Anuario-Nueva Época 2021, Vol. 18 (18), Sección: Critique, pp. 101-104

Carolina Bugnone de las Heras; Sebastián González

Pliegos de traducción. Volumen III. “Musam Dicemus”. Traducir

la palabra que hechiza: versión al español de la Bucólica VIII de Virgilio

ISSN 2314-3983

Dora Battiston y M. Carolina Domínguez.

Pliegos de traducción. Volumen III. “Musam Dicemus”. Traducir la palabra que hechiza: versión al español de la Bucólica VIII de Virgilio

Santa Rosa: Editorial de la Universidad Nacional de La Pampa, 2021, 60 páginas.

Carolina Bugnone de las Heras

Estudiante-Universidad Nacional de La Pampa

carolibugnone@gmail.com

Sebastián González

Estudiante-Universidad Nacional de La Pampa.

sebastian.01g@gmail.com

El volumen III de Pliegos de traducción comprende, entre otros aportes, una edición bilingüe de la Bucólica VIII (42-39 a.C.) de Publio Virgilio Marón (70- 19 a.C.). Se trata de una versión para la que Dora Battiston y M. Carolina Domínguez proponen –además de otros objetivos, especialmente de orden didáctico– una traducción acorde a la variedad lingüística de la región central del país. Esta adaptación configura una instancia significativa para el estado actual de los textos clásicos en la variedad del español rioplatense, puesto que, durante mucho tiempo, el acceso a las obras del ámbito grecolatino en nuestra lengua sólo fue posible por medio de traducciones mexicanas y españolas. Estas últimas son las más abundantes en las librerías y bibliotecas de la provincia de La Pampa, y producen, como afirman las autoras, un efecto de extrañamiento que no permite a los lectores, y especialmente a los estudiantes, percibir las ponderadas calidades del texto. Un ejemplo de esta situación suele manifestarse durante las clases de Lengua y Literatura Latinas en la Universidad Nacional de La Pampa. En algunos casos, los alumnos, al momento de adquirir la bibliografía literaria obligatoria, optan por distintas ediciones que pueden resultar útiles para un trabajo comparativo en clase, pero, debido al origen de los traductores, algunos textos presentan un importante número de rasgos coloquiales, frases y modismos del español ibérico. Por este motivo, los estudiantes experimentan dificultades para comprender determinados fragmentos de estas versiones, y, en consecuencia, no logran entender del todo los efectos estéticos como la comicidad y el doble sentido, la disimilitud entre el lenguaje formal/vulgar e, incluso, ciertos episodios de la fábula que pueden llegar a ser malinterpretados, debido a la diferencia dialectal entre regiones al momento de describir las acciones de la historia. Por lo tanto, un nuevo intento de traducción en la variedad de la lengua local resulta de utilidad porque aumenta la cantidad disponible de traducciones asequibles al público.

Un segundo aspecto que cabe resaltar consiste en que esta versión logra ser más cercana para nuestros lectores, debido no solo a la variedad lingüística elegida, sino al uso de un lenguaje actualizado que, en lo posible, evita los arcaísmos. De esta manera se logra un mayor nivel de accesibilidad en cuanto al léxico y el modo de expresión, que en las otras traducciones anteriormente mencionadas resulta, por lo menos, extraño a la lectura contemporánea. En este mismo sentido, se valoriza la inclusión, en las notas al pie, de determinadas dilucidaciones con respecto a los fragmentos traducidos y a los criterios de traslación seleccionados. Además, estos comentarios recuperan ciertos significados propios del ámbito de producción del original, que corren riesgo de perderse en el paso de una lengua a la otra y en una situación de lejanía temporal y cultural. Otro aporte de esta serie de notas es que posibilitan al lector no familiarizado con el contexto cultural del poema ingresar de manera sencilla a un caudal de información importante para la interpretación de la obra sin la necesidad de consultar, en una primera instancia, fuentes exteriores al libro.

Se puede señalar, además, la propuesta de una versión que incluye una perspectiva de los poemas como hechizos a partir del análisis lingüístico de su uso desde lo poético, es decir, se presenta una interpretación que apela al poder del lenguaje y refiere a su sentido mágico a través de la adaptación de la fuente griega Idilios de Teócrito. Así, durante nuestra lectura nos encontramos, entre otros ejemplos, con vocablos como carmina traducido por un término que se refiere al poder sobrenatural de la voz, “hechizos” (p. 105), frente a otras traducciones –como la de Pablo Ingberg, citada en el mismo libro– que utilizan expresiones más tradicionales como “canto”, “poema” u “oda”. En este caso, la Bucólica VIII de Virgilio: “reencuentra el eco de la antigua función erótica de los encantamientos” (p.11). Se trata, entonces, de una traducción que hace hincapié en el acto performativo de la palabra, en el poema como un ritual capaz de influir en la voluntad del ser amado. Esta perspectiva de traslación permite redescubrir la Égloga VIII a partir de nuevos valores semánticos y nos sumerge en un antiguo ceremonial lleno de anhelos humanos y esoterismo, que aún en nuestros tiempos nos sigue embelesando como casi dos mil años atrás. De manera similar a la iynx, antigua rueda mitológica, que atrae y ata al ser amado, el poema nos atrae, nos seduce con su lenguaje mágico y nos cautiva.

En cuanto a la estructura del libro que comentamos, presenta una introducción y una serie de capítulos que orientan la lectura del volumen, organizando los diferentes aspectos que a las autoras les interesa trabajar. El primero constituye una justificación de los mecanismos de traducción que las autoras escogieron. En el segundo se encuentra la versión en edición bilingüe. En los últimos dos capítulos se enlaza el texto analizado con una obra anterior, el “Idilio II” de Teócrito, autor griego, y también con una posterior, la poesía y la narrativa de Olga Orozco, en “Los juegos peligrosos” (1962) y “La oscuridad es otro sol” (1967). Los dos capítulos sitúan la poética de Virgilio, Teócrito y Orozco en una tradición en que los hechizos o encantamientos pueden leerse como portadores de sentido y elementos precisos para el análisis de sus obras.

Al tener en cuenta otros textos literarios y críticos, e incluirlos en su trabajo, las autoras agregan voces que validan las elecciones realizadas al traducir. Además, permiten que ciertos conceptos, con una conocida tradición mítica, puedan adquirir diversa significación. Lo cultural deviene semántico, por lo que las advertencias del primer capítulo permiten justificar elecciones que se plasman a posteriori.

Otro punto a destacar es la distancia temporal entre el escrito original y la traducción. En este sentido, la construcción que Battiston y Domínguez realizan no solo debe lidiar con la barrera temporal, sino que necesita adaptarse a una variedad lingüística que tradicionalmente no sería la más habitual a la hora de traducir. No son muchos los traductores que escogen el español rioplatense como variedad del español, y resulta menos usual en el ámbito académico. Así, la propuesta del tercer volumen de los Pliegos reafirma su objetivo metafórico de “encantar” a un lector que habla esta variedad dialectal.

Los estudios críticos que integran la publicación incorporan conceptos, autores y teorías de reconocida presencia en el ámbito de la disciplina literaria, como Gérard Genette o Roland Barthes. También se aborda la dificultad que implica la cuestión rítmica en la traducción de poesía. Comentan las autoras, entre otros aspectos: “podemos comprobar que, aun cuando se intente trasladar el hipérbaton latino al español –idioma que permite también esta construcción–, el efecto estético, el flujo rítmico sonoro, no podrá reproducirse” (p. 18). Así, aunque una estructura o, en este caso, una figura retórica, se pueda construir de la misma forma en español que en latín, la traducción no siempre podrá replicar el ritmo del original.

La fascinación del ser humano por la magia, lo desconocido, y el deseo de controlar aquello que lo excede, escapa al tiempo y a las épocas. Atados a nuestra mortalidad y limitaciones, la búsqueda de métodos que brinden control sobre la naturaleza, la voluntad de otros y el corazón de nuestro ser amado nos lleva hasta la mayor de las angustias y desesperaciones. La magia, en calidad de fuerza que todo lo puede, surge, así, como un elemento que nos permite distanciarnos de las carencias humanas, evidencia de nuestra finitud y debilidad, y nos acerca al poder e inmortalidad de los dioses. Los encantamientos, al emplear la palabra en su mayor eficacia performativa, acompañan a la humanidad a lo largo del tiempo como un bálsamo que apacigua nuestras penurias; pero también la palabra es creadora de mundos, y de este modo el poeta, en sus obras, se convierte en un demiurgo, un “hacedor”, al igual que los dioses. Las diversas expresiones de lo mágico se repiten a lo largo de la historia literaria, y su perdurabilidad les permite atravesar épocas y estilos. En relación con este tema, el último capítulo, escrito por Dora Battiston, está destinado a reflexionar acerca del poder de la palabra. En este apartado, evalúa la influencia de los esquemas de la literatura clásica en las obras actuales, específicamente, la magia, los ritos y la simbología. Hace un recorrido desde Teócrito, pasando por Virgilio, hasta una autora contemporánea, Olga Orozco. Y muestra cómo estos elementos relacionados con el poder de la palabra, en la forma de hechizos y conjuros, en muchas ocasiones, se emplean de manera similar a lo largo de la historia; es decir, la palabra mágica perdura en la literatura como profunda marca de la humanidad que lucha por dominar lo inalcanzable. Así: “la escritura literaria interactúa poderosamente con conjuros y rituales que rescatan el prodigio y las visiones e instalan el tono de una invocación permanente que […] asedia las puertas de lo incognoscible y determina un estilo” (p. 54). Queda explícito el entrelazamiento de la composición poética con los conjuros en un mismo acto creador. Las figuras paradigmáticas de los autores clásicos son retomadas por autores contemporáneos, resignificadas en el nuevo contexto. Así, según se expresa, Olga Orozco: “llegó a identificar magia y poesía en una convención simbólica universal” (p. 54). La traducción permite un estudio comparativo de estos aspectos esotéricos y desnuda los anhelos de una humanidad que aspira al control de la naturaleza y a la inmortalidad de los dioses, aun en los tiempos de la ciencia y de Internet.

Los diferentes aspectos mencionados en este recorrido demuestran que el libro construye un considerable panorama respecto a la Bucólica VIII de Virgilio, con retrospecciones y prospecciones a otros textos. Además, la traducción y las notas son didácticas y asequibles, por lo que supone una alternativa válida para quienes se interesen en la lectura de los textos clásicos.

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