DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2024-2819
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ARTÍCULOS
Arriba están los cerros y abajo la ciudad. Categorizaciones locales y construcción territorial de una comunidad originaria kolla en la provincia de Salta
Above are the hills and below is the city. Local categorizations and territorial construction of a Kolla community in the province of Salta
Acima estão as colinas e abaixo a cidade. Categorizações locais e construção territorial de uma comunidade originária kolla na província de Salta
Karla Maythé Pérez Domínguez[1]
Universidad Nacional de Salta
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
karlamperezdominguez@gmail.com
Silvina Belmonte[2]
Universidad Nacional de Salta
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
RECIBIDO: 15-07-2024 / ACEPTADO: 03-09-2024
Resumen: El presente trabajo hace foco en las categorizaciones locales y la construcción territorial que una comunidad originaria kolla localizada en el Noroeste Argentino (NOA), realiza al respecto de los diversos espacios que habita, ubicados tanto en zonas rurales y urbanas. Este abordaje se refiere a la comprensión de los usos y significados que la propia comunidad le otorga a su territorio entendido en su integralidad, e incluye dimensiones materiales y simbólicas. En estos ámbitos cobran importancia espacios relacionados con sus viviendas y áreas de producción (casa grande, puestos, rastrojos, hoyadas, corrales, etc.), donde se visualiza su complementariedad. Estos espacios son organizados localmente a través de ejes, como, por ejemplo, arriba-abajo, así como también son clasificados y dotados con distinciones relevantes y afectivas (espacios sagrados, cerros, campo, pueblo, barrio o ciudad). El enfoque metodológico utilizado, vincula una perspectiva transdisciplinaria, con el uso de herramientas cualitativas como la etnografía colaborativa y la cartografía social, que profundiza en un proceso de co-construcción del conocimiento donde los saberes locales y académicos se entrelazan para valorizar formas otras de investigación en el NOA.
Palabras clave: Territorio, Saberes locales; Etnografía colaborativa; Cartografía social.
Abstract
This research explores the local categorizations and the territorial construction of an indigenous kolla community in the Argentine Northwest (NOA), examining how they perceive and utilize various spaces within both rural and urban environments. By adopting a holistic understanding of their territory, this study considers both material and symbolic dimensions. Notably, spaces associated with dwellings and production areas (e.g., casas grandes, puestos, rastrojos, hoyadas, corrales) reveal complementarities. These spaces are organized locally through axe (e.g., arriba-abajo) and categorized with meaningful and affective distinctions (sacred spaces, cerros, campo, pueblo, barrio or ciudad). By using a transdisciplinary methodology, this study applies collaborative ethnography and social cartography to facilitate a co-constructive knowledge process, integrating local and academic expertise to promote alternative research approaches in the NOA.
Keywords: Territory; Local knowledge; Collaborative ethnography; Social cartography
Resumo: Este trabalho concentra-se nas categorizações locais e na construção territorial realizada por uma comunidade indígena kolla no Noroeste Argentino (NOA), em relação aos diferentes espaços que ela ocupa, tanto nas áreas rurais quanto urbanas. Esta abordagem busca compreender os significados e usos que a própria comunidade atribui ao seu território, considerado em sua totalidade, e inclui dimensões materiais e simbólicas. Neste contexto, ganham importância espaços relacionados às habitações e áreas de produção (casa grande, postos, rastrojos, hoyadas, currais, etc.), onde se evidencia a complementaridade entre eles. Estes espaços são organizados localmente por meio de eixos (acima-abaixo) e classificados segundo distinções relevantes e afetivas (espaços sagrados, cerros, campos, povoado, bairro, cidade). A metodologia utilizada combina uma perspectiva transdisciplinar com ferramentas qualitativas, como etnografia colaborativa e cartografia social, que promove um processo de co-construção do conhecimento, entrelaçando saberes locais e acadêmicos para valorizar novas formas de pesquisa no NOA.
Palavras-chave: Território, Saberes locais, Etnografia colaborativa, Cartografia social
Introducción
En el norte de Argentina, se han utilizado diversas categorizaciones para describir los espacios habitados por sociedades vinculadas con formas de vida agro-pastoril andina. Suele referirse a estas zonas como ‘tierras altas’[3], término utilizado principalmente en estudios de arqueología y antropología (Milana, 2015; Núñez Reguero y Tartusi, 1987, citado en Coll Moritán, 2009).
En general, la denominación ‘tierras altas’ hace referencia a una diferenciación ambiental, sociocultural y organizativa. Estas zonas son relevantes debido a la variedad de ecosistemas que albergan, como la sierra subandina, selva de montaña, bosque montano, pastizal de neblina y alto andino, semi puna y puna (Giménez y Schillinger, s/f). Asimismo, estos espacios adquieren relevancia porque son habitados por comunidades indígenas de origen andino que cuentan con trayectorias históricas de larga duración. Estas trayectorias se pueden apreciar en la actualidad a través de formas de vida que incluyen relaciones materiales y simbólicas con el entorno, percepciones locales acerca a la idea de la naturaleza, y la generación de dinámicas que les permiten vivir, experimentar e imaginar estos lugares (Benedetti y Tomasi, 2014, Buliubasich y Rodríguez, 2013; Milana, 2015).
En el Noroeste Argentino (NOA), los antecedentes académicos consideran como ‘tierras altas’ al: “mundo andino: la Puna salteña y jujeña, la Quebrada de Humahuaca, los Valles Calchaquíes y la Cordillera Oriental salteña (Iruya, Santa Victoria y la parte oeste de Orán)” (Milana 2015, p.198). Sin embargo, existen otros lugares dentro del NOA, donde habitan comunidades que comparten características comunes de cosmovisión y vida andina, tal como los cerros de Salta[4], donde se encuentran poblaciones de etnia kolla, pueblo Tastil y lules. Entre ellas, la comunidad Kondorwaira se ubica en el departamento La Caldera al norte del Valle de Lerma, provincia de Salta, siendo un custodio ancestral del patrimonio biocultural andino.
Entre las prácticas económicas y productivas más comunes en la región andina, se destaca la crianza y el pastoreo de animales (ganado menor, principalmente) en movimiento. En las primeras investigaciones etnográficas que tenían como objetivo describir las sociedades pastoriles del NOA, se utilizó el término ‘trashumancia’ empleado originalmente para describir formas específicas de pastoralismo que implica movimientos verticales y estacionales en busca de pastizales natural para la crianza del ganado (Abeledo, 2014; Khazanov, 1994).
Aunque el pastoreo de alta movilidad se ha resaltado como una actividad dominante que ha sido objeto de estudio de muchas investigaciones en el NOA, también se han abordado a las sociedades pastoriles del NOA desde la manera en que ha sido apropiado el territorio por dichas sociedades. Por ejemplo, en la localidad de Huancar, Jujuy, Göbel (2002) identificó un complejo de estructuras, instalaciones y áreas con usos específicos del espacio relacionados con la actividad pastoril que incluyen ‘casa central’ o ‘casa de campo’; ‘puestos temporarios’ o ‘estancias’. Por su parte, Merlino y Rabel (1983) señalaron que en Mina Pirquitas, Jujuy existen lugares específicos para la realización de rituales que adquieren una categoría de sagrados. Estos pueden ser ríos o arroyos cercanos a las viviendas, intersecciones de caminos, delimitaciones de áreas de pastoreo, entre otros. A su vez, Tomasi (2013) señaló que en Susques, Jujuy se destaca la presencia de dos categorías ambientales locales ‘campo’ y ‘cerros’. Ambos utilizados para el pastoreo estacional del ganado menor.
Si bien, estos estudios ofrecen una visión interesante de las sociedades pastoriles del NOA, son pocos los estudios que dan cuenta de las dinámicas de vida ocurridas tanto en entornos rurales como urbanos. Trabajos como los de Tomasi (2010), y Barada (2020) abordan la relación rural-urbano que mantienen las sociedades pastoriles que son de interés para esta investigación.
En relación a estos antecedentes y a la realidad observada en la comunidad Kondorwaira, surgen múltiples interrogantes motivadores de esta investigación: ¿Cuáles son las denominaciones que este grupo social utiliza para referirse a los espacios que habita? ¿Cuáles han sido las relaciones de apropiación (material) y dominación (simbólica) establecidas en ellos y qué prácticas se derivan de estas relaciones? ¿Cómo se vincula lo rural y lo urbano en la construcción social de este territorio comunitario?
El artículo aborda el desafío de estas preguntas, organizándose en dos partes. En la primera, se realiza una presentación de la comunidad de estudio y de la propuesta conceptual, epistemológica y metodológica que sustenta la investigación. En la segunda parte, se presenta una aproximación a la forma en que la comunidad desde su propia cosmovisión, organiza y significa los espacios rural-urbano que habita. En este punto, se identifican sus principales categorías locales y la manera en que la comunidad construye y le da sentido a su territorio.
Los resultados presentados en este artículo, forman parte del trabajo de tesis doctoral “Saberes locales y dinámicas de territorialización: continuidades y reconfiguraciones de la comunidad originaria kolla Kondorwaira” (Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, doctorado en Geografía)[5] y beca interna doctoral latinoamericana CONICET (2017-2023).
La comunidad originaria de estudio de Potrero de Castilla
La comunidad Kondorwaira es una comunidad originaria kolla que integra a 31 familias. Constituida legalmente en el año 2009, cuenta con personería jurídica, fue relevada por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y en el año 2015 obtuvo su Carpeta Técnica en el marco de la Ley 26.170. La mayor parte de los espacios donde se asientan las familias de la comunidad se sitúan en el departamento de La Caldera, provincia de Salta, Argentina (Figura Nº 1). Sin embargo, los espacios Kondorwaira trascienden límites municipales y departamentales, en función de las estrategias de movilidad y de las prácticas de apropiación simbólica-material que se irán visualizando en el desarrollo del trabajo. Este territorio geográficamente incluye sectores rurales y urbanos diferenciados.
Figura Nº 1. Ubicación general del departamento La Caldera, Salta
Fuente: elaboración propia.
El departamento La Caldera cuenta con dos centros urbanos, Vaqueros y La Caldera (situados en municipios homónimos). En la zona alta del departamento, se pueden distinguir áreas rurales con características montañosas y numerosos ríos que proveen de agua a los habitantes de las áreas bajas.
En relación a su forma de vida, la comunidad se dedica principalmente al cuidado y crianza de ganado menor (cabras y ovejas) y mayor (vacas), desde un esquema de ‘trashumancia’ (Abeledo, 2014; Khazanov, 1994) o cambio de puesto, como se denomina localmente (Pérez, Domínguez, y Belmonte, 2019[6]). En general, este sistema implica el traslado de las familias con sus animales a diferentes lugares de pastoreo según la época del año. Además, realizan actividades agrícolas destácandose el cultivo de diversos productos andinos como variedades de papas (cuellar, colorada, overa, tuni, cuarentona), maíz (capia blanco, rojo, maíz amarillo, ocho rayas, garrapata), ocas (amarillas, rojas), yacón, habas, arvejas y algunas hortalizas (Pérez, Domínguez, y Belmonte, 2019). De igual manera, las familias de estudio incorporan a los espacios urbanos como parte integral de su forma de vida, en donde complementan sus actividades productivas y acceden a los servicios básicos de educación y salud, entre otros.
Breve abordaje conceptual y metodológico
De acuerdo con Haesbaert (2011), el territorio ha sido interpretado desde diversas perspectivas: económica, político-jurídica, cultural, entre otras. La perspectiva económica, considera que el territorio es una porción del espacio en el que las relaciones de poder se definen en términos de acceso, uso y control de los recursos o elementos ahí presentes. En esta concepción, la idea del territorio está fuertemente articulada con un basamento que lo posiciona económica y materialmente a un área con características estáticas o fijas. Es decir, el territorio es considerado como fuente de recursos y no se le concibe más allá de su base material.
A partir de la perspectiva jurídico-política, se considera al territorio como un espacio controlado -administrado- desde la figura del Estado. Es una de las concepciones más tradicionales que se tiene al respecto de la idea de territorio, donde el Estado-Nación controla y administra todo aquello que ocurre al interior de los espacios bajo su dominio. El Estado, además de ejercer un dominio exclusivo de un área -a través de delimitación de las fronteras-, controla a los diferentes sujetos y grupos sociales que se encuentran en su interior -a través de marcos jurídicos.
Del estudio realizado sobre las diversas formas en que los pueblos originarios y comunidades campesinas, definen el territorio, surge la perspectiva cultural. Ésta considera que el territorio se construye a partir de símbolos, códigos y significados que diferentes sujetos sociales le confieren al mismo. El territorio, para este autor, no sólo es una fuente de recursos que hace posible la reproducción de la vida, sino que además es un elemento de identificación y pertenencia cultural. Desde esta perspectiva, existen lazos territoriales fuertes, atravesados por sentidos de valor tanto materiales, como éticos, espirituales, simbólicos y afectivos con el espacio habitado.
Haesbaert, propone trabajar desde una perspectiva integral del territorio, a través de un abordaje que incluya la dimensión material y simbólica. “Esto significa que el territorio cargaría siempre, de forma indisociable, una dimensión simbólica, o cultural en sentido estricto, y una dimensión material, de carácter predominantemente económico-político” (2011, p.63). Al considerar que el territorio cuenta con una dimensión simbólica-cultural, un sentido material y un carácter económico-político éste indiscutiblemente, será siempre producto de una construcción social, erigido por la gente que lo vive, lo habita, lo significa y lo conoce.
Esta investigación se llevó a cabo desde una perspectiva transdisciplinaria. Esta perspectiva reconoce la existencia de espacios diversos para la producción del conocimiento, promueve la comprensión integral de la realidad a través del diálogo de saberes, la reflexión y el aprendizaje colectivo (Núñez y Castillo, 2020).
De igual manera, busca trascender los límites de la ciencia convencional y crear campos emergentes encaminados a la co-producción del “conocimiento que se fundamenten en el diálogo de saberes, desde una postura ética que privilegie la responsabilidad social y promueva una cultura de diversidad” (Núñez y Castillo, 2020, p.45).
Para entablar un diálogo entre los conocimientos producidos por la comunidad Kondorwaira y la academia, se utilizaron algunas herramientas metodológicas cualitativas tales como la etnografía colaborativa y la cartografía social. Esos instrumentos se insertan dentro de un proceso más amplio y de mayor alcance temporal de investigación acción participativa denominado Plataforma colaborativa, que es promovido por el grupo de investigación PEyGeT y que trasciende los resultados presentados en este artículo (Belmonte, 2023).
Etnografía colaborativa
La etnografía colaborativa es entendida por algunos autores como narrativa, proceso y experiencia (Katzer, 2022). En estos procesos, Rappaport (2007, p. 207) plantea “una nueva epistemología del trabajo de campo, en la que el campo opera como lugar para crear conceptualizaciones, en contraste con la idea de campo como espacio de recolección de datos”. Desde esta perspectiva, representa un espacio para la creación colectiva del conocimiento.
Diversas técnicas fueron implementadas para el trabajo etnográfico, entre ellas: observación participante, entrevistas, talleres, reuniones, encuentros, historias de vida, memoria oral-colectiva y cartografía social. La aplicación de estas técnicas se dio en el marco de diversos proyectos gestionados con la comunidad Kondorwaira para la mejora de sus condiciones de vida, revalorización de sus prácticas y saberes y fortalecimiento organizacional[7]. Estos proyectos brindaron tiempos y espacios compartidos, formales e informales, que posibilitaron entrelazar y sistematizar estos conocimientos con una base de respeto y afecto mutuo.
Cartografía social
La cartografía social, también conocida como mapeo social, se considera como “una metodología participativa y colaborativa de investigación que invita a la reflexión, organización y acción alrededor de un espacio físico y social específico” (Vélez, 2012, p.62). Según Jiménez (2019), esta herramienta permite realizar un proceso cognitivo basado en una relación de respeto, y colaboración al interior de los territorios, posicionando los saberes locales y su importancia para la transformación social.
Tomando en cuenta las características de esta técnica de investigación, mediante su uso, logramos conocer y ubicar los espacios rurales-urbanos habitados por las familias de la comunidad Kondorwaira, así como también explorar la valoración social que realizan. En este sentido, identificamos los usos y significados que les son otorgados a los diversos espacios donde llevan a cabo su vida cotidiana.
El proceso etnográfico colaborativo a través de la cartografía social, contó con la participación de jóvenes, mujeres, varones y personas mayores de la comunidad Kondorwaira. Se utilizó como soporte de trabajo la impresión en papel de imágenes satelitales y el programa Google Earth Pro. Ambas herramientas permitieron co-construir conocimientos relacionados con los espacios habitados y significados por las familias analizadas.
La construcción social del espacio Kondorwaira
La comunidad de estudio clasifica su entorno a partir de las categorías generales de: arriba y abajo (Figura Nº 2). Esta diferenciación se basa en la experiencia de recorrer, significar y habitar múltiples espacios tanto rurales como urbanos.
La categoría de arriba hace referencia a espacios rurales que se extienden en las áreas montañosas, entre los 1600 y 5300 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.) de altitud. Al caracterizar los contenidos otorgados a la categoría arriba, nos centramos en el área rural utilizada dentro del departamento La Caldera, particularmente a la finca Potrero de Castilla (también conocida como finca Las Nieves), identificada con el catastro Nº102, formalmente caracterizado como propiedad fiscal de la provincia de Salta y reclamado como territorio comunitario en la Carpeta Técnica comunidad Kondorwaira, Programa Nacional, Relevamiento Territorial Ley 26.160 y Prórrogas (Archivo Kondorwaira, 2015). En esta finca, habitan gran parte de las familias integrantes de la comunidad. No obstante, algunos de los rasgos vivenciales y productivos observados en esta zona, también se encuentran en otras áreas rurales privadas colindantes (fincas San Alejo, Torino, Pérez Alsina y Santa Rufina) donde a través de múltiples estrategias, se pone de manifiesto la dominación simbólica y material de la comunidad.
Figura Nº 2. Referencias espaciales a la categorización local: arriba y abajo
Fuente: elaboración propia.
Además, viven en espacios que se ubican abajo, estos espacios son el pueblo, el barrio y la ciudad. De manera general, abajo se habitan espacios localizados específicamente en Vaqueros, La Caldera y barrios del norte de la ciudad de Salta Capital (Barrio Juan Manuel de Rosas, Barrio 17 de octubre, Barrio La Madrid). Hay casos de familias que viven en otros barrios de la ciudad de Salta como el Barrio Autódromo, el Barrio Juan Carlos García Básalo y el Barrio Palermo, así como en otras zonas urbanas de la provincia salteña, como Castellanos, Lesser, Atocha, Rosario de Lerma, La Silleta y Campo Quijano.
Arriba están los cerros y el campo:
Desde tiempo inmemorables, la comunidad Kondorwaira habita y da significado a espacios rurales que se extienden a lo largo de un sector montañoso abrupto, que si bien está cercano al área metropolitana de la ciudad de Salta Capital, resulta de muy difícil accesibilidad por sus características geográficas. Para acceder a arriba, es necesario seguir el curso del río Las Nieves, utilizar caballos o realizar el recorrido a pie. Todos los años, en la época seca, la comunidad se organiza y gestiona con los municipios de La Caldera y Vaqueros, el reacondicionamiento del camino sobre el lecho del río, lo que posibilita trasladar en el tractor, mercadería, materiales y otros insumos necesarios para las familias.
Arriba es notable la presencia de vertientes, ríos y arroyos que alimentan el cauce del río Las Nieves. Algunos de estos son el río Potrero de Castilla, río Grande, arroyo Loma del Medio, entre otros. La vegetación y cursos de agua brindan acceso a fuentes de leña y agua, pastos y diversas plantas que complementan la alimentación del ganado. Estos elementos son indispensables para la reproducción de la vida y la realización de actividades diarias.
Según lo expresa la propia comunidad: Arriba se encuentran los cerros, el campo, las casas grandes y los puestos. La finca Potrero de Castilla alberga el mayor número de casas y puestos. En ella las familias clasifican los espacios a través de la ubicación de diferentes zonas y parajes, a los que se asignan toponimias locales, como por ejemplo: Tres Lagunas, Banda El Bayo, El Tolar, Agua Papera, Ánimas, Campo Laguna, Potrerillo, El Calvario, Puesto Viejo, entre otros.
El término cerros se utiliza para hacer referencia a espacios en los cuales se encuentran montañas y zonas de quebradas donde se experimentan cambios abruptos de altitud. En esta zona, es posible hallar terrenos cuya altitud varía desde los 1600 hasta los 3200 m.s.n.m. con desniveles pronunciados de hasta 100 m en distancias relativamente cortas. En las zonas bajas y medias de los cerros, se encuentran árboles como el aliso del río, aliso del cerro, nogales, sauco, cuaresmillo, pera, sachapera, piquillín, tusca, y plantas arbustales como la chilca, muña muña, suncho, entre otras. En áreas intermedias, se observan cañadas, peñas y quebradas donde se desarrollan plantas como la cortadera, siringuilla, quirusilla y pasacana. En las partes más altas, se puede apreciar una transición desde áreas arboladas con bosques de alisos hasta llegar a pastizales de altura. Esta vegetación es utilizada por las familias con diversos fines: alisos, nogales y suncho como leña, cuaresmillo y duraznero como frutas, muña muña como especie medicinal, entre otros.
Llevan a cabo sus actividades diarias y aseguran la reproducción de su vida principalmente en las mesetas, en los pequeños espacios con planicies y en las laderas rocosas. En los cerros se ubican las casas principales, los puestos, los rastrojos, los corrales[8], las zonas de pastoreo, y los espacios sagrados[9] de uso individual, familiar y comunitario.
El término campo o campo abierto, es utilizado por la Comunidad Kondorwaira para referirse a espacios ubicados en altitudes que van de los 3200 a los 5300 m.s.n.m. A diferencia de los cerros, estos espacios se caracterizan por tener áreas con planicies más extensas con vegetación rala, aunque siguen presentando desniveles pronunciados en distancias relativamente cortas.
En el campo, se puede encontrar una variedad de plantas como la añagua, la chachacoma, la espina amarilla, la pupusa, la tola, la coa, la yareta, asociadas a climas secos. En el campo, existen fuentes de agua como vertientes, lagunas y arroyos, aunque en menor proporción que las presentes en las zonas de los cerros.
Arriba tanto en los cerros como en el campo, las familias de estudio cuentan con diversos espacios sagrados donde se pone de manifiesto la estrecha relación que mantienen con la Pachamama. Esta relación puede llevarse a cabo en diferentes momentos del año y áreas de uso.
En el mes de agosto se llevan a cabo ofrendas y rituales. Esta celebración implica desplazamientos hacia lugares considerados sagrados, como vertientes de los ríos, cerros, antiguos corrales o áreas de recolección de plantas medicinales. Algunos de estos lugares se encuentran a una distancia considerable de las casas grandes y los puestos, lo que puede demandar un día entero de traslado a caballo para llegar y regresar. Otros sitios sagrados se encuentran en la intersección de caminos o incluso en los cementerios.
En relación a la arquitectura o espacio construido para dar habitabilidad a las familias en los cerros y el campo, se identifican y diferencian, como ya se mencionó anteriormente, dos espacios importantes: la casa principal y el puesto. Los mismos se describen con mayor profundidad a continuación.
-La casa grande o casa principal
Las casas que están arriba son nombradas como la casa grande, la casa principal o la casa de verano. De acuerdo con la forma de vida local, la denominación casa grande no solo incluye la estructura física de la vivienda, sino que abarca otros espacios como la galería, área de almacenamiento, los corrales, los rastrojos, sitios sagrados, entre otros que permiten realizar las actividades cotidianas relacionadas con los saberes y las prácticas de la comunidad Kondorwaira.
En general, la casa grande cuenta con dormitorios, cocina, galería, almacén (para el guardado de mercadería, artículos para la montura de animales y diversas herramientas), espacios destinados para prensar los quesos, hornos separados de la cocina, sitios sagrados ubicados al interior de la casa grande como también fuera de ella, y patios con horcones o troncos de madera que son utilizados para atar y estacionar a los caballos. Alrededor de la casa grande se encuentran los corrales para la hacienda[10] y los chiqueros (corrales para los animales más pequeños o recién nacidos), el área con rastrojos (zonas de cultivo), las hoyadas y trojas[11], sitios sagrados al interior de los rastrojos y los corrales, despachaderos (otros sitios sagrados donde se realizan ofrendas y se recuerdan a las personas difuntas), las fuentes de acceso al agua y energía solar (Figura Nº 3).
Figura Nº 3. Distribución y uso del espacio en una casa grande
Fuente: elaboración propia.
-El puesto
Para garantizar el acceso a pastos naturales indispensables para la alimentación del ganado y menor, las familias de la comunidad realizan una estrategia de movilidad entre las diferentes áreas rurales que habitan. Esto incluye estancias por un período de seis meses durante el verano en las casas grandes, y otros seis meses (invierno) en lo que consideran como puesto (Figura Nº 4). A dicha movilidad se le denomina localmente como cambio de puesto.
Figura Nº 4. Distribución y uso del espacio en un puesto
Fuente: elaboración propia.
Al igual que la casa grande, el ámbito de los puestos se extiende más allá de la estructura física de la vivienda, y en ellos se encuentran diversos espacios que permiten llevar a cabo actividades cotidianas, reproducir saberes y prácticas de la comunidad Kondorwaira. Estos puestos incluyen áreas destinadas a dormitorios, cocinas, galerías, patios, rastrojos, corrales y chiqueros, fuentes de agua, sitios sagrados, entre otros (Figura 4). Para el caso de los puestos, el tamaño y cantidad de espacios destinados tanto para dormitorios, cocina, galería y rastrojos, son menores en comparación a los que se encuentran en una casa grande.
Abajo están el pueblo, el barrio y la ciudad
Habitar espacios abajo en las zonas urbanas brinda a la comunidad acceso a una variedad de servicios y oportunidades. Estos incluyen atención médica, educación, trámites administrativos, gestión de programas y subsidios estatales, encuentros con familiares y amistades, espacios de venta de productos agrícolas, adquisición de mercadería y otros elementos necesarios para la subsistencia diaria, participación en reuniones y asambleas comunitarias, interacciones con otras comunidades indígenas, entre otras actividades. Para mantener estas relaciones y llevar a cabo estas actividades, resulta necesario contar con espacios propios o de familiares abajo en las áreas urbanas.
La comunidad Kondorwaira tiene viviendas abajo en las localidades de Vaqueros y La Caldera, distribuidas en diferentes barrios, calles, villas y pasajes. Desde la perspectiva de la comunidad, abajo los espacios urbanos se identifican con términos como el pueblo, el barrio o la ciudad. El uso de uno u otro depende de la edad de la persona que los utilice. Por ejemplo, las personas mayores suelen referirse a La Caldera y Vaqueros como el pueblo. En cambio, las personas jóvenes utilizan los términos barrio o ciudad al hablar de estos lugares, incluyendo también barrios ubicados en la ciudad de Salta Capital.
La diferencia generacional en el uso de estos términos tiene sus raíces en el hecho de que cuando las personas mayores se establecieron en Vaqueros y La Caldera, estos lugares tenían características que los vinculan con la idea de un pueblo (pocas calles y baja cantidad de población). Sin embargo, debido al crecimiento poblacional experimentado en ambos municipios, actualmente se los considera como espacios urbanos más grandes. Incluso en el caso de Vaqueros ya está incorporado como zona periurbana o área metropolitana de la ciudad de Salta Capital.
-La casa en el pueblo, el barrio o la ciudad
Al igual que lo que ocurre con las casas grandes y los puestos ubicados arriba en los cerros y el campo, las viviendas de comunidad Kondorwaira que se encuentran abajo en las zonas urbanas van más allá de la infraestructura física de vivienda propiamente dicha.
Estas viviendas incluyen espacios destinados a dormitorio, cocina y baño, pero también, cuentan con otras áreas como cocina a leña, áreas para estacionar y preparar caballos y cargueros, zonas de almacenamiento y depósito, mojones y espacios sagrados destinados a ofrendas a la Pachamama, áreas para la realización de artesanías en cuero y lana, áreas de cultivo y espacios destinados para la cría de animales (gallinas, chivitos, corderitos y chanchos). Esta organización espacial refleja la conexión y la continuidad de los saberes y prácticas de las familias de la Comunidad, que también se reproducen en entornos urbanos.
-Espacios de uso en el pueblo, el barrio o la ciudad:
En el desarrollo de su vida cotidiana en el ámbito urbano cuentan con diversos espacios utilizados. Debido a que en Vaqueros se encuentra la mayor concentración de familias que tienen viviendas abajo, nos enfocaremos en esta localidad, para describir los principales espacios de uso para la comunidad.
-Vaqueros
Vaqueros (Figura Nº 5), posee un Centro de Salud que ofrece servicios de atención primaria, atención pediátrica y ginecológica que es utilizado por las familias de la comunidad cuando necesitan atención médica para enfermedades menores. Sin embargo, cuando la enfermedad se vuelve más compleja, son derivados a hospitales en la ciudad de Salta.
Figura Nº 5. Espacios de uso en Vaqueros, barrio y la ciudad
Fuente: elaboración propia.
En Vaqueros se ubica la Sede Municipal que se utiliza para diversas gestiones, como solicitar camiones cisternas para el suministro de agua a viviendas que no cuenta con agua de red, gestionar el mantenimiento del camino que va hacia la finca Potrero de Castilla, solicitar tractor y acoplado para subir a los cerros o el campo, pagar impuestos, entre otras cosas.
Todos los sábados se instala el Mercado Vaquereño, iniciativa impulsada por productores agroecológicos locales, y la Feria Municipal de Vaqueros. Algunas familias de la comunidad Kondorwaira colocan puestos para la venta de sus productos en una vereda que conecta a ambos espacios, sin mostrar preferencia por ninguno de ellos. De igual forma, se aprovecha la Feria Municipal para la compra de mercadería como yerba, arroz, azúcar, harina, aceite, frutas, verduras, entre otros.
En el municipio de Vaqueros existen centros escolares que brindan acceso a la educación preescolar, primaria y secundaria. Muchas familias de la comunidad optan por enviar a sus hijos e hijas a estos centros educativos. Por otro lado, este Municipio cuenta con un Centro de Integración Comunitaria (CIC), donde se llevan a cabo actividades de educación no formal, talleres y capacitaciones, exposiciones de arte y cultura, proyecciones de cine móvil, entre otros eventos. Además de acudir a capacitaciones y eventos ofrecidos en el CIC, las familias de la comunidad Kondorwaira también lo utilizan para la realización de talleres y reuniones relacionados con sus proyectos y gestiones comunitarias.
La Comunidad cuenta con una sede y espacio de encuentro donde se llevan a cabo reuniones de asamblea y otras actividades relacionadas con el desarrollo de su vida organizativa como comunidad. La sede se encuentra ubicada en Vaqueros, en la casa de la persona que actualmente ocupa el cargo de la presidencia comunitaria. Una vez al año, las familias viajan hacia esta sede para la realización de su asamblea comunitaria.
Tanto en La Caldera como en Vaqueros, se encuentran dos cementerios donde están enterrados integrantes de la Comunidad. En particular, el cementerio de Vaqueros se ubica en la parte alta de este municipio y es un lugar de paso obligatorio al desplazarse desde Vaqueros hacia la finca de Potrero de Castilla. Dado que allí descansan familiares y amigos, el cementerio se convierte en un punto de encuentro y espacio sagrado que permite recordar y saludar a las personas que ya no están en este plano terrenal.
Consideraciones finales
La construcción del territorio es un proceso complejo que integra necesariamente las percepciones, saberes y vivires de quienes lo habitan. Desde este trabajo se intenta aproximar la configuración territorial de los espacios habitados por la comunidad originaria Kolla Kondorwaira de Potrero de Castilla (La Caldera, Salta). Con base en los antecedentes analizados y el trabajo etnográfico colaborativo es posible afirmar que las categorías definidas por la propia comunidad presentan similitudes con las denominaciones utilizadas en general por las sociedades pastoriles andinas del NOA.
En particular, la comunidad refiere a su territorialidad con dos denominaciones principales: arriba y abajo. Dentro de la categoría arriba se incluyen las conceptualizaciones locales de campo y cerros, donde se ubican las arquitecturas de casas grandes, puestos, espacios de producción y pastoreo y sitios sagrados. La categoría abajo refiere a la zona urbana, donde además de las viviendas, se encuentran otros espacios funcionales que posibilitan el acceso a servicios básicos (salud, educación) y actividades de comercialización, entre otras.
Profundizar sobre la configuración espacial de la comunidad Kondorwaira permite un acercamiento a sus dinámicas de movilidad y patrones de asentamiento actuales, significando su propia cotidianidad y el uso de espacios múltiples tanto en ámbitos rurales como urbanos. Asimismo, reconocer la forma en que estos espacios geográficos son habitados y significados localmente, representa un aporte fundamental para la búsqueda de alternativas colectivas y para el bien común.
Si bien no han sido abordadas en este trabajo, las tensiones y amenazas sobre el territorio Kondorwaira son múltiples y complejas, tanto en relación a la ocupación del espacio material y simbólico como en relación a la valoración de sus saberes, prácticas y estrategias de permanencia. En este sentido, será fundamental promover un diálogo activo y comprometido entre la diversidad de actores sociales que se vinculan a la comunidad Kondorwaira y el territorio que habita (sectores gubernamentales, de ciencia y tecnología, organizaciones locales, entre otros), en pos de generar propuestas conjuntas que permitan dar sostenibilidad a su forma de vida.
Referencias bibliográficas
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Notas
[1] Licenciada en Antropología por la Universidad Veracruzana, master en investigación social aplicada al medio ambiente, Universidad Pablo de Olavide y Doctora en geografía, FFyL- Universidad de Buenos Aires. Integrante del Grupo de Investigación en Planificación Energética y Gestión Territorial (PEyGeT) del INENCO/CONICET/UNSa.
[2] Licenciada en Ingenieria en Recursos Naturales y Medio Ambiente. Doctora en Ciencias, área Energías Renovables. Investigadora independiente del CONICET. Coordinadora del PEyGeT/INENCO/CONICET/UNSa.
[3] Los términos académicos o técnicos aparecerán entre comillas simples.
[4] Belmonte y otros (2018), identifican que el uso local de este término refiere a una zona geográfica con características bioculturales particulares que incluye: zonas rurales aisladas por dificultades de acceso, altitud entre 1200 y 3000 m.s.n.m., presencia de ecosistemas naturales de transición (bosque montanos, monte, pastizales de altura) y población dispersa con base en economías agro-pastoriles de subsistencia, identidad cultural campesina e indígena, que mantiene una estrecha relación con las zonas urbanas de cercanía.
[5] Dirección Dra. Silvina Belmonte, INENCO/CONICET/UNSa; Co-dirección Dra. Perla B. Zusman, Instituto de Geografía “Romualdo Ardissone”, FFyL-UBA.
[6] El libro “Nuestro tiempo redondo” es un libro de autoría colectiva, en el proceso de producción las familias de la comunidad Kondorwaira participaron activamente. La elaboración del mismo, permitió a quienes asumimos el rol de compiladoras, conocer a profundidad la manera en que la comunidad Kondorwaira vive, ordena, le da sentido y clasifica su mundo.
[7] Estos proyectos contaron con diversas fuentes de financiamiento como: Ministerio de Cultura, Turismo y Deporte, provincia de Salta; Iniciativa Territorios y Áreas Conservadas por Pueblos Indígenas y Comunidades Locales (TICCA), Programa de Pequeñas Donaciones (PPD); Proyectos Federales de Innovación (PFI), Consejo Federal de Ciencia y Tecnología (COFECyT), Ministerio de Ciencia y Tecnología (MINCyT); Proyectos de Tecnología para la Inclusión Social, Programa Consejo de la Demanda de Actores Sociales (PROCODAS), entre otros.
[8] Los términos locales utilizados por la comunidad Kondorwaira aparecerán en cursiva.
[9] Se profundiza sobre estos términos más adelante.
[10] Término local que hace referencia al ganado. Hacienda chica (ganado menor/cabras y ovejas), hacienda grande (ganado mayor/vacas).
[11] Las hoyadas son pozos que se cavan en la tierra con la finalidad de almacenar la cosecha de papa. Las trojas son mesones de al menos 2 metros de altura que se construyen para poner a secar la cosecha de maíz.