Tres décadas de cambios en la construcción del territorio hortícola platense (prov. de Buenos Aires, Argentina). Diálogo entre la percepción de los actores locales e información derivada de la teledetección

Three decades of changes in the construction of La Plata horticultural territory (Buenos Aires province, Argentina). Dialogue between the perceptions of local actors and information derived from remote sensing

Três décadas de mudanças na construção do território hortícola de La Plata (prov. de Buenos Aires, Argentina). Diálogo entre a percepção dos atores locais e as informações derivadas do sensoriamento remoto

Comisión Nacional de Actividades Espaciales/ Universidad Nacional de Córdoba/ Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

Universidad Nacional de la Plata/ Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

Resumen: Los periurbanos productivos son territorios sumamente complejos, con diversidad de actores e intereses. Diversos autores investigaron el periurbano de La Plata evidenciando deficiencias en las planificaciones territoriales. En el presente trabajo se indagó, mediante entrevistas semi-estructuradas y observación participante, en la percepción de diversos actores sobre las transformaciones territoriales del cinturón hortícola de la ciudad de La Plata (prov. de Buenos Aires, Argentina) y las políticas públicas implementadas. Asimismo, se pusieron en diálogo estos resultados con los de un análisis realizado previamente por el grupo de investigación a partir de imágenes satelitales. En coincidencia con el análisis de imágenes satelitales, los/as entrevistados/as identificaron las transformaciones territoriales, enriqueciendo los resultados con información sobre sus posibles causas y sobre los actores territoriales y las relaciones de poder existentes.

Palabras clave: Planificación territorial; Periurbanos hortícolas; Transformaciones territoriales; Políticas públicas; Percepción social.

Abstract: Productive peri-urban areas are extremely complex territories, with a diversity of actors and interests. Various authors investigated the peri-urban area of La Plata and observed territorial planning deficiencies. In the present work, through semi-structured interviews and participant observation, the perception of a diversity of actors on the territorial transformations of the horticultural belt of La Plata city (prov. of Buenos Aires, Argentina) and the public policies implemented were investigated. Likewise, these results were put into dialogue with those of an analysis previously carried out by the research group, based on satellite images. Coinciding with the analysis of satellite images, the interviewees clearly identified territorial transformations, enriching the results with information on the possible causes and on the territorial actors and existing power relations.

Keywords: Territorial planning; Horticultural peri-urban; Territorial transformations; Public policies; Social perception.

Resumo: As áreas periurbanas produtivas são territórios extremamente complexos, com uma diversidade de atores e interesses. Diversos autores investigaram a zona periurbana de La Plata, evidenciando deficiências no planejamento territorial. No presente trabalho, por meio de entrevistas semiestruturadas e observação participante, investigou-se a percepção de diversos atores sobre as transformações territoriais do cinturão hortícola da cidade de La Plata (prov. de Buenos Aires, Argentina) e as políticas públicas implementadas. Da mesma forma, esses resultados foram colocados em diálogo com os de uma análise realizada anteriormente pelo grupo de pesquisa a partir de imagens de satélite. Coincidindo com a análise das imagens de satélite, os entrevistados identificaram as transformações territoriais, enriquecendo os resultados com informações sobre as suas possíveis causas e sobre os atores territoriais e as relações de poder existentes.

Palavras-chave: Ordenamento territorial; horticultura periurbana; Transformações territoriais; Políticas públicas; Percepção social.

Los territorios en tanto construcciones socioespaciales son lugares dinámicos, en permanente proceso de creación o redefinición, atravesados por relaciones de poder y dominación multiescalares, basados en el control diferencial de determinados recursos (económicos, informativos, ideológicos, científico-tecnológicos) (Ceceña, 2012; Manzanal, 2014; Saquet, 2015). Los periurbanos en particular, espacios altamente desarrollados en las mayores capitales latinoamericanas y sede de los principales cinturones hortícolas, son un claro ejemplo de la diversidad y complejidad que puede albergar un territorio (Ávila Sánchez, 2009; Barsky & Vio, 2007). En el periurbano de la ciudad de La Plata se encuentra el principal cinturón hortícola del país; un área productiva surgida y consolidada a partir del desarrollo de las relaciones sociales capitalistas en la región (Fernández & Lemmi, 2018).

Actualmente, la actividad productiva es realizada principalmente por pequeños agricultores familiares de origen boliviano, quienes mayoritariamente arriendan la tierra en la que viven y producen; dándose incluso un proceso de subarrendamiento de fincas de 4-7 ha en fracciones de entre 0,5 y 1,5 ha (Ambort, 2017; García, 2015; Seibane & Ferraris, 2017). Estas familias proveen entre el 60% y el 90% de las hortalizas frescas consumidas por el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), abasteciendo a más de catorce millones de habitantes (Benencia, 2002; INDEC, 2010). Las condiciones de vida y trabajo de las familias horticultoras son sumamente precarias (alto grado de informalidad, dificultades para acceder al crédito, falta de acceso a jubilaciones y obra social, vivienda muy precaria, falta de acceso a agua potable y dificultades para acceder a la educación, entre otros aspectos), provocando la contracción del consumo y la superexplotación de la fuerza laboral (Ambort, 2017; García, 2016; Ferraris & Seibane, 2017).

Las estrategias tradicionales de ordenamiento territorial, suelen tener una mirada reduccionista del territorio, habitualmente focalizada en el desarrollo urbano-industrial, desconociendo una diversidad de percepciones e intereses de la población local. Estas formas de gestionar el territorio, afianzan con el paso del tiempo los intereses de unos pocos actores evidenciando una construcción capitalista del mismo, que deja el uso del suelo librado a los modelos macroeconómicos y afianza las condiciones de apropiación y las relaciones de poder (Ceceña, 2012). Sin embargo, en las últimas décadas, actores locales que solían tener menos influencia en la sociedad, comenzaron a tomar visibilidad y demandar estrategias de planificación con más participación ciudadana, construidas desde una perspectiva sistémica, y con mecanismos que regulen los procesos de subordinación y explotación, así como también los de concentración de riqueza y degradación del ambiente; estrategias que actúen como un instrumento de gobernanza y planificación del desarrollo sustentable (Saquet, 2015).

En el partido de La Plata (prov. de Buenos Aires, Argentina), en los últimos años, se vienen realizando diversos estudios basados en la utilización de imágenes satelitales y Sistemas de Información Geográfica (SIG), que permiten tener una interesante base de información sobre el territorio y sus transformaciones. Algunos de ellos focalizados en aspectos urbanos (Frediani 2010), otros en aspectos geomorfológicos e hidrológicos (Etulain and López 2017; Karol et al. 2018), otros vinculados al desarrollo productivo (Baldini et al. 2019, Baldini et al. 2021, Baldini et al. 2022). Autores como Hurtado (2006), Frediani (2010), García (2015b), Merchán (2016), Jensen & Birche (2018) y Karol & San Juan (2018), Baldini et al. 2019, Baldini et al. 2022, entre otros, han expuesto las deficiencias de las planificaciones territoriales generadas hasta el momento, y desarrollado propuestas de mejoras. Al mismo tiempo, se han publicado estudios que, mediante entrevistas y estudios de caso, indagan en la percepción y los conocimientos que tienen las familias productoras sobre el ambiente en el que desarrollan su trabajo y sobre su forma de desarrollar las actividades productivas (Blandi, 2016; Gargoloff, 2018; Bonnicatto, 2019).

Quienes formamos parte de este equipo de investigación realizamos un estudio con sensores remotos que incluyó la generación de mapas de coberturas/usos del suelo del partido de La Plata cada diez años para el período 1986-2015, el análisis de cambios en las coberturas/usos del suelo para los períodos 1986-1995, 1995-2005 y 2005-2015 y diversos análisis espaciales de los usos del suelo en el año 2015, entre otros (ver Baldini et al. 2019, Baldini et al. 2021, Baldini et al. 2022). Entre las principales transformaciones que pudimos identificar y cuantificar se destacan la expansión urbana sobre suelos de calidad para la actividad agrícola y la intensificación productiva, con un importante reemplazo de horticultura al aire libre por horticultura bajo invernaderos. A su vez, se identificaron zonas en las que la actividad productiva se encontraba a distancias inadecuadas tanto de las áreas urbanas como de los cursos de agua; y zonas de conflicto por superposición de aptitud de uso en las que la urbanización prevalecía frente a otros potenciales usos del suelo.

Sin embargo, no existen hasta el momento trabajos que exploren sobre la percepción y los conocimientos que los actores locales tienen sobre el desarrollo del territorio del cual forman parte, ni investigaciones que vinculen la información proveniente del estudio del territorio a través de imágenes satelitales y SIG con aquellas otras indagaciones provenientes del estudio de la percepción de los actores locales. Es por ello que en este trabajo nos proponemos poner en diálogo los conocimientos y percepciones de diversos actores locales sobre las transformaciones ocurridas en el Cinturón Hortícola Platense (CHP) con información proveniente de los estudios cuantitativos mencionados anteriormente. Para ello indagamos en la percepción de quienes viven y trabajan en vinculación con el CHP sobre las transformaciones ocurridas en el territorio, la visión de estos actores sobre las políticas de planificación llevadas adelante. De esta forma buscamos alcanzar un panorama integral de la problemática de este territorio productivo tan importante.

Como se ha mencionado anteriormente, hemos realizamos un estudio cuantitativo de cambios en el uso del suelo en el partido de La Plata entre 1986 y 2015, a través del análisis de imágenes satelitales y la utilización de SIG, en el que analizamos 3 períodos 1986-1995, 1995-2005 y 2005-2015, definidos a partir de los momentos considerados clave en el desarrollo de invernaderos en el CHP descriptos por García (2012) como “oleadas de invernáculos” (ver Baldini et al. 2021). En el presente trabajo analizamos la percepción de diversos actores sociales vinculados al CHP, para ello usamos una metodología de tipo cualitativa, ya que permite indagar en la vida de las personas, sus perspectivas subjetivas, sus historias, sus comportamientos, e interpretar esta información en forma situada (Vasilachis de Gialdino, 2006). Para ello utilizamos la técnica de la entrevista semi-estructurada y la observación participante, con el fin de enriquecer y complementar la información proveniente del estudio mencionado anteriormente, e incorporar el análisis de motivaciones y creencias de los individuos, instituciones y movimientos sociales (Minayo & Sanches, 1993; Sautu, 2005; Tadeo, 2001; Vasilachis de Gialdino, 2006).

Durante el desarrollo de esta investigación, formamos parte de diversos proyectos de extensión vinculados a familias productoras del CHP, en los que se trabajó en relación a la comercialización, el uso de agroquímicos y problemáticas derivadas de ello, procesos de transición agroecológica, sistemas participativos de garantía y acceso a un hábitat digno. En este marco se realizaron visitas semanales a unidades productivas ubicadas en distintos sectores del CHP entre los años 2015 y 2019, se participó en talleres del INTA y de las propias organizaciones, proyectos especiales de ProHuerta (INTA) y talleres de agroecología. Todas estas experiencias de vínculo con el territorio permitieron tener un conocimiento más detallado de las dinámicas de su funcionamiento.

El análisis de las transformaciones territoriales nacido de las entrevistas se diferenció en cuatro grandes períodos. Por un lado, se consideraron los tres períodos analizados a través de las imágenes satelitales; por otro se incorporó un cuarto periodo que, aunque más corto que los anteriores, describe los principales cambios percibidos hasta el momento en que se finalizaron las entrevistas. Consideramos importante tener en cuenta esta última etapa por los cambios políticos y las transformaciones territoriales que se iniciaron en ese lapso de tiempo. Para abordar más fácilmente con los entrevistados/as el análisis de esta temporalidad, optamos por asociar los momentos de cambio territorial con los principales períodos de gobierno de los distintos partidos políticos: época del gobierno de Alfonsín (1983-1989), período menemista (1989-1999), gobiernos Kirchneristas (2003-2015) y llegada del Macrismo al gobierno (2015).

Las entrevistas se realizaron en un universo muestral en el que se buscó que estuvieran representados los principales actores identificados en el territorio, para lo cual consideramos: funcionarios/as municipales, provinciales y nacionales, vinculados al ámbito del desarrollo rural, de la planificación, técnicos/as agrónomos/as, universidad:

En el caso de los técnicos/as agrónomos/as, si bien todos/as formaron parte del programa Cambio Rural buscamos seleccionar perfiles que fueran diferentes entre sí. En el caso de los/as productores/as a ser entrevistados/as buscamos que estuvieran representados tanto por género, por tamaño de la explotación, por condición de tenencia de la tierra y que desarrollaran su actividad productiva en distintos sectores del CHP (Gorina, Arana, Abasto y Lisandro Olmos). Teniendo en cuenta estos criterios y con el objetivo de contar con una muestra heterogénea, seleccionamos 15 personas para ser entrevistadas, cuyos contactos fueron obtenidos mediante informantes clave. Las entrevistas se realizaron durante los años 2017 y 2018. En el análisis de las entrevistas se buscaron tanto aspectos coincidentes como ideas innovadoras o disidentes que pudieran aportar a la investigación, se consideraron las percepciones de los entrevistados sobre aspectos relacionados con los modelos de producción, las políticas públicas de producción y de gestión del territorio.

Siguiendo a Vargas Melgarejo (1994) y Atar (2007), en este trabajo entendemos a la percepción como una serie de estímulos físicos y sensaciones seleccionadas y organizadas siguiendo pautas culturales e ideológicas específicas que permiten interpretarlas y darles significado; permitiendo la elaboración de juicios en torno a las sensaciones obtenidas del ambiente físico y social. En este proceso de interacción con el entorno, las experiencias y conocimientos previos sirven como punto de comparación para las nuevas experiencias, ayudando a identificarlas y aprehenderlas. Es entendida como un proceso individual y subjetivo atravesado indefectiblemente por la cultura, en el que influyen las necesidades, creencias, emociones y expectativas.

Sin profundizar en la teoría de las representaciones sociales, siguiendo el trabajo de Atar (2007) nos interesa destacar que las personas se hallan fuertemente condicionadas por las ideas que prevalecen dentro de la sociedad a la que pertenecen. Sus percepciones están moldeadas por representaciones sociales que influyen en las ideas, valores y modelos que toman de su grupo de pertenencia, así como normas institucionales que se derivan de su posición y de su rol.

A partir del análisis de las entrevistas pudimos sintetizar en la Figura Nº1 la percepción que tienen los actores sobre los períodos presentados. A continuación, se desarrollará en profundidad cada uno de ellos.

Figura Nº 1. Percepción de actores locales sobre las características de la actividad productiva local

Los/as entrevistados/as asocian a la actividad hortícola local en este período como una actividad poco desarrollada y con bajo componente tecnológico, desarrollada por migrantes italianos y portugueses que contaban con la propiedad de la tierra. Según sus relatos, la horticultura era al aire libre y había unos pocos invernaderos de vidrio destinados a la producción de flores. Esto coincide con los resultados de nuestro análisis cuantitativo, según el cual en el año 1986 el 98% (8742 ha) de la superficie bajo producción hortícola era al aire libre, existiendo solo un 2% (159 ha) de producciones bajo invernadero (Baldini et al. 2021). Algunos entrevistados relatan que en ese período se producían verduras de estación, se guardaban las semillas para la próxima siembra, el uso de agroquímicos era mucho menor y las plagas que había en esa época eran diferentes a las actuales. También se relatan diferencias en cuanto a la extensión de las producciones, que era mucho mayor que en la actualidad; y en relación a la diversidad, que también era mayor, aunque según distintos entrevistados la productividad era menor.

Respecto a la incorporación del invernadero en la producción hortícola, diversos/as entrevistados/as relatan cierta resistencia inicial a la incorporación de esta tecnología. Lo que finalmente hizo que se adoptara el invernadero en las producciones fue, según los entrevistados/as, la posibilidad de obtener mayores ganancias, ya que al acelerar los tiempos productivos y romper la estacionalidad, podían sacar antes que otras regiones sus productos al mercado, y ganar una renta diferencial. Uno de los funcionarios de INTA entrevistado hace referencia al rol estratégico que cumplió el INTA en la promoción de esta tecnología en la región. A su vez, diversos entrevistados plantean que la rápida adopción de esta tecnología tuvo que ver con el espíritu innovador de un grupo de productores italianos y españoles.

Dentro de los quinteros más grandes había un grupo de quinteros, algunos italianos, españoles, estaban todo el día pensando en qué podían hacer para innovar… Siempre andaban con proyectos y con cosas que escuchaban que en otras partes se hacían…Eran innovadores natos. (Docente/Investigador de la FCAyF). En cuanto a la comercialización de la producción, uno de los pequeños productores relata la existencia de un menor número de mercados mayoristas, a los que se accedía de una forma diferente a la actual:

Todo se trabajaba con mercado central, con sus propios camiones, el mercado venía a consignación. Ahora los camiones son de los puestos…mucha cantidad de mercados, hay el de La Plata, el Campito, La Matanza, 3 de Febrero, Beccar y otros…Morón, en Luján hay otro…vienen de afuera también, de Bahía Blanca, Neuquén, Río Cuarto. (Pequeño Productor Convencional Propietario).

Otro aspecto interesante tiene que ver con la relación espacial que había en ese momento, según los entrevistados, entre la actividad productiva y la urbanización. Según plantean en sus relatos existía una separación más clara entre estos dos tipos de uso del suelo, mencionando incluso la existencia de un antecedente de cierta zonificación de la actividad hortícola, a través de las “Colonias Hortícolas” (creadas por el Consejo Agrario Nacional en la década de 1950 para abastecer de productos frescos al AMBA).

Dos aspectos que los/as entrevistados/as destacan como estructurantes de los cambios que se dieron en este período son la hiperinflación de los últimos años del gobierno de Alfonsín y el ingreso al país del hipermercadismo como consecuencia de las políticas de apertura del menemismo. A su vez, como resultado de la política nacional de la década de los 90’, los entrevistados/as relatan una etapa de “explosión tecnológica” en la actividad hortícola local, con una fuerte promoción de la tecnología del invernadero, el fertirriego y la incorporación de galpones de empaque. Estos últimos implicaron un mecanismo de innovación que fue accesible solo para los productores más capitalizados. Este paquete tecnológico trajo aparejada la incorporación de agroquímicos y semillas híbridas que, en un contexto de economía dolarizada, implicaban un bajo costo de inversión:

En la época de Menem, te digo, fue cuando se empezó con el invernadero, con todos los quilombos que se mandaron en su momento… para la parte ecológica sobre todo, porque ahí es donde surgió la famosa receta de -por las dudas- fumigar tres veces por semana, sacudirle con lo que tenías, el cultivo siempre tenía que estar perfecto. (Productor Mediano Convencional Propietario).

En cuanto a la comercialización, según los relatos de los/as entrevistados/as, las estrategias de comercialización giraban en torno al mercado regional, que era chico aún y se abastecía principalmente por los grandes productores. Sin embargo, ante un Estado no intervencionista, el ingreso al país de cadenas como Walmart y Carrefour, ejerció una gran influencia en la producción hortícola en la región. El supermercadismo acentuó, según algunos/as entrevistados/as, la diferencia entre productores grandes y pequeños; los productores grandes se volcaron a abastecer esta nueva demanda, ajustando sus estrategias productivas. En este sentido, uno de los entrevistados plantea:

(En los 90) empiezan a aparecer las cadenas internacionales de Carrefour, Walmart… la instalación de esta visión más moderna de las concentraciones a través de las grandes distribuciones de las cadenas comerciales, empieza a generar demandas distintas…empezaron a pagar más para generar una cadena de proveedores. (Funcionario INTA).

Los/as entrevistados/as identifican a este período como uno de los momentos de incorporación de un importante número de pequeños productores bolivianos a la horticultura local, muchos de los cuales comenzaron a tener capacidad de arrendamiento. Asimismo, en este contexto de incorporación de innovaciones, seguido de la fuerte crisis de finales de los 90 y comienzos del 2000, hay un cuestionamiento en los relatos de los entrevistados/as a la forma en que los técnicos pudieron asesorar y dar respuesta a las familias productoras. Uno de los entrevistados lo describe de la siguiente manera:

Los noventa es el período de la explosión tecnológica…Y los técnicos no estaban preparados para eso…vos veías que los que andaban bien en el tema hortícola era porque se habían formado afuera… no una capacitación formal, sino iban quince días, un mes, dos meses, se iban a Holanda, se iban a Israel, se iban a España, se iban a Estados Unidos, y se traían todo, y bueno, tipos inteligentes empezaron a manejar La Plata, Corrientes Mendoza, Salta, Tucumán…asesorando emprendimientos realmente grandes…A los pequeños productores no les daba bolilla nadie… empezaron a cerrar Agencias de Extensión, el Ministerio de Asuntos Agrarios dejó de tener técnicos que trabajaban con los productores. (Docente/Investigador de la FCAyF).

Los/as pequeños/as productores/as, dan cuenta en sus relatos que, si bien algunos pudieron alcanzar cierto grado de capitalización y de independencia en las decisiones productivas, no contaron con el apoyo y las herramientas adecuadas para lograr una transformación que implicara mejoras económicas, ambientales y sociales. Según ellos/as no se priorizó el acompañamiento técnico, ni el desarrollo tecnológico adecuado a los sectores menos capitalizados. Si bien algunos/as entrevistados/as plantean que las actuales condiciones de producción y de vida en el CHP son el resultado de una “forma de hacer” de las familias productoras, una cuestión “cultural”, de “costumbre”; los párrafos anteriores evidencian la influencia de un mercado internacional en expansión y una decisión política del Estado nacional de no intervención. Con la crisis del 2001 esta situación queda evidenciada, afectando a grandes y pequeños productores/as, como se ve en los relatos de los/as entrevistados/as:

Bueno, esa locura tecnológica que se da durante los noventa, cuando llega el 2001... bueno, (apellido de productor grande de la zona) que tenía 60 hectáreas de alcaucil, lo mató todo... la devaluación y la modificación del tipo de cambio y todo eso lo descuartizó. Había algunos de estos productores que se habían comprado invernáculos de cerca de 300.000 dólares la hectárea, viste esos que apretás el botón y te salen los tomates. Bueno, en el 2001 no pudieron plantar... 2002, no pudieron plantar. Porque con la devaluación se les transformó todo, entonces no tenían plata…el INTA que era el que les tenía que dar una respuesta, no sabían qué hacer. No había un modelo alternativo, una propuesta alternativa... parte de las quintas las transformaron en canchas de fútbol...otros empezaron a arrendar. (Docente/Investigador de la FCAyF).

Las políticas de planificación territorial y de la actividad productiva se vieron también delineadas por la política de desregulación. Los entrevistados/as exponen, en este sentido, el paso de políticas como la de las colonias hortícolas a otro tipo de medidas focalizadas especialmente en el área urbana. Los procesos identificados para este periodo se ven reflejados en el análisis cuantitativo que realizamos, en el que se observa que mientras que en 1986 la superficie bajo invernaderos era de 159 ha y la urbana de 13940 ha, para el año 1996 alcanzaban 4370 ha y 20530 ha respectivamente. Para el período 1986-1996 la tasa anual de crecimiento de los invernaderos fue del 43,9% y para la urbanización fue del 1,5% (Baldini et al. 2021).

A raíz de la crisis del 2001 muchos de los grandes productores locales dejaron la actividad, pasando a estar representada mayormente por pequeños productores familiares de Bolivia. Los/as entrevistados/as marcan un proceso de movilidad dentro de la comunidad boliviana del CHP, muchos medieros comenzaron a ser arrendatarios, especialmente del 2013 en adelante. Frente a este movimiento generado en quienes realizan la actividad productiva, los relatos de algunos/as entrevistados/as evidencian el rol que cumplió el Estado, contribuyendo a la precarización e informalidad de la actividad productiva que actualmente se intenta solucionar; responsabilizando en muchas oportunidades al eslabón más débil de la cadena, las pequeñas familias productoras.

Técnicamente vos no podés dividir, qué hicieron acá, las inmobiliarias en conjunto con los propietarios, empezaron a alquilar en negro parcelas de una hectárea…porque por ahí este tipo que había sido empleado o medianero no tenía capital para poder alquilar las cuatro hectáreas...Entonces, empezaron a aparecer esos alquileres truchos, eso en el marco de las crisis del 2001, 2002… así que esto era una cosa que pasó totalmente desapercibida… se te instala un modelo totalmente distinto bajo forma de arrendamiento, con alquileres y eso genera un despelote estructural pero descomunal… como el propietario sabe que es un alquiler trucho, no le permite construir una casa, entonces se arman todas casillas de madera precariamente, hacen perforaciones de agua que no están permitidas. (Funcionario INTA).

En este proceso de incremento de los/as productores/as arrendatarios/as, que implicó también una mayor independencia, los/as productores/as entrevistados/as identificaron un crecimiento en el uso de agroquímicos. Esto se dio en paralelo a la instalación en la zona de empresas de venta de agroquímicos y de un agravamiento del problema en relación a la disposición final de los envases, especialmente a partir de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. Según los relatos de los/as entrevistados/as esto está ligado a la falta de asesoramiento técnico adecuado. Los peones o medieros de los grandes productores, aplicaban los agroquímicos que sus patrones compraban, a partir del asesoramiento de un técnico privado. Con la transformación de muchos pequeños/as productores/as a arrendatarios/as, sin un nivel de capitalización que les permitiera pagar a un asesor privado, los/as productores/as fueron recurriendo a la información que tenían más accesible, incluyendo el asesoramiento de las empresas de venta de agroquímicos y la información compartida por otros productores/as en base a su propia experiencia.

Diversos/as entrevistados/as plantean que frente a las dificultades que tuvieron estos “nuevos arrendatarios” para cubrir los costos fijos de producción, alquiler y luz, se vieron ante la necesidad de intensificar sus producciones, incorporando invernaderos para aumentar su productividad. En concordancia con esto, algunos de los/as entrevistados/as identifican un fuerte aumento en el área ocupada por invernaderos. El Productor Grande Convencional Propietario se refiere principalmente al período 2003- 2010 y el Funcionario del Área de Producción del Municipio al período 2005-2010, destacando la localidad de Lisandro Olmos.

Lo narrado por los/as entrevistados/as coincide en gran medida con los resultados que obtuvimos a través del análisis de imágenes satelitales (ver Baldini et al. 2021). En coincidencia, en esa zona se asocia con la instalación de una mayor cantidad de empresas de venta de agroquímicos. Por el contrario, localidades como Arana, se destacan por ser sectores de producción principalmente al aire libre, donde no existen o son escasas las empresas de venta de agroquímicos. En el análisis realizado con imágenes satelitales estimamos que para el año 2015 la delegación de Arana contenía un bajo porcentaje de superficie hortícola bajo invernaderos (Baldini et al. 2019). Al mismo tiempo, las entrevistas muestran cómo la intensificación del modelo productivo provocó una pérdida de autogestión, pasando a depender cada vez más del asesoramiento de las empresas de venta de agroquímicos y de los proveedores de insumos.

Al indagar en las motivaciones que los llevan a decidir producir bajo invernadero, pese al riesgo que conlleva como vimos en los párrafos anteriores, tanto los/as productores/as pequeños/as como el/la productor/a mediano/a plantean motivos vinculados estrechamente con “las reglas del mercado”. Entre estos motivos se identifican la necesidad de producir verdura rápido, para contar con ingresos que les permitan cubrir los gastos fijos mensuales (propios de la actividad tal como la desarrollan hoy en día) y las características estéticas que debe tener la verdura para que sea aceptada por los consumidores (considerando tanto al dueño de la verdulería que va a comprar al mercado central, como al consumidor final que se abastece en la verdulería de barrio).

Un aspecto trascendental de este período, y que le da al CHP una característica propia, tiene que ver con la capacidad organizativa de los/as pequeños/as productores/as familiares. Varios entrevistados/as destacan un crecimiento del número de organizaciones de productores/as y de la cantidad de productores/as organizados/as, especialmente desde el año 2008; planteando que habría sido acompañado e impulsado por algunos sectores del Estado, como el INTA a través del programa Cambio Rural. En este sentido, una de las funcionarias del INTA entrevistadas argumenta que el surgimiento de las organizaciones de productores estaría asociado en un principio con la posibilidad de acceder a recursos del Estado, ya que los subsidios de algunos programas estaban destinados exclusivamente a organizaciones.

Por otro lado, desde la Dirección General de Planeamiento del municipio, coincidiendo con la percepción de productores/as y trabajadores/as de la UNLP, destacan en sus relatos el avance de la urbanización sobre zonas tradicionalmente productivas, especialmente a partir del 2007, con el desarrollo de countries y más recientemente de loteos para los planes ProCreAr. A su vez, resaltan un crecimiento de la especulación inmobiliaria y de los costos de los lotes. En diversas entrevistas surge el planteo de cómo estas transformaciones que llevaron al aumento de los precios de la tierra traen aparejados, por un lado, el desplazamiento de la actividad productiva hacia sectores en los que el alquiler o la compra de tierras es más accesible; y por otro lado, la generación de nuevos conflictos por la cercanía entre usos del suelo incompatibles entre sí (uso urbano vs uso productivo). Estas observaciones tienen coincidencia con los resultados del análisis realizado con imágenes satelitales en el que identificamos la distancia entre el área productiva y el área urbana para el año 2015, encontrando que el 67,9% de los invernaderos y el 57,6% de la horticultura al aire libre se hallaba a menos de 1000 metros del área urbana, una distancia inadecuada para producciones hortícolas intensivas (Baldini et al. 2019).

El otro día había una queja... nos caen algunas denuncias de, por ejemplo: -yo me fui a vivir ahí, mi vecino tiene todos chanchos-... bueno, pero es el medio del campo, ¿qué pretendés que tenga? El hombre está bien, vos sos el que te fuiste a vivir ahí. (Funcionaria de la Dirección General de Planeamiento).

Y después otro de los mayores cambios, el valor de uso del suelo... cien veces más que lo que salía hace treinta años. De hecho, los countries se implantan ahí por el valor bajo del suelo. De hecho, están todos sobre las redes hídricas, el Grand Bell atraviesa el arroyo, en el 2007 quedó bajo la cota…se vende como tierra rural y después se viene el cambio de zona y te la dan como área urbana...especulación inmobiliaria. (Funcionaria de la Dirección General de Planeamiento).

Estos relatos evidencian la falta de intervención del Estado, y la connivencia con ciertos sectores empresarios, dejando el CHP en manos del mercado. Una de las técnicas entrevistadas describe cómo la expansión urbana está desplazando a la actividad hortícola hacia el sur del partido (Poblet), ocupando zonas con actividad típicamente ganadera, generando preocupación en partidos vecinos. Este movimiento, especialmente de producciones bajo invernadero, fue detectado en los análisis que realizamos a través de imágenes satelitales (ver Baldini et al. 2021).

Todos/as los/as entrevistados/as coinciden en que, durante el gobierno de la alianza Cambiemos, la situación se agravó fuertemente. El excesivo costo de los insumos para la producción (en gran medida dolarizados), el incremento en los gastos fijos mensuales como las tarifas de los servicios y los alquileres, y la reducción en las ventas por la contracción en el consumo, provocaron la expulsión de muchos pequeños productores/as. Según los/as entrevistados/as, quienes se mantienen en la actividad en este período tuvieron que dejar o reducir la producción de verduras “de fruto” (como el tomate y el morrón), cuya producción es más costosas, y focalizarse en la producción de verduras “de hoja”, de ciclos más cortos, que requieren menos inversión y menos cuidados, y generan un ingreso económico más inmediato. Estas transformaciones en la actividad productiva se dieron como una forma de intentar permanecer en la actividad; otros productores se vieron forzados a volver a trabajar como medieros y otros dejaron la actividad.

Otro aspecto que destacaron algunos/as entrevistados/as tiene que ver con el aumento de la especulación por parte de los intermediarios, en torno al precio que pagan las verduras en las quintas, mediante la venta a “culata de camión” y los precios en las verdulerías. A su vez, las personas entrevistadas identifican una serie de medidas tomadas durante este gobierno que han generado un recorte en ciertas políticas de las cuales eran beneficiarias las pequeñas familias productoras, como el Monotributo Social Agropecuario, generando condiciones de mayor precarización laboral. La política de eliminación del Monotributo Social Agropecuario se contradice con el discurso de los funcionarios del área de producción municipal y provincial entrevistados, quienes plantean como prioridad la formalización de estas familias productoras.

Finalmente, también se observa un cambio en relación al crecimiento de los invernaderos. El productor mediano entrevistado identifica un período de disminución en la construcción de invernaderos, entre el 2013 y el 2015 seguido por un crecimiento acelerado de los mismos, luego del 2015. En este sentido, tanto los/as pequeños/as productores/as como el productor mediano, en consonancia con la tendencia existente en la región, relataban haber tenido recientemente la mayor parte de su producción bajo invernaderos. Sin embargo, estos productores/as describen cómo luego de haber sido afectados/as por sucesivos temporales que generaron, entre otras consecuencias, la destrucción total de gran parte de los invernaderos, decidieron comenzar a producir al aire libre en aquellos sectores de la quinta con invernaderos rotos total o parcialmente. Uno de los principales motivos de esta decisión, según los/as pequeños/as productores/as tiene que ver con la dificultad que tienen para afrontar la inversión que implica construir o arreglar un invernadero. Otro aspecto que destacan es la especulación de las empresas proveedoras luego de un temporal, frente a la necesidad de las familias productoras, evidenciando una falta de regulación por parte del Estado, dejando a estas familias en manos del mercado.

Si bien no hemos realizado estudios cuantitativos para el período de tiempo correspondiente al gobierno de la Alianza Cambiemos, el análisis visual de imágenes satelitales y el recorrido a campo del territorio nos ha permitido identificar nuevos sectores del partido de La Plata en los que se comenzó a producir bajo invernadero, en coincidencia con las apreciaciones de varios/as entrevistados/as.

Un aspecto positivo en este contexto de cambio producto de la acentuación de la crisis económica en este período, que han destacado trabajadores del INTA, de la UNLP y el funcionario de producción de provincia, tiene que ver con el crecimiento de las experiencias de transición agroecológica en el CHP y la visibilización del/la productor/a hortícola como actor de la región. Estos avances hacia formas de producción más sustentables, en un contexto político desfavorable para el sector de la agricultura familiar, son el resultado de una serie de políticas públicas nacionales y regionales enfocadas en la agricultura familiar desarrolladas y/o incentivadas durante el período kirchnerista. Entre estas medidas en las entrevistas se destacan la creación de la Secretaría de Agricultura Familiar, el ReNAF (Registro Nacional de Agricultura Familiar), el Monotributo Social Agropecuario, el RENSPA (Registro Nacional de Productores Agropecuarios). Al mismo tiempo, se identifica un proceso de fomento del asociativismo como resultado de las exigencias de formalidad para acceder a programas y financiamientos del Estado, los programas de Cambio Rural y ProHuerta, la creación del CIPAF (Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar), el IPAF (Instituto para la Agricultura Familiar) y la Escuela Periurbana de Agroecología del INTA, entre otros.

Los diversos actores/as entrevistados/as (productores/as, universitarios/as, técnicos/as, funcionarios/as, INTA) coincidieron de manera unánime en la lectura que realizaron de las transformaciones en el paisaje del partido de La Plata. Estos actores identificaron dos procesos principales: la expansión urbana y el crecimiento hortícola acompañado por una expansión de la actividad hortícola bajo invernaderos. En las entrevistas, se plantea a la expansión urbana como el principal motor que tracciona los cambios en el uso del suelo, impulsada por un fuerte sector inmobiliario, con capacidad de influencia en el gobierno municipal, estando los últimos 10-15 años signados por un fuerte proceso de especulación inmobiliaria. A partir del 2003 se identifican cambios más drásticos en el uso del suelo, en coincidencia con la salida de la crisis del 2001, la reactivación económica y productiva. En este periodo se evidenciaría más claramente el proceso de ascenso en la “escalera boliviana” (Benencia, 1999), a partir de la conversión de un importante número de productores/as que comenzaron a ser arrendatarios, según se desprende de las entrevistas realizadas. La imposibilidad de estos nuevos arrendatarios de sostener una unidad productiva de 3-5 hectáreas, desencadenó un proceso de subarrendamiento de las quintas que generó un mayor número de unidades productivas, de tamaños muy reducidos, con un fuerte negocio inmobiliario detrás.

Diversos/as entrevistados/as identifican a la llegada a la intendencia de Pablo Bruera (año 2007) como un momento bisagra en el proceso de expansión urbana y de crecimiento de la especulación inmobiliaria. En este sentido, identificaron claramente el avance de la urbanización en sectores rurales al norte del partido (Colonia Urquiza, Las Banderitas, Gorina, entre otros), al oeste (Abasto y Olmos, en menor medida El Peligro), al sur (ciertos sectores de Arana, principalmente sobre la calle 137) y sobre la ruta 2; identificando particularidades en las características de expansión urbana de cada sector. El eje norte, la ruta 2 y la calle 137 en Arana, se perciben como sectores en los que se avanzó en el desarrollo de countries, clubes de campo y barrios cerrados. Por otro lado, el crecimiento urbano en las zonas de El Peligro, Abasto, Olmos y algunos sectores del sur del partido, se identificó como más asociado a la construcción de viviendas enmarcadas en los créditos ProCreAr (Programa Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar). En este período, según los/as entrevistados/as, se avanzó en la urbanización sobre suelos rurales, incrementando el valor del suelo y generando la expulsión de muchos/as productores/as hortícolas hacia zonas más alejadas del partido, con un uso típicamente ganadero.

En consonancia con esto, todos/as los/as otros/as productores/as entrevistados/as, incluso aquellos que actualmente han accedido a la propiedad de la tierra, mencionan haber pasado por al menos tres arrendamientos en distintas localidades del partido, evidenciando la alta movilidad a la que se ven forzadas las familias productoras. Los/as entrevistados/as plantean que esta movilidad se vincula con la búsqueda de mejores suelos para la producción y/o de alquileres más bajos, desplazándose hacia otras zonas del partido o incluso a partidos vecinos, como consecuencia de las presiones que ejercen tanto el mercado de alimentos como el inmobiliario.

Estas observaciones coinciden en gran medida con los resultados de los análisis que realizamos a partir de imágenes satelitales (ver Baldini et al., 2021). En dicho estudio observamos efectivamente que entre el 2005 y el 2015 la producción hortícola (cultivos al aire libre y bajo invernaderos) avanzó sobre suelos bajo uso ganadero, respecto al periodo anterior (1996-2005). También identificamos un avance de la urbanización sobre suelos ganaderos para el período 2005-2015 respecto al anterior. Sin embargo, en relación al avance de la urbanización sobre suelos productivos, identificamos un mayor avance en el período 1996-2005 que en el período 2005-2015. Esta diferencia puede estar relacionada a que la urbanización haya crecido en parte sobre suelos ubicados en el cinturón hortícola que no estaban bajo producción, pero que por su ubicación o historia de uso son percibidos como suelos productivos.

En los últimos años, a partir del 2015 aproximadamente, los actores entrevistados identifican un importante crecimiento de la horticultura, especialmente hacia el sur del partido (Poblet, Oliden) llegando a Bavio y al oeste hacia Brandsen sobre el eje de la ruta 6. En este sentido los/as entrevistados/as dan cuenta como la urbanización desplaza a la actividad hortícola y como consecuencia de ello la horticultura desplaza a la actividad ganadera, que se ve fuertemente reducida y expulsada hacia partidos vecinos (Magdalena, Bavio). Esta observación coincide con nuestros análisis, en los cuales observamos una disminución de los suelos bajo uso ganadero en todo el período estudiado (1986-2015) (ver Baldini et al., 2021). Ante el desplazamiento de la actividad hortícola hacia zonas periféricas del partido, los/as entrevistados/as plantean algunas problemáticas que ya están emergiendo, como la falta de infraestructura y servicios públicos y el establecimiento de quintas en zonas inundables, generando condiciones de vida y de trabajo aún más precarias que las actuales.

Dos de los productores entrevistados describen una “ruta de migración” habitual en las familias productoras desde su llegada al partido de La Plata, especialmente aquellas que llevan muchos años viviendo y produciendo en el CHP. Según esta ruta, las familias inicialmente se asentaban en El Peligro, luego migraban hacia Abasto, continuando por Olmos, Arana y finalmente más recientemente comienzan a trasladarse hacia Poblet y Oliden.

En cuanto al aumento de los invernaderos, los/as entrevistados/as identifican un mayor crecimiento en los últimos 15-20 años (2000-2004 en adelante), concentrándose especialmente en Olmos, Etcheverry, Abasto, y más recientemente (a partir del 2015) avanzando fuertemente hacia Poblet y Oliden. En coincidencia, según los estudios cuantitativos que realizamos a partir de imágenes satelitales, en el período 2005-2015 hubo 2516 nuevas hectáreas de invernaderos, en comparación con el período anterior (1996-2005) donde contabilizamos 999 nuevas hectáreas de producción bajo invernadero (ver Baldini et al., 2021).

En cuanto a las políticas de planificación del uso del suelo en el partido, todos/as los/as entrevistados/as, incluidos los funcionarios del área de producción municipal y provincial, coinciden en que no hubo ni hay políticas en ese sentido y que lo que ha definido el paisaje que vemos actualmente en la región ha sido el mercado. Se reconocen algunas políticas públicas aisladas, como el control del desarrollo de urbanizaciones privadas durante la intendencia de Alak (1991-2007), o la planificación (aunque señalada como deficiente) de viviendas populares a través del programa ProCreAr. Sin embargo, no se percibe que estas medidas formen parte de un plan integral de ordenamiento del territorio, motivando el crecimiento urbano desordenado que se exhibe en los últimos años, encontrando sectores del partido con un entramado de viviendas y actividad productiva con una conflictividad creciente.

En relación con el área productiva, los/as diversos/as entrevistados/as plantean que, durante los años 80’, fue el único momento en el cual hubo una política de planificación de la actividad; pero que, a excepción de esa época, nunca se priorizo ni se valoró la actividad hortícola en la región. La funcionaria del Área de Planeamiento del municipio y uno de los técnicos agrónomos destacan la ordenanza 9.231 del año 2000 en la que se crea una figura de protección del área productiva, pero que fue cambiada por la ordenanza 10.703, del año 2010. En cuanto a la ordenanza 9.231, que regulaba el crecimiento urbano y daba una figura de protección al cinturón hortícola, vemos por un lado que su implementación no fue efectiva, como evidencian los análisis cuantitativos que realizamos recientemente (Baldini et al., 2019 y Baldini et al., 2021). Por otro lado, en general el resto de los/as entrevistados/as desconoce dicha figura de protección, y coinciden en que, en la práctica, el CHP no ha sido protegido de ningún modo.

Finalmente, los/as entrevistados/as fueron consultados respecto a cuáles son las causas de esta falta o deficiencia de políticas de planificación territorial y de protección de un área productiva de tanta relevancia. Entre los/as entrevistados/as encontramos diversas opiniones, que consideramos complementarias. Las reflexiones no se limitan a lo que ocurre con la gestión municipal, sino que pueden ser transpolables a los otros niveles (provincial y nacional). Los funcionarios del área productiva municipal y provincial plantean la existencia de un vínculo fluido entre los funcionarios de la misma área de nación, provincia y municipio, reforzado por la situación excepcional de pertenecer al mismo partido político. Sin embargo, no evidencian tener articulaciones con otras áreas del Estado en ninguno de los niveles analizados, lo que implica una dificultad para desarrollar cualquier acción territorial integral. A su vez, no expresan tener conocimiento sobre las líneas de trabajo que vienen desarrollando otras áreas para el mismo sector, y en algunos casos incluso muestran desconocimiento respecto a qué área es la responsable de abordar una problemática determinada, lo que contribuye a diluir las responsabilidades.

En síntesis, y en sintonía con los párrafos precedentes, la información expuesta en este trabajo refuerza y complementa el diagnóstico sobre las dinámicas del territorio al que llegamos a través del análisis cuantitativo que realizamos con imágenes satelitales y al que hicimos referencia a lo largo de este artículo (ver Baldini et al., 2021), permitiéndonos profundizar en la comprensión de los procesos ocurridos y algunas posibles causas, en las políticas públicas y de planificación del territorio que acompañaron estos procesos y en posibles tendencias a futuro.

A lo largo del presente trabajo dimos cuenta que los actores territoriales que habitan y trabajan en el CHP identifican claramente las transformaciones del territorio y sus posibles causas, y tienen una opinión formada respecto a las políticas de planificación llevadas adelante como resultado de su propia experiencia.

Las y los entrevistados reconocieron la existencia de un proceso de incremento de uso de agroquímicos, una intensificación de la producción, acompañada del crecimiento en la instalación de invernaderos y una reducción de las unidades productivas; exponiendo el poder del mercado (de insumos, de comercialización, inmobiliario) en el desarrollo de la actividad productiva y del territorio en su conjunto. Describieron un proceso de creciente conflicto entre la actividad hortícola y la urbanización, con el desplazamiento de la actividad productiva a sectores marginales del partido como consecuencia de la especulación inmobiliaria y el avance de la urbanización. En cuanto a la diversidad de actores vinculados al CHP y las relaciones existentes entre ellos, las y los entrevistados evidenciaron mucha claridad sobre los actores existentes y sus relaciones de poder.

En sus relatos se pueden diferenciar dos redes de actores que se vinculan más fluidamente y/o comparten intereses. Por un lado, los pequeños productores familiares en articulación con técnicos de cambio rural, actores vinculados a la universidad y al INTA que trabajan en relación a la agricultura familiar, desde una mirada más vinculada al desarrollo rural integral; y por el otro, los productores más capitalizados y los funcionarios municipales y provinciales vinculados a la producción agrícola, con una mirada más afín a la rentabilidad de la actividad y a la mejora de ciertas prácticas sin un cuestionamiento profundo del modelo vigente. Se destaca también un tercer grupo de gran influencia en el territorio, vinculado al mercado, en el que se encuentran las empresas de agroquímicos y otros insumos para la producción, los agentes inmobiliarios, los mercados concentradores y los encargados del transporte de verduras desde las unidades productivas a los mercados.

Los procesos de transformación del territorio relatados por los actores entrevistados coinciden con los identificados y cuantificados mediante el análisis de imágenes satelitales y el uso de Sistemas de Información Geográfica. Los relatos de las entrevistas permiten mejorar la comprensión de estos procesos, identificando conflictos existentes, relaciones de poder, motivaciones y políticas públicas que impulsaron estos cambios.

La ausencia de políticas claras del Estado y/o la connivencia con los sectores empresariales inmobiliarios y del agronegocio han hecho que los intereses de mercado fueran los que más influencia ejercieran en el desarrollo del territorio, generando problemas estructurales. La integración de las múltiples fuentes de información consideradas en este trabajo tiene un alto potencial para generar insumos que permitan pensar una estrategia de desarrollo territorial co-construida con la comunidad local, basada en un diagnóstico más preciso y considerando propuestas surgidas de una diversidad de experiencias e intereses. Esto requiere generar espacios de diálogo que contemplen a esta diversidad de actores y den voz a aquellos actores históricamente más relegados.

A nivel nacional se están perdiendo las principales áreas productivas periurbanas. En este contexto, la situación actual del CHP, uno de los principales cinturones hortícolas del país, toma relevancia. Las experiencias pasadas no han dado respuestas adecuadas para el mantenimiento de este territorio productivo, menos aún para un desarrollo sustentable económica, ambiental y socialmente. Esto nos enfrenta al desafío de avanzar en proyectos de desarrollo territorial innovadores, que trasciendan los períodos de gestión municipal y que estén pensados, implementados y monitoreados por los distintos actores del territorio, en conjunto con profesionales de distintas disciplinas.

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[1] Carolina Baldini, Licenciada en Biología-Orientación Zoología (FCNyM-UNLP), Diplomada Internacional en Agroecología para la Sustentabilidad (Universidad Autónoma de Querétaro y Universidad Veracruzana Intercultural), Doctora en Ciencias Agrarias y Forestales (FCAyF-UNLP), Investigadora Asistente de CONICET. https://orcid.org/0000-0001-9564-5642.

[2] Mariana Edith Marasas, Licenciada en Biología-Orientación Zoología (FCNyM-UNLP), Especialista en Ambiente y Patología Ambiental (UNLP), Magister en Ambiente y Patología Ambiental (UNLP), Doctora en Ciencias Naturales (FCNyM-UNLP).

[3] Soledad Lemmi, Profesora en Historia (FAHCE-UNLP), Doctora en Ciencias Sociales y Humanas (UNQ), Investigadora Adjunta del CONICET. https://orcid.org/0000-0002-9411-4951?lang=es.