RESEÑAS
Mirtha Nora Solari (2016) MURMULLOS DE PASION: CARMEN FUNES- LA “PASTO VERDE”, Plaza Huincul, edición de la autora, 404 páginas.
Este trabajo reconstruye la biografía de la mendocina Carmen Funes, más conocida como la “Pasto Verde”, quien fuera fortinera durante la mal llamada “Campaña del Desierto” (1878-1885) y que, posteriormente, se convirtió en la primera pobladora de la localidad neuquina de Plaza Huincul. La autora, Mirtha Solari, es una modista oriunda de Cutral Có con estudios en Ciencias Sociales que trabajó durante dos décadas en el museo “Carmen Funes” de la Municipalidad de Plaza Huincul. Actualmente forma parte de la Junta de Estudios Históricos de Neuquén y de la Comisión Asesora del Archivo Histórico Municipal de Cutral Có.
En su libro, dirigido a todo público, Solari plasma la información recopilada durante más de veinte años de investigación acerca de la pionera de Plaza Huincul, quien es un personaje destacado en la memoria del pueblo neuquino porque su vida se transformó en leyenda. La autora lleva el mito al terreno de la historia sustentándose en una gran diversidad de documentos escritos, así como también testimonios orales de las personas cercanas a Carmen Funes, pioneros de la localidad y los descendientes de éstos. A eso se suman numerosas fuentes fotográficas de lugares, momentos y personajes.
El trabajo también se adentra en la construcción socio-histórica de lo que hoy son Plaza Huincul y Cutral Có, además de constituir una herramienta para conocer algunos hechos de la Norpatagonia a fines del siglo XIX y principios del XX. Por eso, Solari se introduce en las increíbles historias personales de numerosos antiguos pobladores contemporáneos a Carmen Funes.
El libro se compone de dieciocho capítulos que abordan cada momento de la vida de la pionera y su entorno. A la vez, la autora narra todo el recorrido de su investigación. En principio, diferencia entre las versiones sobre la vida de Carmen Funes que tienen fundamento histórico y aquellas que no. Luego, realiza un seguimiento de los pasos de Carmen desde la provincia de Mendoza hasta su asentamiento en Plaza Huincul. Al no contar con muchos datos sobre la infancia de la pionera, Solari inicia la reconstrucción de su vida en 1878, a partir de la Campaña militar a la Patagonia llevada adelante por el Ejército Argentino contra los pueblos originarios. Destaca la participación de las mujeres durante este hecho, centrándose en el papel de las fortineras que debieron prestar servicios para el Ejército bajo terribles condiciones, siendo cocineras, curanderas e incluso combatientes; aunque a muchas se las ridiculizó con apodos y se las arrojó al olvido.
Solari logra sacar del anonimato a estas mujeres a partir del hallazgo de listas oficiales del Ejército. En ellas identifica que “Carmencita”, siendo adolescente, fue agregada a las tropas del 7º Regimiento de Caballería de la 4º División del Ejército, que arribó al Territorio de Neuquén partiendo desde San Rafael, Mendoza. Luego, intenta develar el paradero de Carmen Funes después de la Campaña. En esa búsqueda recorre las vidas de otras fortineras como Mercedes Casa, apodada “La Mazamorra”. Allí, Solari descubre que Carmen salió de Neuquén y durante años recorrió los caminos rionegrinos y pampeanos como vendedora ambulante, hasta que dejó su posta en el “Fuerte General Roca” ante el avance del ferrocarril, que se extendía desde el Este desplazando el transporte en carretas que favorecía su negocio. Por eso, decidió regresar sola al territorio neuquino, alejado del ferrocarril, y se instaló en Plaza Huincul cerca de 1895, conociendo la existencia de una aguada en el lugar y la ubicación estratégica en el paso de Neuquén hacia Zapala.
La autora demuestra que Carmen Funes se instaló en Plaza Huincul ya en su rol de puestera y criancera, y no como se piensa, que llegó con el Ejército siguiendo a un supuesto marido militar. Los registros constatan que fue la primera pobladora estable de la aguada. Allí levantó varios ranchos e instaló un almacén de ramos generales donde también daba alojamiento y comida a los viajeros que se desplazaban por los caminos de la zona. En este punto, la autora se sumerge en el espacio geográfico y socio-histórico de Plaza Huincul, destacando la importancia que la pionera le otorgó al lugar.
En otros pasajes, Solari hipotetiza sobre los misteriosos orígenes de la heroína, incluyendo su fecha y lugar de nacimiento, y la identidad de sus padres. También detalla la etapa de su matrimonio con Pantaleón Campos, un criancero chileno con quien se casó en 1908. Por otra parte, la autora reconstruye el aspecto físico y la personalidad de Carmen, destacando su hospitalidad y su desempeño como “madre del corazón” de varios niños ajenos. Además se pregunta por los orígenes y el significado de su apodo “Pasto Verde”. A la vez, repudia la mala fama que se le atribuyó a las fortineras, a quienes se las asoció con la prostitución y la inmoralidad. Revierte dicha imagen con testimonios de personas que señalaron a Carmen como esposa, trabajadora y vecina ejemplar. Además, la escritora repasa algunos reconocimientos que se le hicieron a la pionera tiempo después de su muerte.
También hay capítulos dedicados a la llegada del ferrocarril y las exploraciones en búsqueda de petróleo en territorio neuquino, los cuales fueron eventos que alteraron la vida en la aguada. El ferrocarril perjudicó el negocio de Carmen Funes ya que redujo el transporte con carretas que pasaban por su posta. Luego, los buscadores de petróleo aumentaron los asentamientos en la zona. Pese a su descontento, Carmen Funes siempre estuvo dispuesta a atender a los forasteros y brindarles apoyo logístico. En este punto, la autora se adentra en las vidas de destacados personajes que llegaron a la aguada por la explotación petrolera como, por ejemplo, el técnico austríaco Juan Soufal. Por último, aborda las circunstancias de la muerte de Carmen en 1916, dos años antes del hallazgo del petróleo, a causa de una insuficiencia cardíaca producida por una hidropesía.
Se trata de la cautivante obra de una historiadora de oficio que reconstruye con lujo de detalles la historia y “pasión” de una mujer representativa de muchas otras de la época pero que también sobresale por detalles como el hecho de ser la primera pobladora de Plaza Huincul. Es interesante el planteo de la autora de considerar la llegada de Carmen Funes hacia 1895 como el momento de la fundación de Cutral Có y Plaza Huincul, considerando que las fechas atribuidas a ambas ciudades son posteriores (en 1933 y 1966).
Con el cruce entre fuentes orales y escritas confiables, Solari logra reconstruir una imagen real de la pionera y desmentir los “murmullos” prejuiciosos que hay sobre su vida. Las fotografías de la aguada y de los objetos que le pertenecieron a Carmen refuerzan la sensación de estar frente a su existencia palpable. Además, las fuentes permiten traer al presente muchos nombres del pasado y aproximarse a sucesos como la “Campaña del Desierto”, la expansión del ferrocarril y el hallazgo de petróleo en Neuquén.
Este trabajo se desliga un poco de las formalidades historiográficas y la autora le otorga una impronta más ligada a la pasión y sus sentimientos. La convivencia de los resultados de la investigación con los procedimientos de la misma, y con aspectos de la vida de la propia autora, llevan al lector a estar atento a los cambios en la narración y la gran cantidad de datos presentados. Solari desarrolla todos los pasos de su trabajo, los idas y vueltas, los caminos sin salida y cómo fue atando cabos. Esto atrapa la atención del lector, que querrá acompañar a Mirtha Solari a lo largo de su investigación y descubrir el interesante contenido de cada capítulo.
Sin advertirse una perspectiva de género ni un posicionamiento feminista en el discurso, la obra igual cumple el cometido de visibilizar la experiencia de las mujeres como actores fundamentales de la historia, que por tanto tiempo fueron dejadas de lado en la construcción de conocimientos por los discursos hegemónicos.
Luciano Arancibia Agüero
Facultad de Humanidades
Universidad Nacional del Comahue