DOI: http://dx.doi.org/10.19137/circe-2018-220205
ARTÍCULOS
El fenómeno de re-performance en el epigrama dedicatorio y en la oda pindárica
The phenomenon of re-performance in dedicatory epigrams and Pindar’s Odes
Caterina A. Stripeikis
[Conicet - Universidad de Buenos Aires]
[caterina.stripeikis@gmail.com]
Resumen: En este artículo se analizarán las vinculaciones entre epigrama dedicatorio y oda pindárica, haciendo hincapié en las posibilidades de re-performance que ambos géneros presentan. En este sentido, la repetición tanto del epigrama como del epinicio permite reactualizar los triunfos del atleta y su consecuente gloria y renovar su vínculo con la divinidad bajo cuyo auspicio tuvo lugar la victoria. Para ejemplificar este fenómeno se realizará un estudio de la Olímpica 7 de Píndaro y de un corpus seleccionado de epigramas dedicatorios.
Palabras clave: Píndaro; Epigrama; Epinicio; Reperformance; Divinidad
Abstract: In this article I will analyze the relation between dedicatory epigrams and Pindaric Odes, paying special attention to the possibilities of re-performance that both genres present. In this sense, the repetition of epigrams as well as that of Epinikia allows to actualize the athlete´s triumphs and his consequent glory and to renew the bond with the divinity under whose auspice the victory took place. In order to exemplify this phenomenon I will conduct a study of Olympian 7 and of a selected corpus of dedicatory epigrams.
Keywords: Pindar; Epigram; Epinikion; Re-performance; Divinity
Una lectura aún superficial
de los epinicios de
Píndaro permite entrever
que allí coexisten
los motivos propios
del género, es decir,
la celebración de una
victoria atlética determinada, junto
con el elogio a los dioses, expresado
en forma de pequeñas plegarias o
partes hímnicas1. Sin duda este hecho
no resulta sorprendente, dada
la interdependencia entre los aspectos
cívico y religioso en la sociedad
griega en general y en el ámbito de
las competiciones deportivas en particular, especialmente durante las épocas arcaica y clásica2. Asimismo,
este carácter ‘dual’ de los epinicios de
Píndaro puede encontrarse también
en un género literario que resulta, en
cierto sentido, complementario a sus
odas: el epigrama dedicatorio3. En
efecto, estos pequeños poemas escritos
en hexámetro o dístico elegíaco
sobre la superficie de distintos objetos
no sólo conmemoran triunfos obtenidos,
sino que también agradecen
a los dioses por la victoria, les dedican
el objeto inscripto y, en algunas
ocasiones, articulan una nueva petición
para ellos.
En el presente trabajo, se analizarán
los vínculos entre poesía epigramática
y oda pindárica teniendo
en cuenta el carácter ‘dual’ de ambos
géneros explicitado en el párrafo anterior.
Asimismo, se estudiarán estas
relaciones en términos del fenómeno
de re-performance, es decir, de las
múltiples instancias de ejecución
posteriores a la premier que tanto
epigrama como oda pindárica podían
recibir.
El estudio de la performance y
de la re-performance de la oda
pindárica ha sido objeto de investigación
ya desde hace un tiempo.
Entre los años ’80 y ’90 la polémica
estuvo dominada por el interrogante
acerca de quién ejecutaba los epinicios
de este poeta en una primera
instancia performativa, si un coro o
un solista. Así, estudiosos como Burnett
(1989) y Carey (1989; 1991)
defendían una primera representación
coral de los poemas de Píndaro.
Del otro lado del espectro, Heath
(1988) y Heath-Lefkowitz (1991)
sostenían que la premier de los epinicios
del poeta tebano debía haber
sido monódica. Posteriormente, y sin
haberse resuelto definitivamente este
debate, el interés de la crítica se alejó (al menos en parte) del análisis de la
premier y comenzó a contemplar la
posibilidad de que las odas pindáricas
hayan tenido múltiples instancias de
ejecución, de igual o mayor importancia
que la primera. En palabras de
Morrison (2007b: 10): “these poems
are not, and were never meant to be,
one-off, never-to-be-repeated shows.
The premiere is not the only performance
that matters…”. Este crítico
agrega que la posibilidad de re-performance
de las odas pindáricas se
ve confirmada por su contenido, que
en varias ocasiones alude a la repetición
del poema por parte de algún
familiar, a la capacidad de trascender límites espacio-temporales concretos
o presenta pasajes susceptibles de
aplicarse a más de una instancia performativa4.
Asimismo, el fenómeno de reperformance
resulta especialmente
importante para una sociedad como
la griega, abocada a la preservación
de fama y gloria a través de sucesivas
generaciones. En este sentido, es
difícil imaginar que las premieres de
las odas de Píndaro eran las únicas
instancias para colmar los objetivos
encomiásticos requeridos por grandes
proezas atléticas. La repetición
de estos poemas (o de parte de estos
poemas) durante un lapso de tiempo
relativamente cercano a la premier
ayudaría sin duda a transmitir y preservar
la gloria del atleta en su círculo
familiar más íntimo, en la comunidad
a la que pertenecía e inclusive en toda
Grecia5. Asimismo, la re-performance de las pequenas plegarias o partes
himnicas presentes en las odas contribuiria
a renovar y reforzar el vinculo
con la divinidad, bajo cuyo favor tuvo
lugar la victoria atletica. Esta circunstancia
se manifiesta especialmente
(pero no solo) en aquellos epinicios
en los que el poeta hace uso del llamado δέξαι-motiv (Schadewaldt
1928) y pide a la divinidad que reciba
al vencedor y a la oda en terminos de
una ofrenda votiva6.
Ahora bien, ¿cómo se podria aplicar
este fenomeno de re-performance
al epigrama dedicatorio? En una primera
instancia este interrogante resulta
dificil de responder, puesto que los
epigramas parecen estar muy alejados
de los modos y contextos con los que
se suelen asociar las re-performances
de los epinicios pindaricos: un solista
tocando la lira en un simposio, un
coro cantando en un escenario, etc.7. A pesar de estas diferencias evidentes,
los epigramas dedicatorios pueden
cumplir funciones análogas a las reperformances
pindáricas a través del
acto de lectura. Tomando en consideración
las investigaciones de Svenbro
(1988) acerca de prácticas y hábitos de
lectura en la Grecia arcaica y clásica,
Day (1989; 1994; 2010) ha demostrado
que los epigramas dedicatorios
presentan una serie de estrategias para
atraer la atención de sus posibles espectadores
y facilitar el proceso de lectura.
Así, los visitantes de los santuarios
griegos, lugares donde estas inscripciones
abundaban sobre las más
variadas superficies, podían sentirse
suficientemente interesados por ellas
como para leerlas en voz alta. A través
de este acto, el transeúnte reproduciría
el momento ritual original en el que el
objeto fue dedicado con su correspondiente
inscripción y generaría una vez
más respuestas estéticas, sociales y religiosas
que tuvieron lugar durante la
primera lectura8. Imaginemos por un momento que la lectura recae sobre un
epigrama dedicatorio del tipo ‘dual’ al
que se hizo referencia previamente:
Ἀρίστις με ἀνέθηκε Δι(ὶ) Ϙρονίωνι
ϝάνακτι
παγκράτιον νιϙῶν τετράκις ἐν
Νεμέαι
ΦείδωνοςϝἱὸςτοῦΚλεωναίουArístides me dedicó al soberano Zeus, hijo de Crono,
ganando cuatro victorias en el pancracio en Nemea
hijo de Fidón de Cleone (CEG 362, Cleonae, c. 560 a.C?; Friedländer/Hoffleit, 103)9
Mediante la repetición en voz alta del contenido del epigrama, el visitante renovaría la gloria de Arístides con motivo de sus cuatro victorias en Nemea y reactualizaría, asimismo, el vínculo recíproco gobernado por la dinámica del do ut des entre la divinidad tutelar de Nemea, Zeus, y el atleta agradecido por su triunfo. Tal como ya se explicitó, la repetición de la oda pindárica activa mecanismos análogos que permiten reactualizar el triunfo del atleta y restablecer su relación con el ámbito divino.
La Olímpica 7 es uno de los epinicios
más conocidos de Píndaro.
Datada en el 464 a.C., esta oda
celebra la victoria en el pugilato de Diagoras de Rodas, atleta que obtuvo
una distincion sin precedentes como
boxeador tanto en juegos locales
como en todos los juegos panhelenicos,
adquiriendo asi la categoria de periodonikes. Su fama en las competiciones
atleticas y su prominente lugar
en la aristocracia de Rodas en tanto
miembro del clan de los Eratidas, lo
convirtieron en una figura central a
nivel local y panhelenico. Este hecho
se encuentra atestiguado por el complejo
escultorico en honor del atleta
dedicado en Olimpia, construido por
Calicles de Megara. Alli Diagoras
aparece rodeado por sus tres hijos y
dos nietos10. Asimismo, segun Σ Pi. O. 7 (Drachmann 1903), este epinicio
fue dedicado en letras doradas en
el templo de Atenea en Lindos, al este
de la isla. Se volvera sobre estas cuestiones
en breve.
En lo que respecta al contenido
de la oda, mas alla de su introduccion
ampliamente considerada por
la critica11, el epinicio se distingue
por presentar tres mitos vinculados
con la fundacion de Rodas: la llegada
de Tlepolemo a la isla (vv. 20-35);
el nacimiento de Atenea y la instauracion
de sacrificios sin fuego en su
honor (vv. 35-55); la union de Helios
y la ninfa Rodo y el consecuente nacimiento
de los primeros habitantes
de la isla (vv. 55-75). Luego de estos
ultimos versos, la oda retoma el mito
de Tlepolemo y hace referencia a los
juegos celebrados en su honor en Rodas, exhibiendo asi una composicion
anular caracteristica de Pindaro (vv.
75-80)12. La presencia y disposicion
de este contenido mitico ha llevado
a Kowalzig (2007: 226) a establecer
que la performance de la Olimpica 7
"may well have been instrumental in
unifying the island through a compelling
suggestion of a new reality expressed
in myth and ritual"13. En este
sentido, la representacion de la oda
habria constituido una ocasion ideal
no solo para celebrar la victoria de
Diagoras, sino tambien para cimentar
los lazos entre rodios en un marcado
contexto cultual.
Ahora bien, ¿cuál podria haber
sido este contexto cultual? La informacion
contenida en los escolios a
la oda (Σ Pi. O. 7.36c; 146a y b; 147c,
Drachmann 1903) establece que la
premier habria tenido lugar o bien
en una celebracion en honor a Tlepolemo,
o bien en una celebracion en
honor a Helios. En principio ninguna
de estas dos posibilidades resulta
excluyente en base al contenido
del epinicio. No obstante, "the ritual
frame of the mythical section suggests
that the song was performed as part of the Tlepolemeia, an occasion that
stands a good chance of having been a
foundation festival for Rhodes in honour
of its mythical ancestor, its oikist”
(Kowalzig 2007: 225). Asimismo,
este festival de carácter periódico
podría haber sido un escenario ideal
para las sucesivas representaciones de
la Olímpica 7. Tal como ha establecido
Currie (2011, cfr. n. 7), no sólo
los simposios en el ámbito privado
constituyen posibles escenarios de
re-performance. Un festival público
también puede ser un contexto apropiado
para esta circunstancia. Si se
piensa en re-performances en el marco
de la Tlepolemaía (o de cualquier
otro festival pan-rodio) no muy alejadas
en el tiempo de la premier, resulta
evidente que la función atribuida por
Kowalzig (2007: 226, cfr. arriba) a
esta oda no haría más que incrementarse
con cada re-performance. En
efecto, cada nueva celebración en la
que se ejecutara el epinicio contribuiría
a continuar afianzando la fama
de Diágoras en un marcado ambiente
ritual y comunitario. A este respecto
resulta de particular importancia el
siguiente pasaje:
Con las flores de estos [los juegos en honor de Tlepólemo] Diágoras se coronó dos veces, cuatro veces en el ilustre Istmo siendo afortunado, una tras otra en Nemea y en la rocosa Atenas. Y en Argos lo conoció el bronce, y en Arcadia y Tebas obras de arte, y las competiciones tradicionales de los Beocios y Pelene y en Egina venció seis veces. También en Mégara el decreto de piedra no tiene otra palabra.¡Oh padre Zeus que gobiernas en las cumbres del Atabirio, honra la institución del himno de la victoria olímpica y al hombre que encontró virtud con el puño otórgale una honorable gracia tanto entre ciudadanos como extranjeros!14
A primera vista el despliegue poético
de estos versos parece ensombrecer
las pocas líneas de dístico o de
hexámetro que conmemoran victorias
atléticas en los epigramas dedicatorios.
No obstante, y a pesar de este
hecho, se percibe en el pasaje, tanto
como en los epigramas, la misma conjunción
entre celebración triunfal y
presencia divina acompañando la victoria.
La repetición de la larga lista de éxitos de Diágoras en re-performance
activa, tal como se ha explicitado, la
renovación de su fama. Por su parte, el pedido final a Zeus reiterado en un
marcado contexto ritual (ya sea la Tlepolemaía u otro festival) contribuye a
reactualizar el vínculo entre atleta y
divinidad, haciendo hincapié, asimismo,
en la disciplina en la que Diágoras
resultó vencedor (el pugilato)15. En
este sentido, es importante destacar el
uso del vocablo χάρις (v. 89), en tanto
palabra que tipifica “the atmosphere
the Greeks sought to produce through
their religious ceremonial [and] the
beneficence which the god is asked to
bestow on the worshipper in the future” (Furley 2010: 154-155).
En el caso de los epigramas dedicatorios,
y a pesar de las diferencias
contextuales durante el acto de reperformance
arriba mencionadas,
mecanismos análogos de reactualización
tenían lugar a través del acto de
lectura. Considérense los siguientes
epigramas teniendo en mente el extenso
catálogo de victorias atléticas
de Diágoras desplegado en los vv. 80-86 de la Olímpica 7:
Estos dos breves epigramas exhiben
una organización semántica y
sintáctica similar a aquella presentada
en O.7. 80-86: presencia conjunta de
numeral y locación geográfica donde
tuvieron lugar las victorias; empleo
de un campo semántico común que
incluye el verbo νικάω (“vencer”) y la
referencia a las coronas (στεφάνοις).
Estos obvios paralelismos demuestran
claramente que el objetivo de la oda pindárica y del epigrama dedicatorio
es (al menos en parte) el
mismo. Se trata, una vez más, de conmemorar
el triunfo de un atleta para
la posteridad. En el caso del catálogo
incluido en O.7 esta conmemoración
se encontraría a cargo del coro o del
solista (cfr. n.7) que ejecutara la pieza
no una, sino repetidas veces en el
marco de la Tlepolemaía (o festivales
afines) frente a la comunidad rodia de
Diágoras e invitados extranjeros. Para CEG 346 y 393, por otro lado, siempre
podría existir algún lector anónimo
que, deambulando por Delfos
u Olimpia respectivamente y atraído
por los monumentos, leyera en voz
alta los triunfos de Pitodelo y Ergóteles,
renovando su gloria frente a otros
visitantes del santuario. Aún más, la
afinidad entre el catálogo de victorias
de Diágoras y aquellos conservados
sobre monumentos conmemorativos
(tal como es el caso de CEG 346
y 393) aparece explicitada en O.7.
86-87: “ἐνΜεγάροισίντ’οὐχἕτερον λιθίνα/ ψᾶφος ἔχει λόγον” (“También
en Mégara el decreto de piedra
no tiene otra palabra”). Estos dos versos
permiten configurar un escenario
hipotético en el que un visitante de
hecho leyera los triunfos de Diágoras,
tal como figuraban en el monumento.
Dicho escenario parece afianzarse si
se considera el complejo escultórico
que el boxeador dedicó en Olimpia,
presumiblemente acompañado de su
respectiva inscripción, y la posibilidad
(transmitida por los escolios) de
que la Olímpica 7 haya sido escrita en
piedra sobre la fachada del templo
de Atenea en Lindos. Si este fuera el
caso, los triunfos de Diágoras habrían
tenido múltiples posibilidades de reactualización
en una variedad de contextos
y modalidades.
Tal como se explicitó anteriormente,
la lectura de los epigramas
dedicatorios permite reactualizar no
sólo los triunfos pasados del atleta,
sino también su vínculo con la divinidad.
En el caso de CEG 346 y 393
el estado fragmentario de los textos
conservados no permite atestiguar
con absoluta claridad este vínculo.
Sin embargo, la presencia del aoristo ἀνέθηκε (“dedicó”) en CEG 393 es
prueba suficiente del carácter votivo
del epigrama. Esta relación figura de
modo más explícito en CEG 374:
Αἰγλάτας τôι Καρνείο[ι] | τόδ’ ἄγαλμ’
ἀνέθηκε
πε|ντάκι νικάσας τὸν μ[ακ]ρόν, καὶ
ποτέθε|[κε]
[τ]ὸν δόλιχον τρι|άκις Ἀθαναίοις ἐ[ν
ἀέθ|λοις]
[h]ᾶιπερ συρμαία | […………………...]Aeglatas dedicó este agradable objeto
al dios Carneo
habiendo ganado cinco veces la carrera
de larga distancia, y añadió
la carrera de media distancia tres veces
en [los certámenes] de Atenas
donde la torta de miel…(CEG 374,
Laconia, c. 530-500?; Friedländer\Hoffleit 50)
En este epigrama el catálogo de victorias de Aeglatas aparece claramente ligado a un accionar que involucra de manera recíproca al atleta y a la divinidad. La Olímpica 7 despliega la misma dinámica, aunque, se debe señalar, con una diferencia. Mientras que en CEG 374 el énfasis está puesto en la acción de otorgar algo agradable a la divinidad en agradecimiento por el triunfo, en O.7 se articula un pedido al dios (cfr. arriba). En este sentido, CEG 374 y O.7 ilustran distintas modalidades relacionales entre los ámbitos humano y divino. En efecto, dedicar y pedir constituyen dos instancias fundamentales en la dinámica del do ut des entre seres humanos y dioses y ambas se reactualizan mediante el fenómeno de re-performance. Aún más, el pedido a Zeus Atabirio que figura en O.7. 89-90: “δίδοι τέ οἱ αἰδοίαν χάριν /καὶ ποτ’ ἀστῶν καὶ ποτὶ ξεί- /νων” (“otórgale una honorable gracia tanto entre ciudadanos como extranjeros”) resulta bastante similar al articulado por algunos epigramas dedicatorios:
Νικόμαχός μ’ ἐπόε. |
χαῖρε ϝάναξ hέρακλες· | ὅ τοι κερα-
μεύς μ’ ἀνέθηκε· |
δός δέ ϝ’ ἰν ἀνθρόποις | δόξαν ἔχεν
ἀ<γ>αθ<ά>ν.Nicómaco me fabricó.
salud, soberano Heracles. El ceramista
me dedicó.
otórgale poseer noble fama entre los
hombres. (CEG 396, Metapontum, c. 525-500 a.C.?, Friedländer/Hoffleit 111)...ς ἀγγείλας· τύ δέ δὸ[ς χα]ρίεσαν ἀμοιϝάν.
...pero tu otorga una agradable compensación. (CEG 360, Corinto, c. 510-500 a.C.)
Las similitudes entre el último dístico de CEG 396 y O.7.89-90 son significativas. En ambos casos el pedido exhibe una preocupación por conservar un rol positivo en la sociedad, ya sea poseyendo fama entre los hombres u obteniendo gracia a nivel local y panhelénico respectivamente. Por otro lado, tanto en CEG 360 como en O.7 se hace referencia a la χάρις requerida, término que, como ya se explicitó, remite a la atmósfera religiosa del intercambio.
El epigrama dedicatorio y la oda
pindárica resultan dos géneros
literarios afines mediante los
que los vencedores de las distintas
competiciones atléticas a nivel local
y panhelénico cimentaban y aseguraban
su fama. En tanto tales, ambos
géneros ofrecen la posibilidad de
transmitir dicha fama mediante el fenómeno
de re-performance, apelando
a distintas modalidades de ejecución:
la repetición del epinicio a cargo
de un coro o un solista en contextos
privados o públicos; la lectura en voz
alta del epigrama durante la visita a
un santuario. A su vez, epigrama y
epinicio contribuyen a la conmemoración
de la gloria del atleta en una
estrecha relación con la divinidad que
posibilitó la victoria. Por ende, su reperformance
también genera la renovación
de los vínculos entre vencedor
y dios en una dinámica de intercambio
marcada por dos acciones fundamentales,
dedicar y pedir, y signada
por la presencia de χάρις.
La Olímpica 7 constituye un caso
bastante ilustrativo de los modos en los que epigrama dedicatorio y epinicio
pueden interactuar entre sí. En
este sentido, resulta de particular importancia
el despliegue de catálogos
de victoria y la articulación de pedidos
a la divinidad que caracteriza a
ambos géneros. Asimismo, la posibilidad
de que los triunfos de Diágoras
se hayan podido transmitir mediante
ambas modalidades (lectura y representación)
contribuye a estrechar aún
más este vínculo. En efecto, si, más
allá de sus sucesivas re-performances,
la Olímpica 7 fue en verdad puesta
por escrito en las paredes del templo
de Atenea en Lindos, entonces constituiría
un ejemplo casi único de los
modos complementarios en los que
epinicio y epigrama dedicatorio pueden
hacer que la gloria de un individuo
alcance la posteridad.
Notas
1 Cfr. Bundy (1962), quien ha llegado a afirmar que en el epinicio pindárico todos los elementos presentes pueden remitirse, en última instancia, al elogio del vencedor. Para la importancia de las plegarias y las partes hímnicas en las odas de Píndaro ver Bremer (2008).
2 La bibliografía a este respecto es muy vasta. Para un recuento del origen de los festivales atléticos con especial énfasis en los juegos píticos, cfr. Davies (2007). En el caso de los juegos olímpicos, ver Instone (2007). Para un exhaustivo análisis de las distintas disciplinas deportivas que allí se practicaban y sus implicancias, cfr. Poliakoff (1995).
3 “The epinician genre, in which the motif of honors awarded to a victor at a competition is embedded in a song to the gods (…) presents, in my opinion, an excellent parallel to the dedicatory epigrams composed on the occasion of an athletic victory” (Trümpy 2010: 175).
4 Cfr. Morrison (2007b; 2010; 2011; 2012). También consúltese Currie (2004; 2011; 2017). Para un estudio de la re-performance como un fenómeno presente en la sociedad griega en una considerable variedad de géneros, cfr. Hunter-Uhlig (2017).
5 Kurke (1990; 1998) ha denominado este proceso “desarrollo del capital simbólico de un οῖκος” y “economía del κῦδος”. Su ejecución involucra los distintos modos en los que los atletas victoriosos negociaban su estatus en la sociedad a la que pertenecían. En este sentido, cada nueva victoria en el hogar y cada nueva performance que honrara una victoria pasada resultaban medios eficaces para reactivar viejos triunfos. En lo que respecta a la “economía del κῦδος”, hace referencia a los diferentes mecanismos empleados para conmemorar la gloria del atleta y las reacciones experimentadas por posibles espectadores frente a ellos. Dichos mecanismos podían abarcar desde estatuas hasta los epinicios de Píndaro, incluyendo los epigramas dedicatorios objeto del presente trabajo. Para la diferencia entre κῦδος y κλέος, cfr. Benveniste (1973).
6 ἀλλ᾽, ὦ Κρόνου παῖ, ὃς Αἴτναν ἔχεις, /ἶπον ἀνεμόεσσαν ἑκατογκεφάλα /Τυφῶνος ὀβρίμου,/ Οὐλυμπιονίκαν /δέξαιΧαρίτων ἕκατι τόνδε κῶμον… (Oh hijo de Crono, que posees el Etna, ventoso peso del terrible Tifón de cien cabezas, por causa de las Gracias recibe a un vencedor olímpico y a este cortejo, O.4.6-9), Cfr. también O.13.28- 30. Nótese asimismo que el llamado “δέξαι-motiv” es relativamente frecuente en inscripciones que ofrecen la fórmula “X, hijo de Y, ha dedicado este objeto al dios A”. Véase entre otras CEG 418, CEG 345, CEG 367.
7 Hoy en día la opinión general de la crítica es que la performance coral constituye una regla para la premier de la oda pindárica y que la ejecución monódica es una característica de sus sucesivas re-performances. Sin embargo, no es absolutamente seguro que este patrón generalizador pueda aplicarse sin riesgo al corpus completo de epinicios de Píndaro. Se debería asumir que al menos parte de los poemas podrían haber tenido premieres monódicas y re-performances corales públicas (Cfr. Currie, 2004; 2011; 2017).
8 No se sabe con absoluta certeza cómo habría sido el momento inicial de la dedicación del objeto. Sin embargo Wachter (2010:260) ha aventurado dos posibilidades: o bien el donante depositaba primero el objeto o se lo entregaba a algún sacerdote vinculado al santuario, luego señalaba el objeto y decía la fórmula escrita allí en voz alta, o bien decía dicha fórmula mientras entregaba el objeto o lo depositaba.
9 Todas las traducciones de los epigramas son propias.
10 Cfr. Paus. 6.7.1-2.
11 Cfr. entre otros Young (1968); Braswell (1976); Bresson (1979).
12 Para un estudio de los procedimientos compositivos seguidos por Píndaro, cfr. Bundy (1962) y Race (1983, 1989), entre otros.
13 Recordemos que, en años posteriores, la isla, dividida en un principio en tres ciudades Camiro, Yáliso y Lindo, sufrió un proceso de synoikismo conforme aumentaba la animadversión entre ella y Atenas. Para este proceso, en el que jugó un rol protagónico uno de los hijos de Diágoras, Dorieo, cfr. Gabrielsen (2000a). Para una contextualización histórica de la oda, ver Hornblower (2004).
14 La edición es la de Snell-Maehler (1987) y las traducciones son propias.
15 Aquí Zeus aparece en su faceta cultual panrodia bajo el epíteto Atabirio, pero no resulta difícil asociar a este Zeus epicórico con el Zeus olímpico, auspiciante directo de la victoria de Diágoras. La mención conjunta de ciudadanos (ἀστοί) y extranjeros (ξείνοι) al final del pasaje (v.90) quizás apunte también en esta dirección. Para el culto de Zeus Atabirio en Rodas, cfr. Morelli (1959).
16 En la edición de Ebert (1972), este epigrama figura con los siguientes suplementos: Ἐργοτέλης μ’ ἀνέθηκ[εΦιλάνοροςὃςποτε ποσσίν] / Ἓλλανας νικῶν Πύθι[α δὶς δόλι χον] / καί δύ’ Ὀλυμπιάδας δ[ὶςδ’Ἴσθμια καὶ Νεμέαι δίς] / Ἱμέραι ἀθάνατον μν[ᾶμ’ ἀρετᾶς ἕπορεν]. Si se aceptan las conjeturas de Ebert entonces las similitudes entre el catálogo presentado en O.7 y CEG 393 resultan aún más evidentes. Por otra parte, es pertinente señalar que este epigrama remite a una victoria también celebrada en un epinicio pindárico, la Olímpica 12.
Ediciones y traducciones
1. Drachmann, A.B. (ed.) (1903: I; 1910: II; 1927: III). Scholia vetera in Pindari carmina. Lipsiae: Teubner.
2. Ebert, J. (1972), “Griechische Epigramme auf Sieger an gymnischen und hippischen Agonen”. En Abhandlungen der Sächsischen Akademie der Wissenschaften zu Leipzig, Philologisch-historische Klasse 63.2. Leipzig: Akademie Verlag.
3. Friedländer, P. y Hoffleit, H.B. (1948). Epigrammata. Greek Inscriptions in Verse. From the Beginnings to the Persian Wars. Berkeley and Los Angeles: University of California Press.
4. Hansen, P. A. (1983-1989). Carmina epigraphica graeca saeculorum VIII-V a. Chr. n. [vol. I]... saeculi IV a. Chr. n. [II]. «Texte und Kommentare». Berlin: De Gruyter = CEG.
5. Rocha-Pereira, M. H. (1937-1977). Pausanias: Graeciae descriptio, 2 vols. Leipzig: Teubner.
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Bibliografía citada
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9. Bremer, J. M. (2008). “Traces of the Hymn in the epinikion”. En Mnemosyne 61/1; 1-18.
10. Bresson, A. (1979). Mythe et contradiction. Analyse de la VIIe Olympique de Pindare. Besançon: Université de Franche-Comté; 5-204.
11. Bundy, E.L. (1962). Studia Pindarica I& II. Berkeley/Los Angeles: California University Press.
12. Burnett, A. (1989) “Performing Pindar’s Odes”. En Classical Philology 84; 283-293.
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Recibido: 15-10-2018
Evaluado: 28-10-2018
Aceptado: 31-10-2018