DOI: https://doi.org/10.19137/cuadex-2024-08-0202


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DOSSIER

Fotografiar el ambiente. Aportes de una experiencia con niños/as y adolescentes en el barrio

Photograph the environment. Contributions from an experience with children and adolescents in the neighborhood

Fotografar o ambiente. Contribuições de uma experiência com crianças e adolescentes do bairro

Ana Pilar Pi Puig

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata

apipuig@fahce.unlp.edu.ar

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0877-1438 

María del Rosario Guzzo

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata

rosarioguzzo91@gmail.com

ORCID: https://orcid.org/0009-0000-2423-8118 

Bárbara Guevara

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata

barbaraguevara25@gmail.com

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9414-5926 

Fecha de recepción: 30-03-2024

Fecha de aceptación: 07-06-2024

Resumen

El presente artículo parte del relato de una experiencia de trabajo en el marco del proyecto de extensión “Educación y Promoción de derechos en el barrio José Luis Cabezas de Ensenada” (FaHCE-UNLP). Esta consistió en un taller de fotografía centrado en la temática del ambiente, a través del cual se desarrollaron diferentes actividades con niños/as y adolescentes del barrio. Desde allí, el artículo busca poner de relieve dos dimensiones que atraviesan el quehacer extensionista en nuestro equipo. Por un lado, una estrategia metodológica que parte de recuperar y poner en valor los saberes y las prácticas de los/as niños/as y adolescentes. Por otro lado, una perspectiva “desde abajo” que, en tanto parte del territorio, adquiere pleno sentido en y para sus habitantes. Se concluye que el taller, orientado por la promoción del acceso a derechos, afianzó la concepción del ambiente como amalgama entre lo natural y lo construido.

Palabras clave: ambiente; comunidad; derechos infantiles; proyecto de extensión.

Abstract

This article is based on the story of a work experience within the framework of the extension project "Education and Promotion of Rights in the José Luis Cabezas neighborhood of Ensenada" (FaHCE-UNLP). It consisted of a photography workshop focused on the environment, through which different activities were developed with children and adolescents from the neighborhood. From there, the article seeks to highlight two dimensions that cross the extension work in our team. On the one hand, a methodological strategy that starts from recovering and valuing the knowledge and practices of children and adolescents. On the other hand, a perspective "from below”, that, as part of the territory, takes on full meaning in and for its inhabitants. It is concluded that the workshop, oriented by the promotion of access to rights, it strengthened the conception of the environment as an amalgam between the natural and the built.

Keywords: environment; community; rights of the child; extension project.

Resumo

Este artigo parte de uma experiência de trabalho no âmbito do projeto de extensão "Educação e Promoção dos Direitos no Bairro José Luis Cabezas de Ensenada" (FaHCE-UNLP). Este consistiu numa oficina de fotografia focada na temática do meio ambiente, por meio da qual foram desenvolvidas diversas atividades com crianças e adolescentes do bairro. A partir daí, o artigo busca destacar duas dimensões que atravessam o trabalho de extensão da nossa equipe. Por um lado, uma estratégia metodológica baseada na recuperação e valorização dos saberes e práticas das crianças e adolescentes. Por outro lado, uma perspectiva “de baixo” que, como parte do território, adquire pleno significado em e para seus habitantes. Conclui-se que a oficina, orientada por a promoção do acesso aos direitos, fortaleceu a concepção do meio ambiente como um amálgama entre o natural e o construído. 

Palavras-chave: ambiente; comunidade; direitos das crianças; projeto de extensão.

Introducción

El presente artículo intenta abordar, desde el relato de una experiencia particular, algunas dimensiones que se consideran fundamentales en nuestro quehacer extensionista. Concretamente, la intervención que desarrollaremos es un taller de fotografía llevado a cabo desde el Proyecto de Extensión “Educación y Promoción de derechos en el barrio José Luis Cabezas de Ensenada”[1], cuyo eje temático fue el ambiente, y que se llevó adelante en el propio barrio y en sus inmediaciones. 

A partir de esa experiencia, el escrito busca poner de relieve dos aspectos en torno a los cuales nuestro equipo concibe el trabajo en extensión. Por un lado, especifica los componentes de la estrategia metodológica utilizada para esta intervención particular, pero que son transversales a nuestras planificaciones y que nos permiten avanzar en el desarrollo del proyecto. Por otro lado, pone de relieve la perspectiva con la que el equipo trabaja, que recupera “desde abajo” los saberes de los/as chicos/as para construir o ajustar las propuestas partiendo de ellos. 

Nuestro proyecto se centra en la promoción de la igualdad de oportunidades y acceso a derechos[2], por lo que sostenemos que para tal tarea es fundamental indagar, en una primera instancia, qué entienden los niños, niñas y adolescentes sobre el tema a trabajar, rescatar sus ideas y ponerlas en valor. En ese marco, el taller de fotografía habilitó otro lenguaje que enriqueció la comunicación y nos permitió aprehender su punto de vista respecto del ambiente en el que viven y sus conocimientos previos. 

Partiendo, entonces, del relato de una experiencia de intervención concreta, se busca dialogar con dos esferas teóricas, de diferente nivel, pero que en nuestro caso se articulan. En primer lugar, proponemos que la metodología de trabajo está indisolublemente ligada al eje del proyecto, es decir, el enfoque que recupera los saberes y las prácticas de la comunidad es en sí mismo una vía para poner en el centro las voces de niños, niñas y adolescentes, respetando los derechos consagrados en la legislación. 

Concretamente, el artículo 15 de la Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes de la provincia de Buenos Aires (N.° 26061/05) afirma que

las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la educación pública y gratuita, atendiendo a su desarrollo integral, su preparación para el ejercicio de la ciudadanía, su formación para la convivencia democrática y el trabajo, respetando su identidad cultural y lengua de origen, su libertad de creación y el desarrollo máximo de sus competencias individuales; fortaleciendo los valores de solidaridad, respeto por los derechos humanos, tolerancia, identidad cultural y conservación del ambiente.

Por ello, consideramos que la experiencia que aquí desarrollamos apunta a promover estas dimensiones.

En segundo lugar, respecto de la temática específica del taller de fotografía, el ambiente, la experiencia provee elementos para comprender el concepto en los términos nativos y en una escala local. Esto permite debatir y/o enriquecer la discusión más amplia en torno al ambiente que en algunos ámbitos académicos y de formulación de políticas se da de manera abstracta o plantea una mirada homogénea. El trabajo con adolescentes en el barrio aportó una perspectiva que presenta al ambiente como una amalgama entre lo natural y lo construido: ambas dimensiones aparecen de manera no disociada en el ambiente retratado. En ese marco, se sostiene que recuperar la perspectiva del ambiente vivido, el ambiente habitado, sortea de manera práctica la dicotomía natural/artificial tan discutida teóricamente. En definitiva, el ejercicio de fotografía aporta a la discusión en torno al concepto de ambiente ofreciendo una mirada “desde abajo”, es decir, que parte del territorio y que por tanto adquiere pleno sentido en y para sus habitantes. 

A su vez, cabe destacar que existe un marco normativo que impulsa la incorporación de la cuestión ambiental en la educación formal y no formal, en todos los niveles. Por un lado, la educación ambiental había sido incorporada al ámbito educativo formal a través del artículo 89 de la Ley de Educación Nacional (N.º 26206/06) y del artículo 45 de la Ley de Educación Provincial de la Provincia de Buenos Aires (N.º 13668/07). Por otro lado, la Ley de Educación Ambiental Integral (N.º 27621/21) estableció el derecho a la educación ambiental como una política pública nacional que debía alcanzar a todas las edades, grupos y sectores sociales, mediante una estrategia de territorialización. En ella, además, se define a la Educación Ambiental Integral (EAI) como

un proceso educativo permanente con contenidos temáticos específicos y transversales, que tiene como propósito general la formación de una conciencia ambiental, a la que articulan e impulsan procesos educativos integrales orientados a la construcción de una racionalidad, en la cual distintos conocimientos, saberes, valores y prácticas confluyan y aporten a la formación ciudadana y al ejercicio del derecho a un ambiente sano, digno y diverso.

 Al respecto, creemos que la experiencia del taller se constituyó en una instancia de aportes sustantivos en relación con los objetivos mencionados.

El trabajo estará subdividido en cuatro apartados. En el primero se brindará una descripción del proyecto de extensión y de las características principales del barrio. En el segundo se desarrollará la actividad en cuestión, es decir, el taller de fotografía con adolescentes, cuyo eje fue el ambiente. Allí se detallará el proceso desde que se gestó la propuesta hasta la actividad de cierre en conjunto con el Ministerio de Ambiente de la provincia de Buenos Aires. En el tercer apartado se abordarán los dos núcleos conceptuales con los que se intenta dialogar, la esfera de la metodología de trabajo en la práctica extensionista y la mirada sobre el ambiente a partir del análisis de las fotografías y los intercambios con los/as chicos/as del barrio. Por último, en las reflexiones finales se revisarán los desafíos del trabajo en extensión en general, así como aquellos vinculados con las actividades con eje en lo ambiental, en particular.

Contextualización: el proyecto y el barrio

El Proyecto “Educación y promoción de derechos en el barrio José Luis Cabezas de Ensenada” pertenece a la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Se trata de una propuesta que centralmente busca facilitar la igualdad de oportunidades y el acceso a derechos de los niños/as y adolescentes, así como de las personas adultas de la comunidad del barrio. 

Las intervenciones que el Proyecto propone van en dos líneas de acción: por un lado, se plantea el desarrollo de actividades y/o salidas que combinan contenidos educativos, lúdico-recreativos y artísticos para niños, niñas y adolescentes. Por otro lado, se establecen contactos sistemáticos con instituciones de distinto tipo y se desarrollan actividades vinculadas con el seguimiento de las problemáticas de las familias del barrio, las cuales tienen como propósito promover y facilitar canales de acceso a derechos, así como políticas y programas que atiendan sus necesidades. Como se detallará más adelante, el taller de fotografía buscó, en primer lugar, ofrecer una instancia de encuentro con el dispositivo cámara en diferentes formatos y una sensibilización sobre la imagen como una forma de comunicación. Posteriormente, durante el desarrollo de la propuesta, se introdujo la idea de trabajar sobre la temática ambiental. 

A su vez, cabe destacar que el proyecto viene desarrollándose ininterrumpidamente desde hace 20 años: durante el período 2003-2020 se sostuvieron actividades e intervenciones en los barrios La Unión y El Mercadito de La Plata y a partir de 2021 en el barrio José Luis Cabezas (Ensenada). También es necesario señalar que el proyecto está inserto en una modalidad de trabajo compartida, sistemática y sostenida por parte de un equipo más amplio de la FaHCE-UNLP que considera fundamental la articulación entre docencia, investigación y extensión, y que promueve la integralidad de las prácticas. De esta forma, un proyecto de investigación y dos proyectos de extensión confluyen en el territorio, lo que se traduce específicamente en el trabajo de relevamiento y sistematización de información e intervención en él. 

Concretamente, el Proyecto de Extensión en cuestión funciona en el comedor José Luis Cabezas, ubicado en el barrio homónimo, con cuya referenta tenemos comunicación permanente y con quien coordinamos la realización de las actividades. El barrio presenta una dinámica territorial muy particular, por tratarse de una comunidad con un fuerte componente étnico-nacional (gran porcentaje de población de origen peruano) y un alto nivel de organización vecinal y político. En ese marco, el equipo ha buscado adaptar su trabajo y las estrategias de intervención con propuestas para niños/as, adolescentes y adultos/as. Como ya se mencionó, se promueven actividades puntuales o talleres que impliquen varios encuentros en torno a alguna temática. En relación con la dinámica interna, el equipo se reúne mensualmente para intercambiar sobre la planificación de actividades, realizar balances y poner en común algún caso particular (identificación de vulneración de derechos, detección de una problemática, etc.).

El barrio José Luis Cabezas se encuentra ubicado en la frontera de los tres partidos que conforman el aglomerado del Gran La Plata: La Plata, Berisso y Ensenada. En su margen noroeste linda con el predio de la UNLP donde tienen sus sedes la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación y la Facultad de Psicología, y al oeste, cruzando la avenida, se encuentra el Bosque de La Plata, el mayor espacio verde de la ciudad con una extensión aproximada de 60 hectáreas. Su forestación es muy variada y alberga múltiples instituciones y actividades recreativas, culturales y científicas entre las que se encuentra el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata.

Desde el proyecto de investigación se realizaron dos censos en el barrio: en octubre- noviembre de 2016 y en mayo de 2022[3]. Con base en los resultados del último censo, en el que se relevaron 192 hogares y 628 personas, se puede afirmar que más de la mitad de la población se encontraba en condiciones de pobreza por ingresos. Desde el punto de vista demográfico, por un lado, existe un fuerte componente migratorio, habiendo nacido en Perú más del 50% de la población del barrio; por otro lado, alrededor del 80% de los hogares cuenta entre sus integrantes con menores de 17 años. A su vez, vale la pena señalar que entre los/as niños/as y adolescentes del barrio se registró una alta tasa de escolarización, siendo del 100% para el grupo de 6 a 12 años y 97,3% para el de 13 a 18 años.

En lo que se refiere a servicios públicos, el barrio no cuenta con acceso a la red de gas y, si bien la mayoría de los hogares cuenta con agua corriente, la cobertura de la red se ha retraído según lo declarado en 2022 respecto de 2016, probablemente, a causa de las deficiencias de servicio que obligó a las familias a recurrir a un pozo. El desagüe de los baños sigue siendo en su mayoría el pozo ciego, pues el sistema de cloacas continúa prácticamente ajeno al barrio. La cobertura de electricidad está generalizada, aunque las instalaciones se realizaron en su mayor parte de manera informal, por lo que presentan severas deficiencias en la provisión del servicio. En relación con la disposición de residuos domiciliarios, se identificaron mayoritariamente prácticas “adecuadas” como la disposición en la puerta de la vivienda o en un punto de recolección dentro del barrio. Sin embargo, observacionalmente se puede comprobar que hay sitios en los que la basura se acumula (pastizales, debajo del puente de las vías) y otros puntos donde se quema (generalmente, algunos hogares lo hacen en las veredas frente a sus viviendas). Respecto de la percepción sobre la contaminación del ambiente, en el Censo 2022, dos tercios de los hogares (66,7%) consideraron que esta existe en el barrio y dentro de sus causas la basura, los basurales y las industrias fueron señaladas como las de mayor incidencia. 

Esta breve caracterización del proyecto y el barrio en el que se desarrolla sirve de marco para comprender la relevancia de las dos dimensiones que se destacan con relación al taller de fotografía[4]. La metodología llevada adelante en la actividad y las reflexiones en torno a la temática ambiental asumen rasgos particulares en el contexto de nuestro trabajo con niños/as y adolescentes de una comunidad peruana que habita en un barrio con condiciones de pobreza. Esto es lo que abordaremos en lo que sigue.

El taller de fotografía

La propuesta del taller de fotografía partía del reconocimiento de esta como una práctica cotidiana fuertemente arraigada entre los/as chico/as del barrio, mediatizada especialmente a través de las cámaras de sus teléfonos celulares. En este sentido, observábamos un uso particularmente significativo entre los/as jóvenes de 12 años y más, ya que ellos/as contaban con dispositivos propios, los cuales solían traer espontáneamente a las distintas actividades que organizábamos desde el proyecto. Considerando tanto estas condiciones de acceso a la tecnología[5] como sus intereses previos, el taller se presentaba como una invitación a recuperar el vínculo con la fotografía, con la intención de revisarlo y promoverlo. 

Es importante destacar, siguiendo a Dussel (2010), que la propuesta de trabajar con imágenes no se limita a pensarlas como un recurso didáctico para acceder a un contenido otro, sino que parte de reconocer su propio valor pedagógico. A tal efecto, la fotografía ha de ser entendida como una práctica social, que conlleva procesos de subjetivación y de socialización (Gómez Cruz, 2012) y que permite dotar de sentido al mundo (Sontag, 2006). En este marco, la propuesta de abordar la temática ambiental a través de la fotografía se interesaba por explorar nuevas formas y posiciones desde las cuales mirar el espacio habitado, redefiniendo así los límites entre lo visible y lo invisible (Dussel, 2010).

Bajo estos fundamentos, durante los meses de mayo y junio de 2023 se organizaron dos encuentros de fotografía orientados en principio a jóvenes de 12 años y más, si bien participaron también niños/as menores. Ambas instancias contaron con la participación de una especialista en la temática convocada puntualmente para acercar las primeras herramientas conceptuales y prácticas en torno a la cámara y la imagen. El primer encuentro tuvo un carácter más bien teórico y se realizó en el espacio del comedor. Durante su desarrollo se buscó, por una parte, problematizar la representación de la fotografía como un saber eminentemente experto, destacando su sentido como práctica cotidiana; y, por otra, introducir algunas nociones básicas sobre la imagen y la composición fotográfica (tales como encuadre, iluminación y perspectiva). El segundo encuentro tuvo un carácter práctico y consistió en una salida fotográfica por el barrio, en la que tanto la fotógrafa como el equipo pusieron sus cámaras a disposición para que los/as chicos/as experimentaran libremente y pudieran movilizar los saberes adquiridos en el encuentro anterior. 

Procurando continuar con el trabajo de acercamiento a la fotografía –su técnica, sus fines, su función–, se organizó en septiembre una nueva salida fotográfica por el barrio con los y las adolescentes, esta vez guiada solo por las talleristas del Proyecto. Junto con las actividades previas, esta salida buscó construir una nueva mirada sobre el espacio habitado cotidianamente, así como promover una reflexión sobre el derecho al ambiente sano. Cabe señalar que, casualmente, al equipo había llegado una convocatoria organizada conjuntamente por el Ministerio de Ambiente y el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires llamada “Cultura ambiental: defensores de la Casa Común”. Su objetivo era concientizar sobre la importancia del cuidado del ambiente, la defensa de los bienes comunes naturales, los derechos humanos y la convivencia con la diversidad biológica y cultural, a través de la elaboración de una pieza artística. La propuesta buscaba incentivar a las juventudes en el abordaje de las problemáticas ambientales desde el ámbito artístico y situado en sus localidades, y las producciones podían ser literarias, fotográficas o gráficas. Esta plataforma sirvió de base al equipo para llevar una consigna cuyo producto concreto se pondría en valor a través de la participación en una instancia colectiva extra-barrial, la del concurso.

Se llevó entonces la propuesta de “fotografiar el ambiente”: lo que cada uno/a quisiera y considerara que eso significaba. Se acompañó a los/as adolescentes en una recorrida por el barrio, en la cual exploraron diferentes áreas y experimentaron tanto fotografiar pequeños rincones como retratarse entre ellos/as. Para ello, emplearon de forma creativa las herramientas introducidas en el primer taller sobre la composición fotográfica. Las imágenes que produjeron como resultado dieron cuenta de un trabajo de selección, de visibilización y de significación de la multiplicidad de elementos imbricados en ese ambiente, registrando formas de estar y de pensarse como parte de este.

Para la participación en el Concurso se seleccionaron dos fotografías tomadas por los/as adolescentes y se las adecuó a los lineamientos de la convocatoria, planteándolas como un producto y obra colectivos. La participación obtuvo un reconocimiento y un premio, que incluyó ejemplares de una publicación impresa en color que compila todas las obras ganadoras, entre las que se encuentran las fotos del Proyecto (junto con dibujos, cuentos, etc.). 

Dada la sostenida respuesta positiva por parte de los/as adolescentes a la propuesta de fotografía, en la reunión de equipo posterior al tercer encuentro surgió la idea de organizar una visita a una muestra fotográfica. En ese marco, se realizó una búsqueda de exposiciones y rápidamente emergió la muestra fotográfica “Desde la orilla”, obra del artista berissense Julio Milat, exhibida en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata. La muestra abordaba la biodiversidad de los humedales de la costa del Plata, desde el ojo de un habitante nativo, y procuraba contribuir a la toma de conciencia sobre la riqueza biológica de la región y al compromiso de sus habitantes para conservarla. Siendo esta perspectiva afín a la que veníamos trabajando con los/as adolescentes en el barrio, se organizó la visita para finales de noviembre con dicho grupo y algunos/as interesados/as más. La salida fue a pie (el Museo se encuentra a alrededor de 1200 metros de la entrada del barrio) y el grupo estuvo a cargo de integrantes del Proyecto. Por un lado, la proximidad del territorio retratado en la muestra respecto del barrio fue un aspecto que se trabajó durante la visita. El barrio se encuentra dividido administrativamente entre los municipios de Ensenada y Berisso y ambos albergan parte de la costa del Río de la Plata y sus humedales, que comparten flora y fauna características de tales ecosistemas. Por otro lado, a lo largo del recorrido de ida y vuelta hasta el Museo, que atraviesa el Bosque y bordea el predio del ex-zoológico de La Plata, se realizó también una nueva toma de fotografías.

El último encuentro, que dio cierre al proceso, fue la visita de personal del Ministerio de Ambiente de la Provincia, quienes con motivo de acercar ejemplares de la publicación compartieron una charla y actividades con los/as chicos/as en el comedor. Durante este encuentro se generó un intercambio sobre el concepto de ambiente, a la vez que los/as chicos/as pudieron relatar la “trastienda” de las obras premiadas, contando cómo habían sacado las fotos y qué sentido tenían para ellos/as. Además, desde el Ministerio se busca divulgar algunas formas de cuidado del medioambiente, tales como el compostaje (para lo cual trajeron composteras de regalo) y la producción domiciliaria de alimentos, que se puso en práctica mediante la siembra de semillas en macetas reciclables. Así, junto con el reconocimiento por el trabajo hecho hasta entonces, lo que simbólicamente para los chicos/as fue muy importante, el Ministerio aportó materialmente con libros, composteras y plantas. Por estos motivos, creemos que se trató de una articulación institucional muy positiva.


Reflexiones en torno a la experiencia

En la estrategia metodológica que guio la propuesta del taller de fotografía se pusieron en juego principios como la flexibilidad y el diálogo de saberes. Por flexibilidad entendemos la capacidad de modificar el curso de acción previsto por la planificación, pero sin abandonar los objetivos principales. En ese marco, el sentido de la oportunidad operó por parte del equipo tanto en relación con la convocatoria del concurso como en relación con la muestra fotográfica en el Museo. La convocatoria llegó en un momento en el que se venía trabajando con las cámaras retratando escenas y objetos en el barrio, lo que permitió pensar en una participación adecuando el material fotográfico. En la tercera salida se planteó de manera directa y explícita el objetivo de retratar el ambiente; si bien la totalidad de las fotos tomadas, incluidas las de la salida anterior y posterior, fueron consideradas para el concurso. La participación en él demandó tareas adicionales, tales como la revisión y selección de fotos, la elección de un nombre para la obra (compuesta por dos fotos) y, en una instancia posterior, la búsqueda de autorizaciones de padres y madres para la publicación de las fotos, en virtud de que sus autores eran menores de edad. El despliegue de estas tareas adicionales, a contrarreloj dados los plazos de la convocatoria, demostró el compromiso del equipo con el trabajo extensionista: se logró cumplir en tiempo y forma con los requerimientos del concurso, gracias a la rápida acción de las integrantes y a la respuesta positiva de las familias del barrio. A diferencia de la convocatoria del concurso, que llegó mediante una comunicación electrónica, la información sobre la muestra fotográfica se encontró a partir de una búsqueda activa de exposiciones de ese tipo. En ese marco, fue oportuno –más no fortuito– dar con ella y se organizó rápidamente una visita. Como parte de esa organización, se contactó al autor de las obras, quien estuvo interesado y dispuesto a guiar la visita (si bien, por motivos coyunturales ello no pudo realizarse). La actividad se llevó a cabo de todas formas, siendo las talleristas quienes se encargaron de conducir la experiencia de encuentro con las fotografías y la información que las acompañaba.

Asimismo, a lo largo del taller de fotografía se desplegaron dos estrategias didácticas participativas con el fin de promover el diálogo de saberes y la producción colectiva del conocimiento: la pregunta y el registro visual (Cavalli Dalla Rizza, 2020). La pregunta como método es una invitación a reflexionar y a poner en valor aquello que se piensa y se percibe. Ciertamente no es la pregunta en sí misma, sino qué se hace con la devolución a esa pregunta, lo que la constituye en una herramienta potente. Algunas preguntas que desplegamos en los diferentes encuentros fueron: ¿Qué piensan ustedes que es el ambiente? ¿Qué les gusta más y qué les gusta menos del barrio? ¿Observan plantas y animales en el barrio? ¿Qué animales de los retratados en la muestra conocen? ¿Los vieron alguna vez en el barrio o en cercanías? Mediante esta doble estrategia, nuestra actividad pedagógica con imágenes buscó movilizar no solo la implicación (asociada a la mirada) sino también la explicación (vinculada a la palabra y la elaboración) (Dussel, 2010).

Recuperar las respuestas de los/as chicos/as frente a los interrogantes propuestos nos permitió ir construyendo progresivamente algunos sentidos compartidos, tanto sobre el ambiente como sobre el barrio en tanto espacio de pertenencia; a la vez que poner en valor las prácticas y saberes previos que ellos/as traían. En relación con esto último, creemos que, si bien existe un avance respecto de la visión adultocéntrica en la enseñanza formal, el grupo de chicos y chicas con el que trabajamos presenta una particularidad relativa a su condición de inmigrantes o hijos/as de inmigrantes peruanos. Considerando que la comunidad peruana suele ser foco de discriminación e incluso hostigamiento, tanto en Argentina en general como en el Gran La Plata en particular (INADI-UNLP, 2014), estas intervenciones se orientaron en una dirección contraria, buscando construir espacios de socialización y enunciación colectiva.

En línea con ello, partimos del reconocimiento de la fotografía como una práctica que permite motorizar formas de conocimiento y procesos de comunicación –conformando, en última instancia, una forma de poder– (Gómez Cruz, 2012). En este sentido, los/as chicos/as profundizaron su vínculo con esta práctica, posicionándose no solo como espectadores/as (al visitar la muestra) sino fundamentalmente como productores/as de imágenes (en las sucesivas salidas fotográficas y en las instancias en las que expusieron sus fotografías)[6]. Consideramos que en esta clave es posible interpretar el entusiasmo especial que los/as chicos/as expresaron al momento de fotografiar; entusiasmo que no había emergido de igual modo frente a otras propuestas de actividad. Si bien lo manifestaron de formas distintas (algunos/as se agrupaban y marchaban decididamente explorando el barrio, otros/as iban a ritmo más lento observando atentamente y buscando el encuadre, la luz o el contraste deseado para disparar la cámara) en todas ellas registramos una verdadera apropiación de la propuesta, que como equipo nos pareció novedosa. Por su parte, las imágenes de la muestra fotográfica habilitaron la reflexión colectiva en múltiples direcciones: sirvieron para conversar acerca de los humedales –qué son y su importancia en relación con la biodiversidad–, invitaron a los/as chicos/as a reconocer aquellos animales o plantas en su cercanía con el barrio y, a su vez, permitieron compartir los nombres con los cuales conocían algunos ejemplares, distintos a los que figuraban en las leyendas. 

Estas técnicas desplegadas en la estrategia metodológica son producto de una concepción sobre la naturaleza de la extensión, en tanto relación de la universidad con la comunidad, que se concretiza a través de nuestro proyecto. Los/as destinatarios/as de nuestras intervenciones pertenecen a un sector social que sufre procesos sistemáticos de exclusión y vulneración de derechos (vinculados a las condiciones materiales y simbólicas a las que se ven expuestos por su situación de pobreza y su origen inmigrante). Así, el objetivo general del proyecto se orienta a revertir, en la medida de lo posible, la desigualdad en el acceso a oportunidades. En ese marco, la presencia de la universidad en el territorio debe darse de manera integral: es necesario estar, sentir y pensar desde y en el territorio y junto con otros/as, en un proceso colectivo y dialógico (Ezcurra, Girado y Migueltorena, 2020).

El trabajo en torno a la temática ambiental se desarrolló justamente bajo esos lineamientos. El objetivo era indagar y conocer las ideas y concepciones sobre el ambiente por parte de los/as chicos/as, bajo la premisa de que es imprescindible primero conocer para luego proponer modos de intervención. En buena parte de la literatura académica, así como en el ámbito de formulación de políticas sobre el ambiente suelen encontrarse definiciones teóricas con un grado de abstracción que las vuelve inaprehensibles –en el caso de las discusiones conceptuales– o poco operativas –en el caso de las políticas ambientales–. 

Podría decirse que fue a partir de la década de 1960 que el ambiente se constituyó como objeto de estudio, como eje de políticas públicas y como bandera de movimientos sociales (Pi Puig, 2019). Este proceso de múltiples dimensiones fue protagonizado por diferentes actores, entre los que podemos ubicar a las disciplinas científicas (mediatizadas por sus representantes) y a los organismos internacionales. En lo que a la ciencia refiere, tanto las ramas biológicas como las sociales intervinieron en la discusión en torno a la definición del ambiente reproduciendo la dicotomía naturaleza/sociedad originaria del conocimiento occidental. Actualmente, existe cierto consenso sobre la indisolubilidad de ambos componentes que constituyen el ambiente (Ingold, 2002). Sin embargo, muchas definiciones permanecen en un nivel de generalidad que harían pensar que naturaleza y sociedad son las mismas en cualquier espacio y tiempo. Ello se traduce, por ejemplo, en los lineamientos de Naciones Unidas a partir del enunciado de desarrollo sostenible. En varias esferas ha quedado demostrado que pensar en intervenciones de política partiendo de supuestos universales no es efectivo (D’Amico y Agoglia, 2019). Formulaciones como el cambio climático, la extinción de especies, la escasez de recursos, y sus consecuencias resultan, en principio, difíciles de calibrar para muchas personas. 

El propósito de la actividad de fotografía, entonces, fue recuperar las ideas, las prácticas, los sentidos y los modos de ver de los/as chicos/as sobre el ambiente desde la experiencia misma, en una escala local. Como sostiene Ingold (2002), ambiente es un término relativo: no puede haber organismo sin ambiente ni ambiente sin organismo. Por lo tanto, el ambiente es el mundo tal como existe y cobra significado en relación con los sujetos, y, en ese sentido, nace y se desarrolla con ellos y a su alrededor. Las fotografías tomadas por el grupo de niños/as y adolescentes fueron de lo más diversas en lo que respecta a los objetos, así como en cuanto a los focos y las perspectivas. Se retrataron perros, vías del tren, árboles, el barro de la calle, telas de araña a contraluz, autos, portales, paredes con leyendas. Se retrataron a sí mismos/as, entre ellos/as, a quienes pasaban, jugando, posando de diversas maneras. Todas las fotos conformaban un rompecabezas del barrio, cuya composición reflejaba elementos “naturales” y culturales, relaciones de amistad, de vecindad, entre otras. Como resultado, es posible afirmar que son esas las dimensiones que tienen sentido en la vida cotidiana de los/as chicos/as del barrio. 

Cabe mencionar que la obra presentada para el Concurso fue una selección de dos fotos que se denominaron conjuntamente “Selva urbana”, reflejando una amalgama entre lo natural y lo construido, como rasgo constitutivo del barrio bajo la mirada de los/as chicos/as. Si bien, como mencionamos más arriba, esta caracterización ha logrado cierto consenso, lo relevante es la especificidad de esa amalgama en un territorio particular. Las vías del tren, por ejemplo, que aparecen en las dos fotos, trazan el límite del barrio en sentido sudoeste-noreste y son referencia para identificar zonas (las casas del final de las vías). Además, por ellas transita dos veces por día un tren de carga, pasando a escasos metros de varias viviendas, con la contaminación sonora que genera.

Imagen 1.

Obra “Selva urbana” que integra la publicación, resultado del Concurso

Fuente: Elaboración propia.

Palabras finales

Se ha intentado, a partir de una experiencia concreta, recuperar rasgos de la estrategia metodológica y del tratamiento del ambiente como tema específico relevante en nuestro trabajo extensionista. 

En lo que respecta a la primera dimensión, la flexibilidad y el diálogo de saberes fueron los principios que acompañaron transversalmente a la propuesta del taller de fotografía. Ambos elementos, creemos, están vinculados ya que a partir de la escucha atenta de los/as otros/as la propuesta inicial puede verse modificada. 

Respecto del ambiente, los/as adolescentes recuperaron, a través de la fotografía, su ambiente, construyendo sentidos compartidos sobre este. De esta manera, apelando a una pedagogía de la imagen, la propuesta permitió explorar nuevas formas y posiciones desde las cuales mirar el ambiente, a la vez que reelaborar sus significados mediante la pregunta y la reflexión colectiva. La interrelación de elementos “naturales” y culturales a escala barrial se ve reflejada en las imágenes, ofreciendo a quien observe la posibilidad de situarse en sus marcos de sentido.

Junto con evaluar de manera satisfactoria la concreción de los objetivos de la actividad, nos interesa rescatar el fortalecimiento del vínculo con el grupo de adolescentes con el que trabajamos (Ezcurra, Girado y Migueltorena, 2020). Logramos encauzar un interés previo y potenciarlo, el de la fotografía, a la vez que hablar del ambiente nos permitió conversar sobre otros temas –muchos vinculados a sus condiciones materiales y simbólicas de vida– y relacionarlos.

Finalmente, cabe destacar que esta experiencia permite demostrar que las dos líneas de acción que el Proyecto tracciona se entrecruzan y se potencian. Es decir, las propuestas de actividades para niños/as y adolescentes se ven enriquecidas mediante articulaciones interinstitucionales, como la que se dio con el Ministerio de Ambiente o con la visita al Museo de Ciencias Naturales. Esta es la dirección, creemos, para fomentar la igualdad de oportunidades y de acceso a derechos.

Este planteo se enmarca, a su vez, en una discusión más amplia sobre la función social de la Universidad que, para concluir, nos parece pertinente mencionar. El desarrollo de la experiencia que aquí trajimos nos permitió explorar aspectos constitutivos de la relación entre Universidad y sociedad: para qué, para quiénes, cómo, por qué y con quiénes (Ezcurra, Girado y Migueltorena, 2020). Con base en ello, sostenemos que nuestro proyecto se inscribe –o al menos a ello apunta– en un modelo de extensión con vocación emancipadora (Tommasino y Cano, 2016) y que busca revertir las desigualdades estructurales de nuestra sociedad.

Referencias

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Dubet, F. (2011). Repensar la justicia social: contra el mito de igualdad de oportunidades. Siglo XXI.

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Ezcurra, D., Girado, A. y Migueltorena, A. (2020). Territorializar la extensión universitaria: diálogo de saberes y co-construcción de conocimiento. Revista Masquedós, 5(5). 

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Tommasino, H. y Cano, A. (2016). Modelos de extensión universitaria en las universidades latinoamericanas en el siglo XXI: tendencias y controversias.  Universidades, 67, 7-24.

Notas

[1] El Proyecto se encuentra radicado en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FaHCE), de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

[2] Sin desconocer la discusión teórica en el campo de la educación en torno al concepto de “igualdad de oportunidades” y sus críticas (Dubet, 2011), decidimos sostener su uso porque creemos que es pertinente en función de la naturaleza, el alcance y los objetivos de un proyecto de extensión. En ese sentido, la reversión de posiciones desiguales (cuestión estructural) excede a las tareas de un equipo de extensión, aunque este sí puede, y esa es nuestra apuesta, morigerar las desigualdades en la accesibilidad a derechos, acortando la brecha de información y facilitando gestiones en relación con organismos estatales u otras instituciones.

[3] Los informes completos se encuentran disponibles. Censo 2016: https://libros.fahce.unlp.edu.ar/index.php/libros/catalog/book/107 Censo 2022: https://libros.fahce.unlp.edu.ar/index.php/libros/catalog/book/222

[4] Si bien excede el propósito de este trabajo, cabe ampliar la caracterización del barrio a partir de su compleja configuración: esta combina un alto nivel de organización vecinal conformando una densa red sostenida por la identidad étnica, diversas intervenciones de organizaciones sociales y políticas, y la presencia –más o menos sistemática– de los municipios de Ensenada y Berisso. Un corolario de esto es que existen convocatorias permanentes, promovidas por vecinos y referentes del barrio, a la práctica de deportes, la participación en espacios culturales o en actividades religiosas.

[5] Estas observaciones pueden ser respaldadas con los datos arrojados por el Censo 2022, que señala una alta penetración del teléfono celular en los hogares del barrio, cercana al 97,4%.

[6] Cabe mencionar que las imágenes tomadas en los diferentes encuentros y salidas fotográficas fueron expuestas en el marco de la actividad de fin de año del Proyecto de Extensión. En esa actividad no solo participaron los/as adolescentes del taller de fotografía, sino que también asistieron los/as demás chicos/as que participan regularmente en el proyecto y sus familias.