Mercado, Javier. “Reseña de Estéticas del desborde en el siglo XXI, de María Laura Pérez Gras, Sonia Jostic, Lucía Feuillet, Mónica Bueno (compiladoras)”. Anclajes, vol. XXIX, n.° 3, septiembre-diciembre 2025, pp. 95-97.
https://doi.org/10.19137/anclajes-2025-2937
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RESEÑAS
Estéticas del desborde en el siglo XXI
Pérez Gras, María Laura; Sonia Jostic, Lucía Feuillet y Mónica Bueno (compiladoras)
UADER y EDUNAF, 2024, 379 páginas.
ISBN: 978-631-90052-6-4
El libro Estéticas del desborde en el siglo XXI presenta un estudio detallado de la literatura argentina de estos últimos veinticinco años. Se encuentra dividido en cuatro grandes secciones donde se abordan núcleos temáticos/problemáticos que configuran un mapeo de la contemporaneidad literaria, a saber: “Desbordes desde los márgenes” (conurbaciones, villas y marginalidad), “Desbordes en los imaginarios del retorno al siglo XIX” (reescrituras y nuevas visitas al pasado fundacional), “Desbordes de la ciencia ficción” (narrativas de la distopía) y “Desbordes del realismo y nuevas estrategias del naturalismo” (nuevas formas de narrar “lo real”).
A partir de una estructuración clara y dinámica, el libro tiene la virtud de enfrentarse –y sortear airoso– dos dificultades capitales en la constitución de un estudio que trate de abarcar lo contemporáneo. La primera dificultad reside en la construcción de una unidad en la diversidad, tarea siempre ardua en un libro colectivo. Más allá de las diferencias entre las perspectivas de quienes han escrito, es notoria la voluntad de organización y de mapeo como propuesta de trabajo que signa el estudio. En este sentido, es un libro que le hace justicia a la antigua disciplina que llamamos, no sin remordimientos, “Historia de la Literatura”. Su unidad reside, entonces, en historizar el campo literario del siglo XXI a partir de los cuatro ejes señalados en el párrafo anterior. Como advertimos, son las dinámicas propias de un sistema literario –enfocando en la narrativa– las que ordenan los trabajos y constituyen su método, es decir, su camino.
La segunda dificultad reside en las complicaciones inherentes a todo mapeo de lo contemporáneo. Sin las ventajas de la distancia, sin el trabajo de selección y reducción operado por el tiempo, se vuelve tanto más complejo detectar las insistencias temáticas, los agrupamientos y las posibles constelaciones que se presentan en tiempo real. Este ejercicio es dificultoso en tanto se torna complicado tener una “intuición del presente”. Pero en este caso, el trabajo resulta enriquecedor puesto que parte de los elementos más propios del modo en que tradicionalmente hemos sistematizado las historias de la literatura: los géneros. Es a partir de retomar ciertas marcas de género (novela realista, novela social, novela negra, fantasy, new weird o literatura de especulación) que el libro se propone abordar el presente. Además, se sostiene en la apuesta por un recorrido de lo contemporáneo que no tenga la rigidez de lo marmóreo –lo canónico–, sino la flexibilidad de un croquis. Así, los diferentes trabajos se van entrelazando como una red que proporciona una orientación para leer, reflexionar y aproximarse a lo que acontece en la narrativa de las últimas décadas sin formular por ello afirmaciones tajantes o cerradas que clausuren el debate. Al contrario, la dimensión polémica de varios textos es la invitación a seguir pensando un estadio actual del campo literario.
Es significativo que muchos de los estudios compilados se enfoquen en las reescrituras del siglo XIX y en las manifestaciones actuales de la ciencia ficción. Con esa característica bifronte, se abordan textos literarios que extienden su horizonte de visibilidad hacia un pasado histórico (Michel Nieva, Gabriela Cabezón Cámara, Carlos Gamerro) y hacia un futuro posible (Agustina Bazterrica, Martín F. Castagnet). De este modo, se releva un estadio de la imaginación sobre las representaciones del pasado y del futuro en la Literatura Argentina contemporánea. Los textos estudiados van desde el 2001 hasta el 2023 –dicho en términos político-sociales, del “argentinazo” posterior a la crisis y final del gobierno de Fernando De la Rúa, pasando por los diferentes momentos del kirchnerismo, hasta el regreso del liberalismo bajo las formas de Mauricio Macri o Javier Milei–. Advertimos que los textos mapeados entre 2001 y 2012 se caracterizan por revisar el pasado político y la importancia histórica que han tenido los sujetos populares; en tanto encontramos que el segundo tramo –del 2014 al 2023– está marcado por el ascenso y afianzamiento de narrativas donde predomina el terror, lo extraño o lo post-apocalíptico. No resulta desatinado proponer, entonces, que la literatura piensa este arco histórico-político como una parábola que va de la utopía a la distopía. En diálogo con este arco, es llamativo que el término “trauma” sea utilizado con frecuencia en varios estudios (Sabrina Rezzónico y María Laura Pérez Gras, Laura Destéfanis) tanto para referir al pasado cuanto al futuro. La literatura contemporánea advierte que estamos en un país que se piensa como crisis e inestabilidad permanentes. Y esas crisis adquieren el rostro de lo monstruoso. Destacamos que ambos términos, trauma y monstruo, dan cuenta de algo que no se ve, pero que busca la forma de manifestarse.
Señalamos finalmente un último aspecto determinante de este libro: se preocupa por las mutaciones de literatura en el futuro cercano (¿o en el presente inmediato?) y cómo abordarla. Trabajos como los de Lucía Feuillet o Matías Lemo se adentran en un nuevo horizonte que, al menos en el campo de los estudios literarios en Argentina, no se ha abordado con suficiente seriedad: el vínculo de la literatura con el mundo digital. Si bien el libro, como objeto cultural, ha logrado sobrevivir a las transformaciones que impuso la informática desde el último cuarto del siglo XX, es claro que la dinámica del campo cultural y literario ya no se organiza bajo las mismas lógicas que hemos estudiado a partir de la Escuela de Frankfurt. Así, los medios masivos, las academias o las instituciones educativas ya no fijan un canon ni tienen un poder tan determinante sobre los lectores. Como lo advirtió Hernán Vanoli en La literatura en tiempos de algoritmos, las plataformas como Youtube o Wattpad –e incluso empresas tecnológicas como Amazon y su Kindle– han trastocado notablemente una dinámica cultural que, a grandes rasgos, tenía cierta estabilidad desde inicios del siglo XX. Adentrarse en el mundo de los blogs, de los podcasts o de los textos que circulan primero por las redes son cuestiones que invitan a reflexionar sobre nuestras prácticas académicas. ¿De qué herramientas disponemos para abordar la novedad disruptiva que constituyen los textos digitales? ¿Cómo organizar la dinámica de un campo literario atravesado por esta complejidad? ¿Cómo continuará la historia de la literatura cuando la escritura se vuelva algo efímero y evanescente? Estas cuestiones nos interpelan luego de la lectura de varios artículos del libro y nos obligan a pensar que lo digital no es un mero cambio de soporte, sino una transformación completa de lo que llamamos literatura y sus teorías/metodologías de abordaje.
En síntesis, creemos que la importancia de este libro radica en que se constituye como uno de los más completos trabajos sobre la literatura del siglo XXI: sus particularidades, sus líneas canónicas, sus periferias y su devenir futuro. Una lectura imprescindible que se suma a los grandes estudios que se han producido sobre la contemporaneidad –como son Los prisioneros de la torre de Elsa Drucaroff, Una literatura en aflicción de Jorge Monteleone o la Historia feminista de la literatura argentina de Laura Arnés, Nora Domínguez y María José Punte–. Una herramienta indispensable para pensar la literatura del siglo XXI de acá en más.
Javier Mercado
Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad Nacional de Córdoba
Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud
Universidad Nacional de Santiago del Estero
Argentina
ORCID: 0009-0009-7254-7527