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INTRODUCCIÓN AL VOLUMEN
Las emociones en el mundo griego antiguo: debates y perspectivas
El presente número especial de Circe recoge una serie de presentaciones realizadas en el marco del Ciclo de Videoconferencias “Sentir y emocionar(se): dimensiones de la afectividad en el mundo griego antiguo”, organizado por el Centro de Estudios Helénicos del Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (IdIHCS) de Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata y el Instituto de Filología Clásica de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, que tuvo lugar por zoom durante el 2021. El objetivo del ciclo, auspiciado por la Asociación Argentina de Estudios Clásicos (AADEC), fue repensar los textos griegos clásicos a partir de una clave de lectura centrada en el campo de la afectividad, tomando en consideración las variadas aportaciones que se han producido recientemente en torno de la naturaleza e historia de las experiencias emocionales. Desde el marco teórico del llamado “giro afectivo” y su aplicación a los estudios clásicos, como resultado de dichos encuentros se provee aquí una serie de estudios específicos que dan cuenta de la riqueza del universo emotivo en los testimonios épicos, dramáticos, retóricos, historiográficos y filosóficos de la antigüedad.
El primer texto, a nuestro cargo, ofrece una presentación sucinta del marco conceptual del estudio de las emociones en los últimos treinta años. Partiendo de lo que se entiende por una emoción y recorriendo diversas corrientes teóricas, se pretende demostrar que toda experiencia afectiva, basada en un sustento biológico, está siempre determinada por las circunstancias socio-culturales en que se produce. Al recuperar la definición aristotélica de páthos en Retórica, que instala avant la lettre una mirada cognitivista del fenómeno, hemos procurado con el texto ofrecer un cuadro amplio de las principales líneas de pensamiento en torno de la conceptualización del plano de lo afectivo en la Grecia clásica. Con ello, el objetivo de este primer artículo es permitirle al lector interesado en el tema adentrarse en su problemática, poniendo de manifiesto el gran potencial que tiene el análisis de las dinámicas sentimentales para los estudios clásicos en la actualidad, a través de una presentación actualizada de los principales avances y desafíos que enfrenta quien decide encarar una investigación sobre los textos antiguos desde esta clave interpretativa.
Cada uno de los trabajos que siguen a esta primera contribución se dedica a explorar aspectos puntuales de la emotividad en el mundo griego; con el recorte, en algunos casos, de ciertos páthe en particular, o bien limitando su estudio a un género preciso o a una obra determinada.
Así, por caso, Douglas Cairns se ocupa en su artículo de estudiar la piedad o compasión (éleos) en las fuentes homéricas (con el foco puesto en el último canto de Ilíada) y aristotélicas (Retórica y Poética). Su propósito es proveer un análisis profundo de cómo se despliega la familia semántica de la lástima y la empatía en la épica a partir del contraste con la elaboración que, sobre el tema, ofrece Aristóteles; en este cruce cobran especial relevancia los usos “literarios” del sustento afectivo, sin descuidar lo que puedan decirnos esos usos en la actualidad.
Utilizando como disparador una cita concreta de República (606d), María Cecília de Miranda Nogueira Coelho se ocupa a continuación de repensar el estatuto de las pasiones en esa obra de Platón, contrastando la experiencia afectiva producida por la poesía (especialmente el teatro) con la racionalidad emocional que ha de exigirse en la educación adecuada del ciudadano. Suma a sus reflexiones las consideraciones de Gorgias (Encomio a Helena) sobre el impacto emocional de la poesía, consideradas una respuesta a Platón. A partir de un contraste con usos actuales del papel de la emoción en la manifestación normativizada del dolor y su expresión mediante el llanto, la autora propone repensar los presupuestos sobre los que se funda la mirada platónica en torno de la eficacia argumentativa del páthos.
El trabajo de Eirene Visvardi, por su parte, se dedica a examinar las cuestiones afectivas y emocionales a partir de las aportaciones de la oratoria forense y la tragedia (en particular, Prometeo Encadenado): estos testimonios literarios son susceptibles de plantear las dinámicas de los afectos y las regulaciones sociales y axiológicas referidas a la tortura como medio de prueba. A partir de un estudio que presta atención a los aspectos psicológicos y comunitarios del ejercicio de la ciudadanía, el análisis permite ilustrar la función ideológica de la básanos a la luz de la conceptualización ateniense sobre la esclavitud, aspectos que permiten repensar las operaciones emocionales involucradas en nuestra visión actual en torno de la tortura y los interrogatorios forzados.
Andras Serafim también nos ofrece una indagación de la oratoria griega, pero desde una perspectiva paralingüística interesada en la comunicación no discursiva. El autor destaca la estrategia de producción de emociones, por parte de los oradores, a partir del uso de su cuerpo, fundamental en lo que se refiere a los gestos de la cara (en particular la boca y la nariz), el empleo de las manos y los modos de andar y desplazarse. Esta normatividad “física” repercute en el público generando una serie de efectos concretos, incluyendo las emociones, que se manipulan con intencionalidad.
Finalmente, David Konstan aporta una lúcida mirada sobre Jenofonte, a los fines de postular tres tipos de procesos afectivos que resultan diferentes entre sí. El análisis de los deseos que son despertados por el placer, la presencia de emociones tales como la cólera, la gratitud, la vergüenza o el miedo, y el recurso a la idea del abatimiento configuran tres movimientos psíquicos distintos, explicables en relación con aquello que los motiva, en los que se pone en juego la agencia subjetiva de quienes los experimentan.
En conjunto, estimamos que la lectura de estos artículos consigue ofrecer un panorama amplio y rico respecto de diversas maneras de encarar el productivo análisis de la afectividad en el mundo helénico, maneras que esperamos puedan motivar nuevos estudios originales que permitan seguir repensando las emociones antiguas.
Todos los trabajos se presentan en idioma español a los fines de que este material pueda ser accesible a la mayor cantidad de alumnos de nuestras universidades y también tenga una difusión y alcance amplios en los países de habla hispana. Así, Mariana Franco San Román tradujo del inglés “Paralinguistics, Community and the Rhetoric of Division in Attic Oratory” de Andreas Serafim, previamente publicado en Roda da Fortuna. Revista Electrônica sobre Antiguidade e Medievo 2020.1, pp. 114-143; Claudia Fernández, por su parte, tradujo del inglés “Homer, Aristotle, and the Nature of Compassion” de Douglas Cairns, trabajo en vías de publicación en R. Barth, U.-E. Eisen, & M. Fritz (eds.) Barmherzigkeit: Das Mitgefühl im Brennpunkt von Ethik und Religion (Religiöse Dynamiken in Geschichte und Gegenwart, Tübingen: Mohr Siebeck); y “Need to Hurt? Torture and Truth in the Athenian Courts and in Prometheus Bound” de Irene Visvardi; y del portugués “É preciso secar (δέον αὐχμεῖν) as emoções’ (Rep. 606d). Desafios de/a Platão” de María Cecília Miranda Nogueira Coelho. En todos los casos, se ha tratado de preservar lo más fielmente posible el contenido y el estilo del original. En ese sentido, nos pareció apropiado mantener los criterios de transliteración del griego por el que optó cada uno de los autores.
Es nuestro deseo agradecer enormemente la generosidad de todos los autores por haber aceptado colaborar en este volumen, y su esfuerzo por materializar, en tiempo y forma, su concreción. Todos ellos son voces autorizadas y relevantes en el tema de las emociones en la antigüedad y han manifestado una excelente predisposición durante todo el proceso que llevó a este número temático.
Vayan finalmente nuestro agradecimiento también, de modo particular, a las profesoras Marta Alesso y Paola Druille, y por su intermedio a todo el equipo académico y profesional que conforma Circe, por abrirnos las puertas de la revista y por llevar a cabo un impecable trabajo editorial para permitir hoy contar con esta publicación que nos enorgullece.
Claudia N. Fernández y Emiliano J. Buis