DOI: http://dx.doi.org/10.19137/circe-2018-220205

ARTÍCULOS

 

El fenómeno de re-performance en el epigrama dedicatorio y en la oda pindárica

The phenomenon of re-performance in dedicatory epigrams and Pindar’s Odes

 

Caterina A. Stripeikis
[Conicet - Universidad de Buenos Aires]
[caterina.stripeikis@gmail.com]

 

Resumen: En este artículo se analizarán las vinculaciones entre epigrama dedicatorio y oda pindárica, haciendo hincapié en las posibilidades de re-performance que ambos géneros presentan. En este sentido, la repetición tanto del epigrama como del epinicio permite reactualizar los triunfos del atleta y su consecuente gloria y renovar su vínculo con la divinidad bajo cuyo auspicio tuvo lugar la victoria. Para ejemplificar este fenómeno se realizará un estudio de la Olímpica 7 de Píndaro y de un corpus seleccionado de epigramas dedicatorios.

Palabras clave: Píndaro; Epigrama; Epinicio; Reperformance; Divinidad

Abstract: In this article I will analyze the relation between dedicatory epigrams and Pindaric Odes, paying special attention to the possibilities of re-performance that both genres present. In this sense, the repetition of epigrams as well as that of Epinikia allows to actualize the athlete´s triumphs and his consequent glory and to renew the bond with the divinity under whose auspice the victory took place. In order to exemplify this phenomenon I will conduct a study of Olympian 7 and of a selected corpus of dedicatory epigrams.

Keywords: Pindar; Epigram; Epinikion; Re-performance; Divinity

 

Introducción

Una lectura aún superficial de los epinicios de Píndaro permite entrever que allí coexisten los motivos propios del género, es decir, la celebración de una victoria atlética determinada, junto con el elogio a los dioses, expresado en forma de pequeñas plegarias o partes hímnicas1. Sin duda este hecho no resulta sorprendente, dada la interdependencia entre los aspectos cívico y religioso en la sociedad griega en general y en el ámbito de las competiciones deportivas en particular, especialmente durante las épocas arcaica y clásica2. Asimismo, este carácter ‘dual’ de los epinicios de Píndaro puede encontrarse también en un género literario que resulta, en cierto sentido, complementario a sus odas: el epigrama dedicatorio3. En efecto, estos pequeños poemas escritos en hexámetro o dístico elegíaco sobre la superficie de distintos objetos no sólo conmemoran triunfos obtenidos, sino que también agradecen a los dioses por la victoria, les dedican el objeto inscripto y, en algunas ocasiones, articulan una nueva petición para ellos.
En el presente trabajo, se analizarán los vínculos entre poesía epigramática y oda pindárica teniendo en cuenta el carácter ‘dual’ de ambos géneros explicitado en el párrafo anterior. Asimismo, se estudiarán estas relaciones en términos del fenómeno de re-performance, es decir, de las múltiples instancias de ejecución posteriores a la premier que tanto epigrama como oda pindárica podían recibir.

Consideraciones generales en torno al fenómeno de re-performance en el epigrama dedicatorio y la oda pindárica

El estudio de la performance y de la re-performance de la oda pindárica ha sido objeto de investigación ya desde hace un tiempo. Entre los años ’80 y ’90 la polémica estuvo dominada por el interrogante acerca de quién ejecutaba los epinicios de este poeta en una primera instancia performativa, si un coro o un solista. Así, estudiosos como Burnett (1989) y Carey (1989; 1991) defendían una primera representación coral de los poemas de Píndaro. Del otro lado del espectro, Heath (1988) y Heath-Lefkowitz (1991) sostenían que la premier de los epinicios del poeta tebano debía haber sido monódica. Posteriormente, y sin haberse resuelto definitivamente este debate, el interés de la crítica se alejó (al menos en parte) del análisis de la premier y comenzó a contemplar la posibilidad de que las odas pindáricas hayan tenido múltiples instancias de ejecución, de igual o mayor importancia que la primera. En palabras de Morrison (2007b: 10): “these poems are not, and were never meant to be, one-off, never-to-be-repeated shows. The premiere is not the only performance that matters…”. Este crítico agrega que la posibilidad de re-performance de las odas pindáricas se ve confirmada por su contenido, que en varias ocasiones alude a la repetición del poema por parte de algún familiar, a la capacidad de trascender límites espacio-temporales concretos o presenta pasajes susceptibles de aplicarse a más de una instancia performativa4.
Asimismo, el fenómeno de reperformance resulta especialmente importante para una sociedad como la griega, abocada a la preservación de fama y gloria a través de sucesivas generaciones. En este sentido, es difícil imaginar que las premieres de las odas de Píndaro eran las únicas instancias para colmar los objetivos encomiásticos requeridos por grandes proezas atléticas. La repetición de estos poemas (o de parte de estos poemas) durante un lapso de tiempo relativamente cercano a la premier ayudaría sin duda a transmitir y preservar la gloria del atleta en su círculo familiar más íntimo, en la comunidad a la que pertenecía e inclusive en toda Grecia5. Asimismo, la re-performance de las pequenas plegarias o partes himnicas presentes en las odas contribuiria a renovar y reforzar el vinculo con la divinidad, bajo cuyo favor tuvo lugar la victoria atletica. Esta circunstancia se manifiesta especialmente (pero no solo) en aquellos epinicios en los que el poeta hace uso del llamado δέξαι-motiv (Schadewaldt 1928) y pide a la divinidad que reciba al vencedor y a la oda en terminos de una ofrenda votiva6.
Ahora bien, ¿cómo se podria aplicar este fenomeno de re-performance al epigrama dedicatorio? En una primera instancia este interrogante resulta dificil de responder, puesto que los epigramas parecen estar muy alejados de los modos y contextos con los que se suelen asociar las re-performances de los epinicios pindaricos: un solista tocando la lira en un simposio, un coro cantando en un escenario, etc.7. A pesar de estas diferencias evidentes, los epigramas dedicatorios pueden cumplir funciones análogas a las reperformances pindáricas a través del acto de lectura. Tomando en consideración las investigaciones de Svenbro (1988) acerca de prácticas y hábitos de lectura en la Grecia arcaica y clásica, Day (1989; 1994; 2010) ha demostrado que los epigramas dedicatorios presentan una serie de estrategias para atraer la atención de sus posibles espectadores y facilitar el proceso de lectura. Así, los visitantes de los santuarios griegos, lugares donde estas inscripciones abundaban sobre las más variadas superficies, podían sentirse suficientemente interesados por ellas como para leerlas en voz alta. A través de este acto, el transeúnte reproduciría el momento ritual original en el que el objeto fue dedicado con su correspondiente inscripción y generaría una vez más respuestas estéticas, sociales y religiosas que tuvieron lugar durante la primera lectura8. Imaginemos por un momento que la lectura recae sobre un epigrama dedicatorio del tipo ‘dual’ al que se hizo referencia previamente:

 

Ἀρίστις με ἀνέθηκε Δι(ὶ) Ϙρονίωνι
ϝάνακτι
παγκράτιον νιϙῶν τετράκις ἐν
Νεμέαι
ΦείδωνοςϝἱὸςτοῦΚλεωναίου

Arístides me dedicó al soberano Zeus, hijo de Crono,
ganando cuatro victorias en el pancracio en Nemea
hijo de Fidón de Cleone (CEG 362, Cleonae, c. 560 a.C?; Friedländer/Hoffleit, 103)9

Mediante la repetición en voz alta del contenido del epigrama, el visitante renovaría la gloria de Arístides con motivo de sus cuatro victorias en Nemea y reactualizaría, asimismo, el vínculo recíproco gobernado por la dinámica del do ut des entre la divinidad tutelar de Nemea, Zeus, y el atleta agradecido por su triunfo. Tal como ya se explicitó, la repetición de la oda pindárica activa mecanismos análogos que permiten reactualizar el triunfo del atleta y restablecer su relación con el ámbito divino.

La Olímpica 7 y los epigramas dedicatorios: un estudio de caso

La Olímpica 7 es uno de los epinicios más conocidos de Píndaro. Datada en el 464 a.C., esta oda celebra la victoria en el pugilato de Diagoras de Rodas, atleta que obtuvo una distincion sin precedentes como boxeador tanto en juegos locales como en todos los juegos panhelenicos, adquiriendo asi la categoria de periodonikes. Su fama en las competiciones atleticas y su prominente lugar en la aristocracia de Rodas en tanto miembro del clan de los Eratidas, lo convirtieron en una figura central a nivel local y panhelenico. Este hecho se encuentra atestiguado por el complejo escultorico en honor del atleta dedicado en Olimpia, construido por Calicles de Megara. Alli Diagoras aparece rodeado por sus tres hijos y dos nietos10. Asimismo, segun Σ Pi. O. 7 (Drachmann 1903), este epinicio fue dedicado en letras doradas en el templo de Atenea en Lindos, al este de la isla. Se volvera sobre estas cuestiones en breve.
En lo que respecta al contenido de la oda, mas alla de su introduccion ampliamente considerada por la critica11, el epinicio se distingue por presentar tres mitos vinculados con la fundacion de Rodas: la llegada de Tlepolemo a la isla (vv. 20-35); el nacimiento de Atenea y la instauracion de sacrificios sin fuego en su honor (vv. 35-55); la union de Helios y la ninfa Rodo y el consecuente nacimiento de los primeros habitantes de la isla (vv. 55-75). Luego de estos ultimos versos, la oda retoma el mito de Tlepolemo y hace referencia a los juegos celebrados en su honor en Rodas, exhibiendo asi una composicion anular caracteristica de Pindaro (vv. 75-80)12. La presencia y disposicion de este contenido mitico ha llevado a Kowalzig (2007: 226) a establecer que la performance de la Olimpica 7 "may well have been instrumental in unifying the island through a compelling suggestion of a new reality expressed in myth and ritual"13. En este sentido, la representacion de la oda habria constituido una ocasion ideal no solo para celebrar la victoria de Diagoras, sino tambien para cimentar los lazos entre rodios en un marcado contexto cultual.
Ahora bien, ¿cuál podria haber sido este contexto cultual? La informacion contenida en los escolios a la oda (Σ Pi. O. 7.36c; 146a y b; 147c, Drachmann 1903) establece que la premier habria tenido lugar o bien en una celebracion en honor a Tlepolemo, o bien en una celebracion en honor a Helios. En principio ninguna de estas dos posibilidades resulta excluyente en base al contenido del epinicio. No obstante, "the ritual frame of the mythical section suggests that the song was performed as part of the Tlepolemeia, an occasion that stands a good chance of having been a foundation festival for Rhodes in honour of its mythical ancestor, its oikist” (Kowalzig 2007: 225). Asimismo, este festival de carácter periódico podría haber sido un escenario ideal para las sucesivas representaciones de la Olímpica 7. Tal como ha establecido Currie (2011, cfr. n. 7), no sólo los simposios en el ámbito privado constituyen posibles escenarios de re-performance. Un festival público también puede ser un contexto apropiado para esta circunstancia. Si se piensa en re-performances en el marco de la Tlepolemaía (o de cualquier otro festival pan-rodio) no muy alejadas en el tiempo de la premier, resulta evidente que la función atribuida por Kowalzig (2007: 226, cfr. arriba) a esta oda no haría más que incrementarse con cada re-performance. En efecto, cada nueva celebración en la que se ejecutara el epinicio contribuiría a continuar afianzando la fama de Diágoras en un marcado ambiente ritual y comunitario. A este respecto resulta de particular importancia el siguiente pasaje:

 


Con las flores de estos [los juegos en honor de Tlepólemo] Diágoras se coronó dos veces, cuatro veces en el ilustre Istmo siendo afortunado, una tras otra en Nemea y en la rocosa Atenas. Y en Argos lo conoció el bronce, y en Arcadia y Tebas obras de arte, y las competiciones tradicionales de los Beocios y Pelene y en Egina venció seis veces. También en Mégara el decreto de piedra no tiene otra palabra.¡Oh padre Zeus que gobiernas en las cumbres del Atabirio, honra la institución del himno de la victoria olímpica y al hombre que encontró virtud con el puño otórgale una honorable gracia tanto entre ciudadanos como extranjeros!14

A primera vista el despliegue poético de estos versos parece ensombrecer las pocas líneas de dístico o de hexámetro que conmemoran victorias atléticas en los epigramas dedicatorios. No obstante, y a pesar de este hecho, se percibe en el pasaje, tanto como en los epigramas, la misma conjunción entre celebración triunfal y presencia divina acompañando la victoria. La repetición de la larga lista de éxitos de Diágoras en re-performance activa, tal como se ha explicitado, la renovación de su fama. Por su parte, el pedido final a Zeus reiterado en un marcado contexto ritual (ya sea la Tlepolemaía u otro festival) contribuye a reactualizar el vínculo entre atleta y divinidad, haciendo hincapié, asimismo, en la disciplina en la que Diágoras resultó vencedor (el pugilato)15. En este sentido, es importante destacar el uso del vocablo χάρις (v. 89), en tanto palabra que tipifica “the atmosphere the Greeks sought to produce through their religious ceremonial [and] the beneficence which the god is asked to bestow on the worshipper in the future” (Furley 2010: 154-155).
En el caso de los epigramas dedicatorios, y a pesar de las diferencias contextuales durante el acto de reperformance arriba mencionadas, mecanismos análogos de reactualización tenían lugar a través del acto de lectura. Considérense los siguientes epigramas teniendo en mente el extenso catálogo de victorias atléticas de Diágoras desplegado en los vv. 80-86 de la Olímpica 7:

 

16

Estos dos breves epigramas exhiben una organización semántica y sintáctica similar a aquella presentada en O.7. 80-86: presencia conjunta de numeral y locación geográfica donde tuvieron lugar las victorias; empleo de un campo semántico común que incluye el verbo νικάω (“vencer”) y la referencia a las coronas (στεφάνοις). Estos obvios paralelismos demuestran claramente que el objetivo de la oda pindárica y del epigrama dedicatorio es (al menos en parte) el mismo. Se trata, una vez más, de conmemorar el triunfo de un atleta para la posteridad. En el caso del catálogo incluido en O.7 esta conmemoración se encontraría a cargo del coro o del solista (cfr. n.7) que ejecutara la pieza no una, sino repetidas veces en el marco de la Tlepolemaía (o festivales afines) frente a la comunidad rodia de Diágoras e invitados extranjeros. Para CEG 346 y 393, por otro lado, siempre podría existir algún lector anónimo que, deambulando por Delfos u Olimpia respectivamente y atraído por los monumentos, leyera en voz alta los triunfos de Pitodelo y Ergóteles, renovando su gloria frente a otros visitantes del santuario. Aún más, la afinidad entre el catálogo de victorias de Diágoras y aquellos conservados sobre monumentos conmemorativos (tal como es el caso de CEG 346 y 393) aparece explicitada en O.7. 86-87: “ἐνΜεγάροισίντ’οὐχἕτερον λιθίνα/ ψᾶφος ἔχει λόγον” (“También en Mégara el decreto de piedra no tiene otra palabra”). Estos dos versos permiten configurar un escenario hipotético en el que un visitante de hecho leyera los triunfos de Diágoras, tal como figuraban en el monumento. Dicho escenario parece afianzarse si se considera el complejo escultórico que el boxeador dedicó en Olimpia, presumiblemente acompañado de su respectiva inscripción, y la posibilidad (transmitida por los escolios) de que la Olímpica 7 haya sido escrita en piedra sobre la fachada del templo de Atenea en Lindos. Si este fuera el caso, los triunfos de Diágoras habrían tenido múltiples posibilidades de reactualización en una variedad de contextos y modalidades.
Tal como se explicitó anteriormente, la lectura de los epigramas dedicatorios permite reactualizar no sólo los triunfos pasados del atleta, sino también su vínculo con la divinidad. En el caso de CEG 346 y 393 el estado fragmentario de los textos conservados no permite atestiguar con absoluta claridad este vínculo. Sin embargo, la presencia del aoristo ἀνέθηκε (“dedicó”) en CEG 393 es prueba suficiente del carácter votivo del epigrama. Esta relación figura de modo más explícito en CEG 374:

 

Αἰγλάτας τôι Καρνείο[ι] | τόδ’ ἄγαλμ’
ἀνέθηκε
πε|ντάκι νικάσας τὸν μ[ακ]ρόν, καὶ
ποτέθε|[κε]
[τ]ὸν δόλιχον τρι|άκις Ἀθαναίοις ἐ[ν
ἀέθ|λοις]
[h]ᾶιπερ συρμαία | […………………...]

Aeglatas dedicó este agradable objeto
al dios Carneo
habiendo ganado cinco veces la carrera
de larga distancia, y añadió
la carrera de media distancia tres veces
en [los certámenes] de Atenas
donde la torta de miel…(CEG 374,
Laconia, c. 530-500?; Friedländer\Hoffleit 50)

En este epigrama el catálogo de victorias de Aeglatas aparece claramente ligado a un accionar que involucra de manera recíproca al atleta y a la divinidad. La Olímpica 7 despliega la misma dinámica, aunque, se debe señalar, con una diferencia. Mientras que en CEG 374 el énfasis está puesto en la acción de otorgar algo agradable a la divinidad en agradecimiento por el triunfo, en O.7 se articula un pedido al dios (cfr. arriba). En este sentido, CEG 374 y O.7 ilustran distintas modalidades relacionales entre los ámbitos humano y divino. En efecto, dedicar y pedir constituyen dos instancias fundamentales en la dinámica del do ut des entre seres humanos y dioses y ambas se reactualizan mediante el fenómeno de re-performance. Aún más, el pedido a Zeus Atabirio que figura en O.7. 89-90: “δίδοι τέ οἱ αἰδοίαν χάριν /καὶ ποτ’ ἀστῶν καὶ ποτὶ ξεί- /νων” (“otórgale una honorable gracia tanto entre ciudadanos como extranjeros”) resulta bastante similar al articulado por algunos epigramas dedicatorios:

 

Νικόμαχός μ’ ἐπόε. |
χαῖρε ϝάναξ hέρακλες· | ὅ τοι κερα-
μεύς μ’ ἀνέθηκε· |
δός δέ ϝ’ ἰν ἀνθρόποις | δόξαν ἔχεν
ἀ<γ>αθ<ά>ν.

Nicómaco me fabricó.
salud, soberano Heracles. El ceramista
me dedicó.
otórgale poseer noble fama entre los
hombres. (CEG 396, Metapontum, c. 525-500 a.C.?, Friedländer/Hoffleit 111)

...ς ἀγγείλας· τύ δέ δὸ[ς χα]ρίεσαν ἀμοιϝάν.

...pero tu otorga una agradable compensación. (CEG 360, Corinto, c. 510-500 a.C.)

Las similitudes entre el último dístico de CEG 396 y O.7.89-90 son significativas. En ambos casos el pedido exhibe una preocupación por conservar un rol positivo en la sociedad, ya sea poseyendo fama entre los hombres u obteniendo gracia a nivel local y panhelénico respectivamente. Por otro lado, tanto en CEG 360 como en O.7 se hace referencia a la χάρις requerida, término que, como ya se explicitó, remite a la atmósfera religiosa del intercambio.

Conclusiones

El epigrama dedicatorio y la oda pindárica resultan dos géneros literarios afines mediante los que los vencedores de las distintas competiciones atléticas a nivel local y panhelénico cimentaban y aseguraban su fama. En tanto tales, ambos géneros ofrecen la posibilidad de transmitir dicha fama mediante el fenómeno de re-performance, apelando a distintas modalidades de ejecución: la repetición del epinicio a cargo de un coro o un solista en contextos privados o públicos; la lectura en voz alta del epigrama durante la visita a un santuario. A su vez, epigrama y epinicio contribuyen a la conmemoración de la gloria del atleta en una estrecha relación con la divinidad que posibilitó la victoria. Por ende, su reperformance también genera la renovación de los vínculos entre vencedor y dios en una dinámica de intercambio marcada por dos acciones fundamentales, dedicar y pedir, y signada por la presencia de χάρις.
La Olímpica 7 constituye un caso bastante ilustrativo de los modos en los que epigrama dedicatorio y epinicio pueden interactuar entre sí. En este sentido, resulta de particular importancia el despliegue de catálogos de victoria y la articulación de pedidos a la divinidad que caracteriza a ambos géneros. Asimismo, la posibilidad de que los triunfos de Diágoras se hayan podido transmitir mediante ambas modalidades (lectura y representación) contribuye a estrechar aún más este vínculo. En efecto, si, más allá de sus sucesivas re-performances, la Olímpica 7 fue en verdad puesta por escrito en las paredes del templo de Atenea en Lindos, entonces constituiría un ejemplo casi único de los modos complementarios en los que epinicio y epigrama dedicatorio pueden hacer que la gloria de un individuo alcance la posteridad.

Notas

1 Cfr. Bundy (1962), quien ha llegado a afirmar que en el epinicio pindárico todos los elementos presentes pueden remitirse, en última instancia, al elogio del vencedor. Para la importancia de las plegarias y las partes hímnicas en las odas de Píndaro ver Bremer (2008).

2 La bibliografía a este respecto es muy vasta. Para un recuento del origen de los festivales atléticos con especial énfasis en los juegos píticos, cfr. Davies (2007). En el caso de los juegos olímpicos, ver Instone (2007). Para un exhaustivo análisis de las distintas disciplinas deportivas que allí se practicaban y sus implicancias, cfr. Poliakoff (1995).

3The epinician genre, in which the motif of honors awarded to a victor at a competition is embedded in a song to the gods (…) presents, in my opinion, an excellent parallel to the dedicatory epigrams composed on the occasion of an athletic victory” (Trümpy 2010: 175).

4 Cfr. Morrison (2007b; 2010; 2011; 2012). También consúltese Currie (2004; 2011; 2017). Para un estudio de la re-performance como un fenómeno presente en la sociedad griega en una considerable variedad de géneros, cfr. Hunter-Uhlig (2017).

5 Kurke (1990; 1998) ha denominado este proceso “desarrollo del capital simbólico de un οῖκος” y “economía del κῦδος”. Su ejecución involucra los distintos modos en los que los atletas victoriosos negociaban su estatus en la sociedad a la que pertenecían. En este sentido, cada nueva victoria en el hogar y cada nueva performance que honrara una victoria pasada resultaban medios eficaces para reactivar viejos triunfos. En lo que respecta a la “economía del κῦδος”, hace referencia a los diferentes mecanismos empleados para conmemorar la gloria del atleta y las reacciones experimentadas por posibles espectadores frente a ellos. Dichos mecanismos podían abarcar desde estatuas hasta los epinicios de Píndaro, incluyendo los epigramas dedicatorios objeto del presente trabajo. Para la diferencia entre κῦδος y κλέος, cfr. Benveniste (1973).

6 ἀλλ᾽, ὦ Κρόνου παῖ, ὃς Αἴτναν ἔχεις, /ἶπον ἀνεμόεσσαν ἑκατογκεφάλα /Τυφῶνος ὀβρίμου,/ Οὐλυμπιονίκαν /δέξαιΧαρίτων ἕκατι τόνδε κῶμον… (Oh hijo de Crono, que posees el Etna, ventoso peso del terrible Tifón de cien cabezas, por causa de las Gracias recibe a un vencedor olímpico y a este cortejo, O.4.6-9), Cfr. también O.13.28- 30. Nótese asimismo que el llamado “δέξαι-motiv” es relativamente frecuente en inscripciones que ofrecen la fórmula “X, hijo de Y, ha dedicado este objeto al dios A”. Véase entre otras CEG 418, CEG 345, CEG 367.

7 Hoy en día la opinión general de la crítica es que la performance coral constituye una regla para la premier de la oda pindárica y que la ejecución monódica es una característica de sus sucesivas re-performances. Sin embargo, no es absolutamente seguro que este patrón generalizador pueda aplicarse sin riesgo al corpus completo de epinicios de Píndaro. Se debería asumir que al menos parte de los poemas podrían haber tenido premieres monódicas y re-performances corales públicas (Cfr. Currie, 2004; 2011; 2017).

8 No se sabe con absoluta certeza cómo habría sido el momento inicial de la dedicación del objeto. Sin embargo Wachter (2010:260) ha aventurado dos posibilidades: o bien el donante depositaba primero el objeto o se lo entregaba a algún sacerdote vinculado al santuario, luego señalaba el objeto y decía la fórmula escrita allí en voz alta, o bien decía dicha fórmula mientras entregaba el objeto o lo depositaba.

9 Todas las traducciones de los epigramas son propias.

10 Cfr. Paus. 6.7.1-2.

11 Cfr. entre otros Young (1968); Braswell (1976); Bresson (1979).

12 Para un estudio de los procedimientos compositivos seguidos por Píndaro, cfr. Bundy (1962) y Race (1983, 1989), entre otros.

13 Recordemos que, en años posteriores, la isla, dividida en un principio en tres ciudades Camiro, Yáliso y Lindo, sufrió un proceso de synoikismo conforme aumentaba la animadversión entre ella y Atenas. Para este proceso, en el que jugó un rol protagónico uno de los hijos de Diágoras, Dorieo, cfr. Gabrielsen (2000a). Para una contextualización histórica de la oda, ver Hornblower (2004).

14 La edición es la de Snell-Maehler (1987) y las traducciones son propias.

15 Aquí Zeus aparece en su faceta cultual panrodia bajo el epíteto Atabirio, pero no resulta difícil asociar a este Zeus epicórico con el Zeus olímpico, auspiciante directo de la victoria de Diágoras. La mención conjunta de ciudadanos (ἀστοί) y extranjeros (ξείνοι) al final del pasaje (v.90) quizás apunte también en esta dirección. Para el culto de Zeus Atabirio en Rodas, cfr. Morelli (1959).

16 En la edición de Ebert (1972), este epigrama figura con los siguientes suplementos: Ἐργοτέλης μ’ ἀνέθηκ[εΦιλάνοροςὃςποτε ποσσίν] / Ἓλλανας νικῶν Πύθι[α δὶς δόλι χον] / καί δύ’ Ὀλυμπιάδας δ[ὶςδ’Ἴσθμια καὶ Νεμέαι δίς] / Ἱμέραι ἀθάνατον μν[ᾶμ’ ἀρετᾶς ἕπορεν]. Si se aceptan las conjeturas de Ebert entonces las similitudes entre el catálogo presentado en O.7 y CEG 393 resultan aún más evidentes. Por otra parte, es pertinente señalar que este epigrama remite a una victoria también celebrada en un epinicio pindárico, la Olímpica 12.

 

Ediciones y traducciones

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Recibido: 15-10-2018
Evaluado: 28-10-2018
Aceptado: 31-10-2018