones internas, a partir de la década del 30, las que produjeron la explosión demográfica en el distrito, estimulando la propagación del tejido urbano a los costados de la Ruta Nacional Nº 3 y la formación de nuevos barrios obreros y asentamientos precarios que dan a La Matanza su fisonomía característica”.
Según los datos del último Censo Nacional de Población, Hogares
y Viviendas realizado por el Indec en el año 2010, el Partido de La Matanza posee una
población total de 1.775.816 habitantes.1 El Partido se encuentra dividido
en 20
localidades, y como ya había sido mencionado, San Justo es una de las de mayor desarrollo urbano, con
una población de 109.686 habitantes según la información oficial publicada por el
Municipio. Allí se encuentra emplazada la Universidad Nacional de La Matanza desde hace ya tres
décadas.
Figura 1: Localidad de San Justo, su ubicación dentro
del Partido de La
Matanza
Fuente: Municipio de La Matanza [Sitio web].
2. Los orígenes
Desde la aparición de las universidades, se fueron diseñando a lo largo de los siglos dos alternativas distintas para su emplazamiento: por un lado los espacios delimitados y cerrados, conventos y ciudades universitarias, donde convergen la vida cotidiana y las actividades académicas sin salir del área de implantación; y por el otro, las universidades, que fueron conquistando ciudades y espacios públicos, interactuando con los lugareños, creando o impulsando el crecimiento y el desarrollo social, siendo seguramente un reflejo del área en la que se asentaron se han fusionado con ella y han repartido sus instalaciones dentro del tejido urbano, como dice Marcano (2011).
Es sabido que durante todo el siglo XX la expansión de las ciudades ha ido en paralelo con la infraestructura y el crecimiento de la industria. Sumado a esto, el crecimiento de la población y el desarrollo social contribuyen en cualquier centro urbano con estas características a que se impulse el asentamiento de centros educativos (de todos los niveles) y de formación (tanto de oficios como profesionales). En tal sentido, Fuentes (2007) afirma que la Universidad es “una institución urbana por excelencia ya no sólo por ubicarse en la ciudad, sino por el sentido cívico que alcanza en el siglo XX, ha sido durante la historia reflejo del desarrollo de la sociedad y, en consecuencia, de la propia ciudad. Por lo mismo, ha adaptado su forma a las nuevas concepciones urbanísticas que van revelando los ideales culturales de la sociedad” (p. 18).
Es innegable que el emplazamiento de instituciones de Educación Superior aporta, en lo económico y en lo social, al crecimiento de la zona donde se desenvuelven. Ese aporte, en muchos casos, también se verifica en aspectos tecnológicos y organizacionales, que son usufructuados por las empresas de la zona. Por otro lado, contribuyen a dinamizar la red urbana de muy diversas maneras, incluso desde lo cultural o lo recreativo, a través de la apertura de sus instalaciones deportivas a la comunidad no universitaria. La posibilidad de integrar a la comunidad en espacios de formación y esparcimiento mejora e integra la interacción de todos los actores involucrados, brindando espacios de convergencia donde manifestar inquietudes, afianzando lazos y colaborando al desarrollo social y sentido de pertenencia.
El asentamiento de una universidad en un espacio determinado debe ser visto como un todo, como un sistema. Y uno de los fundamentos de los sistemas nos habla de sus jerarquías. Entonces, entender este emplazamiento como una unidad funcionando aislada de su contexto es una falacia. ¿Acaso la instalación de una Institución de Educación Superior no afecta hasta al sistema de movilidad, al transporte público? Comprender ese suprasistema en el que está inmersa y analizar las mejores posibilidades de interacción con él debería ser una prioridad para el desarrollo social en la zona de su fundación. Está claro que, como afirman Santos y Silveira (2000), las instituciones de Educación Superior “desempeñan un papel en la generación de la riqueza local” (p. 60), pero entender esta articulación claramente es un apalancamiento que no debería desperdiciarse, más cuando los recursos son escasos y limitados en el área de emplazamiento. La llegada de una universidad a una localidad no tiene sentido por sí sola: tiene que ver con esa sociedad donde se asienta y, a la vez, permite ver cómo se constituye ese espacio, entender a sus actores y necesidades. Debe haber una unidad entre esa ciudad y la universidad, pensarse como un sistema integrado, como un todo estructurado de manera planificada para contribuir al desarrollo social y para que su emplazamiento tenga sentido.
Los centros urbanos, al desarrollarse, comienzan a sentir la necesidad de formación −en otras épocas a través de los oficios−, para luego, con los niveles cada vez más altos de especialización, profesionalización, competitividad y exigencia laboral, demandar como sociedad que sus habitantes puedan acceder a la Educación Superior. Este es el caso del partido de La Matanza.
En un documento elaborado por la Junta de Estudios Históricos dependiente de la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional de La Matanza, denominado “El Sesquicentenario de San Justo” (2006), se puede comprobar que, desde principios del siglo pasado, los habitantes de esta localidad tenían claro que el emplazamiento de una universidad sería importante para el desarrollo local. Así se puede observar en un volante de la década del 20, que convocaba a la ciudadanía a una asamblea a tal fin en la Unión Vecinal de Fomento María Sánchez De Mendeville.
Figura 2. Volante asamblea
Fuente: Universidad Nacional de La Matanza. Secretaría de Extensión Universitaria. Junta de Estudios Históricos, Geográficos y Estadísticos “Agostino, Hilda Noemí” (2006).
Ya en la década de 1970, como menciona el sitio web oficial de la Universidad Nacional de La Matanza en el apartado “Situación inicial”, existían “unos 106 mil jóvenes de entre 18 y 24 años, de los cuales, unos 8.500, al no encontrar respuesta a sus aspiraciones de realizar estudios universitarios en su propio Partido, renunciaron a continuar estudios superiores o se vieron forzados a cursarlos lejos de su hogar. En 1980, los jóvenes pertenecientes a esa franja de edad ascendían a unos 152 mil y los aspirantes para acceder a una universidad, llegaban a los 16.600” (párr. 2).
Con la llegada de la democracia y el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín, la Educación Superior comienza a transitar por un período de normalización, tras los nefastos años de “vaciamiento” que había sufrido, y ya durante la presidencia de Carlos Menem se sentaron las bases que permitirían fundar la Universidad Nacional de La Matanza. Como bien destaca Otero (2018, p. 3): “luego del periodo transicional hacia la democracia y la consecuente vuelta a la autonomía universitaria, la creación de universidades públicas en el Conurbano (1989-1999), significó el comienzo de un nuevo rumbo en la relación entre la universidad, estado, mercado y sociedad. Las nuevas universidades evocaron su pertenencia territorial evidenciando mayor cercanía con el espacio social y municipal”.
Queda claro que el empuje de las autoridades locales, que han sabido escuchar las necesidades de los centros urbanos donde han ejercido sus actos de gobierno, colabora con el emplazamiento de dichas universidades. En sus documentos fundacionales, como destaca García de Fanelli (1997), aparece un elemento que las caracteriza particularmente, el enfoque hacia la comunidad. “En tal sentido, los estatutos de estas universidades avanzan más allá de lo que pudo haber sido tradicionalmente la extensión universitaria para convertir a la comunidad local en un objeto privilegiado de la acción universitaria” (p. 34).
Tal es el caso de la Universidad Nacional de La Matanza, puesto que se observan en su Estatuto diversos puntos que destacan la clara intención, desde su creación, de orientarse a la comunidad y al desarrollo local, como puede observarse, por ejemplo, en los artículos 2º, 3º, 4º, 6º y 98 de dicho documento, donde se aprecia claramente el interés fundacional por ser un espacio que impulse el cambio, el crecimiento y el desarrollo profesional de la población joven de la zona.
3. La contribución al desarrollo local
Como se puede observar en estos apartados de su acta fundacional, la Universidad Nacional de La Matanza ha tenido siempre presente la intención de contribuir al desarrollo local. Todo ello se manifiesta a través de las diversas actuaciones que ha venido teniendo a lo largo de sus 30 años de historia, de muy diversas maneras.
Figura 3. Encuentro en el marco del Programa La UNLaM va a tu escuela
Fuente: Diario NCO (25/05/2017).
Figura 4: Feria Expo-Empleo
Fuente: Universidad Nacional de La Matanza [Facebook] (28/08/2019).
Figura 5: Feria Educativa
Fuente: Diario El 1 Digital (24/05/2016).
Figura 6. Expo proyecto
Fuente: La Matanza Informa (19/10/2016).
Estas cuatro manifestaciones, sumada la creación -en el año 2003- del Área Vinculación Universidad-Escuelas, dependiente de la Secretaría de Extensión Universitaria, son el gran motor de inclusión que promueve la universidad para muchos alumnos de nivel secundario para su acceso a la Educación Superior.
Figura 7: CeDIT
Fuente: Estado Nacional Argentino [Sitio web] (23/11/2017).
4. Conclusiones
Ver niños pequeños corriendo por la Universidad porque sus padres estudian o trabajan allí y los traen a hacer deportes o artes, impulsa a pensar que el día de mañana estos pequeños estarán tan acostumbrados a este espacio que sentirán ganas de estudiar y progresar, naturalizando el ámbito académico. Del mismo modo, alegra saber que microemprendedores como “La Cocina de Tere” ganan su sustento elaborando comidas para personal y alumnos que quieran acceder a sus platos, o que negocios emplazados a escasos metros de la entrada de la Universidad, como Depiwomen, tienen a alumnas y empleadas de la Universidad como clientas principales. Asimismo, se observa claramente el avance de fotocopiadoras, estacionamientos, librerías y espacios gastronómicos que ya son históricos en las cuadras aledañas a la Universidad y que también dependen del alumnado para su sustento. Todo ello ES el desarrollo social. Estudiantes secundarios que no tienen cultura universitaria en sus familias pero que, sin embargo, han sido motivados por la Universidad a través de diversos programas y eventos, que los fue a buscar a sus colegios y los motivó a seguir estudiando, a animarse, para crecer y ayudar a sus familias, para lograr mejores posicionamientos laborales que los que seguramente consiguieron sus progenitores, dado que casi el 90% del alumnado son primera generación de estudiantes universitarios en sus familias. Todo esto también ES desarrollo social. Como lo es también que muchos de los ayudantes y docentes de la Universidad sean jóvenes que hayan cursado sus carreras de grado y, a través de esa maravillosa experiencia, se hayan sentido motivados para emprender la docencia universitaria, acaso un sueño nunca soñado, pero hecho realidad para numerosos académicos que están retribuyendo a la sociedad local lo que ella les brindó. Una Universidad no puede desentenderse de las características socio-económicas y demográficas de su ámbito de emplazamiento.
La función social de la Universidad Nacional de La Matanza está incorporada en sus raíces, es entendida por todos sus actores, que la viven y la comprenden diariamente. Estar emplazada en un centro urbano de las dimensiones que posee el Partido de La Matanza es un gran desafío. Se hicieron muchas cosas en pos del desarrollo social, y muchas otras quedan por hacer. En tal sentido es bueno recordar las palabras de López y Martínez (2009):
La localización de un equipamiento de educación superior no solamente implica la llegada de un nuevo servicio a un sector de la ciudad, también representa la transformación de dicho sector en mayor o menor medida. El nuevo uso dotacional trae consigo la aparición de usos complementarios, ya sean otros de carácter dotacional o de tipo comercial; restaurantes, cafés, papelerías, centros de fotocopiado y aun peluquerías, son ejemplos de los nuevos establecimientos comerciales que empiezan a aparecer en el sector. (p. 92)
La universidad no solo ayuda a quienes se reciben, cualquiera que pase un tiempo estudiando allí, a pesar de no graduarse, también recibe amplios beneficios, al tiempo que las zonas aledañas se ven favorecidas por el movimiento intenso y el intercambio que generan estos grandes espacios, siempre que, como la Universidad Nacional de La Matanza, tengan la intención de expandir y “desbordar” su desarrollo a la comunidad que generosamente los alberga.
5. Referencias bibliográficas
Notas
1Nota: la población total incluye a las personas viviendo en situación de calle.