DOI: http://dx.doi.org/10.19137/circe-2022-260205

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ARTÍCULOS

Paralingüística, comunidad y la retórica de la división en la oratoria ática

Paralinguistics, Community and the Rhetoric of Division in Attic Oratory

Andreas Serafim 

[Academia de Atenas]

[aserafeim@academyofathens.gr]

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0259-7846

Resumen: El estudio de la paralingüística, esto es, los modos de comunicar sin recurrir al lenguaje, ya sea de manera consciente, intencional y voluntaria, o de algún otro modo, es un componente esencial de cualquier intento por reconstruir, comprender e interpretar los sistemas de comunicación cultural, social, institucional, moral e interpersonal en las sociedades modernas y antiguas. Tres aspectos específicos de la paralingüística, tal como son descritos en la oratoria ática, son examinados en este artículo: el rostro y los órganos faciales (como la boca y la nariz), las manos y el modo de andar. La hipótesis es que las referencias a la paralingüística apuntan a ganarse al auditorio en el tribunal o en las asambleas políticas suscitando emociones e incitando una guerra entre los oponentes del orador y la comunidad ateniense, cuyos valores culturales y creencias, según son presentados, los oponentes transgreden.

Palabras clave: Paralingüística; Comunidad; División; Emociones

Abstract: The study of paralinguistics, i.e. the ways of communicating without the use of language, whether conscious, intentional and voluntary or otherwise, is an essential component of any attempt to reconstruct, understand and interpret the systems of cultural, societal, institutional, moral and inter-personal communication in modern and ancient societies. Three specific aspects of paralinguistics, as they are described in Attic oratory, are examined in this paper: face and facial organs (such as mouth and nose), hands, and gait. It is argued that the references to paralinguistics aim to win over the audience in the lawcourt or in political conventions by arousing emotions and by sustaining a war between the speaker’s opponents and the Athenian community, whose cultural values and beliefs the opponents are presented as violating.

Keywords: Paralinguistics; Community; Division; Emotions

Recibido: 11-08-2022 / Evaluado: 09-09-2022 / Aceptado: 11-09-2022

Introducción: el cuerpo como paralenguaje

Este artículo explora las referencias en la oratoria ática de los aspectos del cuerpo humano o, en términos más amplios, del comportamiento corporal –específicamente, el rostro (incluyendo los órganos faciales), las manos y el paso– y cómo los oradores los explotan para tener el mejor efecto retórico posible en el tribunal o en las asambleas políticas. Sostengo que las referencias a la paralingüística ayudan a los oradores a persuadir al auditorio al provocar emociones y al atacar a los oponentes mediante la construcción de su imagen de una manera tal que indique cómo ellos desafían los valores, los patrones culturales y las creencias de la comunidad ateniense. Esta es la retórica de la división: las referencias a la paralingüística generan división, alienación o disociación o prolongan la hostilidad, al denigrar a los individuos en contraste con el trasfondo de los preconceptos culturales, socio-políticos, morales e interpersonales, con el objetivo de aislarlos de la comunidad y persuadir al auditorio al presentar personas, asuntos o ideas como antitéticas con respecto a los jueces y espectadores.

La habilidad de la retórica / oratoria para unir o dividir afecta la cognición y las emociones del público al que va dirigido. La teoría de la identidad social de H. Tajfel y J. Turner indica que la activación de las actitudes grupales y de las identidades y relaciones intergrupales –es decir, la solidaridad del endo-grupo y la hostilidad del exo-grupo– tiene un impacto enorme en los comportamientos y actitudes del público al que se dirige.1 La hipótesis central de la teoría de la identidad social es que los miembros de un endo-grupo buscarán encontrar aspectos negativos de un exo-grupo, fortaleciendo así su propia imagen. B. Rosenwein ha desarrollado una teoría importante con respecto a la unidad y división emocionales. En su Emotional Communities in the Early Middle Ages, Rosenwein sostiene que las referencias a las comunidades emocionales incluyen “what the communities (and the individuals within them) define and assess as valuable or harmful to them” (Rosenwein, 2006: 842; también Rosenwein 2002: 821-845). Si, por ejemplo, una comunidad emocional le otorga un valor importante a la cualidad de ser honesto, entonces los miembros de esa comunidad emocional reaccionarán negativamente cuando juzguen que esa cualidad ha sido amenazada o devaluada.

El estudio de la paralingüística es un componente esencial en cualquier intento por reconstruir, comprender e interpretar los sistemas de comunicación cultural, institucional, moral e interpersonal en la Atenas clásica. Los estudios sobre la paralingüística arrojan una nueva y bienvenida luz sobre la estrategia retórica y las técnicas de comunicación de los oradores públicos, así como sobre los modos en que estas son utilizadas para persuadir a las masas en las reuniones judiciales y políticas. También podemos aprender mucho acerca de la comunidad ateniense antigua en sí misma: qué es lo que su gente creía sobre las virtudes fisionómicas, morales y comportamentales del ciudadano ideal, sobre la sexualidad y las obligaciones para con la comunidad (como, por ejemplo, el servicio militar y la defensa de la ciudad en el campo de batalla). Las referencias a la paralingüística y la información sobre ella en la oratoria ática pueden ser vistas, por consiguiente, como una lección sobre la cultura, cuyo valor es tan elevado como el estudio de los argumentos y de las otras técnicas retóricas que están incorporadas en las oraciones que han sobrevivido.

La paralingüística, referida a lo que se halla “al costado de la lingüística” (o comunicación no verbal), es un término acuñado y utilizado por primera vez por G. L. Trager a fines de los años 1950. Se refiere a (y examina) las formas de comunicación –conscientes, intencionales y voluntarias o de cualquier otra manera– que no implican el uso del lenguaje (no de la voz, puesto que la vocalización y las reacciones son consideradas parte de la paralingüística),2 y la transmisión de mensajes implícitos y explícitos hacia el auditorio. Para Trager, las expresiones no verbales o cualquier otra marca o rasgo de la fisiología o del carácter físico humano, incluyendo las cualidades de la voz (por ejemplo, la articulación, el tono, el ritmo y la velocidad de habla), así como las acciones corporales semi-reflexivas (como el estornudo y la tos) que permiten identificar el carácter de un individuo, su estado emocional, sexualidad y humor contextual (por ej. político, social, moral), pueden ser tomadas como una parte de la noción general de la paralingüística (Trager, 1958: 1-12; también 1960: 24-30; 1961: 17-21). En línea con Trager, Houston, (1984: 185) define la paralingüística como el estudio “of those aspects of speech communication that do not pertain to linguistic structure or content, for example, vocal qualifiers, intonation and body language”, mientras que para Loveday este es un término que abarca “the vocal, kinesic (gestural) and proxemic (spatial) channels, which accompany, interfuse and partly synchronize the traditionally recognized ones” (Loveday, 1982: 91).3 Para D. Lateiner (1995: xix), que usa el término en el análisis de textos clásicos, la paralingüística incluye “gesture, posture, bodytalk, chronemics and proxemics. Events include somatic, vocal (non-verbal), dermal, thermal and olfactory messages and experiences”.4

El poder de la paralingüística para indicar los aspectos cognitivos / emocionales en la meta-comunicación humana está resaltado en los estudios especializados. Birdwhistell (1970: 158), por ejemplo, sostiene que “probably no more than 30 to 35 percent of the social meaning of a conversation or an interaction is carried by the words”, mientras el resto es transmitido y expresado por el paralenguaje. En la misma línea, Abercrombie (1968: 55) está en lo correcto al notar que “we speak with our vocal organs, but we converse with our whole body” (Abercrombie, 1968: 55). El cuerpo humano y el comportamiento físico son, de alguna manera, performativos y comunicativos: si la performance es “the communication between a performer and an audience, which is informed by the etiquette of a specific occasion [what we call above “context”] and is based on the interactive communication, explicit or otherwise, between the transmitter of a message and its receiver” (Serafim, 2017: 16-17),5 entonces la paralingüística es uno de los vehículos a través de los cuales la performance se lleva a cabo. La idea de que el cuerpo puede revelar mucho sobre los individuos se propaga en El segundo sexo de S. de Beauvoir, en donde se sostiene que el género es el resultado de actos performativos impuestos culturalmente (Beauvoir, 1973: 301; Butler, 1986a: 35-49; 1990: 129). El “yo” [“self”] es “real only to the extent that it is performed,”: ese “self” /el género no es algo que uno es, sino algo que uno hace a través de la performance corporal (acción, vestimenta y actitud) y a través del lenguaje (Butler, 1988: 527; 1990: 145; Salih, 2007: 55).6

El paralenguaje, especialmente en sus aspectos corporales, ha sido objeto de un interés creciente y de estudio en el marco de los estudios clásicos. D. Lateiner, en Sardonic Smile, discute diferentes modos de comunicación no verbal, poniendo el énfasis en el uso de la gesticulación (es decir, los gestos de la mano y el cuerpo, la postura, las expresiones faciales) y en el uso de la voz (es decir, la regulación del tono, del timbre y de la velocidad de la voz). De un modo similar, A. Boegehold, en su libro When a Gesture was Expected, y A. Corbeill, en su Nature Embodied: Gesture in Ancient Rome, exploran los indicadores textuales del gesto, la postura y los movimientos faciales. Los estudios de T. Foegen sobre la teoría antigua con respecto a la paralingüística, aquellos de G. Davies y L. Llewellyn-Jones sobre la vestimenta, manos y género, D. Levine y A. Corbeill sobre la risa, D. Cairns sobre la expresión corporal de las emociones en contextos literarios y H. van Wees sobre las lágrimas, todos ellos arrojaron luz sobre el uso de la paralingüística en la literatura antigua. Dos volúmenes editados, uno por D. Cairns y el otro por J. Porter, sobre la paralingüística en variados textos y contextos antiguos griegos y romanos también echaron luz sobre el tema.7

Con respecto a la oratoria (y la retórica) específicamente, solo unos pocos trabajos ofrecen análisis sistemáticos de paralingüística y de hypókrisis, un término entendido en la teoría retórica antigua como una cuestión tanto de gestos (gestos manuales y corporales, postura, expresiones faciales) como el empleo de la voz (regulación del tono vocal, timbre, velocidad; cfr. Aristóteles, Retórica 1403b26-31; Dionisio de Halicarnaso, Sobre Demóstenes 53; Rhetorica ad Herennium: la cualidad de la voz en 3.20-24 y el movimiento físico en 3.26-27; Longino, Ars Rhetorica 567). Los comentarios bien escritos a menudo le dedican un espacio a la discusión de indicadores textuales de la expresión gestual y vocal: el comentario de D. McDowell de Sobre la embajada fraudulenta y los comentarios de H. Yunis y S. Usher sobre Acerca de la corona, ambos discursos de Demóstenes, a menudo tratan cuestiones tales como el uso de las figuras del discurso, que indican momentos en los que uno espera que se hayan usado gestos. Más recientemente, los libros de A. Serafim y A. Vatri sobre la performance en la oratoria ática ofrecen información inestimable tanto sobre cuándo, en aquellos discursos que nos han llegado, se esperan gestos o estrategias vocales, como de qué manera las descripciones y la información acerca de los aspectos físicos de los individuos son utilizadas por los oradores para respaldar sus argumentos, defenderse a sí mismos o atacar a sus oponentes y, finalmente, influir en el veredicto de aquellos que escuchan y observan el discurso forense o político (Serafim, 2017; Vatri, 2017). La falta de trabajos completos sobre paralingüística en la oratoria ática, la riqueza de información que incorporan las oraciones existentes y la importancia del paralenguaje para los propósitos de la comunicación y la persuasión de la audiencia ofrecen margen para seguir investigando.

Aspectos de la paralingüística en la oratoria ática

En las secciones que siguen, exploro una selección de referencias a la paralingüística y cómo son utilizadas en los discursos transmitidos de la oratoria ática con el propósito de permitirle al orador influir y ganarse al auditorio. La selección se debe a las limitaciones de espacio que inevitablemente impone un artículo; los pasajes que se discuten más abajo fueron elegidos porque indican el claro uso de la paralingüística para propósitos retóricos, y arrojan luz sobre cómo los oradores utilizan la retórica de la división para invitar a los jueces (cuando están presentes) y a los espectadores a reconocer que pertenecen a la misma comunidad, de la cual se aleja y excluye a los opositores de los oradores. El examen de la paralingüística en el contexto de los valores, creencias y normas atenienses es importante porque nos permite comprender cómo las reglas de la comunidad cívica, cultural y moral afectaron el arte de hablar en público y de la persuasión. Tres aspectos específicos de la paralingüística en la oratoria son examinados: el rostro (que incluye los órganos faciales, como la boca y la nariz), las manos y el modo de andar.

  1. El rostro y los órganos faciales

Las referencias al rostro son utilizadas, en la oratoria ática, como medio de influir en el auditorio que juzga –es decir, aquellos que tenían derecho a dictar su veredicto al final de un juicio o de una reunión política–. Este es el uso de la referencia en Demóstenes 1.98:8

ἓν δ᾽ εἰπὼν ἔτι παύσασθαι βούλομαι. ἔξιτ᾽ αὐτίκα δὴ μάλ᾽ ἐκ τοῦ δικαστηρίου, θεωρήσουσι δ᾽ ὑμᾶς οἱ περιεστηκότες καὶ ξένοι καὶ πολῖται, καὶ κατ᾽ ἄνδρ᾽ εἰς ἕκαστον τὸν παριόντα βλέψονται καὶ φυσιογνωμονήσουσι τοὺς ἀπεψηφισμένους. τί οὖν ἐρεῖτ᾽, ὦ ἄνδρες Ἀθηναῖοι, εἰ προέμενοι τοὺς νόμους ἔξιτε; ποίοις προσώποις ἢ τίσιν ὀφθαλμοῖς πρὸς ἕκαστον τούτων ἀντιβλέψεσθε;

Una sola cosa quiero decir aún antes de dejar de hablar. Vais a salir inmediatamente ya de ese tribunal y os contemplarán los circunstantes, tanto extranjeros como ciudadanos, y os mirarán uno a uno según pasáis y tratarán de reconocer en los rasgos de vuestros rostros a los que han votado la absolución. ¿Qué diréis, pues, varones atenienses, si salís después de haber abandonado la defensa de las leyes? ¿Con qué rostros o con qué ojos devolveréis la mirada a cada uno de esos?

El orador advierte a los jueces del tribunal que sus rostros y ojos podrían traicionar su veredicto. El hecho de que el rostro y la expresión de los ojos sirvan para formarse un juicio sobre las personas se presenta, de forma algo indirecta, en Isócrates 9.44, en donde se le advierte a Evágoras de que ponga énfasis en las acciones y en los principios de vida de los individuos (ταῖς τοῦ βίου κατασκευαῖς), no en “el ceño fruncido de su rostro” (ταῖς τοῦ προσώπου συναγωγαῖς). J. Sonin está en lo correcto al mencionar que la atención dada por Isócrates al examen fisionómico del rostro indica que la tendencia general en su época era que la gente juzgara a los otros por sus expresiones faciales (Sonin, 1999: 17-18).

Demóstenes intenta, en el contexto, mantener la relación entre el auditorio y los jueces de una manera antagónica: al hablarle directamente a los jueces que quizás tomen la decisión equivocada al votar por el oponente del orador (“ustedes”), él advierte que la gente podría comprender a través de sus expresiones faciales cuál era su veredicto y podría pedirles que ellos los miren directo a los ojos y se disculpen por una acción que podría haber violado las leyes de la ciudad y dañado a su pueblo (“ellos”). La referencia al rostro y a la mirada es manipulada de tal manera como para crear un patrón  “ustedes”-“ellos” para infundir miedo en el público y presionarlo a decidirse en favor de Demóstenes. La comunidad de la gente que tiene en alta estima las leyes y la prosperidad de la ciudad y que piensa que el comportamiento y el voto de los jueces en el tribunal tiene un carácter educativo, al enseñarle a la gente cómo evitar las injusticias legales, culturales o morales, aislaría a los jueces que no saben cómo votar y, más generalmente, cómo llevar a cabo sus funciones para el beneficio de la comunidad cívica/moral.

Para valorar el hábil carácter retórico de la referencia a los rostros y a los ojos de los jueces como delatores de su veredicto, tenemos que tener en cuenta que el voto en los tribunales de la época era secreto y que, en la práctica, nadie podía saber exactamente cómo votaba cada uno de los jueces, mientras que, al mismo tiempo, ninguno de los jueces estaba obligado a someterse a un proceso de rendición de cuentas (euthyna o euthynai) después de finalizar su magistratura como juez.9 La referencia a la “inspección fisionómica” y el potencial implícito de las personas para comprender los pensamientos y emociones de los otros a través de sus expresiones faciales apunta a ofrecer un sutil sustituto para el proceso de auditoría y provoca fuertes reacciones emocionales entre los jueces (por ejemplo, ansiedad, miedo, aprehensión –reacciones que tienen el potencial de ganarse al auditorio y crear una disposición cognitiva / mental que sería útil para el propósito del orador, es decir, en este caso condenar al oponente). La sinergia entre la incitación emocional y la persuasión está bien establecida en las fuentes antiguas. Las emociones –“todas aquellas afecciones que causan que los hombres cambien su opinión con respecto a sus juicios”, como Aristóteles lo indica en Retórica 1378a19-20– afectan la persuasión en una gran variedad de géneros y tópicos griegos y romanos.10 Demóstenes mismo nota que los veredictos judiciales son afectados por los sentimientos como la compasión, la envidia y la cólera (19.228).

Referencias a las emociones de individuos que se indican a través de sus rostros, como en Esquines 2.36, son otro medio de influir en el público que juzga en un tribunal.

ἐπειδὴ δ᾽ ἐφ᾽ ἡμῶν αὐτῶν ἐγενόμεθα, σφόδρα σκυθρωπάσας ὁ χρηστὸς οὑτοσὶ Δημοσθένης ἀπολωλεκέναι με ἔφη τὴν πόλιν καὶ τοὺς συμμάχους. ἐκπλαγέντος δὲ οὐκ ἐμοῦ μόνου, ἀλλὰ καὶ τῶν συμπρέσβεων ἁπάντων, καὶ τὴν αἰτίαν πυνθανομένων δι᾽ ἣν ταῦτ᾽ εἶπεν, ἤρετό με εἰ τῶν Ἀθήνησι πραγμάτων ἐπιλέλησμαι, καὶ τὸν δῆμον καταπεπονημένον καὶ σφόδρα ἐπιθυμοῦντα εἰρήνης εἰ μὴ μέμνημαι.

Cuando nos quedamos a solas, mostró un semblante de gran malhumor el honorable Demóstenes, y dijo que yo había arruinado a la ciudad y a los aliados. Me quedé atónito no solo yo sino también todos los componentes de la embajada y, al indagar estos la causa por la que había hecho eso, me preguntó si me había olvidado de cómo estaban las cosas en Atenas, y, respecto al pueblo, si no me acordaba de que se encontraba en un estado de total agotamiento y que teníamos enormes deseos de paz.

Esquines intenta aquí revelar el carácter de Demóstenes (quien irónicamente es llamado “honorable”/ “noble”) a través de una vívida descripción de su rostro como extremadamente sombrío, cuando acusa al primero de la destrucción de la ciudad. Una cara enfadada señala el carácter cruel y desconfiado de un individuo, que pierde el control sobre sus emociones y se deja llevar por ellas, al punto de atacar a la gente alrededor de él tanto verbalmente (cuando reitera acusaciones injustas sin aceptar ninguna culpa –como se dice aquí que Demóstenes ha procedido–) como físicamente. Un rostro irado es presentado, en otras palabras, como la señal de un individuo que amenaza violentamente y aterroriza a otras personas. El hecho de que una cara enfadada pueda indicar que una persona está en desacuerdo con la gente que la rodea se argumenta implícitamente en el Pseudo-Demóstenes 61.13 (el ensayo Erótico): si la gente podía reconocer los nobles rasgos de la personalidad del individuo de alma elevada a través de su rostro y sus ojos, en particular,11 también se supone que la gente podía identificar la inmoralidad del êthos de alguien a través de los mismos rasgos paralingüísticos.

Otra referencia al rostro que tiene la intención de disponer a la audiencia negativamente en contra del oponente del orador se encuentra en Demóstenes 19.314:

καὶ γὰρ τοῦτο. πρὸ μὲν τοῦ πάντα κάκ᾽ εἰργάσθαι τὴν πόλιν ὡμολόγει γεγραμματευκέναι καὶ χάριν ὑμῖν ἔχειν τοῦ χειροτονηθῆναι, καὶ μέτριον παρεῖχεν ἑαυτόν· ἐπειδὴ δὲ μυρί᾽ εἴργασται κακά, τὰς ὀφρῦς ἀνέσπακε, κἂν ‘ὁ γεγραμματευκὼς Αἰσχίνης’ εἴπῃ τις, ἐχθρὸς εὐθέως καὶ κακῶς φησιν ἀκηκοέναι, καὶ διὰ τῆς ἀγορᾶς πορεύεται θοἰμάτιον καθεὶς ἄχρι τῶν σφυρῶν, ἴσα βαίνων Πυθοκλεῖ, τὰς γνάθους φυσῶν, τῶν Φιλίππου ξένων καὶ φίλων εἷς οὗτος ὑμῖν ἤδη, τῶν ἀπαλλαγῆναι τοῦ δήμου βουλομένων καὶ κλύδωνα καὶ μανίαν τὰ καθεστηκότα πράγμαθ᾽ ἡγουμένων, ὁ τέως προσκυνῶν τὴν θόλον.

Luego, a cuenta de eso estás hecho un terrateniente y hombre de consideración. Pues también eso sucede: antes de haber hecho todo ese daño a nuestra ciudad, confesaba haber sido escribano y que os guardaba gratitud por haber sido elegido en votación a mano alzada y se mostraba modesto. Pero una vez que ha llevado a cabo miles de males, lleva alzadas las cejas, y si alguien dice: «Esquines, el que ha sido escribano”, inmediatamente es enemigo suyo y afirma haber sido difamado, y se pasea por el Ágora tras haberse dejado caer el manto hasta los tobillos, andando con el mismo paso que Pitocles, hinchando los carrillos, que es ya para vosotros uno de los huéspedes y amigos de Filipo, de los que quieren desembarazarse del gobierno del pueblo, y de los que consideran que el estado de cosas establecido es maremagno y locura, él, que hasta entonces se prosternaba ante la Rotonda.

La descripción de la expresión facial –la vívida descripción de Esquines levantando sus cejas e inflando sus mejillas– es sin duda negativa aquí, en un contexto en el que Demóstenes acusa a su oponente de ser inferior en términos sociales con respecto a los otros miembros de la ciudad (a través de la referencia al escribano),12 y de adular a Filipo (cfr. Demóstenes 19.113; Esquines 3.76).13 La presentación de la apariencia del rostro de Esquines indica su arrogancia y esnobismo hacia sus conciudadanos atenienses,14 corroborando su presentación como un kolax, un adulador de poca monta y un ciudadano con dos caras que pretende ser un patriota, pero que halaga a los enemigos de la ciudad. Al presentar a Esquines como un adulador, Demóstenes intenta aprovechar el resentimiento y ansiedad de los atenienses hacia los aduladores en general. Los aduladores encarnaban verdaderas ansiedades en torno de la movilidad social; como afirma A. Duncan (2006: 105),“the evidence from Old Comedy points to a widespread anxiety in fifth-century Athens that some aspiring politicians were using flattery as a means of upward social mobility and political achievement”.15 La presentación de Esquines levantando sus cejas puede también indicar que estaba enojado (cfr. Aristóteles, Fisiognomía 812b27), y el pasaje anteriormente citado implica que ese estado emocional está dirigido contra los atenienses. Esta descripción física de Esquines, y su presentación como un adulador de Filipo y de los macedonios y como quien está enojado con los atenienses, pretende reconstruir la memoria de los jueces del tribunal de manera que se sostenga un patrón adversarial “tú”-él” que le permita al orador invitar a la audiencia a expresar su desprecio por el (presunto) malhechor votando en su contra. Este es un excelente ejemplo de cómo el pasado vuelve al presente para moldear elfuturo.

Esa descripción del rostro es manipulada por los hábiles oradores para indicar que la (real o presunta) maldad moral de los oponentes es algo evidente en Esquines 2.88:

ἆρ᾽ οὖν, ὦ ἄνδρες Ἀθηναῖοι, δοίητ᾽ ἄν μοι συγγνώμην, εἰ κίναιδον αὐτὸν προσειπὼν καὶ μὴ καθαρεύοντα τῷ σώματι, μηδ᾽ ὅθεν τὴν φωνὴν ἀφίησιν, ἔπειτα τὸ λοιπὸν μέρος τοῦ κατηγορήματος τοῦ περὶ Κερσοβλέπτην ἐπ᾽ αὐτοφώρῳ δείξαιμι ψεῦδος ὄν;

Así, pues, atenienses, ¿no tendríais comprensión para conmigo si, tras llamarlo depravado y que no está limpio en su cuerpo ni siquiera por donde da salida a su voz, luego la parte restante de la acusación en relación con Cersobleptes yo demostrara de forma flagrante que es falsa?

Esquines presenta a Demóstenes como un kinaidos, que puede ser traducido aproximadamente como “un homosexual pasivo y afeminado”. Debería resaltarse que la kinaidia, la cualidad de ser un kinaidos, no es una forma aceptable de homosexualidad, sino más bien una irrisoria a causa del afeminamiento, una anomalía fisiológica y una psicología enferma.16 La invectiva sexual basada en la acusación de que Demóstenes es un kinaidos es recurrente en los discursos de Esquines: 1.181 y 2.88, 99, 150-151. El orador no pierde ninguna oportunidad para acusar a su oponente de ser físicamente deforme y moralmente depravado: en 1.131, por ejemplo, Esquines le presta particular atención a la descripción del atuendo de Demóstenes que muestra su afeminamiento, ya que sus vestimentas no podrían diferenciarse de las de una mujer, mientras que en 2.148, 167-169, 179 y en 3.244, la invectiva sexual está relacionada también con la supuesta evasión del servicio militar (ἀστρατεία) y la deserción que se le acusa de haber cometido. La acusación en contra a Demóstenes de haber fallado en defender Atenas y la asociación de este fracaso en el campo de batalla con su estado sexual poco varonil implica socavar sus credenciales patrióticas, su autoridad para hablar en público y su elegibilidad para pertenecer al grupo de varones de Atenas –con lo que se pretende poner al público de la corte en su contra–. Que el ideal en la antigüedad griega era el luchar por la ciudad, incluso bajo riesgo de mutilación, resulta evidente por la descripción de Filipo en Demóstenes 18.67 (cfr. Hipérides 6.155; Eurípides, Suplicantes 481-2; Tucídides 2.39.4).17

Este propósito recibe otra vuelta de tuerca en el pasaje que cité más arriba, donde, tal como afirma correctamente J. Shapiro, hay una implícita insinuación obscena sobre un acto homosexual, una felación, que mancha el rostro y los órganos faciales (esto es, la boca) de Esquines (Shapiro 2010: 85). Con esta descripción, Esquines busca invitar a la audiencia a imaginar el acto y pensar que la boca que pronuncia el discurso que están escuchando está desacreditada –así, el orador es descalificado para hablar en público, tanto en el tribunal como en las reuniones políticas, sobre asuntos de la ciudad y del pueblo. Esquines intenta, en otras palabras, socavar la autoridad para hablar en público de su oponente alimentando en la audiencia la convicción de que una boca sucia y malvada no puede decir la verdad. Los órganos faciales de un individuo son utilizados para resaltar su ilegitimidad política y su depravación moral, ubicándolo en una posición de contraste constante y severo con respecto a la gente de la comunidad cívica / moral.

La descripción de los órganos faciales para indicar la decadencia sexual de los individuos es señalada también por Diógenes Laercio 7.173, donde se sugiere que estornudar indica homosexualidad:

λέγεται δέ, φάσκοντος αὐτοῦ κατὰ Ζήνωνα καταληπτὸν εἶναι τὸ ἦθος ἐξ εἴδους, νεανίσκους τινὰς εὐτραπέλους ἀγαγεῖν πρὸς αὐτὸν κίναιδον ἐσκληραγωγημένον ἐν ἀγρῷ καὶ ἀξιοῦν ἀποφαίνεσθαι περὶ τοῦ ἤθους: τὸν δὲ διαπορούμενον κελεῦσαι ἀπιέναι τὸν ἄνθρωπον. ὡς δ᾽ ἀπιὼν ἐκεῖνος ἔπταρεν, "ἔχω," εἶπεν, "αὐτόν," ὁ Κλεάνθης, "μαλακός ἐστι."

Se cuenta que, asegurando él que, de acuerdo con Zenón, el carácter de una persona era aprehensible por su aspecto, unos jóvenes alegres le trajeron ante él a un maricón endurecido por la vida en el campo, y le incitaban a que pusiera de manifiesto su carácter. Viose él en dudas y le dijo al individuo que se fuera. Cuando al marcharse el otro estornudó, entonces dijo: “Ya lo tengo. Es afeminado”.18

No resulta claro a partir del texto mismo lo que hace que un kinaidos sea reconocible como tal cuando estornuda. El Libro de Fisiognomía, una obra de un autor desconocido (falsamente atribuida a Loxo, Aristóteles, Polemón o Apuleyo) que (probablemente) data de finales del siglo IV d.C., nos ofrece el dato de que era el sonido lo que le permitió a Cleantes, el fisonomista,19 descubrir la identidad homosexual del fuerte hombre. El potencial de la voz, otros sonidos vocales y los movimientos corporales involuntarios para revelar la identidad sexual de una persona se analizan en el Libro de Fisiognomía 78 (B42), donde leemos que “aquellos que tienen una voz aguda y suave son afeminados” (effeminati). El pasaje 39 de la Primera Oración Tarsiana de Dión Crisóstomo es otra fuente que nos ofrece información sobre el potencial del sonido para revelar la sexualidad de los andrógynoi, “los hombres que están entre un hombre y una mujer”.20 Este potencial es analizado también en los estudios interdisciplinarios modernos. “People categorize individuals as gay or heterosexual on the basis of indirect cues, including their physical appearance, their body language and their vocal characteristics”.21

Los textos de la oratoria también señalan el uso de los órganos faciales para realizar acciones que denigran y ridiculizan al oponente del orador. Escupir es una de esas acciones. En su discurso Sobre la corona, Demóstenes a menudo se refiere a sus oponentes como aquellos que son literalmente “escupibles”, “personas dignas de ser escupidas” (κατάπτυστοι; cfr. 18.43, 258; 19.15; Esquines 2.23, 3.73; Dinarco 1.15). Examinemos dos jugosos pasajes:

οὕτω δ᾽ ἦν  Φίλιππος ἐν φόβῳ καὶ πολλῇ ἀγωνίᾳ, μὴ καὶ ταῦτα προειληφότος αὐτοῦ, εἰ πρὸ τοῦ τοὺς Φωκέας ἀπολέσθαι ψηφίσαισθε βοηθεῖν, ἐκφύγοι τὰ πράγματ᾽ αὐτόν, ὥστε μισθοῦται τὸν κατάπτυστον τουτονί, οὐκέτι κοινῇ μετὰ τῶν ἄλλων πρέσβεων ἀλλ᾽ ἰδίᾳ καθ᾽ αὑτόν, τοιαῦτα πρὸς ὑμᾶς εἰπεῖν καὶ ἀπαγγεῖλαι δι᾽ ὧν ἅπαντ᾽ ἀπώλετο. (Demóstenes 18.33)

Hasta tal punto estaba Filipo lleno de miedo e inquietud por si, pese a haber tomado previamente esas plazas, se le escapara de las manos la situación en el caso de que vosotros votarais prestar ayuda antes de que los focidios sucumbieran, que alquila a ese despreciable aquí presente, ya no en común junto con los demás embajadores, sino privada y personalmente, para que os expresara y refiriera este tipo de razones por las cuales todo se perdió.

νῦν μέν γ᾽ ἀποτυχεῖν δοκεῖ τῶν πραγμάτων,  πᾶσι κοινόν ἐστιν ἀνθρώποις ὅταν τῷ θεῷ ταῦτα δοκῇ: τότε δ᾽ ἀξιοῦσα προεστάναι τῶν ἄλλων, εἶτ᾽ ἀποστᾶσα τούτου Φιλίππῳ, προδεδωκέναι πάντας ἂν ἔσχεν αἰτίαν. εἰ γὰρ ταῦτα προεῖτ᾽ ἀκονιτεί, περὶ ὧν οὐδένα κίνδυνον ὅντιν᾽ οὐχ ὑπέμειναν οἱ πρόγονοι, τίς οὐχὶ κατέπτυσεν ἂν σοῦ; μὴ γὰρ τῆς πόλεώς γε, μηδ᾽ ἐμοῦ. (Demóstenes 18.200)

Ahora, de cierto, parece haber fracasado en la empresa, vicisitud común a todos los hombres cuando así place a la divinidad. Pero, en caso contrario, si aspirando a la primacía sobre los demás, luego hubiera desistido de ella en beneficio de Filipo, tendría la responsabilidad de haber traicionado a todos. Pues si hubiera abandonado sin lucha la causa por la que ningún riesgo habrían dejado de afrontar nuestros antepasados, ¿quién no te habría escupido con desprecio? A ti, que no a la ciudad, ni a mí. 

El adjetivo κατάπτυστον, que, en ambos pasajes, es superfluo porque ambos tienen sentido sin él, indica el desprecio, el asco y la hostilidad de Demóstenes contra Esquines. Las referencias a la boca aquí están situadas en contextos en donde el tenor emocional está acentuado por el uso de un lenguaje de crítica y abuso fuerte. Los estudios psicológicos modernos han demostrado que el uso del lenguaje de abuso es una manera eficaz de expresar que uno tiene una firme convicción acerca de un individuo o de una situación o de suscitar sentimientos negativos en otra persona. “Epithets are offensive emotional outbursts of single words or phrases used to express the speaker’s frustration, anger or surprise”.22 El lenguaje cargado emocionalmente apunta aquí a crear una comunidad al unir al orador con su audiencia, mientras que al mismo tiempo distancia a su oponente del grupo.

Es posible que el pasaje de Demóstenes tenga otra dimensión: teniendo en cuenta tanto la premisa teórica de que al pronunciar las palabras el hablante realmente realiza su significado y lleva a cabo la acción que indican (esta es la teoría de los actos de habla),23 así como el uso del deíctico τουτονί en el primer pasaje (que ubica a Esquines en el espacio del tribunal), se puede pensar que Demóstenes realmente lo escupió, en un intento por ridiculizarlo aún más. Me parece menos probable que Demóstenes fuera más allá de la descripción verbal del acto paralingüístico de escupir, corriendo el riesgo de ponerlo en acción y violando así el código de decoro del tribunal. Incluso en 18.200, donde hay una referencia más agresiva contra Esquines como alguien digno de ser escupido, no creo que le fuera posible para Demóstenes realmente escupir a su rival político; como mucho, él trata de invitar a la audiencia a realizar esa acción paralingüística (cfr. Esquines 3.73, donde hay una referencia a un hombre que invita al público a escupir a los macedonios). Porque, como los mismos oradores afirman, siempre evitan el riesgo de ser acusados de aiskhrologia o indecencia (cfr. Esquines 1.37-38) –y un acto de vulgar hostilidad, como es escupir, es altamente probable que haya sido considerado un ejemplo de marcada indecencia–. Una simple manifestación verbal de escupir es suficiente para expresar las emociones de Demóstenes por sus odiados enemigos y los de toda la ciudad, e intentar poner al público en su contra.

  1. Manos

Que las manos son quizás la fuente de información más evidente y contundente sobre las intenciones, las emociones y los rasgos de carácter de un individuo se admite de manera unánime en los estudios interdisciplinarios.24 Esta perspectiva es corroborada por los discursos retóricos antiguos, con Antifonte, cuando menciona en 4.3.4 que “nuestras manos cumplen las intenciones de cada uno de nosotros” (αἱ χεῖρες  διανοούμεθα ἑκάστῳ ἡμῶν ὑπουργοῦσιν). Una amplia gama de fuentes no retóricas también apoya esta opinión de que las manos están asociadas con el alma de los individuos y con su estado cognitivo y emocional (cfr. Platón, Cratilo 422e2-5; Protágoras 352a2-6; Aristóteles, La generación de los animales 726b22-24 y Pseudo-Aristóteles, Problemas 955b23-25) (Sonin, 1999: 65-75).

Visto desde este ángulo, podemos comprender por completo por qué estaba considerada una marca de indignidad personal y decadencia general de la moralidad para los políticos atenienses el hecho de hablar sin cubrir las manos con sus mantos. Un pasaje revelador de Esquines en 1.25:

καὶ οὕτως ἦσαν σώφρονες οἱ ἀρχαῖοι ἐκεῖνοι ῥήτορες, ὁ Περικλῆς καὶ ὁ Θεμιστοκλῆς καὶ ὁ Ἀριστείδης, ὁ τὴν ἀνόμοιον ἔχων ἐπωνυμίαν Τιμάρχῳ τουτῳί, ὥστε ὃ νυνὶ πάντες ἐν ἔθει πράττομεν, τὸ τὴν χεῖρα ἔξω ἔχοντες λέγειν, τότε τοῦτο θρασύ τι ἐδόκει εἶναι, καὶ εὐλαβοῦντο αὐτὸ πράττειν. μέγα δὲ πάνυ τούτου σημεῖον ἔργῳ ὑμῖν οἶμαι ἐπιδείξειν. εὖ γὰρ οἶδ᾽ ὅτι πάντες ἐκπεπλεύκατε εἰς Σαλαμῖνα καὶ τεθεωρήκατε τὴν Σόλωνος εἰκόνα, καὶ αὐτοὶ μαρτυρήσαιτ᾽ ἂν ὅτι ἐν τῇ ἀγορᾷ τῇ Σαλαμινίων ἀνάκειται ὁ Σόλων ἐντὸς τὴν χεῖρα ἔχων. τοῦτο δ᾽ ἐστίν, ὦ ἄνδρες Ἀθηναῖοι, ὑπόμνημα καὶ μίμημα τοῦ Σόλωνος σχήματος, ὃν τρόπον ἔχων αὐτὸς διελέγετο τῷ δήμῳ τῶν Ἀθηναίων.

Y eran tan sensatos aquellos antiguos oradores, Pericles, Temístocles, Arístides el de sobrenombre distinto al de este Timarco, que lo que ahora todos hacemos por costumbre, hablar manteniendo la mano fuera, en aquella época eso parecía que era cosa atrevida y se guardaban de hacerlo. Y una gran prueba de esto creo de hecho poder mostrárosla a continuación. Sé bien que todos habéis hecho el cruce hasta Salamina, y que habéis contemplado la estatua de Solón, y vosotros mismos podríais testificar que en el ágora de los salaminios Solón está erigido con la mano dentro. Esto es, atenienses, un recuerdo y una representación de la compostura de Solón, de la forma que adoptaba cuando hablaba al pueblo ateniense.

Este pasaje nos recuerda la descripción, en la Constitución de los Atenienses de Aristóteles 28.3, de Cleón hablándole al público con sus vestimentas levantadas y usando una gesticulación violenta y vulgar, en contraste con los oradores de antes que seguían las normas del decoro de hablar en público.25 En ambos contextos, el de Esquines y el aristotélico, los gestos manuales excesivos, sin restricciones, ostentosos y violentos de los oradores públicos son comparados con los gestos comedidos de los oradores del pasado, en un intento por resaltar la naturaleza desagradable de los contemporáneos. Las dinámicas de agrupación en base a la unidad y la división también pueden ser rastreadas en este pasaje, a través del contraste marcado entre las identidades ideales y las aberrantes. Los estadistas respetados, y las historias que se cuentan sobre ellos, enmarcan la conciencia, la visión del mundo y la percepción del pasado de una comunidad. Esquines pide a los jueces que imaginen que Pericles (a quien también se presenta, en las fuentes antiguas, con las manos cubiertas mientras habla con el público; véase Plutarco, Consejos políticos 4), Temístocles, Arístides y Solón se encuentran entre ellos, en el momento del juicio, y condenan a Timarco.

C. Carey también está en lo cierto al sostener que la apelación visual a Solón no solo reprende la physis desenfrenada de Demóstenes, sino que también permite a Esquines alinearse a sí mismo con Solón en términos del ethos personal. Cualquier intento de reivindicarse como heredero político del mitologizado fundador de la democracia sería muy arriesgado. Esquines incentiva a la audiencia a establecer la conexión, pero solo de forma implícita. La implicación, empero, no pasó inadvertida a Demóstenes, quien atacó con dureza a Esquines por imitar los gestos externos de Solón y no su integridad moral” (Carey, 2017: 281). Demóstenes se toma el trabajo de refutar las afirmaciones de Esquines sobre la estatua de Solón, sosteniendo, en 19.251, que era una construcción relativamente reciente y que no guarda ninguna similitud con el uso de las manos de Solón.26 El esfuerzo de Demóstenes por refutar la referencia a la gesticulación de Solón puede indicar que esa referencia influyó en el auditorio, en particular porque Timarco fue condenado por los jueces en el juicio contra Esquines.

Unos parágrafos más abajo, en 19.255, Demóstenes intenta dar vuelta la situación contra Esquines con respecto a la cuestión de usar las manos en público:

οὐ λέγειν εἴσω τὴν χεῖρ᾽ ἔχοντ᾽, Αἰσχίνη, δεῖ, οὔ, ἀλλὰ πρεσβεύειν εἴσω τὴν χεῖρ᾽ ἔχοντα. σὺ δ᾽ ἐκεῖ προτείνας καὶ ὑποσχὼν καὶ καταισχύνας τούτους ἐνθάδε σεμνολογεῖ, καὶ λογάρια δύστηνα μελετήσας καὶ φωνασκήσας οὐκ οἴει δίκην δώσειν τηλικούτων καὶ τοσούτων ἀδικημάτων, κἂν πιλίδιον λαβὼν περὶ τὴν κεφαλὴν περινοστῇς καὶ ἐμοὶ λοιδορῇ.

No es hablando, Esquines, cuando hay que tener la mano oculta; antes bien, al llevar a cabo una misión diplomática es cuando hay que guardar la mano bajo la ropa. Tú, en cambio, allí la tendiste, la pusiste con la palma hacia arriba y deshonraste a estos; y aquí andas hablando en forma altisonante; y como hiciste prácticas declamatorias de unos lamentables discursillos y ejercitaste la voz, y te crees que no vas a pagar tu pena por tantos y tan grandes crímenes solo con ponerte un gorrito en la cabeza e ir dando vueltas por ahí injuriándome.

Con estas palabras, Demóstenes acusa a Esquines de usar sus manos para recibir sobornos de parte de Filipo con el fin de traicionar a sus conciudadanos (cfr. 19.191). Esta descripción apunta, podría decirse, a captar al auditorio del tribunal de dos maneras: primero, llamando la atención sobre cuán políticamente sucias estaban las manos de Esquines –así, intenta alejarlo de la comunidad de atenienses que tienen en alta estima el patriotismo–; en segundo lugar, al ponerlo en contraste con los líderes históricos de los atenienses, quienes ejemplifican la devoción de la ciudad y la conducta personal y financiera desinteresada. En 3.26, Demóstenes se refiere, específicamente, a Arístides y Milcíades: “de qué tipo es la casa de Arístides, de Milcíades y de los insignes de entonces, puede ver que en nada es más aparente que la de sus vecinos; pues ellos llevaban la gestión de los asuntos públicos no con vistas al enriquecimiento, sino que cada uno pensaba que había que acrecentar los bienes comunes”. Demóstenes parece estar participando de un incesante juego de asociación: la referencia a las manos manchadas de Esquines, que obtuvo sobornos bárbaros a cambio de traicionar a la ciudad, apunta a identificarlo con aquella gente que recibió riqueza de los bárbaros y apenas escapó de la muerte en Atenas (por ejemplo, Artmio de Zelea).27 De este modo, se insta a los atenienses a castigar a Demóstenes, el sobornador, como sus antepasados amenazaron con castigar a Artmio, el transportador de oro persa –este último se parece al primero– (por ejemplo Esquines 3.156, Dinarco 1.77, e Hipérides 5.3, donde Demóstenes mismo es acusado de recibir oro extranjero).

Lo que también es interesante en el pasaje de Esquines 1 es el uso de la palabra σχῆμα; esta es la palabra para “postura” (cfr. Anónimo, Προλεγόμενα τῆς Ρητορικῆς: ἡ δε ὑπόκρισις ἐστιν, ἵνα καὶ τῷ σχήματι, καὶ τῷ βλέμματι, καὶ τῇ φωνῇ, ὡς ἂν τραγῳδὸς ἄριστος καλῶς τοῖς λεγομένοις συσχηματίζηται, “hyoókrisis es tener, como el mejor actor, la mejor postura, hacer las expresiones faciales apropiadas y utilizar la entonación vocal apropiada para acompañar sus palabras”). La presentación violenta de los gestos de Demóstenes en 1.25 nos recuerda la presentación de un uso igualmente violento y sin límites de su σχῆμα en 1.33:

(…) ταῦτα μὲν οὖν πάλαι νενομοθέτηται· ὑμεῖς δ᾽ ἔτι προσέθεσθε καινὸν νόμον μετὰ τὸ καλὸν παγκράτιον,  οὗτος ἐπαγκρατίασεν ἐν τῇ ἐκκλησίᾳ, ὑπεραισχυνθέντες ἐπὶ τῷ πράγματι, καθ᾽ ἑκάστην ἐκκλησίαν ἀποκληροῦν φυλὴν ἐπὶ τὸ βῆμα, ἥτις προεδρεύσει. καὶ τί προσέταξεν  τιθεὶς τὸν νόμον; καθῆσθαι κελεύει τοὺς φυλέτας βοηθοῦντας τοῖς νόμοις καὶ τῇ δημοκρατίᾳ, ὡς εἰ μὴ βοήθειάν ποθεν μεταπεμψόμεθα ἐπὶ τοὺς οὕτω βεβιωκότας, οὐδὲ βουλεύεσθαι δυνησομένους ἡμᾶς περὶ τῶν σπουδαιοτάτων πραγμάτων.

 

(…) pero vosotros aún añadisteis una nueva ley después del hermoso pancracio que este entabló en la Asamblea, abrumados de vergüenza por el hecho: en cada sesión de la Asamblea elegir por sorteo una tribu para encargarse de la tribuna, la cual ocupará los asientos preferentes de delante. ¿Y qué estipuló el que dispuso la ley? Manda que los miembros de esa tribu ocupen su puesto como ayudas de las leyes y de la democracia, en la idea de que si no hacemos venir de alguna parte ayuda contra los que así viven, tampoco seremos capaces nosotros de deliberar sobre los asuntos en extremo delicados.

La violenta gesticulación corporal que indica la presentación alegórica de la actuación pública de Demóstenes como pancracio (una antigua competencia atlética griega que incluía boxeo y lucha) es extravagante, elaborada e incluso teatral. La descripción, en el discurso de Esquines, parece erigir de nuevo un contraste tácito entre dos oponentes: Esquines, que evita esos gestos excesivos, está presentado tácitamente como prudente y auto-disciplinado, en contraste con el segundo, cuyo exceso oratorio revela su naturaleza descontrolada y desagradable y su hipócrito comportamiento en el tribunal. En otras palabras, el “habitus performativo” del orador, es decir, sus gestos y postura, es de máxima importancia en la representación de su ethos.28

Otra manera de socavar la posición del oponente en la comunidad es referirse a sus manos como si estuvieran contaminadas, como ocurre en Esquines 3.114:

(…) ὅτου ἂν προσάψηται,  ἀνδρὸς ἰδιώτου  δυνάστου  πόλεως δημοκρατουμένης, τούτων ἑκάστους ἀνιάτοις συμφοραῖς περιβάλλειν.

(…) a cualquiera sobre el que ponga la mano –ya sea persona particular, ya de poder, ya ciudad democrática– a cada uno de esos lo cubre de desgracias incurables.

En su sentido original, el adjetivo ἀνιάτος es utilizado para describir enfermedades que no pueden ser curadas con drogas, operación o cauterio (Hipócrates, Aforismos 7.87: ὁκόσα φάρμακα οὐκ ἰῃται, σίδηρος ἰῆται· οὐκ ἰῆται, πῦρ ἰῆται· ὅσα δὲ πῦρ οὐκ ἰῆται, ταῦτα χρὴ νομίζειν ἀνίατα). Esquines implícitamente identifica a su adversario con el portador y transmisor de una enfermedad / polución, advirtiéndoles a los atenienses en el tribunal que la ciudad está en peligro. La idea de que un individuo puede traer la desgracia a su ciudad por medio de la contaminación está firmemente fundada en populares percepciones de los griegos y en ansiedades reales, y se utiliza en otros momentos en la oratoria como un medio para que la audiencia adopte una actitud hostil contra el propio adversario. Por ejemplo, en su discurso 5.82, Antifonte remarca que “muchos hombres, tiempo atrás, por no estar limpios en sus manos de toda culpa (μὴ καθαροὶ χεῖρας) o por tener en su haber algún otro sacrilegio, al embarcarse en una nave hicieron perecer, junto con sus propias vidas, a quienes estaban píamente dispuestos en cuanto a los deberes para con los dioses”.29 Es notable que tanto Esquines como Antifonte pongan el énfasis en las manos de los hombres contaminados como propagadores de la polución a todo lo que tocan y en el hecho de que estos hombres contaminados o malditos llevan a toda la comunidad a su destrucción. La polución era análoga a una enfermedad contagiosa, como el germen de la fiebre tifoidea, la cual se transmitía principalmente por contacto estrecho con las personas enfermas (cfr. Antifonte 2.1.10; 3.1.2; 5.82), y requería un ritual de purificación (katharsis).30

El objetivo de estas alusiones es evidente: infundir el miedo en el público hacia los oponentes de los oradores. Se invita a los jueces y espectadores a pensar que corren un peligro personal si son sorprendido y tocados por las personas cuyas manos están contaminadas. El miedo es “un cierto pesar o turbación, nacido de la imagen de que es inminente un mal destructivo o penoso. Porque, no todos los males producen miedo –sea, por ejemplo, el ser injusto o el ser torpe–, sino los que tienen capacidad de acarrear grandes penalidades o desastres, y ello además si no aparecen lejanos, sino próximos, de manera que estén, a punto de ocurrir. Los males demasiado lejanos no dan miedo, ciertamente…” (Aristóteles, Retórica 1382a). El miedo creciente puede asociarse a acciones decisivas destinadas a remediar la amenaza que provoca el miedo. En Esquines 3.114, al igual que en Antifonte 5.82, los oradores tienen este objetivo: suscitando miedo, buscan manipular las decisiones que el público cívico, es decir, los atenienses, tomarán y buscan dictar las acciones de ese grupo cívico, invitándolos a castigar a los hombres con la manos contaminadas con la misma dureza que a los condenados por impiedad y cualquier otro tipo de delitos de carácter religioso (como el robo de templos o la traición), que eran condenados a muerte (cfr. Andócides1.68; Demóstenes 24.7).

El mal uso de las manos por parte de los individuos que traiciona su verdadero carácter, a pesar de sus esfuerzos por esconderlo, también está presente en la oratoria. El caso de Midias, tal como lo describe Demóstenes en 21.119, es claro y contundente:

ἀλλὰ μὴν ὡς ἀληθῆ λέγω καὶ τῇ μὲν προτεραίᾳ ὅτε ταῦτ᾽ ἔλεγεν, εἰσεληλύθει καὶ διείλεκτ᾽ ἐκείνῳ, τῇ δ᾽ ὑστεραίᾳ πάλιν (τοῦτο γάρ, τοῦτ᾽ οὐκ ἔχον ἐστὶν ὑπερβολὴν ἀκαθαρσίας, ἄνδρες Ἀθηναῖοι) εἰσελθὼν οἴκαδ᾽ ὡς ἐκεῖνον καὶ ἐφεξῆς οὑτωσὶ καθεζόμενος, τὴν δεξιὰν ἐμβαλών, παρόντων πολλῶν, μετὰ τοὺς ἐν τῇ βουλῇ τούτους λόγους, ἐν οἷς αὐτόχειρα καὶ τὰ δεινότατ᾽ εἰρήκει τὸν Ἀρίσταρχον, ὤμνυε μὲν κατ᾽ ἐξωλείας μηδὲν εἰρηκέναι κατ᾽ αὐτοῦ φλαῦρον, καὶ οὐδὲν ἐφρόντιζ᾽ ἐπιορκῶν, καὶ ταῦτα παρόντων τῶν συνειδότων, ἠξίου δὲ καὶ πρὸς ἔμ᾽ αὑτῷ δι᾽ ἐκείνου γίγνεσθαι τὰς διαλύσεις, τούτων τοὺς παρόντας ὑμῖν καλῶ μάρτυρας.

No obstante, voy a llamar a los testigos que estaban presentes, como prueba de que digo la verdad y de que la víspera, cuando ese hacía aquellas afirmaciones, había entrado en su casa charlando con él y, al día siguiente, de nuevo (pues eso, eso sí que es algo que no admite, en su impureza, superación) entró en casa de aquel y, sentándose justamente a su lado, le dio la mano en presencia de muchas personas y, después de esas palabras suyas en el Consejo, en las que le había llamado asesino y había dicho de Aristarco las mayores atrocidades, juraba por su propia cabeza no haber dicho cosa mala alguna de él, sin preocuparse para nada del perjurio en que incurría y a pesar de que estaban presentes quienes conocían la verdad, y le rogaba que por mediación suya tuviera lugar entre él mismo y yo la reconciliación.

Midias es presentado como un individuo de dos caras y un falso amigo: pretendía apoyar a Aristarco, saludándolo con un apretón de manos, que generalmente indica amistad, alianza y lealtad (cfr. Platón, República 468b2-11),31 antes de ir al tribunal para acusarlo de cometer un asesinato (cfr. otro ejemplo de un apretón de manos hipócritamente amistoso en la Constitución de los atenienses 18.6 de Aristóteles).32 Sonin quizás está en lo cierto al cuestionar el dualismo semiótico del apretón de manos con la mano derecha, al sostener que no es ni malo ni bueno. “The right hand is understood to represent the vehicle which holds the sword (or other weapon), the hand which is behind the acts of brutality and heroism that a sword-wielding man might perpetrate” (Sonin, 1999: 87). Pero este dualismo no cambia la impresión negativa de Midias que Demóstenes trata de crear en el auditorio; de hecho, este dualismo refleja y siembra dudas sobre el ethos de aquel: su sinceridad, moralidad e integridad personal.

  1. Modo de andar

El potencial de la marcha, el modo de andar, para indicar aspectos de la identidad de un individuo, su carácter, sexualidad o incluso moralidad se discute ya en las fuentes griegas antiguas. En la pseudo-aristotélica Fisiognomía 808a, por ejemplo, hay alusiones al porte físico y a la forma de andar del kinaidos: “Los rasgos del afeminado son: el ojo abatido, las rodillas que se entrechocan al andar, la cabeza inclinada hacia la derecha, los gestos de las manos relajados y con las palmas vueltas hacia arriba, y doble la forma de andar, una contoneándose y la otra fortaleciendo la cadera (καῖ βαδίσεις διτταί, ἡ μὲν περινεύοντος, ἡ δὲ κρατοῦντος τὴν ὀσφύν)”. En Retórica 1417a16-24, Aristóteles se refiere al acto de caminar y hablar, que, para él, transmite “descaro y rudeza” (θρασύτητα καὶ ἀγροικίαν ἤθους). En Ética Nicomaquea 1125a12-16, Aristóteles también señala que “es propio del magnánimo (tener) movimientos sosegados, y una voz grave, y una dicción reposada; pues el que se afana por pocas cosas no es apresurado, ni impetuoso aquel a quien nada parece grande”.33 En Consejos políticos 4 de Plutarco, se menciona que el andar ideal es el de Pericles, que caminaba con calma (ἠρέμα βαδίζειν).

Similares descripciones fisionómicas y del carácter pueden encontrarse en la oratoria: Demóstenes, por ejemplo, se refiere a que un andar rápido y una voz fuerte desacreditan a sus portadores (37.52, 55)34 y causan molestias a los otros (45.77).35 No resulta claro a partir de los textos mismos por qué se considera el caminar rápido una marca de vulgaridad y desgracia. Diría que la razón puede estar escondida detrás de la afincada idea de que el equilibrio y la falta de exceso es una virtud. Platón, por ejemplo, atribuye a Sócrates las siguientes palabras en Filebo 64e-65a: “Entonces, si no podemos capturar el bien bajo una sola forma, tomémoslo en tres, belleza, proporción y verdad, y digamos que con todo derecho podemos atribuir a esta sola unidad el ser causa de las cualidades de la mezcla, y que por ella, porque es buena, la mezcla resulta ser tal”. También se creía que “la mezcla apropiada de los humores del cuerpo y el equilibrio entre ellos permite a los humanos gozar de salud. La enfermedad, por otra parte, tiene dos causas: el desequilibrio entre los humores del cuerpo, que es causado por el exceso, y cuando un humor se distancia o se separa de los otros” (cfr. Hipócrates, Sobre la dieta 3.69.15-20; Platón, Timeo 82a1-2, 82a6-7; la virtud del equilibrio también es un prerrequisito para la armonía del cuerpo político, Aristóteles, Política 1302b34-1303a2).36 Visto desde esta perspectiva, un acto físico excesivo, como lo es caminar rápidamente, se considera razonablemente un acto que no se ajusta a los ideales de la comunidad de los hombres nobles y es mencionado en los discursos para deconstruir la autoridad cultural, moral y personal de los oponentes de los oradores.

Se pueden encontrar también referencias denigratorias al modo de andar en otros pasajes de la oratoria ática. En Demóstenes 45.63, Estéfano es presentado cambiando su paso para seguir y adular a Aristóloco, que era un banquero.

δικαίως τοίνυν,  ἄνδρες Ἀθηναῖοι, τούτων ἁπάντων δοὺς ἂν δίκην, πολὺ μᾶλλον ἂν εἰκότως διὰ τἄλλα κολασθείη παρ᾽ ὑμῖν. σκοπεῖτε δέ, τὸν βίον ὃν βεβίωκεν ἐξετάζοντες. οὗτος γάρ, ἡνίκα μὲν συνέβαινεν εὐτυχεῖν Ἀριστολόχῳ τῷ τραπεζίτῃ, ἴσα βαίνων ἐβάδιζεν ὑποπεπτωκὼς ἐκείνῳ, καὶ ταῦτ᾽ ἴσασι πολλοὶ τῶν ἐνθάδ᾽ ὄντων ὑμῶν.

Pues bien, atenienses, si con justicia hubiera pagado sus culpas por todos estos hechos, con mucha más razón podría ser castigado por los demás en vuestra audiencia. Pero juzgad analizando la vida que ha vivido. En efecto, este sujeto, cuando coincidía que tenía buena suerte el banquero Aristóloco, yendo a su mismo paso caminaba inclinado ante él, y eso lo saben muchos de vosotros que están aquí.

La adulación estigmatiza a un individuo que es presentado sin escrúpulos para realizar cualquier acción, de la cual se beneficiará de alguna manera. Quienquiera que adule a los más poderosos crea para sí mismo la imagen de alguien que tiene una moralidad inestable y valores dudosos, y estas eran las características del kolax, el adulador, que aterrorizaba a los atenienses, como se mencionó anteriormente en este trabajo. El propósito de la referencia de Demóstenes a la adaptación del paso de Estéfano cuando caminaba junto a un hombre con poder financiero es claro: cuestionar su comportamiento y moralidad e invitar al auditorio a ponerse en contra del hombre que no dudó en cambiar sus modos para beneficiarse a sí mismo.

Otro ejemplo revelador de cómo una referencia a la marcha es usada por el orador para crear una disposición negativa en el público hacia su oponente puede encontrarse en Demóstenes 19.314, un pasaje que también se discute previamente en este artículo en el análisis de las expresiones faciales:

καὶ γὰρ τοῦτο. πρὸ μὲν τοῦ πάντα κάκ᾽ εἰργάσθαι τὴν πόλιν ὡμολόγει γεγραμματευκέναι καὶ χάριν ὑμῖν ἔχειν τοῦ χειροτονηθῆναι, καὶ μέτριον παρεῖχεν ἑαυτόν: ἐπειδὴ δὲ μυρί᾽ εἴργασται κακά, τὰς ὀφρῦς ἀνέσπακε, κἂν ‘ γεγραμματευκὼς Αἰσχίνηςεἴπῃ τις, ἐχθρὸς εὐθέως καὶ κακῶς φησιν ἀκηκοέναι, καὶ διὰ τῆς ἀγορᾶς πορεύεταιἴσα βαίνων Πυθοκλεῖ

Luego, a cuenta de eso estás hecho un terrateniente y hombre de consideración. Pues también eso sucede: antes de haber hecho todo ese daño a nuestra ciudad, confesaba haber sido escribano y que os guardaba gratitud por haber sido elegido en votación a mano alzada y se mostraba modesto. Pero una vez que ha llevado a cabo miles de males, lleva alzadas las cejas, y si alguien dice: «Esquines, el que ha sido escribano”, inmediatamente es enemigo suyo y afirma haber sido difamado, y se pasea por el Ágora… andando con el mismo paso que Pitocles…

Demóstenes intenta resaltar aquí el estatus sociopolítico inferior de Esquines, en un intento por invitar al auditorio a marginarlo. Es por eso que el énfasis se pone en los trabajos serviles que Esquines (supuestamente) tuvo (específicamente, el de escribano) cuando era más joven. En este contexto, hay una referencia a Esquines caminando hacia el mercado (cfr. 18.127, donde Esquines es llamado περίτριμμ’ ἀγορᾶς, ‘hombre que holgazanea en el mercado’). Los hombres que frecuentaban el lugar del ἀγορά (“mercado”) eran llamados ἀγοραῖοι, un adjetivo que tiene un significado positivo y uno negativo. Puede significar “gente común”, pero también “clase baja de hombres”.37 El mercado era considerado, como afirma Halliwell (2008: 231-232), “a sordid place, associated, in socially elite terms, with the ‘crowd’ or ‘rabble’”. Por consiguiente, al presentar a Esquines caminando hacia el mercado  acompañado de un hombre arrogante llamado Pitocles,38 Demóstenes pretende contraponer sus acciones físicas y su moralidad a la vida, el comportamiento y los valores de los atenienses, intentando así poner a los presentes en el tribunal en contra de su oponente.

Conclusiones

Este trabajo ofrece un examen completo, interdisciplinario y actualizado de la paralingüística y de los modos en que esta es utilizada por los oradores áticos para persuadir al auditorio fijando su relación con él mismo y con su oponente, creando de este modo grupos cívicos, culturales y morales. A través del examen de tres aspectos de la paralingüística en la oratoria ática –esto es, las referencias al rostro y órganos faciales, las manos y el modo de andar– se presenta un amplio rango de aspectos culturales, sociales e interpersonales de la vida en la Atenas clásica, que nos permite comprender mejor la retórica de la manipulación y persuasión del auditorio. Estos aspectos incluyen emociones, como en el pasaje examinado más arriba en el que la referencia al rostro pretende infundir miedo a los jueces de que su veredicto sea revelado al pueblo; las referencias a la sexualidad y a la depravación moral de los oponentes, la presentación de la huida de la leva y la incapacidad corporal, que se asocia a la falta de voluntad moral, para defender la ciudad en el campo de batalla; y las referencias a las manos o a la marcha para desacreditar individuos y presentar su naturaleza vulgar y violenta que se opone a las normas y valores de la comunidad ateniense.

La información y las referencias a la paralingüística nos dicen mucho sobre la persuasión a través de la retórica de la división, en otras palabras, y esto muestra que se debería poner más énfasis, en los estudios clásicos, en su uso en la oratoria (y la retórica). Este trabajo crea el marco metodológico dentro del cual se puede dar otro paso en el estudio de la paralingüística en la oratoria ática: el examen de la similitudes y diferencias en el uso de la paralingüística en las categorías genéricas que supone la oratoria (discursos forenses, deliberativos y epidícticos; de defensa y acusación; de casos públicos y privados; discursos logográficos y no logográficos).

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Notas

1 Tajfel y Turner (1979). También: Miller et al. (1981: 494-511); Conover (1984: 760-785); Lau (1989: 220-223); Carey (1990: 49); Huddy (2003: 511-558); Hall (2006: 388); Arena (2007: 151).

2 Sobre la paralingüística vocal: Abercrombie (1968: 55-59); Crystal (1974: 265-295). Sobre la paralingüística en general, Crystal (1963: 25-29; 1966: 93-108).

3 Para un estudio completo de la historia de la noción de paralingüística, cfr. Pennycook (1985: 259-282).

4 Lateiner categoriza el uso de los medios de la comunicación no verbal en Homero: primero “gestos, posturas y empleos de la voz ritualizados y convencionales” (esto es, el tomar el cetro, los gestos durante las instancias ceremoniales como los juramentos, las invocaciones y las súplicas a los dioses). Segundo, los signos emocionales que revelan la situación psicológica de un individuo (esto es, risa, muecas, expresiones faciales que revelan emociones); tercero, “objects, tokens, clothes (external adaptors)”; cuarto, “social manipulation of space and time” y, finalmente, gestos, estrategias vocales y gesticulación (Lateiner 1995:10-16; cfr. Boegehold 1999: 12-28).

5 Taplin (1999: 33) entiende la performance como “an occasion on which appropriate individuals enact events, in accordance with certain recognised conventions, in the sight and hearing of a larger social group, and in some sense for their benefit”. Más acerca de la performance en Bauman (1992: 41); Kavoulaki (1999: 294); Hall (2006); Schechner (2006: 35).

6 Para una visión general de las teorías de género de Beauvoir, Wittig y Foucalt, cfr. Butler (1986b: 505:16; 1990: 1-35, 93-106).

7 Levine (1982, 1983, 1984); Davies (1985, 1994, 1997, 2002); Lateiner (1995); Cairns (2001, 2003, 2005); Corbeill (1996, 2004); Llewellyn-Jones (2003); van Wees (1998); Boegehold (1999); Porter (2000); Foegen (2001, 2005).

8 [N. de T.: con respecto a Demóstenes se reproduce la traducción de A. López Eire para sus discursos políticos, con modificaciones en caso necesario (Demóstenes: Discursos políticos, 3 vol.. Madrid: Gredos,1980,1985, 1985); la de J. M. Colubi Falcó para sus discursos privados, con modificaciones en caso necesario (Demóstenes: Discursos privados, 2 vol. Madrid: Gredos, 1985].

9 Sobre el proceso de rendición de cuenta de los magistrados, Harrison (1971: 208-211); Todd (1993: 112-113, 302).

10 [N. del T.: para la Retórica de Aristóteles, se reproduce la traducción de Q. Racionero (Aristóteles: Retórica. Madrid: Gredos, 1999); para Esquines se reproduce la traducción de J. M. Lucas de Dios (Esquines: Discursos. Madrid: Gredos, 2002)].

11 Demóstenes 61.13: “Pues no solo te los ha proporcionado adecuados para ver los objetos apremiantes, sino que, aunque el mérito de algunos individuos no puede conocerse ni a juzgar por su conducta, hizo brillar en ti a través de las señales de tu mirada los más hermosos rasgos de carácter; te ha señalado como afable y humano a quienes te miran; majestuoso y grave, a quienes te tratan; varonil y prudente, a todos”.

12 Hermógenes, al comentar sobre la utilización de otra referencia a los trabajos serviles que Esquines ha realizado supuestamente a causa de su pobreza en Demóstenes 18.209 (γραμματοκύφων, “secretario jiboso”), señala que es un término abusivo (Sobre los tipos de estilo 356). Dover (1974: 32) sostiene que un ingrediente común de las diatribas hechas contra el oponente de alguno en la comedia y en la oratoria es que “the opponent and his kin have followed menial callings, for example, clerks, or have made a living by manufacture or retail trade”.

13 Demóstenes 19.113: “Y cuando vosotros alborotabais y no estabais dispuestos a escucharle, bajando de la tribuna, y señalándose ante los embajadores allí presentes, procedentes de la corte de Filipo, dijo que eran muchos los que alborotaban, pero pocos los que salían en campana en caso de necesidad -os acordáis de ello, sin duda-, siendo él en persona, creo, un admirable soldado”. Esquines 3.76: “y [Demóstenes] colocó cojines, y extendió en derredor telas de rojo púrpura, y al amanecer guiaba a los embajadores hasta el teatro, hasta el punto de incluso ser silbado por su carencia de formas y su adulación”.

14 Eibl-Eibesfeldt (1975: 468); Sonin (1999: 40-47), en especial sobre la presentación de pasajes sobre cejas elevadas en las comedias y fragmentos de Éupolis, Cratino y Alexis.

15 Sobre los aduladores en la literatura griega: Fisher (2000: 355-378); Duncan (2006: 102-123); Serafim (2017: 93).

16 Dover (1978: 75-76); Winkler (1990: 178-186); Davidson (2007: 23; 2007: 71); Halperin (2002: 32-38); Hubbard (2003: 7).

17 Demóstenes 18.67: “a uno de los demás griegos en defensa de sí mismos; y que veía que el propio Filipo, contra quien estábamos en contienda, por el mando y el poder personal tenía vaciado un ojo, la clavícula fracturada, estaba lisiado de mano y pierna y siempre dispuesto a sacrificar cualquier parte de su cuerpo que la fortuna quisiera arrebatarle con tal de vivir con el resto rodeado de honra y gloria?”; Eurípides, Suplicantes 481-2 “Cuando un pueblo vota la guerra, nadie hace cálculos sobre su propia muerte y suele atribuir a otros esta desgracia”; Hipérides 6.15: “En efecto, el estratego es responsable de tomar rectas decisiones; en cambio, responsables de vencer en el combate son los que están dispuestos a afrontar los peligros con sus personas; de modo que cuando elogio la victoria conquistada, juntamente con la habilidad de Leóstenes como jefe, estoy ensalzando también el valor de los demás soldados”; Tucídides 2.39.4: “nosotros estamos dispuestos a afrontar los peligros con despreocupación”. Acerca del ideal del cumplimiento del servicio militar y de la marginación política que es provocada por la evasión de la leva: Christ (2006: 46-142) [N. del T.: para Eurípides se reproduce la traducción de J. L. Calvo Martínez (Eurípides: Tragedias II. Madrid: Gredos, 1985); para Hipérides la de J. M. García Ruiz (Oradores menores. Discursos y fragmentos. Madrid: Gredos, 2000); para Tucídides la de J. J. Torres Esbarranch (Tucídides: Historia de la guerra del Peloponeso. Madrid: Gredos, 1990); en todos los casos con modificaciones en caso necesario].

18 [N. del T.: para Diógenes Laercio se reproduce la traducción de C. García Gual (Vidas y opiniones de los filósofos ilustres. Madrid: Alianza, 2007)].

19 Barton (1994: 101) sostiene que “third-century B.C. Stoic physiognomist Cleanthes makes it his business to unmask charlatans, effeminates and adulterers”. [N. del T.: para Fisiognomía se reproduce la traducción de T. Martínez manzano y C. Calvo Delcán (Pseudo-Aristóteles: Fisiognomía. Anónimo: Fisiólogo. Madrid: Gredos, 1999)].

20 En las fuentes cómicas, la figura del androgynos se relaciona con la soldadesca, la evasión del servicio militar y la falta de hombría marcial. Éupolis, un poeta cómico contemporáneo de Aristófanes, escribió una comedia titulada Ἀνδρόγυνοι (Los hombres afeminados) o Ἀστράτευτοι (Los desertores). Teopompo, además, escribió otra comedia, Στρατιωτίδες (Las soldados), en la que las mujeres se hacen cargo del deber masculino de la soldadesca. Véase Christ (2006: 48).

21 Fasoli, Mass, Paladino y Sulpizio (2017: 1261-1277). Véanse también: Lakoff (1975); McConnell-Ginet (1983: 69-88), quienes sostienen que la entonación de los hombres homosexuales es más dinámica y el tono es más elevado que el de los heterosexuales; Dunkle y Francis (1990: 157-167); Gaudio (1994: 30-57); Flipsen, Shrilberg, Weismer, Karlsson y McSweeny (1999: 663-677); Shelp (2002: 1-14); Munson, McDonald, DeBoe y White (2006: 202-240); Munson (2007: 125-142); Rieger et al. (2010: 124-140); Barton (2015: 1615-1637); Rule (2017: 129-139); Ambady y Weisbuch (2017: 616-628); Fasoli, Hegarty, Maass y Antonio (2018: 59-64); Fasoli y Hegarty (2019: 234-255).

22 Jay (2009: 155); cfr. Pinker (2007); Fägersten (2012); Vingerhoets, Bylsma y Vlam (2013: 287-304).

23 Para Austin (1962: 101), “saying something will often, or even normally, produce certain consequential effects upon the feelings, thoughts, or actions of the audience, or of the speaker, or of other persons. And it may be done with the design, intention, or purpose of producing them”. Para más información acerca de la teoría de los actos de habla: Searle (1969; 1975: 59-82; 1976: 1-24); Risselada (1993: 26-29); Bary (2009).

24 Sobre la semiótica de las manos: McNeill (1992); Cienki (1998: 189-204); Kita (2000: 162.185); Müller (2004: 233-256); Ladewig (2014: 1558-1574); Mittelberg (2014: 1732-1746); Fróes y Tosca (2017: 263-272); Iriskhanova y Cienki (2018: 25-36).

25 Aristóteles, Constitución de los atenienses 28.3: “A la muerte de Pericles, quedó al frente de los distinguidos Nicias, el que murió en Sicilia, y del pueblo, Cleón, hijo de Cléneto, que se considera fue el que más dañó al pueblo con sus maneras apasionadas, y el primero que en la tribuna dio gritos y profirió insultos, y habló ceñido, cuando los demás habían hablado con decoro”. [N. del T.: para Constitución de los atenienses de Aristóteles, se reproduce la traducción de M. García Valdez (Aristóteles: Constitución de los atenienses. Madrid: Gredos, 1984)]

26 Demóstenes 19.251: “Afirmaba que la estatua de Solón se alzaba, como ejemplo de la prudencia de los oradores de entonces, revestida de manto y con la mano dentro del embozo; así decía, censurando y vituperando con estas razones la impetuosidad de Timarco. Aunque esa estatua no hace cincuenta años que se yergue, según dicen los salaminios, mientras que desde Solón hasta el momento presente han pasado casi doscientos cuarenta años, de modo que el artista que plasmó esa postura no solo no era personalmente su contemporáneo, sino que ni siquiera lo era su abuelo”.

27 Sobre Artmio de Zelea, Cary (1935: 177-180).

28 Sobre el habitus performativo, Hartley (2009: 160).

29 N. del T.: para Antifonte se reproduce la traducción de J. Redondo Sánchez (Antifonte, Andócides: Discursos y fragmentos. Madrid: Gredos, 1991).

30 Sobre la polución, Dodds (1957: 35-37); Parker (1983: 145-147, 195-197, 257 y ss.). Sobre el ritual de la katharsis, Dodds (1957: 35 y ss., 48, 78-80).

31 Platón, República 468b2-11: “Y al que se distinga y sobresalga por su valentía, ¿no te parece a ti que deberán coronado durante la campaña, antes que nadie, cada uno de sus camaradas de armas, jóvenes y niños, por turno?” “A mí sí.” “¿Y no le estrecharán la diestra?” “También eso.” Sobre los apretones de manos como índice de amistad y lealtad, Herman (1987: 46, 49, 50-54, 57-58); Sonin (1999: 85-99); sobre los apretones de manos en el arte funerario, Davies (1985: 627-640). [N. del T.: para República de Platón se reproduce la traducción de C. Eggers Lan (Platón: Diálogos IV. Madrid: Gredos, 1988)].

32 Aristóteles, Constitución de los atenienses 18.6: “Finalmente, viendo que no podía morir por mucho que hiciera, prometió que iba a denunciar a otros muchos y persuadió a Hipias de que, en prueba de confianza, le diera la mano. Una vez que la cogió, le reprochó el haber dado la mano al asesino de su hermano, y exasperó tanto a Hipias, que no se contuvo y sacando la espada lo mató”.

33 [N. del T.: para Ética Nicomaquea se reproduce la traducción de J. Palli Bonet (Aristóteles: Ética Nicomaquea. Madrid: Gredos, 1985)].

34 Demóstenes 37.52: Odian -responde- los atenienses a los prestamistas. Nicobulo es un ser odioso, camina rápidamente, da grandes voces y lleva bastón. Todo esto, dice, está a mi favor”; 37.55: “Tal, Panténeto, soy yo, el que camina rápido, y tal tú, el que lo hace suavemente. Mas sobre mi paso y modo de hablar diré la verdad toda ante vosotros, jueces, con franqueza”.

35 Demóstenes 45.77: “Yo, atenienses, por los rasgos de mi aspecto exterior, por caminar rápidamente y hablar a gritos, no me considero de los felizmente dotados por la naturaleza; pues en lo que molesto a algunos sin obtener beneficio ninguno muchas veces estoy en desventaja”.

36 Serafim (2020: 678).

37 LSJ s.v. περίτριμμα, ἀγοραῖος

38 Sobre Pitocles, Bayliss (2011: 227).