NÉSTOR PEDRO STRITZLER (1954-2024) In memorian


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Nos tomó de sorpresa, fue algo totalmente inesperado. Así, sin aviso previo, nos dejó Néstor, investigador reconocido, docente respetado, pero ante todo un gran profesional y una buena persona.

Oriundo de Alpachiri, del este de La Pampa, se formó en Buenos Aires, graduándose de Ingeniero Agrónomo en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires en 1977. Allí conoció a Celia, su compañera de toda la vida, con la que tuvo dos hijos, Federico y Margarita.

Volvió a La Pampa en 1978 como Becario de extensión de INTA, etapa en la cual esta institución estaba recomponiendo su plantel profesional, severamente afectado durante los años previos por renuncias y cesantías. En 1983 pasó a planta como profesional (en ese entonces se denominaba “técnico”).

Néstor se orientó rápidamente a la investigación, enfocándose en la Nutrición Animal de la mano de Marcos Gingins, vinculándose ambos a la enseñanza de esa disciplina en la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Pampa, en el año 1979. La actividad de ambos fue fundamental para la puesta en marcha del Galpón de Metabolismo Animal y para la incorporación de técnicas para la evaluación de la calidad nutricional de alimentos para el ganado. En 1982 fue designado Profesor Adjunto de Nutrición Animal, para quedar a cargo de la asignatura desde entonces. A partir de este mismo año, Néstor conduce una línea pionera de investigación dedicada a la introducción, evaluación y difusión de gramíneas perennes megatérmicas para la Región Semiárida Central del país.

Así como se incorporaba un gran número de jóvenes profesionales al INTA, también se producía un gran desgranamiento; Santa Rosa no era la urbe de hoy en día y muchos no conseguían adaptarse. Néstor fue de los que siguieron adelante construyendo una carrera y una familia. Ante la necesidad de capacitar y especializar a toda esa masa de jóvenes graduados, INTA impulsó un plan de formación a nivel de posgrado en el exterior. Así, en 1985 Néstor partió a Dinamarca becado por el CONICET para realizar sus estudios de posgrado en la Royal Veterinary and Agricultural University (hoy parte de la University of Copenhagen, primero como Faculty of Life Sciences y luego Faculty of Science). Obtuvo su doctorado en 1988 y regresó al país para reintegrarse al INTA. En 1989 retomó la docencia en la Facultad de Agronomía de la UNLPam; en 1993 ascendió a Profesor Asociado y en 2006 a Profesor Titular, en ambos casos por concurso. Ya jubilado de INTA en 2019, continuó con la docencia de grado y posgrado en la Facultad y en otras instituciones, para retirarse en 2024 al alcanzar la edad máxima permitida por la ley para permanecer como docente regular. En todos esos años se formaron a su lado numerosos alumnos, colegas, docentes e investigadores, a los que inculcó su interés por la nutrición animal y su metodología de trabajo rigurosa.

Su trabajo se enfocó en la producción animal en la Región Semiárida, como la suplementación de rodeos de cría e invernada y los sistemas de pastoreo, pero sobre todo en la introducción e incorporación de gramíneas megatérmicas como mijo perenne (Panicum virgatum) y digitaria (Digitaria eriantha) al acervo forrajero de la región. Buena parte de estas investigaciones las realizó en colaboración con profesionales de la Estación Experimental San Luis del INTA. Esto resultó en un gran impacto en la incorporación de miles de hectáreas con estas nuevas especies forrajeras. Su trabajo, realizado en condiciones de escaso presupuesto compensado con rigor y constancia, fue reconocido en las evaluaciones externas que realizó el INTA en la década de los 90. Como resultado produjo junto a su equipo un gran número de publicaciones y presentaciones a congresos, charlas y conferencias académicas y de divulgación, porque Néstor entendía la responsabilidad de los

investigadores de hacer llegar sus resultados a la sociedad además de confrontarlos con la comunidad académica. Condujo proyectos de investigación, supervisó y dirigió tesis de grado y posgrado, y fue jurado de tesis y concursos a nivel nacional.

Ya avanzado en su carrera, pasó a ocupar cargos directivos en INTA y en la Facultad. En el Centro Regional La Pampa-San Luís de INTA, se desempeñó como Coordinador de Investigación, Experimentación y Vinculación Tecnológica a partir de 2006 y como Director reemplazante desde 2008. En 2015 accedió por concurso al cargo de Director del Centro Regional La Pampa-San Luís de INTA, responsabilidad que ejerció hasta 2019. En la Facultad de Agronomía de la UNLPam, en 2011 fue designado Director de la Escuela de Posgrado, y en el 2012 Director suplente. Luego siguió vinculado a las actividades de dicha Escuela de Posgrado con distintas responsabilidades. Fue Secretario (1983-1984) y Presidente (2019-2021) de la Asociación Argentina de Producción Animal, y presidió la comisión organizadora del 38° Congreso Argentino de Producción Animal, que tuvo lugar en Santa Rosal en el año 2015.

Su gestión en todos los ámbitos se caracterizó por un enfoque democrático y participativo, valorando siempre la colaboración y el apoyo de su equipo y, además, por su empatía y trato cordial hacia sus compañeros. Su compromiso con el INTA y con la Facultad de Agronomía fue inquebrantable, incluso en tiempos difíciles. Su reconocimiento del esfuerzo colectivo y su deseo de revertir las crisis institucionales son un testimonio de su amor por la investigación y su convicción en el valor del conocimiento para el progreso del país.

Néstor fue una persona excepcional cuyo legado de bondad y compromiso queda marcado en cada uno de nosotros. Su partida deja un gran vacío y un profundo dolor en todos los que lo conocimos y apreciamos por su calidad humana, compromiso profesional, docente. Fue un apasionado defensor de la educación pública, convencido de que el conocimiento es la herramienta más poderosa para transformar vidas. Como formador incansable de recursos humanos, dedicó su vida a inspirar y guiar a las nuevas generaciones, dejando una huella que vivirá en aquellos a quienes ayudó a encontrar su propio camino. Su ejemplo y dedicación perdurarán como un faro de esperanza y entrega incondicional.

En palabras de quienes lo recordaron con afecto al enterarse del inesperado suceso de su fallecimiento, afirmaron en un medio local: “A poco de conocerlo, uno lo distinguía por su calidez, su buen humor, su capacidad de diálogo, por su honestidad personal e intelectual, por su inteligencia y por la sagacidad de sus reflexiones. En el laberinto de las discusiones, traía los planteos, las preguntas, las respuestas que siempre hacían avanzar. Era sagaz pero también era simple, y disfrutaba de las cosas sencillas, tenía la rara cualidad de combinar su inteligencia con una sobriedad y modestia inusual. Siempre atento a las personas y a los detalles. Fue un mentor, un guía y un amigo para muchos, dispuesto a compartir sus conocimientos y experiencias”.


Francisco J. Babinec, Laura M.C. Fontana, María Elena Fuentes Betiana Celeste Lentz y Horacio Pagella