MISCELÁNEAS

ATUNLu conmemoró el Día Internacional de la Mujer Trabajadora

 

Con el objetivo de homenajear a las mujeres trabajadoras de la Universidad Nacional de Luján y, al mismo tiempo, generar un espacio de reflexión acerca de la situación de las mujeres en un mundo laboral en transformación, nuestra asociación llevó a cabo, el pasado 8 de marzo, un acto en el marco del “Día Internacional de la Mujer Trabajadora”.
En él, realizamos un reconocimiento a mujeres que desempeñan o han desempeñado un rol destacado en nuestra Comunidad Universitaria y participamos de una mesa de reflexión formada por autoridades y compañeras Nodocentes, en la que se abordaron diferentes aspectos del lugar de la mujer en la sociedad actual.
Luego, vivimos un momento muy emotivo en el que recordamos a nuestras compañeras Nodocentes fallecidas en actividad, a través de las palabras de quienes compartieron con ellas sus jornadas de labor.
Por último, disfrutamos de un evento musical y de las palabras de cierre ofrecidas por una de nuestras compañeras, de las que transcribimos aquí un extracto:
“Nos ha tocado una época en la historia y un lugar en el mundo en el que, por un lado, gozamos de muchas más libertades que las que tenían nuestras antepasadas, pero al mismo tiempo, estamos mucho más sujetas a estereotipos y a mandatos sociales que muchas veces son contradictorios entre sí o, como mínimo, son imposibles de lograr todos juntos en una misma vida.
Estos mandatos y estereotipos nos marcan lo que tenemos que ser y lo que deberíamos hacer y no hacer. […] Todo esto configura una situación muy contradictoria y muy ambigua entre las libertades que hemos ganado en las últimas décadas, y un conjunto cada vez más grande y más opresivo de exigencias sobre las mujeres en el ejercicio de los roles que tenemos en la sociedad.
Esta situación se convierte en algo muy cruel sobre todo en el caso de las mujeres pobres y trabajadoras con bajos ingresos. […] A mí me emocionan mucho esas mujeres, me emociona mucho su lucha, porque es una lucha silenciosa, es una lucha anónima, pero es constante, es de todos los días, y es pequeña porque es de los pequeños detalles de la vida cotidiana, pero es gigante, porque de esa lucha depende la vida de otras personas y la de ellas mismas.
Y aunque a primera vista puede parecer romántica la historia de las mujeres luchadoras, yo creo que no es nada romántica, es muy injusta. Es muy injusto que una mujer en este siglo tenga que cargar con tanta angustia, tenga que cargar con tanto cansancio.
[…] Por todo eso, creo que lo único que nos puede salvar de tanta opresión y de tanta injusticia es algo que en estos días se llama sororidad.
[…] Es empezar a romper con todos los mitos y los estereotipos que nos han enseñado durante siglos […]. Es hora de que rompamos con todo eso que nos han enseñado y empecemos a vernos y a reconocernos como hermanas, a ver en la otra mujer no una rival o una competidora sino una hermana, alguien que vive la misma opresión que vivo yo, alguien que sufre las mismas injusticias que sufro yo, y que por lo tanto puede entenderme mejor que nadie y yo puedo entenderla mejor que nadie. Y porque nos podemos entender, nos podemos ayudar.
Éste es mi deseo en este día para todas las compañeras trabajadoras de la UNLu: que podamos construir sororidad entre nosotras.”

Vanina Lizzano
Asociación de Trabajadores de la
Universidad Nacional de Luján