Población & Sociedad 2025, Vol. 32 (1), pp. 1-35
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/pys-2025-320102
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ARTÍCULOS
El giro residencial de un destino turístico: motivaciones migratorias en la conurbación Maldonado - Punta del Este[1]
The residential turn of a tourist destination: migration motivations in the Maldonado–Punta del Este conurbation
Universidad de la República, Facultad de Ciencias Sociales, Centro Universitario Regional del Este, Uruguay.
daniel.cajarville@cienciassociales.edu.uy / daniel.cajarville@cure.edu.uy
Resumen
Este artículo indaga sobre la radicación de migrantes residenciales en busca de “calidad de vida” en la conurbación Maldonado - Punta del Este, área que sobresale en el Uruguay por su crecimiento demográfico. A partir de entrevistas, observaciones y fuentes secundarias se identifican como factores la estabilidad de las instituciones nacionales y las facilidades ofrecidas al migrante; la localización estratégica del destino para quienes proceden de la región; una amplia infraestructura urbana y de servicios en áreas como ocio, educación, salud; atributos paisajísticos así como densos circuitos de sociabilidad. La jerarquía, plasticidad así como multifacetismo del destino resultan también en medio decisivo para esta ola migratoria, cuyo protagonismo local reconfigura múltiples dinámicas socioterritoriales.
Palabras clave: migración residencial; migración por estilo de vida; migración por amenidad; turismo; ciudad intermedia
Abstract
This article explores the settlement of residential migrants seeking enhanced “quality of life” in the Maldonado–Punta del Este conurbation—one of Uruguay’s fastest-growing demographic areas. Based on interviews, observations, and secondary sources, the study identifies several contributing factors: the stability of national institutions and the advantages offered to migrants; the destination’s strategic location for regional movers; an extensive urban and service infrastructure in areas such as leisure, education, and healthcare; scenic attributes; and dense sociability networks. The destination’s hierarchical status, flexibility, and multifaceted character also emerge as decisive factors for this migratory wave, whose local prominence is actively reshaping diverse socio-territorial dynamics.
Keywords: residential migration; lifestyle migration; amenity migration; tourism; intermediate city
Recibido: 04/09/2024 - Aceptado: 10/03/2025
1. Introducción
La conurbación Maldonado - Punta del Este transita un giro migratorio sin precedentes en el Uruguay. Mientras la población residente en el área era de 20.179 personas en 1963, 47.950 en 1985, para alcanzar 107.265 en 2011 (Altmann, 2021), hasta llegar a 146.102 habitantes en 2023 (Instituto Nacional de Estadística [INE], 2024). Asimismo, para 2011 se contaba con una población de 172.130 habitantes para el departamento de Maldonado y 3.412.636 a nivel de Uruguay; mientras que en 2023 se llegó a 212.951 pobladores para la jurisdicción y 3.362.314 a nivel país (INE, 2023). Este contraste entre la jurisdicción subnacional y nacional de la conurbación, muestra una marcada disonancia entre el ascenso vertiginoso de una y la estabilidad de la otra. La llegada de inmigrantes uruguayos de nivel socioeconómico bajo y medio bajo, sobre todo desde otros departamentos del país, había sido permanente desde la década de 1970, con oscilaciones en su magnitud asociadas principalmente a ciclos de la construcción y la actividad turística de base regional (Trochón, 2017).
Además de la continuidad de la tipología antes descrita, el presente artículo evidenciará el afianzamiento de un perfil de capas medias a altas de origen tanto extranjero como doméstico, para el cual la búsqueda de trabajo en el área no necesariamente resulta la principal motivación. Muchos de ellos arriban con puestos de trabajo asegurados que conservan a distancia, se encuentran retirados (jubilados), acceden a otros recursos estables (inversiones, rentas, etc.), o inclusive se aproximan con el fin de emprender como un medio para un fin último que radica en el estilo de vida que el lugar provee. Al respecto, se ahondará para un territorio en el cual, de acuerdo al censo de 2023, un 40,6% de la población del departamento de Maldonado es formada por uruguayos procedentes de otros departamentos del país, mientras que un 5,8% de sus residentes nació fuera del Uruguay (INE, 2024). Las imágenes y figuras indicadas en adelante, permitirán situar el área urbana, así como algunas de sus características.
La situación sanitaria atravesada a partir de 2020 llevó a que pequeñas y medianas localidades ostentaran un crecimiento exponencial. Esto se debió, entre otros aspectos, a una extendida disociación del lugar habitado para con los espacios de trabajo y ocio, virtualizados en su mayoría, para una época de confinamiento en que era recomendable y relativamente seguro realizar prácticas de tiempo libre en entornos escasamente poblados y con atractivos paisajísticos, según evidenció Magali Talandier (2020). En ese contexto, 27.000 argentinos arribaron al Uruguay entre los años de 2020 y 2022 (Dirección Nacional de Migración [DNM], 2024), especialmente para los períodos de menor peligrosidad, así como siguiendo estricto protocolo, siendo distribuidos mayormente entre los departamentos de Colonia, Maldonado, Montevideo y Rocha, destacándose el segundo. Asimismo, otros extranjeros también arribaron a la región aún desde antes y luego de culminado el período de emergencia sanitaria, así como centenares de uruguayos retornaron al país, desde una tendencia histórica de radicación en la costa sureste del Uruguay para las últimas décadas (Koolhaas y Nathan., 2013). El demógrafo Darío Fuletti (2023) demuestra cómo en los últimos años sobresale Maldonado como destino migratorio de Montevideo luego de su área metropolitana, dados “los elevados costos de la vivienda [montevideana] o el deseo de vivir en un lugar menos densamente poblado y, una segunda etapa, en la cual se elige el departamento de acuerdo con las posibilidades que ofrece” (p. 64).
Figura 1. Mapa del departamento de Maldonado, con destaque a la delimitación de municipios locales (entre ellos: Maldonado y Punta del Este).
Fuente: Intendencia de Maldonado (2024). Mapa departamento de Maldonado [Mapa interactivo].
https://maldonado.maps.arcgis.com/apps/webappviewer/index.html?id=4c1f1a50896b49ddaa2de775d465045e
El problema de estudio se sitúa sobre el ostensible crecimiento de la conurbación Maldonado - Punta del Este, así como del departamento de Maldonado en el cual ésta se ubica, cuyo 23,7% de incremento en cantidad de habitantes entre los censos de 2011 y 2023 superó a restantes jurisdicciones del país, para un Uruguay que creció apenas un 1,1% en igual período (INE, 2024). Asimismo, se contemplan evidencias antes señaladas además de otras expuestas en adelante, sobre el avance reciente de un perfil migratorio de capas medias a superiores para el cual las características residenciales del destino costero resultan centrales a su decisión migratoria. Es entonces que este artículo indaga sobre la transformación poblacional de la ciudad mediana uruguaya de mayor dinamismo demográfico, a partir del papel de un nuevo perfil de habitantes al que se llamará migrantes residenciales. El objetivo a alcanzar radica en identificar qué estimula la elección de Maldonado - Punta del Este y el entorno circundante como destino migratorio a partir de 2020, para el referido perfil poblacional. La pregunta orientadora será: ¿a través del período indicado, que motivaciones encuentran tales migrantes para su radicación en la conurbación? En complemento, se considerará para el contexto indicado ¿qué ofrece el destino para satisfacer sus expectativas residenciales? Se acompañará la transformación de una localidad turística desde renovados énfasis en las razones para elegir permanecer en ella.
Figura 2. Mapa de la conurbación Maldonado - Punta del Este.
Fuente: Google Maps (2024).
2. Lineamientos teóricos y antecedentes
Sostienen Lucía de Abrantes y Luciana Trimano (2020) que las “movilidades residenciales” desde áreas urbanas de alta densidad a otras de media a baja escala remiten a un fenómeno de peso relativo en los últimos años, escasamente indagado en países como Argentina, así como por extensión Uruguay. Las autoras profundizan sobre un “territorio abandonado” como podría ser la ciudad de Buenos Aires, atravesado por un repertorio amplio de motivaciones que conducen a un “territorio deseado” eventualmente costero, rural o serrano al cual transforman, resultando en justificación “la naturaleza, los estilos de vida, la escala, el lazo social, la distribución de oportunidades, el anonimato y la solidaridad, la sensación de seguridad o el consumismo” (p. 147), entre otros factores. En consonancia, la categoría “migraciones por amenidad” acuñada por Romella Glorioso y Laurence Moss (2007) explica "el movimiento de personas a lugares, de manera permanente o a tiempo parcial, debido principalmente a una real o percibida superior calidad ambiental y una diferenciación cultural del destino” (p. 138, traducción propia). El multifacético fenómeno no resulta novedoso en su forma, sino en su creciente magnitud usualmente reconocido no sólo por la densificación poblacional de las grandes ciudades que trae aparejado preocupaciones en torno a la seguridad, el ritmo de vida y la calidad ambiental, sino también por las transformaciones en el transporte y la comunicación.
El fenómeno ha sido abordado a través de múltiples denominaciones sobresaliendo en la literatura especializada tanto la antes citada, como también la categoría “migración por estilo de vida” formulada por Karen Benson y Michaela O’Reilly (2009) que enfatiza los atributos socioculturales y materiales del destino, junto a la mediación subjetiva sobre quien se desplaza a partir de una situación anterior que sirve de contraste, y su aspiración a distanciarse de percepciones asociadas al lugar de origen para mejorar su “calidad de vida”. Las autoras sostienen que el acceso a medios de subsistencia por parte del migrante resulta determinante, desde un teletrabajo asegurado y/o medios para emprender hasta una jubilación, o al menos la disposición a adaptarse a posibilidades del destino como en el sector turístico. En cualquier caso, el medio de subsistencia será una vía y no la motivación migratoria central ligada ésta a una satisfacción subjetiva mediante alicientes como el paisaje, el estilo de vida, la tranquilidad y las propuestas para el ocio.
Según Mimi Sheller y John Urry (2006), el movimiento de imágenes, personas y prácticas expresa a una “sociedad móvil”. Este enfoque analítico nos lleva a pensar sobre el estudio de los movimientos en la multiplicidad de fenómenos contemporáneos. En paralelo, las decisiones migratorias suelen interpretarse a la luz de la teoría neoclásica, que toma al migrante como un individuo racional que procura mejores oportunidades de empleo y superiores condiciones de vida (Massey et al., 2000), especialmente para una atracción hacia donde se cuenta con mayor grado de desarrollo material (Piore, 1979). Otras teorías confluyentes, tal como la histórico-estructural, han pretendido abordar las relaciones desiguales entre territorios que conducen a una orientación migratoria habitual (Margolis, 1994). Las teorías de redes sociales enfatizan los flujos migratorios a partir de lazos entre el lugar de origen y destino (Portes y Böröcz, 1998). A los fines de este estudio se articula lo anterior con supuestos como los formulados por Ronald Inglehart (1977), para quien la satisfacción de necesidades materiales como la alimentación y la atención en salud, conduce a necesidades posmateriales como el bienestar subjetivo u acceso a la cultura que orientan las decisiones en grupos poblacionales y naciones con un grado medio a alto de bienestar económico. Las discusiones sobre migraciones con fines prioritariamente residenciales interpelan a las explicaciones dominantes sobre los flujos migratorios, ya que conjugan motivaciones materiales por motivos de subsistencia con motivaciones posmateriales facilitadas por el teletrabajo, retiro jubilatorio, emprendedurismos, rentas, entre otros.
El estudio del perfil migratorio aquí indagado, remite a conceptos como “sentido de lugar”, atravesado por las dimensiones “lazo ambiental” y “lazo de comunidad” en tanto aglutinantes de la decisión migratoria (Matarrita-Cascante et al., 2015). La construcción psicológica de narrativas coherentes sobre la identidad individual resulta usual para este perfil migratorio (Williams y Mcintyre, 2012), opera a partir de “la búsqueda de entornos de vida que sintonicen con los gustos personales” (Otero, 2014, p. 7), en clave de una elección individualizante como se desarrollará más adelante, que a la vez se nutre de escenificaciones y delineamientos de destinos turísticos como lugares de disfrute. Sobre lo cual confluyen condiciones de viabilidad, estímulos migratorios e inclusive fiscales, potencialidad de inversión o empleo en destinos que habilitan un desplazamiento. En un estudio sistemático sobre la literatura en torno a las migraciones turístico-residenciales, sus autores (Castilla-Polo et al., 2023) sugieren considerar el carácter de tenencia de la vivienda, el estatus legal y/o la permanencia en destino como indicadores diferenciales respecto de quién es migrante y quién turista, objetivando criterios de autodefinición subjetiva en tal sentido.
Es entonces que la categorización de migraciones turístico-residenciales o migraciones residenciales surgen como una síntesis de las tendencias de movilidad humana descritas en párrafos anteriores. Los atributos ambientales y culturales del lugar de destino surgen como motivación central para la noción de migraciones por amenidad; así como la resignificación vital que significa el cambio de entorno sociocultural y paisajístico sobresale para la noción de migración por estilo de vida. En América Latina, encontramos diversos estudios al respecto. Entre ellos, Gerhard Rainer y Matilde Malizia (2015) tratan las tensiones en materia de planificación territorial y fragmentación social, mientras estas olas migratorias impactan sobre las condiciones materiales y subjetivas de vida en antiguos habitantes de los Valles Calchaquíes (región del noroeste argentino). Asimismo, para la norpatagonia chilena, autores como Hugo Zunino et al. (2016) evidencian la potencialidad del arribo de nuevos residentes para el agenciamiento de procesos innovadores en materia ambiental y sociocultural, en paralelo a procesos de negociación entre valoraciones tanto de antiguos como de nuevos residentes. Rodrigo González et al. (2009), a partir de una sistematización exhaustiva en torno a las migraciones por amenidad propiciadas por destinos de montaña argentinos, identifican embates a nivel ambiental, cultural y poblacional. A su vez, sugieren la promoción de espacios colaborativos entre antiguos y nuevos residentes dado un alto potencial emprendedor de su encuentro.
Las movilidades migratorias ocurren en Uruguay teniendo a la Ley Nº 18.250 como un marco ordenador que garantiza derechos básicos, lo cual converge con políticas de estímulo inmigratorio que serán desarrolladas en el apartado 4.2. En un estudio sobre las nacionalidades de inmigrantes en el país para el período 2015-2021, de un total de 77.713 residencias temporarias y permanentes otorgadas en el período, prevalecen como orígenes Venezuela, Argentina y países del Caribe, a la vez que aumenta la diversidad de naciones del globo emisoras de población hacia el Uruguay, así como el número de quienes de estas proceden (Organización Internacional para las Migraciones y Foro Especializado Migratorio del MERCOSUR y Estados Asociados, 2022). Tan sólo en 2023 se registraron 8416 residencias permanentes a ciudadanos americanos y 1273 para otras regiones, totalizando 9689 residencias permanentes (DNM, 2024). Por un lado, 2179 fueron dirigidas a argentinos, 1191 a brasileños, 1560 a cubanos, 824 a venezolanos, 416 a colombianos; así como 152 a rusos, 119 a alemanes, 67 a españoles, 25 a británicos, entre otros. La totalidad de residencias permanentes a extranjeros en Uruguay habían sido previamente de 6088 en 2021 y 6310 en 2022, con similares tendencias en su distribución (DNM, 2024). Olas emergentes de migrantes desde Europa y América del Norte ascienden a partir de las percepciones favorables de tranquilidad, naturaleza, seguridad, carácter europeo y buen clima; a pesar de atributos desfavorables como el costo de vida, dificultades administrativas, limitada infraestructura de ocio, oferta cultural y limpieza, cuidado urbano (Zuasnabar, 2012). Un proceso de “multiculturalismo atenuado” sobreviene desde fines del siglo XX ante influjos migratorios que han llegado al país, desde el respeto a “las diferencias culturales dentro del seno de la sociedad uruguaya hasta el día de hoy” (Facal Santiago, 2008, p. 125).
El caso de Maldonado - Punta del Este como destino migratorio ha sido objeto de indagación por autores como Danilo Veiga et al. (2012), Ana Lafourcade (2019), Eliane Gerber (2016, 2021), Marcelo Boado et al. (2022), Verónica Filardo (2000, 2024), entre otros, quienes demuestran el atractivo para heterogéneos perfiles poblacionales que resulta en una de las áreas urbanas del Uruguay de mayor crecimiento (Altmann, 2021). La afluencia desde departamentos vecinos, entre otros del interior, marcó al departamento de Maldonado desde el auge de la construcción civil en la década de 1970 (Mezzera, 2008). En la última década, Maldonado se tornó el departamento más popular entre montevideanos que optaron por migrar fuera de su área metropolitana (Fuletti, 2023). Asimismo, preferencias argentinas de turismo asiduo y eventual gestadas en el siglo XX (Trochón, 2017), sedimentaron condiciones para una radicación desde aquel origen además de crear contexto para otros flujos internacionales.
Por último, la década de 2020 inicia con la pandemia por COVID-19 que implicó un cierre parcial de fronteras, con virtualidad en la educación y limitación de actividad en espacios públicos, entre otras regulaciones para un período conocido en Uruguay como “nueva normalidad”. El teletrabajo ganó terreno, así como las herramientas digitales avanzaron como medios para la realización de negocios y transacciones varias (Suárez Blanco, 2020). La movilidad hacia el interior uruguayo resultó factible, así como también el ingreso transitorio desde el extranjero con fines laborales, económicos, judiciales o familiares fue habilitado, salvo en períodos críticos, para quienes demostraran lazos filiatorios, inversiones en el país, propiedades en el mismo o compromisos laborales. (Presidencia de la República, s.f.) Mientras países vecinos como Argentina apelaron a restricciones en la movilidad (Giovine et al., 2022), el caso uruguayo apeló a una “libertad responsable” como modelo de gestión de riesgos sanitarios centrado en la responsabilidad individual (Naishtat y Estenssoro, 2023). Este escenario incidió sobre dinámicas poblacionales como las antes señaladas, a modo de experimentación y consolidación de procesos.
3. Metodología
La estrategia metodológica utilizada para este artículo preconiza un abordaje cualitativo mediante la recolección de datos desde entrevistas en profundidad, observación participante y análisis de contenido en textos e imágenes divulgados tanto en periódicos como redes sociales. Al decir de José Magnani et al. (2023), a partir de sucesivas aproximaciones desde lo conocido a lo desconocido se sucedieron encuentros, registros y análisis.
Migrantes recientes con menos de cinco años de radicación en la conurbación Maldonado - Punta del Este y área de influencia de hasta veinte kilómetros, fueron interlocutores cruciales de esta investigación a través de veintidós entrevistas individuales abiertas, diez entrevistas a parejas de migrantes y dos entrevistas grupales con un promedio de cinco personas cada una de ellas; todas realizadas entre enero de 2022 y octubre de 2024. Los orígenes migratorios de la selección se relacionaron con tendencias de distribución de perfiles, priorizando entrevistas a personas del interior del país y especialmente de la ciudad de Montevideo, luego migrantes de Argentina y otros países latinoamericanos, y por último nacionalidades extrarregionales. El muestreo teórico se dividió entre perfiles de capas medias a superiores de 18 a 30 años, 30 a 45 años, 45 a 60 años y más de 60 años, con foco en los dos últimos grupos identificados como dominantes. Una primera aproximación a los interlocutores locales sucedió desde redes personales para, en seguida, desarrollar una estrategia de bola de nieve que mediante criterio de saturación condujo a las conclusiones aquí vertidas. La pauta aplicada permitió explorar en profundidad motivaciones, procesos de arribo e inserción en la localidad y proyección a futuro por parte de las y los nuevos residentes a partir de narrativas biográficas. Cuando fueron contactados, las personas entrevistadas contaban con menos de cinco años en la conurbación estudiada. Aparecen mediante el uso de pseudónimo, en resguardo de su anonimato.
Además de las entrevistas, se suman observaciones acompañadas de intercambios no estructurados junto a nuevos y antiguos residentes que sirvieron como medios de relevamiento complementario y validación. Sin mencionar interacciones en espacios institucionalizados tales como talleres, muestras, conferencias, reuniones de expatriados, vernissages, jornadas de voluntariado, entre otras. Se explora un amplio campo donde transitan los migrantes aquí indagados, se profundiza sobre “la porción de lo real que se desea conocer” (Guber, 2004, p. 84). En tal sentido, se tiende a la concurrencia a lugares cotidianos de ocio que habitan, mencionados en diálogos sostenidos. Se consultan producciones culturales, especialmente escritas o audiovisuales, mencionadas por migrantes en entrevistas como de incidencia y/o aporte en su proceso de decisión migratoria, recursos que componen su movilidad corpórea, virtual o imaginativa (Sheller y Urry, 2006). Ese conjunto de elementos compone el sustento de la presente indagación, situada en el escenario ilustrado en imágenes y figuras a continuación.
4. ¿Por qué migrar a Maldonado-Punta del Este?
El lugar de origen del migrante y la trayectoria de lugares anteriormente transitados, suelen operar como referencia decisiva desde donde leer el interés por un nuevo destino. Así, el emplazamiento al que se apunta es evaluado a partir de cuanto ofrece, su significación, las lógicas sociales e institucionales desde las cuáles se organiza, las redes para vinculares, los medios de supervivencia, entre otros elementos que permiten interpretar los procesos migratorios (Massey et al., 2000; García Sánchez, 2017). Operan además las imágenes en circulación de un territorio a considerar para radicarse, disponibles a través de diferentes soportes y ámbitos con los cuales se tiene relación.
Las categorizaciones siguientes surgen del trabajo de campo realizado, a partir de las justificaciones relevadas en torno a los motivos de radicación en Maldonado - Punta del Este para el perfil de capas medias a superiores indagado. Estas son presentadas sin pretender una ordenación jerárquica, siendo la importancia de cada una relativa, así como usualmente complementarias desde diferentes grados de incidencia. Se ahonda sobre migrantes que sitúan su percepción del lugar elegido para instalarse, a partir de un recorrido previo, así como de una indagación presente sobre lo encontrado en un entorno que definieron como cotidiano.
4.1. Refugio al este. Un “oasis” de estabilidad socioeconómica al este. El refugio de la democracia uruguaya
“Hoy nuestras democracias crujen bajo el peso de la desesperanza, la
indignación social, los peores índices de desigualdad del planeta, una pobreza inabordable,
una corrupción galopante y graves problemas de inseguridad”, señalan en torno a
Latinoamérica las autoras de Laboratorio Uruguay (Naishtat y Estenssoro, 2023, p. 14). A la vez que destacan “una notable
excepción” sudamericana, en un contexto internacional de “crisis de las democracias
liberales” (p. 37). Estas afirmaciones surgen de un ensayo de investigación periodística
de amplia repercusión, sobre una reciente ola emigratoria de élite desde Argentina hacia la
orilla oriental del Río de la Plata. Entrevistas a residentes de ese país, así como a
tomadores de decisión uruguayos sedimentan argumentos sobre un país de sólida
estabilidad.
Arturo (65 años), argentino radicado, define su cotidiano en la costa uruguaya como un remanso, donde se encuentra en el día a día la paz que había perdido en su país de origen. El clima sociopolítico adquiere protagonismo en tal sentido, especialmente durante el período de gobierno 2019-2023. “Hay muchos argentinos que vinieron acá que se sienten como exiliados”,[2] sentencia sobre otros recién llegados que eligieron Maldonado - Punta del Este. La pandemia por COVID-19 sirvió de catalizador de la radicación en tierras uruguayas debido a habilitaciones de ingreso para extranjeros con propiedades en el país, así como a aquellos con condiciones para invertir y/o trasladar su residencia fiscal desde mecanismos que serán luego explicitados, medios que se conjugaron a la posibilidad de rehuir a una desafiante coyuntura y estrictas restricciones sanitarias. Lo que dejan, adquiere sentido en lo que encuentran. Milo, un joven emprendedor argentino de 32 años, al ser entrevistado en 2022 expone su desazón ante el panorama socioeconómico argentino. Sostiene que su primera alternativa había sido Europa, sin embargo " el viejo continente no es más un lugar de bienestar", entre enfrentamientos bélicos y radicalismos partidarios. Al decidir alejarse de las tensiones bonaerenses por él percibidas, optó por “bosque y mar pero con algo de movimiento” al este del Uruguay.[3]
Las reuniones mensuales, el primer domingo de cada mes, entre expats[4] o extranjeros que eligieron Punta del Este, suceden en uno u otro café de la localidad siendo el inglés la lengua franca. De once a trece horas conviven, se conocen, intercambian libros, organizan conferencias, entre otras actividades. Aunque cada vez más migrantes de Argentina y Uruguay se camuflan en esta red que ronda los cincuenta “expatriados” en sus encuentros, los cuales dan continuidad luego en un efusivo grupo de Whatsapp con alrededor de trescientos miembros. Allí confluyen desde retirados canadienses descontentos con las políticas gubernamentales de su país de origen, alguno de ellos aduciendo un control severo de la libertad en tiempos de pandemia, que se manifiesta no sólo en ese momento según se escuchara en uno de los encuentros. También, puede encontrarse a un matrimonio de retirados escoses que en su pasaje por Buenos Aires descubrieron el este uruguayo como una oportunidad para su última aventura, hicieron la prueba de permanecer y corroboraron que volver a un continente dividido “pierde pie”, según se les escucha decir. Las moderadas tensiones del espectro político uruguayo apenas conocidas por ellos, les resultan un juego de niños que vale la pena, en contraste con el desgaste de las pugnas conocidas de donde provienen. Se encuentran varios otros singulares casos, entre ellos veteranos viajeros que a través de periplos que emprendieron, tal vez luego de algún integrante de la familia que supo tener lazos con el Río de la Plata (esposo/a, hijos/as, yernos/as) se ve seducido a considerar la “civilidad” uruguaya según se escucha en varias lenguas. No falta quien, a través de plataformas digitales encontró una promesa de oasis al sur y quiso probarla.
Tal como sostiene Florencia Zuasnabar (2012), el antecedente de experiencias previas de movilidad resulta usual en migrantes extrarregionales que arriban al Uruguay: “movidos por un espíritu aventurero que se vislumbra en el hecho de estar dispuestos a abandonar el confort que proporciona un ambiente conocido” (p. 44). También, un alto nivel de formación es otro distintivo para Zuasnabar (2012), ya que migrantes extranjeros en la costa atlántica uruguaya evidencian un nivel económico como educativo que aumenta cuanto mayor es la distancia con el origen del nuevo residente (Cajarville, 2018). Un respaldo para la inserción local, así como para un retorno eventual o definitivo si fuese necesario. En el caso del departamento de Maldonado, la dotación de alto capital cultural o económico surge como constante para las migraciones extrarregionales, aunque también para los casos regionales. Al igual que en aquel estudio (Cajarville, 2018), la ausencia de lazos filiatorios de alta dependencia también suele confluir.
El apelo a una apuesta por un cambio con tranquilidad encuentra diferentes catalizadores. Un ejemplo es la Iglesia Punta Edge, una comunidad espiritual cristiana que acoge a extranjeros de países como Alemania, Bélgica o Sudáfrica en busca de un entorno seguro, estable y predecible. En diálogo con uno de los consejeros de esa comunidad de origen argentino, de cuarenta años aproximadamente y con trayectoria continental como misionero, el interés en un ambiente pacífico para proyectarse resultó determinante para su proyecto de vida, así como para las decenas de fieles que recibe. La mediación desde esta comunidad con inmobiliarias o centros educativos, así como sus servicios de traducción, resultan determinantes. Así como sus cultos religiosos en inglés o bilingües, coadyuvan en uno entre tantos ambientes amigables para el extranjero de otras latitudes. Un primer encuentro con él en instalaciones de la Universidad de la República (sede local) orientando al hijo de 18 años de un matrimonio sudafricano de mediana edad, junto a un padre dedicado a la informática de manera remota y una madre ama de casa, fue un ejemplo del papel de un migrante mediador de otros migrantes. Esa familia se alejaba de la violencia, la inseguridad y tensiones sociopolíticas en su país que deslumbran por su ausencia en el litoral uruguayo. Benson y O’Reilly (2009) insisten sobre las migraciones por estilo de vida desde una lectura del lugar de destino entablada a partir de cuanto queda atrás, sirviendo de resignificación. Procesos individuales de reinvención de proyectos de vida operan, sin estar exentas de influencia redes de parentesco, amistad, fé, entre otros.
Y así, los ejemplos continúan. En una feria de productores locales, una práctica de emprendedurismo emergente en la zona, un matrimonio belga en el entorno de los cuarenta años comercializa zumos frutales y aceite de oliva, abierto a compartir su historia de vida rumbo a la campiña uruguaya en las afueras de Maldonado. El espíritu de conocer mundo, de vivir en otro ambiente, de escapar de una sociedad de origen osificada según su percepción para descubrir lo nuevo en un lejano sur, que a la vez los alejaba de lo que ellos definían como un “continente en guerra”. Y no se arrepienten, sus ahorros de media vida les valieron para adquirir tierras con características que hubieran sido de difícil acceso en Europa, cerca de la ciudad y el mar. Este último un aspecto crucial, indicaron. No fue muy diferente la percepción compartida por una pareja estadounidense localizada en una zona rural aledaña, Pueblo Edén, manifestada a fines de 2023 durante un encuentro anual de residentes locales en la plaza del lugar, el Encuentro de Culturas (ver Imagen 1). Allí narraron sus ánimos expedicionarios y el haberse encantado por el paisaje local en un viaje por el sur, así como declararon transitar temporadas entre Estados Unidos y Uruguay valorando que durante su estadía serrana no se ha de lidiar con “political dramas” cual en su país natal. Luego, retrataron un marco de convivencia cuya diferenciación insistieron en valorar.
Imagen 1. Encuentro de Culturas en inmediaciones de Maldonado - Punta del Este
Fuente: fotografía del autor.
Gerardo, uruguayo de 48 años que retornó al país con su pareja inglesa, Emma, en entrevista narra cómo hacia 2017 en su grupo de amigos algo empezó a cambiar, poco antes de decidir su retorno. No se hablaba de política entre ellos, pero “comienza de repente”, poco a poco aparecieron banderas del Brexit flameando, sostuvo en entrevista. Recuerda: “Aquel martes fui a trabajar y mis compañeros estaban todos celebrando que salían de la Unión Europea, hasta que les dije que yo, que yo me tenía que ir si eso sucedía”. Al poco tiempo, aún con condiciones de permanecer, aquella Gran Bretaña tensionada no eran en la que querían él y su compañera permanecer. “Y yo veía que tenía cuarenta años. Y digo, después no voy a tener la fuerza. Un amigo que vivía acá me dijo ’venite ahora’“. Conjugaron motivaciones de regreso a un lugar familiar de origen para él, además con estabilidad socioeconómica y condiciones para emprender, sumado a un entorno con naturaleza y tranquilidad de especial relevancia para ella.[5] Raquel Huete y Alejandro Mantecón (2011) han identificado factores como el clima, costo de la vivienda, estándar de vida, conocimiento previo del área de destino, lazos previos como consecuencia gestados allí, sino familiares o amistades con radicación previa, además de la oferta de ocio, para explicar la migración turístico residencial desde el norte de Europa a España. Este ejemplo, muestra puntos de encuentro y se sostiene desde un innovador emprendimiento comercial que a él le funcionara, así como el teletrabajo de ella con ocasionales vuelos anuales.
Tania (33), una migrante dedicada a la música, al ser entrevistada a fines de 2024 cuenta que antes de la pandemia por COVID-19 recorriendo América Latina descubre Uruguay, adonde llega por recomendación de viajeros del país y se asienta en alrededores de Punta del Este. La tranquilidad local que le era ajena en su poblado de origen, una ciudad a media hora de Bogotá (Colombia), es otro ejemplo de lectura del lugar de destino desde un ostensible contraste con el origen. “Creo que los que somos de familias de víctimas de conflicto armado, es lo mejor que te puede pasar el saber de qué no te va a pasar nada dónde estás”. La apertura de los uruguayos le resultó además “envidiable”, según argumenta frente a una Colombia “tan estructural, tan cerrada”.[6] Describió una sociedad que la abrigó una vez ella se hacía conocer, donde sintió refugio y libertad. Lo fundamentó inclusive desde la materialidad de una situación de embarazo no deseado que atravesó, la opción de no continuar le fue garantizada por el marco legal y sanitario. Recalcó la importancia de que se conozca cómo una mujer sola en este país, pudo tomar una decisión que le permitió erguirse. A la vez, el dinamismo de un lugar donde el turismo abre puertas le aseguró su subsistencia en el tiempo, en un entorno cuyo verde y mar le resultaron especialmente apreciables.
4.2. Un destino conveniente
Uruguay “se ha posicionado a nivel legislativo como uno de los líderes
del progresismo en materia de gestión migratoria, al aprobar las leyes Nº 18.250 y Nº
19.2548” (Prieto et al., 2016, p. 123). Dicho
marco sitúa a los migrantes, extranjeros y nacionales retornados en tanto sujetos de derecho en
igualdad de condición respecto a la población nativa establecida. El artículo
periodístico “In Uruguay, a Tax Haven With Lots of Beaches and Little Crime”, publicada
por Bloomberg, se extiende sobre dimensiones tales como
el beneficio de diez años de exoneración al pago de impuestos a la renta para radicados, en
aplicación desde 2020.[7] Además, a partir de 2023 los extranjeros que viajen y trabajen vía internet
podrán solicitar permiso de residencia y trabajo legal por un período de entre seis y doce
meses como nómades digitales, según el Decreto Nacional 238/22. Una consulta rápida a
la guía Guru'Guay (Higgs, 2024)
disponible en formato impreso y electrónico, orienta minuciosamente tanto en inglés como en
español en materia de “travel” o “relocation” en el país.
“Uruguay fue muy flexible en lo de la residencia fiscal”, advierte Camila, migrante argentina de cincuenta años ligada a los negocios. Quien, cuando fue entrevistada, ahondó sobre su mirada en torno a las ventajas uruguayas: “Argentina tiene un concepto de renta mundial. Vos pagas por todo lo que tengas en cualquier lugar del mundo, bienes personales y ganancias. Por eso la gran mayoría de los argentinos que tenían plata afuera o propiedades afuera, muy pocos la tenían declarada.[8]
Tras promesas de repatriación para una futura exoneración a fines de la década de 2010, esto es incumplido por aquel país. Mientras que Uruguay propone condiciones fiscales en menor grado onerosas para sus residentes, especialmente cuando acaban de establecerse como se indicara en el párrafo anterior. A su vez el Decreto 330/08 reglamentario de la antes nombrada Ley 18.250, exonera a uruguayos retornados de tributos y gravámenes por el ingreso al país de enseres y vehículos.
Por otro lado, una interlocutora de campo estadounidense, Elizabeth (32), sobre su esposo uruguayo retrataba como él “al exportar software no paga impuestos. Su empresa es uruguaya, nos conviene estar acá antes que allá [USA]” desarrollando su sistema de gestión de empresas.[9] Esta ventaja, constatable en la Ley de Promoción de Inversiones 16.906, opera sobre empresarios locales y radicados para sus emprendimientos dentro de áreas estratégicas. Tal es también el caso de Ronald, inglés de 39 años, que trabajaba en el área del software al conceder entrevista a fines de 2022 desde su casa con vista a la Laguna del Sauce, en inmediaciones de Punta del Este. Luego de narrar haber conocido a su esposa siendo él turista en Argentina, recorrió su travesía a lo largo de un año en Nueva York junto a ella dada una atractiva oportunidad de empleo. El costo de vida y el énfasis exacerbado en el trabajo los desestimuló. Su empresa “registrada en Inglaterra, con clientes de los Estados Unidos” pasó a operar en Uruguay, aunque “no tiene clientes ni en Uruguay ni en Argentina, pero en Argentina el esquema fiscal le obligaría a pagar impuestos sobre esa empresa”, explicó ella. A lo cual él agregó su desconfianza con aquel país, en el cual habían considerado asentarse:
La Argentina tiene tratos [fiscales] con otros países, por ejemplo con España. Pero un día el gobierno dijo que no los iría a respetar más .... Por lo tanto, es un poco difícil si tenés un negocio en el exterior sin una certidumbre… Sin saber que hay un sistema que funciona.[10]
Es entonces que la estabilidad uruguaya antes explicitada, junto a sus regímenes fiscales, además de una cercanía relativa con el lugar de origen de su esposa, incidieron en decidirse por el pequeño país sudamericano.
El establecimiento de teletrabajadores junto a sus familias, así como las migraciones de retiro resultan elocuentes. A medida que aumenta la edad, se infiere una mayor probabilidad de radicación con fines de una mejora en “calidad de vida” asociada a las amenidades y estilo de vida que el destino ofrece, una vez afianzados medios de vida que tornan posible afincarse. El nuevo censo 2023 indica que 35 a 64 años es la franja etaria con mayor porcentaje de población en el departamento de Maldonado, un 40%, del total mientras que la población mayor a 65 años evidencia una alta densidad con un 14% (INE, 2024). Ejemplos en tal sentido proliferan, usualmente denotan convergencia respecto de motivaciones para un determinado momento de la vida, a la vez que la singularidad de cada trayectoria también se hace notar para un lugar de arribo marcado por heterogéneos perfiles. Respecto de los procesos de radicación a mediana edad, puede agregarse también un caso como el de Pavel, migrante ruso que fuera funcionario de una aerolínea regional y que lejos se encontraba de proyecta abandonar su empleo, hasta iniciado el conflicto bélico en su país de origen llevándole a viajar con sus ahorros hacia un destino apacible carente de restricciones migratorias, así como afín a posibilidades de inversión en sectores dinámicos como el turístico. Anna, otra migrante rusa que arribó de manera temprana tras la irrupción del enfrentamiento, actualmente es mediadora en gestiones que deben realizar sus coterráneos durante el proceso migratorio, desde un acompañamiento a la obtención de la residencia legal hasta facilitar facilitando el acceso a un centro de estudios para sus hijos. Además, cuenta con una inmobiliaria dirigida a ese público que usualmente detenta un alto poder adquisitivo. Se apoya en profesionales locales de las finanzas o el derecho, para orientar a las decenas de migrantes que arriban en pos de un lugar conveniente, tranquilo, ambiente a gusto y clima no tan distante del suyo.
Adriana (34), dejó Montevideo como proyecto en solitario. Proveniente de una pequeña localidad del interior uruguayo, se había dirigido allí a sus 18 años para estudiar. Optó por trasladarse dentro de una dependencia estatal en la que se desempeñaba como técnica y pasó a asumir responsabilidades de menor jerarquía e inferiores posibilidades de ascenso. Prefirió estar “más cerca de la naturaleza”, desestimulada por la ajetreada rutina de la capital uruguaya.[11] La certeza de aquel traslado que le aseguró su desplazamiento fue un elemento crucial para viabilizar la decisión económica que significó mudarse. Como demuestran Benson y O’Reilly (2009) para las migraciones por estilo de vida, así como Cajarville (2018) desde las mismas para el litoral atlántico uruguayo, no necesariamente resultan en aspiración de ascenso económico. El dinamismo maldonadense que posibilita demanda para traslados, también habilita a arriesgarse sin ellos. Una entrevistada señala que “hay un exceso de emprendedurismo” tangible en talleres de artes y oficios, innovaciones gastronómicas, prácticas corporales y más.[12] Muchas veces, una salida rápida cuando se migra en pareja y una de las partes no trae el empleo resuelto. A la vez, si bien hay ingenieros que se instalan ejerciendo en sistemas o agentes de marketing, otros profesionales deben validar sus títulos para actuar desde la zona aguardando plazos de hasta tres años como es el caso de los expertos en salud, o aún mayores en otras áreas. Si inician los trámites antes de afincarse, se ahorran una lenta espera en la que deberán alternar con otros proyectos sino recurrir a ahorros o retornar a su origen por actividades puntuales. Los bienes raíces, la construcción y el turismo son oportunidades locales para reinventarse ante el anhelo de una vida serena, entre otras ecuaciones que cierran a muchos.
En ese sentido, el fenómeno de las migraciones residenciales surge como una “sombra del turismo” (González, 2012) que constituye un escenario productivo, incluso efervescente para un giro vital. Si el foco migratorio es un nuevo entorno y modo de vivirlo, debe haber un medio para aquel fin primero. El turismo permite invertir para radicarse, así como el flujo de nuevos arribos para quedarse en una zona con atractivos diversos. Muchas veces, como evidencian Benson y O'Reilly (2009), aun considerando los sobrecostos de un destino residencial que habitualmente es turístico, se encuentran opciones de acceso a viviendas convenientes en precio para similares opciones en la gran ciudad, dado un alto stock de vivienda de segunda residencia. Lo cual intersecta un escenario socioeconómico nacional de “menor pobreza, menor desigualdad y una mayor y mejor cobertura en salud pública” (Lissidini, 2020, p. 194), en relación al contexto latinoamericano.
Por último, casos como el del matrimonio uruguayo de retirados montevideanos que eligiera el este, Alba (68) y Juan (69), indican que una comida fuera de casa o un taller de arte, entre otras actividades de ocio, presentan habitualmente gratuidad y/o precios más competitivos en el este que la capital desde su oferta y calidad, dada la concentración de profesionales, la no saturación de mercado y una oferta pública amplia. Aspecto usualmente evocado por otros perfiles similares de capas medias, que luego de su jubilación toman provecho de una casa de veraneo, sino compran o alquilan administrando su retiro jubilatorio y eventualmente rentas en una urbe mediana con una agenda variada a relativa distancia. Así, en términos de conveniencias y contrastes, migrantes de otras latitudes sugieren valores de vivienda accesibles frente a las grandes ciudades del globo de las cuales provienen, a pesar de un mercado inmobiliario de alta demanda. Los cálculos están, conjugándose con la miríada de aspectos a considerar que, sumados, ante un lugar de origen a sopesar, inciden en un desplazamiento para permanecer al menos a prueba.
4.3. Cerca, pero a distancia. A un paso de lo conocido, aunque diferente
“Quise tener un pie en otro lado, otra educación, otro país. Por
cercanía muchos argentinos eligen Uruguay”, señala Pedro a sus 44 años, quien
tras concluir sus estudios de posgrado en Estados Unidos retornó a Argentina por algunos años
hasta que, en 2021, decidió pasar a permanecer al menos la mayor parte del año en Punta del
Este: “Intento aprovechar mejor de los dos lugares, estar unos meses”. El previo arribo de su
padre de avanzada edad, las “peleas” constantes en el sistema político, así como
inestabilidades en planos como el económico es cuanto arguye como razones para desplazarse hacia un
lugar donde veraneó en su infancia. Escenario para el cual reconoce que “con Argentina hay
puentes tendidos, somos países próximos, la gente está informada del otro país.
Uruguay se ve más influido por Argentina, que Argentina por Uruguay”. Lo cual ilustra:
“los uruguayos leen los diarios de Argentina, los argentinos no leen los diarios de
Uruguay”.[13] En el artículo de El País “Más y más argentinos llegan a Uruguay”[14] se subraya el hecho de
que las y los argentinos “llegan a Maldonado”, deviniendo un salto en matrículas
educativas y afiliaciones de salud, un sensible impulso a nuevas edificaciones y un aumento de las
residencias o de permanencia en segunda vivienda, además de una palpable efervescencia de
restaurantes y cafés entre otras ofertas de tiempo libre.
Al sopesar distancias respecto del lugar de origen, es usual encontrar migrantes para los cuales Maldonado - Punta del Este no fue la primera opción, así como otros para los que no es vivida como la última luego de decidir un cambio de estilo de vida. Claudia (39) relata en entrevista:
Él [pareja] es uruguayo. Entonces, después de haber nacido nuestros hijos fue, bueno…. dijimos qué hacemos acá [en Buenos Aires]. Con un bebé, en el medio del caos. O sea, ¡no! Y bueno, ¿opciones? Y nada, de las opciones más fáciles, digamos, era venirse a Uruguay que pensando en Montevideo, además de que la familia de mi pareja tenía una casa en la cual nosotros podíamos habitar, es la capital de un país. Por lo tanto, va tener como de todo pero a su vez es como mucho más chico, entonces es como aflojar un poco, ¿no?[15]
En seguida, sucede que “no me hallaba mucho en la ciudad. No me parecía linda. Es un micro caos. ¿No? O sea, es mucha menos gente, pero justamente como la ciudad también es más chica, hay un montón de micro problemas”.[16] El este uruguayo apareció como segundo destino cuando las expectativas de seguridad, estabilidad, infraestructura y acceso a servicios, entre otros, no se cumplen en un primer destino. Para Nara (45) y Ronald (40) Uruguay daba confianza y se encontraba cerca de la familia argentina de ella, les ofrecía acceso a servicios de calidad, así como un entorno sereno tras un Nueva York percibido como agobiante y un Montevideo que les trajo experiencias amargas de convivencia.
Asimismo, opera la cercanía relativa de la conurbación balnearia respecto de ciudades grandes. “Estábamos viviendo en Montevideo desde enero hasta febrero, hacía poquito. Estábamos [antes] en Bélgica y nos habíamos vuelto a Montevideo”, retratan Jana (36) y Gerome (38). Ella uruguaya y él belga, a inicios de 2021 desde la capital se tomaron unos días de licencia en la costa maldonadense:
Nos fuimos y la verdad que podíamos trabajar bastante bien ahí, porque él que estuvo inquieto en el apartamento [hijo]. El apartamentito [montevideano] era bastante complicado. Trabajar con él en casa, quería salir y daba vuelta la casa en dos minutos. Pero ahí con él [Maldonado], estando al aire libre, jugando afuera se entretenía mucho más y nos dejaba a nosotros mucha más posibilidad de hacer cosas.[17]
Tras cinco días de descanso, “dijimos nos quedamos una semana más o unos días más”.[18] Y no se fueron. Él teletrabajo con software y ella también desde la gestión institucional, aunque en su caso con idas puntuales a Montevideo.
Otro entrevistado rememoró tres condiciones que debieron cumplirse para su instalación: “me jubilé en la pandemia, la quise vivir acá porque en Montevideo, un tipo que se mueve mucho, anda por todos lados, era como estar preso. Más en un barrio como el que yo vivía [Pocitos]”, señaló Eduardo (65), quien previamente se desempeñó en un cargo de alta jerarquía en la gestión pública.[19] Por otro lado, Pablo (72), un reconocido artista plástico montevideano se traslada en pandemia al este para permanecer la mayor parte del año allí, donde contaba desde hacía tiempo con una casa de veraneo: “Era algo que uno siempre quería hacer, hasta que llegó el momento”. Entonces compraron tres aires acondicionados, detalló, para resolver una única limitante de orden climático. “Tiramos todo el año”, agregó en intercambio informal durante uno entre tantos vernissages esteños.[20] Luego, la capital se tornó más que nada un destino de visita a nietos e hijos, desde un ejemplo más en los que el espacio social montevideano para capas medias superiores a altas, avanza cada vez más al este. Además, los lazos de parentesco operan como motivo de retorno al menos ocasional entre ciudades próximas, sino sirve de razón para una radicación definitiva cuando las nuevas generaciones preceden o siguen a la migración de padres, madres o otros integrantes de la familia como abuelos y abuelas.
La corta distancia de Maldonado respecto de Montevideo o Buenos Aires, sumado a las conexiones fluidas por aire, agua y tierra, habilitan movilidades desde tales orígenes, desde el sur de Brasil o del interior uruguayo. No así con otros rincones del globo, evidentemente. Una tarde de invierno, en un café librería local sucedió una presentación de un libro sobre emprender e innovar en Uruguay. Allí, dos jóvenes migrantes instalados en la zona luego de 2020, ligados a emprendimientos tecnológicos ahondaron en una mesa testimonial sobre la dificultad de la captación de jóvenes talentos extrarregionales. La conectividad aérea para una antigua socia londinense de la expositora se argumentó como un desestimulante periplo. Los alicientes para migrantes de mediana edad insertos en empleos con posibilidad de teletrabajo, o aquellos con una base de ahorro para invertir en el ocio turístico y afines, además de quienes en su adultez cuentan con un retiro o rentas garantizadas, difieren de jóvenes de capas medias a superiores en proceso de inicio de su actividad, con específicas aspiraciones más allá de lo viable al este de Uruguay. Si la distancia con el origen es larga la articulación entre carreras que dependen de allí, así como lazos de parentesco en dependencia, suelen desestimular la vida esteña aunque con plasticidad pueda resultar factible desde medios relativos de partida. Cuando una distancia cercana sobrevuela el lugar de salida, se logra aprovechar como potenciar parte de “lo de acá y lo de allá”.
4.4. Acceso a servicios: salud, educación, ocio
En los segmentos de medio a alto poder adquisitivo estudiados demuestra ser central
para la decisión migratoria la capacidad de Maldonado - Punta del Este de dar respuesta en materia de
salud, ocio, educación y ocio. Ello, desde una oferta de calidad, jerarquía y diversidad capaz
de adecuarse a sus expectativas.
La atención médica resulta una dimensión decisiva para migrantes uruguayos como Esteban (65) y Amanda (65) que, de hecho, se radicaron a pocas cuadras de un centro de salud local. Alina (62) y Francisco (66), una montevideana y un olimareño radicados en el este, en entrevista describieron su “fantasía de comprar una chacra en las sierras”, aunque desistieron en tanto “ante cualquier urgencia o cosa así, uno piensa, te caes”, cuando llegan es demasiado tarde.[21] Si bien, tanto ellos como otros nuevos residentes mantienen contacto con médicos en lugar de origen, incluso con doble afiliación mutual o seguros médicos de cobertura extendida. Las mutualistas locales han crecido, contando con una diversidad de profesionales y servicios de atención preferencial. A pesar de que ante asuntos de mayor complejidad pueda preferirse optar por especialistas del lugar de origen. Asimismo, para servicios de atención en salud, así como para ámbitos educativos, culturales y deportivos se visualiza la radicación de profesionales de vasta experiencia. Lo que conlleva a una retroalimentación favorable para la radicación, desde una oferta y demanda en mutua construcción. Aunque para ciertas áreas de inserción los especialistas escasean, sino las opciones resultan limitadas.
El dinamismo local ha llevado al desembarco de compañías ligadas a la atención en salud, así como particulares para sus diferentes ramas, desde especialidades en oftalmología y odontología, al fitness. En este último caso, empresas consolidadas nacionales, así como argentinas y brasileñas, invierten como no suelen hacerlo en el interior uruguayo, como son los casos de Megatlon, Smart Fit o Via Aqua. En otras tantas áreas, sucede un similar proceso que responde a públicos exigentes, sumando propuestas locales en sintonía con la demanda. Ante una creciente demanda de alta exigencia en educación para las nuevas generaciones, el empresario brasileño director del colegio de mayor envergadura en la zona señaló a prensa: “As pessoas nao vem pelo colégio, mas sem o colegio elas nao viriam” (Thomas, 2022, 9:45). Ante la cavilación de padres y madres respecto a la educación de sus hijos, surgieron opciones como el International College, The Garzón School o el North School. Una ola de instituciones que apuestan al bilingüismo, certificaciones internacionales, multiculturalismo, en paralelo a un alto protagonismo de las familias. Algunas de ellas tras establecerse se han vuelto fundadoras de instituciones ante una demanda singular de expectativas a cubrir. Escuelas de pequeña a mediana escala proliferaron para un campo educativo donde acotados medianos y/o modestos colegios privados coexistieron con la educación pública hasta inicios de la década de 2000. En ese entonces recalaron las primeras propuestas vanguardistas y/o de escala que, luego de 2017 con la inauguración del primero de los tres colegios arriba nombrados, dieron un salto tanto cuantitativo como cualitativo.
Una migrante como Kiara (49) afirma valorar la “naturaleza” del lugar que eligió para afincarse en 2021. A la vez que pondera cómo le provee de servicios en salud y educación, particularmente:
Era lo que más me preocupaba justamente por la etapa vital. A ver, está cada vez habiendo más ofertas. Es que creo que desde que llegamos hasta ahora. Se crearon dos, tres colegios privados que siguen llegando. Siguen llegando. Hay universidades. La verdad es que contás los servicios... En muchas áreas del interior es difícil, no hay demanda.[22]
Este caso evidencia que existe una oferta vasta la cual, para sus limitaciones se encuentra a corta distancia con la capital del país con alternativas para necesidades extracotidianas. En similar sentido, Claudia (39), migrante argentina madre de dos hijos, al ser entrevistada manifestó su concernimiento por la masividad de la educación pública, aun valorando especialmente su tradición. Sobre las dos escuelas públicas que encontró de interés para sus hijos, una dada su acotada escala por ser rural y otra valiosa por una comisión de padres activa, sucedió que “en ninguna de las dos escuelas había más lugar abierto”.[23] Debieron optar por colegios pequeños, en formación, involucrándose en su desarrollo como centros educativos en tanto padres que se propusieron estar presentes; su esposo arquitecto, se involucró inclusive en planificar el edificio de un colegio recién creado, asociándose al mismo. Mientras que Manuel (39), migrante uruguayo que tras un traslado como funcionario de agencia social pública afirma haberse desplazado para dar cierre a una etapa de "ficción montevideana", dando inicio a su paternidad en entorno con mayor presencia de paisajes naturales.[24] Generó vínculos, formó comunidad con otros nuevos migrantes y junto a algunos de ellos generaron una escuela de pedagogía alternativa. Asimismo, Alfonso (35), quien contaba con empleo estable como trabajador social en la capital del país, junto a sus dos pequeños hijos además de su colega y esposa optaron por reinsertarse profesionalmente en alrededores Maldonado - Punta del Este “en busca de costa”, “menos ruido” y “algo de movida cultural”, descartando la costa atlántica uruguaya del departamento de Rocha.[25] Otros padres y madres han relatado una especial preocupación por la educación para sus hijos, buscando denodadamente opciones públicas y privadas, con ensayo y error hasta asegurar el entorno educativo lo más cercano a ambiciones pedagógicas caras a su proyecto de vida. La educación básica a terciaria pública y privada se evidencia segmentada, diversificada mediante múltiples enfoques pedagógicos y heterogeneidad en equipamiento e infraestructura.
María (37), una migrante montevideana formada en letras, creó un club de lectura para el que fácilmente encontró adeptos. Cafés de la zona la recibieron de brazos abiertos, sin necesidad de preocuparse por un local para su propuesta. Dicha situación se da en un territorio donde, como señala una médica migrante procedente de Ciudad de la Costa en el área metropolitana de Montevideo, Mónica (42), “es todo más cerca, más rápido, más tranquilo, con menos costo de tiempo en el llevar, venir, traer”.[26] Además de sobradas opciones de atención en salud y oferta educativa, según visualiza contemplando las necesidades de ella y su familia. Encuentran también con facilidad donde hacer deporte, donde pasear. Tales aspectos son evocados de manera recurrente, a la vez que transversal para la decisión migratoria de los perfiles indagados. Ezequiel, radicado en las afueras de Maldonado - Punta del Este a sus 62 años, relata en entrevista “cierta transición generacional” en relación a la cultura urbana que vivenció en Buenos Aires siendo estudiante y luego destacado docente universitario, entre bares y cafés, donde la discusión así como el encuentro estaban presentes.[27] Él, uno de los más jóvenes antes en su círculo, vio en los últimos años a muchos de los suyos irse, perdió la inmediatez de aquellos encuentros. El este uruguayo le trajo solaz, a la vez que no deja de posibilitarle un encuentro con otros, en ese punto medio entre pequeña y gran ciudad. Las antes citadas madres, Kiara (49) así como Claudia (39) saludan que sus hijos gusten de ir al Museo de Arte Atchugarry (ver Imagen 2) a correr, jugar, participar de talleres, andar por galerías un sábado o domingo aleatorio en el año. Innúmeros migrantes celebran los espacios de recreación física y formación artística tanto particulares como públicos, de órbita departamental o nacional. En complemento, un antiguo habitué de la zona y conocido relacionista público, actualmente residente, destacó los “más de cuarenta [cafés] abiertos el año entero, algo nunca visto”.[28] Aspecto que resaltó en un encuentro de expats en un patio de comidas, en junio de 2023, en el cual con traducción simultánea al inglés un historiador local diera a conocer los inicios del balneario. A pesar de que adviertan muchos nuevos residentes que sólo una parte de la agenda local les llega, aquella que si lo hace da cuenta de un diferencial en amplitud y calidad para el interior uruguayo.
Imagen 2. Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry
Fuente: fotografía del autor.
4.5. Sociabilidad, forjando vitalidad urbana
Alba (68), tras dejar Montevideo para radicarse en Punta del Este, señala: “Tenemos un grupo enorme porque ya nos pusimos en un gimnasio... Hay gente muy linda, gente muy linda que tiene muy buena vibra y buenos resultados. Y tal como un imán, vos te juntas con varios”.[29] La sociabilidad se prolonga luego del ejercicio en cafés, casas de amigos, muestras cuya camaradería y distensión han sido resaltadas durante el trabajo de campo. Es ello algo que su esposo Juan (69), también uruguayo, define como un fin a la “competencia”, la cual prevaleció en tiempos de actividad laboral: “Es como una comunión, digamos .... Estamos todos unidos porque todos estamos en la misma situación”.[30] En un mismo tono, Micaela (68) sostiene:
Nosotros ya no estamos en situaciones de rendir un examen. No, uno empieza a hacer en esta edad lo que dejó de hacer por estar trabajando todo el día durante muchos años.... Bueno, ahora voy a hacer lo que yo quiero. Y la oferta estaba acá por la comodidad, por la variedad y al mismo tiempo es fácil intercambiar y hacerse conocido y amigos, porque todos los que estamos acá somos expatriados.[31]
En un mismo tono surgen diversos testimonios, como el siguiente sobre los recién llegados que se relacionan con el de Arturo (65), un migrante argentino que promueve instancias informales en redes sociales de divulgación de actividades sociales:
vienen con la idea de mejorar su calidad de vida, los europeos, quieren reconstruir un círculo de relaciones ... Has dejado atrás tu zona de confort y estás totalmente libre para conocer gente y eso, vos te das cuenta por qué. Te encontrás con alguien, charla cinco minutos y capaz que eso que está invitando el domingo a un asado que está haciendo en su casa.[32]
Estos procesos se evidencian habituales luego del retiro jubilatorio, concluido ciclos como la crianza familiar o la actividad laboral, al menos para perfiles de menor introversión. Sin embargo, también la sociabilidad alcanza a generaciones anteriores. Claudia (39), profesional argentina ligada a la gestión cultural, describe:
Cada vez hay más casas. Se está construyendo y... Y evidentemente estamos todos como ávidos de cercanía y de encuentros. Entonces nos pasa mucho con el barrio. Bueno, con esta francesa y brasilera que estamos como a dos casas, nos juntamos un montón.[33]
Algo similar sugiere Jana (36), quien instalada en el barrio de Pinares a pasos del mar se relaciona a menudo con sus vecinos que conoció en el jardín de infantes de su hijo.
Aunque casos como Nara (45) y Ronald (40) señalan a partir de su testimonio algunas dificultades de confluir con su misma generación etaria, aunque lo hacen con otras personas mayores que visualizan como sobrerrepresentadas, cual corrobora el censo 2023 (INE, 2024). Tamara (32), en pandemia se vinculó al este de la costa balnearia con su comunidad mediante la percusión, actividad asociativa de bajo riesgo que estimuló su permanencia. Migrantes como el bonaerense Pedro (40), al ser entrevistado insiste en el desafío que le significó entablar vínculos duraderos, de amistad y pareja; el protagonismo de generaciones de edad más avanzadas que la suya le llamó poderosamente la atención. Migrantes con pequeños en edad escolar insistieron a su vez en lo demandante del tiempo dedicado a su familia y empleo, siendo acotado su esparcimiento en algún taller, pilates, cancha de paddle, un gimnasio u otro hito de la diversidad para el ocio local. Alfonso (35) se sumó a un club local para jugar fútbol, con gente de aquí y de allá a participar se integró sin sentirse “de afuera”. Entre vecinos de su edad también recién llegados junto a sus hijos, los vínculos se fueron dando como es usual en lugares como los márgenes este y oeste del conurbano, donde se concentra su generación.
Surgen no sólo nuevos lazos, sino reencuentros. “Tengo muchos amigos de La Piedras que se vinieron a vivir acá, de la barra de la adolescencia” (Eduardo, 65).[34] En este sentido, la investigadora Verónica Filardo (2024) señala cómo lo generacional cruza una posición social media a superior que, tras una acumulación de capital cultural y económico se permiten una proyección de estilo de vida activo, inmerso en una agenda al aire libre, cultural, social de una urbanización mediana aquí estudiada. Las conclusiones de la autora evidencian el papel de la oferta y condiciones para la sociabilidad del destino migratorio.
4.6. Paisajes, tranquilidad e infraestructura urbana
El mediometraje De Punta al futuro (Cancela y Pozzoli, 2022), realizado por productores locales con apoyo gubernamental ahonda sobre el desarrollo residencial de la conurbación. “Tenemos escuelas de primer nivel, hay cuatro universidades funcionando que es una preocupación que tienen los padres cuando tienen chicos” (0:42), enfatiza en la producción el empresario Ernesto Kimelmam resaltando luego la infraestructura urbana construida, el momento del país, así como su tranquilidad y calidad de vida entre naturaleza y seguridad.
Imagen 3. Playa Mansa de Punta del Este
Fuente: fotografía del autor.
La narración del documental sostiene que: “a partir de 2020 recibió miles de ciudadanos de todos los continentes que encontraron en Punta del Este seguridad, tranquilidad y el equilibrio perfecto entre desarrollo y naturaleza” (2:02). El documental Mirar al Este (Rumbo, 2021), producción nacional divulgada por una institución bancaria de manera promocional, es presentado como “una película documental que invita a vivir y disfrutar Punta del Este desde los ojos de sus protagonistas”. Migrantes que miran al mar, dicen: “qué bueno que está esto, es lindo tiene un mar increíble y es para mí” (2:05). Los elementos de la naturaleza son destacados: “el olor a mar, el ruido del mar, desde mi casa te despertás y se escucha, está siempre presente, por alguna manera o por otra siempre terminás dando una vueltita por el mar, a darte un baño, a mirarlo” (3:04). Se vuelve sobre un “entorno generoso” (10:32) que provee paisaje, alimento fresco y cultura “a la vuelta de casa” (10:51). Se trata de producciones culturales intencionadas que dan cuenta de imágenes en circulación, las cuales dialogan con discursos de residentes entrevistados.
Milena (36), migrante venezolana instalada en Punta del Este Maldonado como docente universitaria, expresa:
Maldonado es lo más lindo. Sí, Yo estoy feliz de estar acá, me encanta, me encanta.... Está cerca de la playa. Linda. Que es tranquilo, súper tranquilo y es como que una de las cosas que yo más quería era esa tranquilidad. Porque yo vivía en un sitio que no podía salir a cierta hora, no podía tener el teléfono en la mano, tenía que caminar todos ustedes rápido y mirando para todos lados.[35]
En línea con Moss (2006), la conjunción entre cualidades del paisaje y de la calma con la que se lo puede habitar, comparado en términos relativos con lugares de origen turbulentos, realzan en cierto grado un escenario que habilita condiciones para el desarrollo de actividades múltiples, especialmente al aire libre. En entrevista a Alina (62) y Francisco (66), ella psicóloga en ejercicio y él médico retirado, sostienen:
En realidad, yo en determinado momento, antes ya de la pandemia, sentí la necesidad de estar más en la naturaleza. Nosotros vivimos en Montevideo, en Pocitos, en una casa muy cómoda, muy no sé qué, pero salir era entrar y salir de casa... me sentía como muy agobiada. Siempre tuvimos necesidad de contacto con la naturaleza. Viajamos mucho, hacemos deporte al aire libre, tenemos esa necesidad de contacto.[36]
En tal sentido, relatan un proceso de exploración que lleva a una oportunidad de alquiler conveniente luego de una temporada estival, a partir del cual decidieron quedarse:
Y entonces, la verdad, tenemos una vida muy tranquila. Y en contacto con la tierra. El Jardín. Pinos. Los aromas, las plantas, las flores. O sea, de repente yo estoy todo el día, muchas horas trabajando. Salgo, me tomo un cafecito afuera, los pies en el césped. Ya es otra cosa diferente el asfalto, como que lo necesito. Es como una necesidad.[37]
Kiara (49) en entrevista habla de un lugar que le transmite libertad, calma, disfrute al caminar pocos pasos para desde su casa darse un chapuzón en el agua. Aún reconociendo el veloz crecimiento del área, insiste en la percepción de solaz que el lugar propicia en ella. Al ser entrevistada, recuerda:
Cuando estábamos en la búsqueda de las casas, del lugar donde vivir. Vinimos, fuimos a ver una y ahí nos mostró la casa.... Una persona que me dijo algo muy, muy sabio me dijo. ‘Mira, Punta del Este es hermoso y podés tener una calidad de vida muy buena, pero tenés que también lograr bajar’.[38]
En sintonía, Claudia (39), residente argentina antes mencionada, aprovecha la “vida en familia” en espacios públicos: “El Parque Jagüel es alucinante, también los paseos que hay al lado del arroyo. Todo lo abierto”.[39] Sobre las migraciones hacia el departamento de Maldonado en la última década, Eliane Gerber (2021) identifica “trayectorias a las que estas costas le han ofrecido una oportunidad de recomposición, donde los elementos estéticos del ambiente en sentido amplio, juegan un rol preponderante” (p. 33). Tal conclusión es argumentada por la autora como transversal a diferentes perfiles socioeconómicos, a la vez que otras investigaciones sobre migraciones hacia el litoral uruguayo convergen en una misma dirección (Cajarville, 2018).
4.7. Multifacetismo: entornos para el cotidiano, heterogeneidad,
cosmopolitismo
Punta del Este detenta una imagen “como el principal balneario del país, convirtiéndose en la carta de presentación a nivel internacional” (Campodónico y Ángelo, 2019, p. 15), integra representaciones nacionales a las propias en una apropiación mutua desde las cuales es visto y se muestra. Los atributos paisajísticos sumados a dimensiones locales acogen proyectos individuales así como colectivos, asociados a estándares de calidad, reconocimiento y cosmopolitismo. Tales sellos estimulan, a la vez que retraen como se verá, mientras componen un trazo representativo:
He venido de chico dos veranos a veranear. No me gustaba hasta ahí, conocía como turista. Vine otras dos veces a dar cursos en donde tampoco logré captar la esencia del lugar y después la conocí en pandemia... Ahí es donde entendí que había ciudad y población local permanente, donde sucedían cosas en Maldonado... Había diferentes culturas habitando el espacio, eso me enriquece.[40]
Así lo advirtió Milo, argentino de 32 años emprendedor gastronómico. Probó radicarse y halló “apertura, si se quiere, al mundo, una apertura a que sea una ciudad también estudiantil”, según agregó al entrevistarlo. El área ha afianzado su inserción global, también diversificado sus actividades. Esteban (65) y Amanda (65), un matrimonio entrevistado a fines de 2023, también tenían miradas desencontradas previo a radicarse en Punta del Este. Ella, uruguaya retornada tras décadas en el extranjero lo asociaba a un destino de ostentación. Él, uruguayo procedente de Montevideo, conocía artistas de la zona y circuitos de muestras e intercambios ligados a la cultura. Luego de establecerse en la ciudad de Piriápolis, sobre la costa oeste del departamento de Maldonado donde él tenía una pequeña casa de veraneo, experimentan visitas esporádicas hacia la conurbación aquí indagada. Encuentran una agenda cultural vasta, a la que describieron lejana al “esnobismo” que ella temía. Pasan a asentarse en ese lugar que les ofrecía servicios, sociabilidad y tranquilidad.
El historiador Óscar Padrón Favre (2011) señaló que “el espíritu cosmopolita de la zona de balnearios de Maldonado se distingue del tradicionalismo de los otros tres departamentos” (p. 102), dada la heterogeneidad de sus flujos poblacionales. Alina (62) y Francisco (66), entre otros, destacaron al ser entrevistados “lo amplio que es” la diversidad de gente y ofertas desde quienes están viviendo acá y trabajando acá.[41] En el entorno de Maldonado - Punta del Este dos profesionales retirados, Silvia (64) y José (66), emprendieron en olivares y producciones agroindustriales asociadas, a mediana escala, recibiendo visitantes en una chacra donde comparten su historia en el lugar. Proliferan bodegas, granjas, posadas rurales gestadas por familias recién llegadas que abiertas al visitante tanto de la localidad como de fuera, constituyen una multiplicidad de itinerarios desde lo rural a lo urbano. En creciente ebullición surgen asociaciones de pequeños y medianos empresarios que organizan ferias, festivales y otros tantos eventos entre la ciudad y sus bordes camperos.
En paralelo, tensiones sobrevuelan. Isabel Gadino y equipo (2024), ahondan sobre una masiva alianza entre nuevos y antiguos residentes para la defensa del paisaje costero del balneario Punta Ballena, que logró detener un proyecto edilicio de alta envergadura sobre su costa. Este potencial de convergencia convive con un mapa fragmentado de heterogeneidad entre quienes habitan la zona, muchos de ellos nuevos en el territorio. En respuesta, recientemente la Unión de Vecinos Punta Ballena creó un observatorio local a través del que se buscó nuclear voces de la academia, la sociedad civil y la política para la circulación de ideas y propuestas sobre el territorio, su ambiente y sociedad. Mientras que, en tono similar, la Liga de Punta del Este promueve habituales instancias de intercambio abiertas a la comunidad, a la vez que construye agenda ciudadana. Asimismo, grupos de Whatsapp y/o redes sociales intentan nuclear información, divulgar agenda, tender lazos entre colonias de residentes, entre zonas dentro del conurbano, ejes de interés. La confluencia de nuevos residentes con intereses y trayectorias diversas genera, en esos planos, un paisaje cultural cosmopolita en el que proliferan prácticas, experiencias y actividades, al igual que sucede en otros destinos de interés turístico - residencial (Rainer y Malizia, 2015; Hidalgo y Zunino, 2017).
Una década atrás, la socióloga Rosario Radakovich (2009), al estudiar consumos culturales en Maldonado dejaba planteado que “ciertos rasgos de cosmopolitismo conviven con un estilo de vida aferrado al ámbito doméstico, apegado a lo local-departamental, y fundamentalmente vinculado a la naturaleza” (p. 200). A partir de lo expuesto anteriormente en este apartado y en línea con las reflexiones desde las migraciones residenciales, se identifica la heterogeneidad poblacional para una escala pequeña a mediana como potencial en activaciones y retroalimentaciones generadoras de oportunidades para el desarrollo local, desde el encuentro entre antiguos y nuevos residentes a partir de sus variadas trayectorias y perfiles socioeconómicos (González et al., 2009; Zunino et al., 2016; Cajarville, 2022; España, 2025). Veiga y equipo (2012) en un exhaustivo estudio sobre la composición social del departamento de Maldonado, evidenciaron diez años atrás “signos de fragmentación socio-territorial; aunque también hay indicios de integración social, lo cual es destacado particularmente por los entrevistados” (p. 66). Un multifacetismo que podrá traer mayores tensiones, así como potencialmente sinergias.
5. Conclusión
En Maldonado - Punta del Este encontramos un lugar reflexivamente elegido en contraste con un origen previo, donde trazos territoriales se conjugan con sellos nacionales como una sedimentada estabilidad socioeconómica, siempre desde el perfil indagado de capas medias a superiores. A ello se suman garantías legales a la vez que ventajas fiscales para el migrante que arriba al país, en una coyuntura estable y predecible mientras sucede un escenario de tensiones sociopolíticas internacionales. ¿Por qué teniendo un país entero en el cual afincarse la trama urbana que más crece es Maldonado - Punta del Este? Una localización con paisajes deseados a la vez dotada de ágiles vías de conectividad terrestre, marítima y aérea con la región, así como antecedentes de visita frecuente que gestaron familiaridad, además de un amplio repertorio de imágenes en circulación sobre qué posibilita este destino turístico - residencial. La urbanización consolidada tras décadas de ascendentes flujos de turismo estival, posibilita su provecho a lo largo del año mientras afianza servicios de educación, salud y ocio. Colabora una distancia relativa de grandes urbes regionales, lo que permite ir y volver cuando es necesario. Además de un paisaje balneario para la contemplación, con una nutrida agenda local invita a relacionarse. Hace unos años, llegó una pandemia que encontró a una conurbación pronta para mucho más que dos meses de verano. La diversidad de pobladores, así como el multifacetismo de los circuitos que estos promueven, habilita apertura y estímulos variados. Tales factores motivan y algunos priman frente a otros, así como elementos que en un primer momento fueron secundarios al radicarse, se tornan centrales luego y viceversa, según cada singular caso.
Estos procesos abren interrogantes en materia de cómo articular un período de crecimiento acelerado que desafía capacidades urbanas. La planificación del tejido urbano, la organización de los flujos del transporte, el desafío de tender redes entre unos y otros residentes para ampliar oportunidades mutuas en lugar de distanciamientos, surgen como dilemas. El “drama del migrante” en torno a la satisfacción de cuanto se proyecta en un territorio y aquello que se realiza (Benson y O’Reilly, 2009), torna necesario conocer quién es el nuevo residente, qué espera del territorio de acogida, qué puede aportar al mismo para así orientar, mediar, canalizar demandas. Convive la capacidad de Maldonado - Punta del Este para integrar a quien aspira a un retiro en reserva sobre sus límites escasamente antropizados; así como a quien desea la vitalidad de calles con bares, cafés, librerías, centros culturales y recreativos; además de a quien aspira a transitar ambos mundos. Además de escenarios de coincidencia, como ferias de productores y artistas como el “Encuentro de Culturas”, que lleva pobladores de la costa citadina hacia el más inmediato interior rural de la zona. Por otra parte, en Maldonado - Punta del Este hábitos urbanos atraviesan una polaridad entre baja y alta temporada que en parte se ha perdido, a la vez que innovaciones se suceden entre nuevos y antiguos residentes con potencialidad de activar oportunidades para el conjunto del territorio, como en otros destinos residenciales también se observa (Zunino y Hidalgo, 2010; González, 2012; Cajarville, 2022). La distancia entre quienes residen sobre la costa y aquellos menos favorecidos alejados de la misma (Lafourcade, 2019), desafía a tender puentes entre capitales sociales, culturales y económicos ya desde el compartir agenda de unos y otros, o acompañar su asociatividad más allá de lo espontáneo, entre otras mediaciones participativas.
La conurbación estudiada reúne condiciones desde las cuales el “multiculturalismo atenuado” (Facal Santiago, 2008) sedimentado en torno al Uruguay, capitaliza particular interés. Atributos sociales, culturales-patrimoniales, urbanos, rurales y balnearios nacionales que dialogan con lo foráneo ganan singular expresión en la urbanización balnearia (Cajarville, 2023). Extranjeros de la región (Zuasnabar, 2012) confluyen con un interés regional y nacional histórico en visitar la costa este uruguaya (Trochón, 2017; Campodónico y Ángelo, 2019), que deviene en motivación para permanecer sobre la localidad en tanto la oferta paisajística y de ocio articula con una infraestructura de ciudad mediana pujante. Sobre un país oasis de estabilidad, desde convocantes atributos socioambientales como la proximidad entre su gente y valoradas cualidades geográficas, se expresa un cosmopolitismo atrayente desde vastos ámbitos de interacción, tanto aquellos reservados de alta jerarquía como otros accesibles y de calidad en considerable número para una urbanización intermedia. La heterogeneidad de orígenes para un perfil de migrante residencial de capas medias a altas es puesta de manifiesto en este artículo, siendo comunes unas u otras de las motivaciones señaladas que adquieren sentido a partir de los proyectos de vida luego de una primera juventud, así como al momento del retiro jubilatorio para el perfil socioeconómico contemplado.
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Notas
[1] Este artículo surge a partir de las actividades de investigación del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales y del Departamento de Ciencias Sociales y Humanas del Centro Universitario Regional del Este, ambos de la Universidad de la República, en carácter de indagación asociada al proyecto “Maldonado-Punta del Este: Dolores de Crecimiento” coordinado por la Profesora Titular Verónica Filardo. En conjunto, se realizaron parte de las entrevistas aquí analizadas así como algunas de las observaciones, desde un estudio cuyas diversas líneas tienen como cometido profundizar sobre la incidencia local, nacional y regional de las movilidades humanas, en su amplitud de expresiones, a partir de una inmersión en el territorio estudiado.
[2] Entrevista a Arturo, argentino radicado en Maldonado - Punta del Este, realizada por Verónica Filardo y Daniel Cajarville el 4 de noviembre de 2022, en instalaciones del Centro Universitario Regional del Este (Punta del Este, Uruguay).
[3] Entrevista a Milo, argentino radicado en Maldonado - Punta del Este, realizada por Daniel Cajarville el 31 de octubre de 2022, en instalaciones del Centro Universitario Regional del Este.
[4] Término utilizado habitualmente entre extranjeros que optaron por radicarse fuera de su país de origen, usualmente asociado a comunidades de habla inglesa como lengua franca. Las comunidades de expats suelen tener espacios de encuentro tanto presenciales como virtuales (InterNations, Expats.com, Expatica), promoviendo una convivencia cosmopolita.
[5] Entrevista a Gerardo, uruguayo radicado en Maldonado - Punta del Este, realizada por Daniel Cajarville y el estudiante de posgrado Renato Silva el 12 de marzo de 2024, en instalaciones del emprendimiento comercial del entrevistado (Maldonado, Uruguay).
[6] Entrevista a Tania, colombiana radicada en inmediaciones de Maldonado - Punta del Este, realizada por Daniel Cajarville y la docente ayudante Camila Fernández el 22 de noviembre de 2024, en cafetería local (La Barra, Uruguay).
[7] Parks, K. y Cancel, D. (7 de noviembre de 2023). In Uruguay, a tax haven with lots of beaches and little crime. Bloomberg. https://www.bloomberg.com/news/articles/2023-11-07/rich-expats-flock-to-uruguay-a-tax-haven-with-lots-of-beaches-and-little-crime
[8] Entrevista a Camila, argentina radicada en Maldonado - Punta del Este, realizada por Verónica Filardo y Daniel Cajarville el 20 de octubre de 2023, en instalaciones del Centro Universitario Regional del Este.
[9] Nota de campo a partir de encuentro con Elizabeth, estadounidense radicada en Maldonado - Punta del Este, registrada por Daniel Cajarville el 9 de diciembre de 2023, en cafetería local (Punta del Este, Uruguay).
[10] Entrevista a Ronald junto a su esposa Nara, él británico y ella argentina con radicación en Maldonado - Punta del Este, realizada por Daniel Cajarville el 10 de diciembre de 2022, en su domicilio particular (Maldonado, Uruguay).
[11] Entrevista a Adriana, uruguaya radicada en Maldonado - Punta del Este, realizada por Daniel Cajarville el 22 de noviembre de 2022, en instalaciones del Centro Universitario Regional del Este.
[12] Entrevista a Claudia, argentina radicada en inmediaciones de Maldonado - Punta del Este, realizada por Verónica Filardo y Daniel Cajarville el 22 de febrero de 2024, en su local de trabajo (Maldonado, Uruguay).
[13] Entrevista a Pedro, argentino radicado en Maldonado - Punta del Este, realizada por Daniel Cajarville el 30 de noviembre de 2022, en instalaciones del Centro Universitario Regional del Este.
[14] Beer, M. (29 de enero de 2023). Más argentinos llegan a Uruguay: en 2022 se tramitaron 7.000 residencias. El País. Recuperado de https://www.elpais.com.uy/informacion/sociedad/mas-y-mas-argentinos-llegan-a-uruguay-en-2022-se-tramitaron-7-000-residencias
[15] Entrevista a Claudia.
[16] Entrevista a Claudia.
[17] Entrevista a Jana junto a su esposo Gerome, ella uruguaya y él belga con radicación en Maldonado - Punta del Este, realizada por Verónica Filardo y Daniel Cajarville el 27 de enero de 2023, en su domicilio particular (Maldonado, Uruguay).
[18] Entrevista a Jana.
[19] Entrevista a Eduardo, uruguayo radicado en Maldonado - Punta del Este, realizada por Verónica Filardo y Daniel Cajarville el 15 de diciembre de 2022, en instalaciones del Centro Universitario Regional del Este.
[20] Nota de campo a partir de encuentro con Pablo, uruguayo radicado en inmediaciones de Maldonado - Punta del Este, registrada por Daniel Cajarville el 16 enero de 2023, en galería de arte (Punta del Este, Uruguay).
[21] Entrevista a la uruguaya Alina junto a su esposo Francisco, también uruguayo, realizada por Verónica Filardo y Daniel Cajarville el 1 de setiembre de 2023, en el Centro Universitario Regional del Este.
[22] Entrevista a Kiara, uruguaya radicada en Maldonado - Punta del Este, realizada por Verónica Filardo y Daniel Cajarville el 9 de febrero de 2024, en espacio público (Punta del Este, Uruguay).
[23] Entrevista a Claudia.
[24] Entrevista a Manuel, uruguayo radicado en inmediaciones de Maldonado - Punta del Este, realizada por Daniel Cajarville el 27 de setiembre de 2022, en el Centro Universitario Regional del Este.
[25] Entrevista a Alfonso, uruguayo radicado en inmediaciones de Maldonado - Punta del Este, realizada por Daniel Cajarville el 28 de noviembre de 2024, en su local de trabajo (Maldonado, Uruguay).
[26] Entrevista a Mónica, uruguaya radicada en Maldonado - Punta del Este, realizada por Verónica Filardo y Daniel Cajarville el 2 de febrero de 2024, en el Centro Universitario Regional del Este.
[27] Entrevista a Ezequiel, argentino radicado en inmediaciones de Maldonado - Punta del Este, realizada por Verónica Filardo y Daniel Cajarville el 17 de setiembre de 2022, en Facultad de Ciencias Sociales (Montevideo, Uruguay).
[28] Nota de campo a partir de encuentro organizado por el grupo de residentes extranjeros “Punta Expats”, registrada por Daniel Cajarville el 21 de mayo de 2023, en local gastronómico (Punta del Este, Uruguay).
[29] Entrevista grupal a Alba, uruguaya radicado en inmediaciones de Maldonado - Punta del Este, junto a otras dos uruguayas y dos uruguayos igualmente retirados en la zona, realizada por Verónica Filardo y Daniel Cajarville el 13 de enero de 2023, en el Centro Universitario Regional del Este.
[30] Entrevista grupal a Juan, para instancia grupal antes indicada.
[31] Entrevista grupal a Micaela, para instancia grupal antes indicada.
[32] Entrevista a Arturo.
[33] Entrevista a Claudia.
[34] Entrevista a Eduardo.
[35] Entrevista a Milena, uruguaya radicada en Maldonado - Punta del Este, realizada por Verónica Filardo y Daniel Cajarville el 17 de enero de 2024, en el Centro Universitario Regional del Este.
[36] Entrevista a Alina y Francisco.
[37] Entrevista a Alina y Francisco.
[38] Entrevista a Kiara.
[39] Entrevista a Claudia.
[40] Entrevista a Milo.
[41] Entrevista a Alina y Francisco.