RESEÑAS
Colección antiprincesas + antihéroes1
Nadia Fink y Emiliano Saá, (2015) Buenos Aires, Editorial Sudestada
y Chirimbote.
Desde muy temprano entre las comunidades humanas fue necesario organizar
instrumentos que condicionaran y convirtieran a los niños y niñas, aislados
del mundo adulto, paulatinamente y por medio de múltiples mecanismos, en
sujetos plausibles de “pertenecer” de forma plena a dichas sociedades.
Uno de estos dispositivos fue sin lugar a dudas el “cuento”, utilizado como una
herramienta de aprendizaje, de estructuración del pensamiento, y sobre todo
como mecanismo transmisor de valores que, al reconfigurar la realidad y dotarla
de sentido, influyen en los autoconceptos y prejuicios. En primera medida, el
cuento funcionó como limitador: el qué “no” hacer, lo prohibido: los cuentos
atemorizaban a niños y niñas para evitar determinados eventos.
Desde la hiperglobalización y el mundo de mercado el cuento es pensado como
promotor: el que “debo” ser, condicionando los modelos a los que niños y niñas
deben aspirar, pero sobre todo a consumir. En contrapartida, la colección “Antiprincesas-
antihéroes- ofrece otra mirada, permite pensar el que “puedo” ser. Esta
visión propedéutica de las “antiprincesas” y “antihéroes” son un canal de resignificación,
un puente entre el mundo y lenguaje de los adultos/as y el de los niños/as.
Este proyecto busca ser disruptivo en la forma de instalar la discusión sobre
los formatos de familia de estructura monogámica en la que hijos e hijas están subordinados a sus progenitores, y la mujer al marido; las familias ensambladas; el rol de la mujer y la visión sobre los géneros y las sexualidades, -sí, así, en plural-; los estereotipos físicos, culturales o económicos; ponen de relieve además, el fin de la mujer como un objeto frágil y débil que debe ser protegida o rescatada: son mujeres que toman las riendas de sus vidas a pesar de las condiciones en las que se criaron, de su entorno y los mandatos externos; son hombres que lejos de tener superpoderes o imponerse por la fuerza, utilizan la palabra, la fantasía y la utopía para hacer de este mundo un lugar mejor.
Los textos que constituyen esta propuesta promueven el respeto por la diversidad comprendiendo y valorando la especificidad, lo particular y lo único de cada niño y niña con sus posibilidades y proyecciones. Esta colección expone algunos casos entre miles y rescatan valores de hombres y mujeres comunes que decidieron “ser” dentro de un mundo que intenta homogeneizar, que lucharon por ideales y convicciones lejos del legado patriarcal y religioso que América Latina heredó de sus conquistadores y que regula la vida de niños y niñas con el fin de hacerlos “encajar”.
Este conjunto de historias se inició en junio de 2015 con la saga de antiprincesas y rápidamente dio inicio al ciclo de antihéroes. A la fecha, se han publicado cinco tomos ilustrados que narran la vida de diversos personajes latinoamericanos: Frida Kahlo, Violeta Parra, Juana Azurduy, Julio Cortázar y Clarice Lispector. La calidad del material es excelente a un muy buen precio, pero lamentablemente por las lógicas del mercado y por tratarse de una editorial independiente, todavía es complejo adquirirlos lejos de Buenos Aires y los grandes centros urbanos.
Si bien son concebidos por los autores como cuentos, en realidad no respetan la dinámica y estructura como tal, tienen más que ver con micro-biografías. En los textos no dejan de utilizar términos complejos y explicarlos. Se trata de conceptos clave que son desarrollados en apartados que dan la sensación de “hipervínculos”, haciendo a estas biografías didácticas y dinámicas. Algunos ejemplos que resaltan son “judaísmo”, “represión”, “revolución”, “surrealismo”, “desarraigo”, “nómade”, “tiranía”, “colonias”, “dictadura” o “mitología”, lo que enriquece la propuesta al aportar al proceso de construcción de nociones y conceptos de una manera muy didáctica, permitiendo profundizar algunos puntos nodales.
En cada número es recurrente la presencia de algún personaje ligado al protagonista que hace preguntas e interviene en la narración, haciéndola más dinámica.
Entre ellos, se destacan “el sable preguntón de Juana” y “Ulises el perro preguntón de Clarice”.
Al finalizar el recorrido biográfico lectores y lectoras se encontran con un apartado donde se proponen actividades y juegos que instan a recuperar lo leído y con el que los autores pretenden despertar el interés y la imaginación al mismo tiempo que juegan a ser Frida, Violeta o Julio.
El volumen inicial está basado en la vida de Frida Kahlo: una mujer que pensó su cuerpo como bandera a pesar de su renguera, que pintó en una tela los momentos más felices y más tristes de su vida, una mujer alegre y defensora de su cultura, sus raíces y los derechos de su pueblo y que dijo ser hija de la revolución mexicana.
Violeta Parra, la segunda antiprincesa, fue una soñadora y cantautora, que buscó la música y canciones en cada rincón de su Chile. De origen humilde y familia numerosa rompió con los moldes de la familia tradicional, se casó dos veces y tuvo dos hijos en cada matrimonio, desafió el yugo patriarcal siguiendo su pasión y forjando su destino. En tercer lugar apareció Juana Azurduy, flor del Alto Perú, que luchó por la liberación de América Latina, y que comandó las tropas contra los realistas, al mismo tiempo que fue esposa y madre de cinco hijos, condecorada con el cargo de Teniente Coronel, falleció de viejita, sin honores en su humilde vivienda un 25 de mayo, día en el que se conmemora la libertad.
La escritora ucraniana - brasileña Clarice Lispector es por el momento la más reciente antiprincesa: “que lo tenía todo”, que rechazó la vida acomodada junto a su marido diplomático, y que “podría haber sido una princesa pero no quiso”.
Se volvió a Brasil y trabajó de periodista desempeñando su pasión por escribir cuentos, novelas y crónicas, junto a su dedicación de madre. Como no le gustaba dar por terminadas las cosas, muchas de sus historias no tenían finales.
El primer antihéroe de la colección es Julio Cortázar, en este caso, más allá de introducir algunos pocos datos sobre su vida personal, el libro se centra en su obra y en explicar la forma de escribir del autor: “la travesura más grande de Cortázar fue crear un mundo de seres imaginarios”. Al incluir el relato biográfico de un varón, la colección abre un interesante camino que transita a la categoría de género, como relacional, a la vez que la asume como metodología de análisis.
Si bien los autores hacen hincapié en “hablar claro” y considerar a los y las pequeños/ as lectores/as (6 a 12 años) capaces de comprender los “temas de adultos” es contradictorio que por ejemplo no incluyan el suicidio como la verdadera causa de la muerte de Violeta Parra y dejen la narración abierta: “¿y qué pasó después con Violeta? Esa ya es otra historia… una que habrá que contar en otro cuento o que vas a tener que buscar en otros libros, en otras voces…” (#2; pág. 22). Otro ejemplo en el mismo sentido, es que no exponen con claridad la bisexualidad y bigamia de Frida Kahlo, los autores en este caso apelan a una bellísima fórmula poética para expresarlo “tuvieron otros amores, aun estando juntos. Como otras cosas, compartían ese sentimiento más de lo acostumbrado para la época. Así los amigos y amantes eran muchos, y para Frida el amor se reflejaba en hombres y mujeres (#1, pág 14). En el intento por romper con los estereotipos quedan algunos elementos aún conservadores al no exponer los hechos y explicarlos.
Se trata de una experiencia que se multiplica: la fuerza de estos proyectos radica en que impulsan transformaciones en conglomerados comunicacionales, aunque sean marketineras, que hasta Disney necesita buscar novedosas estrategias discursivas con su más reciente eslogan “soy princesa siendo yo”. Es un paso, pero faltan muchos porque la realeza sigue siendo un modelo al cual aspirar, con estándares de belleza marcados e impuestos desde afuera.
Las antiprincesas no sólo son mujeres. No sólo son distintas a aquellas de plástico y fantasía. No sólo derrumban mitos y lógicas misóginas. Son reales, son de acá, son nuestras. No sólo por ser americanas, sino por ser pueblo.
Porque contra el cuerpo femenino atacan, Frida el cuerpo usa como bandera; porque contra los pobres arremeten, Violeta los acompaña; porque contra la expresión se lanzan, Clarice entonces grita; porque por la fuerza someten, Juana nos defiende. Para escapar y soñar, Julio nos propone fantasías pequeñas basadas en hechos reales, contra las injusticias sociales. El chico con cuerpo de grande que nunca quiso abandonar su inocencia nos invita a ser como él. Cortázar nos invitó a jugar, y el próximo número, el próximo antihéroe, Eduardo Galeano, nos invita a la utopía. Lo esperamos.
María Morales y Giulietta Piantoni
Universidad Nacional del Comahue.
Centro Regional Universitario Bariloche.
Notas
1 Colección Antiprincesas
# 1: Fink Nadia y Saá Emiliano, “Frida Kahlo para chicas y chicos”, Buenos Aires, Editorial Chirimbote, 2015.
ISBN 978-987-33-9158-3.
# 2 Fink Nadia y Saá Emiliano, “Violeta Parra para chicas y chicos”, Buenos Aires, Editorial Chirimbote, 2015.
ISBN 978-987-33-9159-0.
# 3 Fink Nadia y Saá Emiliano, “Juana Azurduy para chicas y chicos”, Buenos Aires, Editorial Chirimbote,
2015. ISBN 978-987-33-9157-6.
# 4 Fink Nadia y Saá Emiliano, “Clarice Lispector para chicas y chicos”, Buenos Aires, Editorial Chirimbote,
2016. ISBN 978-987-42-0190-4.
Colección Antihéroes
# 1 Fink Nadia y Saá Emiliano, “Julio Cortázar para chicas y chicos”, Buenos Aires, Editorial Chirimbote, 2015.
ISBN 978-987-33-9820-9.