Anuario-Nueva Época 2022, Vol. 19 (19), Sección: Critique, pp. 87-90
Franco Carcedo Agustín Salvia, Santiago Poy y Jésica Lorena Pla (Comp.) La sociedad argentina en la pospandemia. Radiografía del impacto del covid-19 sobre la estructura social y el mercado de trabajo urbano
ISSN 2314-3983
La sociedad argentina en la pospandemia. Radiografía del impacto del covid-19 sobre la estructura social y el mercado de trabajo urbano
CLASCO, 2022, 237 páginas.
Franco Carcedo Universidad Nacional de La Pampa francocarcedo77@gmail.com
El objetivo general de este libro es analizar los impactos de la coyuntura abierta por el covid-19 en términos de desigualdad social. Para ello se toman como ejes de in- dagación los efectos sobre el mercado de trabajo urbano, la pobreza y los cambios en la estructura social. Una tesis general que atraviesa todos los capítulos es que la pan- demia inauguró un nuevo ciclo de acumulación de desventajas en términos sociales. En este sentido, la crisis sanitaria amplió los problemas estructurales que atraviesa la Argentina y, por consiguiente, profundizó las dinámicas excluyentes.
El libro se compone de una introducción, nueve capítulos y un epílogo. En la introducción, denominada “Coordenadas teórico-metodológicas para el estudio de las consecuencias sociales de la pandemia de covid-19 en la Argentina”, Santiago Poy y Jésica Lorena Pla plantean que la situación sanitaria y las medidas de aislamiento decretadas por los distintos gobiernos de la región acentuaron las desigualdades so- cioeconómicas existentes en América Latina. Durante el año 2020, el producto bruto interno (PBI) de los países de LATAM se redujo 7%, mientras que a nivel mundial se contrajo 3,3%. En materia laboral, Latinoamérica es la región que más empleo perdió (-9,5%) en comparación con Europa (-2%) o América del Norte (-5,8%). En Argentina, para el mismo período, la caída del PBI fue de 9,9% y más de 2,5 millones de personas se quedaron sin trabajo.
Antes de la irrupción de la pandemia, Argentina ya estaba sumergida en una profunda recesión que se inició con la crisis cambiaria de abril de 2018. El estanca- miento económico, los saltos del tipo de cambio y el consecuente proceso inflacionario
afectaron principalmente a los sectores populares y a las capas medias de la socie- dad. En este contexto de suma fragilidad social, la implementación de medidas que limitaron las libertades individuales por parte de la burocracia estatal tuvo como re- sultado un agravamiento de los indicadores sociales y un aumento de la violencia institucional. Como no podía ser de otra manera, la combinación de estos factores produjo una “crisis dentro de la crisis” (Poy y Pla, 2022:19).1
En el primer capítulo, “Sobre el desarrollo fallido, los regímenes políticos y las políticas sociales”, Agustín Salvia analiza la relación entre los diferentes programas de modernización implementados en Argentina durante las últimas décadas y los magros resultados en materia de desarrollo económico, bienestar social y equilibrios territoriales. Siguiendo las tesis del estructuralismo latinoamericano, el autor sostie- ne que la matriz de la desigualdad social está condicionada por la heterogeneidad estructural del sistema productivo. Esto se manifiesta en la conformación de un mer- cado laboral que genera empleos informales, de bajos ingresos y sin ningún tipo de protección social. A todo ello se suman mecanismos institucionales de inclusión, ex- clusión y control social que están arraigados en el sistema político. Salvia reconoce que, si bien la pandemia de covid-19 provocó una crisis sin precedentes en términos sociales, nada de esto constituye un hecho excepcional en la historia económica y social argentina.
El segundo capítulo pertenece a Eduardo Donza y se denomina “Heterogeneidad de la estructura ocupacional y calidad del empleo”. En este trabajo el autor aborda el impacto que tuvieron el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) y el Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio (DISPO) sobre el mercado laboral urbano en Argentina. A partir del análisis de los datos provenientes de la Encuesta Deuda Social Argentina (EDSA), Donza afirma que disminuyó la proporción de traba- jadores por cuenta propia, se multiplicaron las suspensiones remuneradas o no re- muneradas por la pandemia y hubo un marcado efecto desaliento en la búsqueda de empleo. Asimismo, la mayor pérdida de empleo y de paso a la inactividad se generó en los grupos laborales más precarizados.
El tercer capítulo se denomina “Estructura ocupacional y calidad del empleo en las regiones urbanas” y fue escrito por María Albina Pol, Valentina Ledda y Lucía Bagini. Utilizando datos procedentes de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), las autoras evidencian que el mayor impacto de la crisis provocada por la pande- mia se observó en los aglomerados urbanos donde el sector informal tiene mayor relevancia y/o en aquellas ciudades que sufrieron restricciones más severas al des- plazamiento de las personas. Con un adecuado trabajo de análisis estadístico y la correspondiente representación gráfica de la información, las autoras comparan la
dinámica de los mercados regionales y ofrecen un valioso aporte para reflexionar
sobre el comportamiento de los diferentes indicadores laborales.
En el cuarto capítulo, “Pobreza y desigualdad: el papel del mercado de trabajo y las políticas sociales”, Ramiro Robles y María Noel Fachal analizan la relación entre el acceso al mercado de trabajo, las unidades domésticas y las políticas de protección social a partir del año 2020. En efecto, reconocen que la pandemia recrudeció un proceso de deterioro social que se inició con la crisis cambiaria de principios de 2018. Más precisamente, los autores plantean que se produjo un aumento del nivel de po- breza monetaria de la población y un incremento de la cantidad de personas activas sin ingresos y que se afectó la capacidad de las unidades domésticas para mantener sus vínculos con el mercado de trabajo. En este escenario por demás complejo, desde el Estado se intentaron mitigar los efectos de las medidas de aislamiento a partir de transferencias no contributivas.
El quinto capítulo, “Movilidad ocupacional: transiciones de la informalidad es- tructural y la pobreza entre 2018 y 2020” es de autoría de Miguel Oliva, Diego Masello, Martina Zubarán, Rodrigo Segovia y Nara Álvarez. Los autores describen y analizan estadísticamente las trayectorias de las y los trabajadores informales y la incidencia de la pobreza en la población argentina entre 2018 y mediados de 2020. Entre las con- clusiones del trabajo se puede mencionar el hecho de que, más allá de la pandemia, la informalidad estructural es un fenómeno que se cristalizó en el transcurso de las últimas décadas y que difícilmente pueda remediarse en el corto plazo.
El sexto capítulo del libro se denomina “Trabajadores pobres en tiempos de pandemia (2019-2021)” y fue elaborado por Santiago Poy y Camila Alfageme. Desde un enfoque teórico-metodológico similar a los capítulos previos, los autores estudian el proceso de empobrecimiento entre la población ocupada en el sector informal en- tre 2019 y 2021. A partir de los datos obtenidos de la EDSA, afirman que los ocupados en el sector informal fueron los más expuestos al riesgo de entrar en la pobreza. Esto incluye a los asalariados del sector informal y a los no asalariados informales (cuentapropistas de baja calificación y pequeños empleadores). Por el contrario, los asalariados formales y los trabajadores del sector público fueron los más protegidos.
El séptimo capítulo fue escrito por Jésica Pla, Manuel Riveiro y Eugenia Dichiera y se llama “Dinámicas de la estructura de clases”. En este texto los autores realizan un interesante análisis de los cambios en la estructura de clases en Argentina y sostienen que la pandemia permitió observar en el corto plazo una serie de transformaciones que habitualmente se observan en períodos de tiempo más extensos. Entre estos cambios se puede mencionar la inactividad forzada entre las fracciones no asalaria- das y entre trabajadores y trabajadoras no calificados, lo que produjo una reducción
en el peso de estas fracciones al interior de la estructura social. También se hace referencia a las modificaciones en las condiciones laborales sobre la base de tres in- dicadores de las relaciones de empleo: la seguridad, la estabilidad y las perspectivas con relación a los ingresos que se obtienen según la edad de las personas.
Al octavo capítulo, “El trabajo doméstico de varones y mujeres”, lo escribieron Gabriela Gómez Rojas, Danila Borro, Sofía Jasín y Manuel Riveiro. Partiendo de in- terrogantes tales como ¿qué cambios se observan en la distribución de las tareas domésticas entre los géneros antes de la pandemia y durante la misma?, los autores y las autoras muestran que, a pesar del encierro en los hogares impulsado por el Estado, no se produjeron grandes cambios en el reparto de las tareas domésticas entre los géneros. Si bien existió una mayor participación de todas las personas del grupo familiar, fueron las mujeres quienes continuaron realizando la mayor cantidad de las labores dentro del hogar.
El noveno capítulo se denomina “Clases sociales y brechas digitales” y fue ela- borado por Silvana Galeano Alfonso y Jésica Pla con el objetivo de analizar el acceso y uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en Argentina antes y durante la pandemia. En este sentido, logran identificar brechas digitales de acceso y uso entre hogares de diferentes clases sociales y el impacto desigual que ha tenido la pandemia en términos de accesibilidad. Entre las conclusiones se menciona que las brechas de acceso del hogar a una computadora son mayores y han aumentado, mientras las brechas de acceso del hogar a internet son menores y han disminuido. Esto quiere decir que las clases que se ubican en las posiciones con menos ventajas asociadas han ido incorporando internet en sus hogares y utilizado en mayor medida los teléfonos móviles.
En el epílogo, los compiladores y la compiladora del libro recuperan distintas dimensiones de análisis que se abordaron en todos los capítulos y proponen un ba- lance de los resultados. Principalmente, plantean que en el marco de la vigencia del ASPO las y los trabajadores por cuenta propia fueron quienes más sufrieron la caída o suspensión de sus ingresos. Esto produjo que se acentuaran las brechas estructu- rales de un mercado laboral fragmentado.
Más allá de las consecuencias por demás evidentes de la pandemia, los factores explicativos de la crisis social que afectan a la sociedad argentina deben buscarse en los desequilibrios del sistema de acumulación de capital. Para los autores y autoras, “la pandemia se constituyó como un catalizador que puso de manifiesto la fragilidad en la que reproduce su vida una gran parte de los hogares de nuestro país” (Salvia, Poy, & Pla, 2022:199).
Este libro representa un aporte para reflexionar acerca de los problemas es- tructurales de la Argentina, tales como la pobreza crónica, las persistentes brechas distributivas y la marginalidad estructural, e invita a desarrollar investigaciones a pe- queña escala a fin de poder conocer los cambios, adaptaciones y continuidades pre- existentes en el mundo del trabajo, la escuela y el barrio.
1 El gobierno implementó una serie de medidas de alivio –aunque insuficientes- dirigidas a atender los efectos económicos de las restricciones. Por su alcance, las más relevantes fueron el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) o el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y a la Producción (ATP).