http://dx.doi.org/10.19137/praxiseducativa-2018-220309
ENTREVISTA
Dra. María Cristina Martínez*
Como docente e investigadora en el campo de la didáctica (y también –cómo no decirlo–, lectora apasionada de Alessandro Baricco), la escuela Holden constituye el tipo de experiencias que necesitaba conocer con el cuerpo y no solo leer sobre ella. En marzo de 2018 y gracias a la gentileza de todos/as en la escuela que contestaron mis correos y el regalo amoroso de quienes pagaron el pasaje, estuve en la Holden de Turín. En un antiguo edificio sobre la Plaza Borgo Dora, de tipología con patio central concebido originalmente para fabricar bombas, desde el año 20133 la Holden aloja docentes y estudiantes en torno a la narración. Lo que sigue es la entrevista a Martino Gozzi, el director didáctico de la escuela, tan comprometido con los estudiantes y la enseñanza, como generoso al momento de aceptar esta conversación pese a mi italiano balbuceante; en su honor, ambas lenguas conviven aquí, cada una con sus gestos.
Cristina: Agradecida de que accedas a esta
entrevista, es muy importante para mí, para
mi grupo de investigación, porque básicamente
investigamos sobre la enseñanza. Quisiera
conversar con vos sobre esta escuela, es un
proyecto educativo muy interesante para nosotros... ¿Podrías explicar la estructura didáctica
que representa la imagen4 que identifica
este proyecto didáctico?
Martino: ¿A qué se refiere el mapa?
C: Sí, la imagen que está aquí afuera...
M: Este diseño en particular, college underground –que parece la metropolitana–, lo
hemos pensado, lo hemos ideado cinco años
atrás cuando la escuela se mudó a este lugar, a
Borgo Dora, porque queríamos dar una imagen
que fuese muy simple, y que explicase al
estudiante el método con que trabajamos. El
método con que trabajamos aquí, se funda sobre
algunos principios muy simples... uno de
esos principios es la contaminación, el mix, el
cruce, la fertilización cruzada. Si tu has notado,
cada línea corresponde a un college, a una
disciplina podríamos decir... la escritura, el
cine, la narración digital, la narración serial, el
periodismo… pero para recorrer todo el trayecto
diseñado de la línea, para arribar desde
el primer día hasta la graduación, el estudiante
debe cruzarse con todas las otras disciplinas, y
nosotros queríamos que nuestros estudiantes
supieran esto desde el primer día. O sea que
quien llega aquí para estudiar la escritura por
ejemplo, será llamado a convivir, a trabajar,
también con otras formas de narrar; con el
teatro, con el cine, con el periodismo,con la
narración digital, con la serialidad... . Este es
uno de los principios fundamentales de la escuela.
La idea es que de otras formas de historias,
de otras formas, de otros lenguajes, también
hay cosas que aprender... porque todas –digamos–, todas las formas de la narración
conducen a un único núcleo originario, que
es el arte de contar historias ¿no? Hoy podemos
encontrar tantas modalidades diversas,
tantas formas de narrar... Entonces, esta es
una escuela de narración, habrás visto Escuela
Holden –Storytelling & Performing Arts–, es
decir no es una escuela solo de escritura, solo
de cine, o de periodismo... es una escuela de
narración y dentro de la narración están todas
estas cosas que según nosotros están emparentadas
entre ellas.
C: ¿Podrías definir con una palabra, dos, la
escuela?
M: La escuela toma su nombre de un personaje
de una novela…
C: Holden...el personaje de El guardián entre
el centeno5
M: Cierto. Holden, el personaje de esta novela,
era un estudiante que tenía de dieciséis,
diecisiete años, que estaba permanentemente
insatisfecho, permanentemente…
C: ¿Incomprendido?
M: ¡Incompreso!... incomprendido… al
menos él se sentía incomprendido, que se
transformó en el símbolo de la insubordinación
intelectual, de la rebelión. Cuando esta
escuela nace, en 1994, toma su nombre porque
este debía ser un lugar donde él se habría sentido
a gusto, se habría sentido en su casa... y
de aquí no lo habrían expulsado... Esta escuela
nace con esta vocación, para recibir a los incomprendidos,
a los que están al borde de la
insubordinación, para recibir a los creativos...
De hecho, en los primeros años la escuela no
tenía horarios fijos, no tenía tareas, no tenía
exámenes… no tenía notas… Incluso ahora
la escuela se mantiene muy flexible, para recibirlos
en su interior y favorecer la creatividad.
La escuela fue creada en 1994 –el año próximo
cumplirá veinticinco años–, y los primeros
dieciocho años la escuela funcionó en la vieja
sede, que estaba en otra parte de la ciudad, en
Corso Dante…
C: Sí, lo vi en el plano de la ciudad...
M: ¿Has visto? La escuela funcionaba en
un departamento de un edificio estilo Liberty6...
era muy pequeña, casi una construcción
familiar... con treinta estudiantes en el primer
año y treinta estudiantes en el segundo... sesenta
estudiantes en total. Cuando la escuela
se convirtió en mayor de edad –digamos–, ha
cumplido dieciocho años, pensó en crecer,
y se transfirió aquí. La transferencia aquí ha
significado una gran expansión... de sesenta
estudiantes a trescientos treinta, pero también
una gran apertura hacia una mayor especialización,
porque el que entra no elige solo
la escuela, sino también el college: el cine, la
escritura, la serialidad... Y esta apertura está dirigida a tantos otros mundos... la escuela
ahora tiene cursos para adultos que se llaman “Holden over 30”, cursos para “amateurs” en
horario nocturno, cursos por la tarde; hay cursos
de fin de semana, para aquellos que viven
en la región y pueden permitirse tomar cursos
en fin de semana, cursos online, para personas
que viven por el mundo, que quieren estar
en la escuela pero no pueden estar acá... y hay
cursos para las empresas, cursos de formación
sobre la narración que apuntan a un público de
profesionales... que son managers, son empleados,
son la fuerza de ventas de un gran grupo...
estamos haciendo siempre más en este sentido
y en el último año hacemos muchas colaboraciones
siempre con el mundo del trabajo o
corporativo, para la producción de contenidos
originales. Si querés después hablamos de ésto,
es una cosa bastante fascinante…
C: Sí, sí...Martino, ¿Cómo es la selección de
los profesores?
M: Ah... esta es una cosa importante de la
escuela, es uno de los principios en que se funda
la escuela, hace veinticinco años atrás, en
el sentido que la escuela no es una facultad...
No hay una condición... ellos no son profesores
titulares... no son profesores rutinarios, que
tengan una cátedra para toda la vida. Todos
aquellos que vengan aquí a enseñar trabajan
por algunos días y luego retornan a su trabajo.
La escuela llama aquí a enseñar a profesionales
de la narración que no son enseñantes propiamente
dichos; son periodistas, directores de
cine, escenógrafos, directores de diarios, redactores,
agentes... y cosas así. En este momento
la escuela tiene trescientos veintiocho estudiantes
y para este año, nosotros contamos con
doscientos cincuenta docentes que vienen de
toda italia, de muchos países europeos y también
del exterior, digamos de fuera de Europa,
para compartir una parte del trayecto y llevar a
clase la propia experiencia del oficio, del propio
método, y esto nos permite mantener una gran
conexión con la industria, porque quien viene
aquí a hacer lecciones de cine –digamos–, después
parte... vuelve a su set... vuelve a Roma,
vuelve a Milán… Y no es un teórico del cine,
es alguien que hace cine cotidianamente, y vive
del cine, y entonces sabe exactamente qué está sucediendo en el cine ahora. No trae a clase
una lección preparada diez, quince, veinte años
atrás... que repite, trae a clase lo que sucedió el
día anterior, el mes anterior y lo hace porque
está animado por una pasión, porque ama de
tal modo el cine que quiere transmitirlo, contarlo.
Bromeando entre nosotros, decimos que
la escuela es una suerte de un gran templo zen,
que construimos con gran cuidado por un año
entero y luego, como un mandala, se lo lleva el
viento y debemos recomenzar. Entonces, cada
año se comienza de cero, y este método tiene
sus riesgos, pero tiene un número infinito de
ventajas, porque nos permite año a año, apenas
termina el año académico, comenzar de
nuevo; nosotros tiramos al suelo todo lo que
habíamos hecho y re-comenzamos de cero.
Podemos con este método ser muy dinámicos,
es decir, cambiar figuras, cambiar currículum,
cambiar la modalidad, a nadie le tenemos que
rendir cuentas. Entonces, somos adaptables...
C: Es bellísimo…
M: Es muy bello... requiere un gran trabajo,
las ganas debe recomenzar continuamente...
Pero como has visto, el staff de la escuela es
muy joven, que según la indicación de Baricco,
del presidente, debe ser continuamente renovado,
no estar nunca quieto, no fosilizarse...
Entonces todos sabemos que tenemos un ciclo
aquí adentro, que le podemos dar mucho a la
escuela y la escuela puede darnos a nosotros,
y después es justo que alguien ocupe nuestro
lugar y retome desde nosotros lo dejamos.
Porque es importante mantener también una
vigilancia anagráfica con los estudiantes... Si
yo tengo ahora sesenta y cinco años –Baricco
ha cumplido sesenta años–, puede ser el presidente...
buenísimo... puede hacer algunas lecciones,
pero no puede vivir la cotidianidad de
la escuela, porque los estudiantes, tienen veintiuno,
veintidós, veintitrés años también en
el lenguaje, en el vocabulario… entonces nos
permite en clase esta vigilancia sin tanta burocracia,
y a través de los docentes sobre todo,
intentar la posibilidad de llevar a clase una
emoción, probar emocionarse, con intentar
placer, con maravillarse... Lograr el modo que
el aprender esté conectado con emocionarse,
que hoy en día –en Italia al menos– se está perdiendo progresivamente en la escuela obligatoria
elemental, media y secundaria, sobre
todo en el liceo… El aprendizaje es muy pasivo,
aburrido... poco gratificante… Somos evaluados
siempre en términos cuantitativos ¿no? “Cuánto has incorporado de aquello que te he
enseñado…” En cambio aquí no revelamos
al estudiante cuál es el programa de estudio cuando entran en clase, porque queremos que
se sorprendan con su plan de estudio... en una
suerte de viento lateral que lo desorienta, y así logramos que se asombren, se desbloqueen y
ahí se liberen de dogmas, de prejuicios... insertamos
contenidos que al principio no entienden
por qué y allí comenzamos a intervenir.
C: Sabés que la Universidad argentina –que
tiene el orgullo de ser pública y gratuita–, tiene
muchos estudiantes y en cierto modo resulta
difícil pensar el currículum de esta manera…
M: Me dijiste que hay setecientos estudiantes
en tu curso…
C: Sí, setecientos estudiantes juntos en una
asignatura del primer año de las carreras de arquitectura
y diseño industrial…
M: Muy difícil... De hecho, una cosa que
hemos mantenido de la pequeña escuela a la
escuela grande, es la dimensión de la clase...
Porque el número total de estudiantes en la
escuela supera los trescientos, pero tenemos
clases de trece, dieciocho, quince estudiantes.
Algunas clases del segundo año se componen
de grupos de ocho, nueve, seis estudiantes...
y esto te permite hacer un trabajo casi uno a
uno, con un grupo muy reducido que puede
sentarse en torno a una mesa… ¿Tú has visto
la clase de televisión?
C: Sí estuve en esa clase…
M: Entonces... aquí la relación entre la teoría
y la práctica se invierte... hay muchísima
práctica y luego un poco de teoría... Pero se
parte casi siempre de la práctica, y después se
intenta arribar a las reglas de modo inductivo.... ¿no? Así que no decirles a los estudiantes “estas son las reglas”, tiene sus consecuencias...
Y para los estudiantes naturalmente este es un
trabajo más fatigoso, porque permanentemente
se los invita a entrar al juego, a probar, a huir
de la confortabilidad… tanto un día se lo invita
a sacarse los zapatos y hacer un trabajo con
el cuerpo como el que se dedica a lo digital un
día debe trabajar con drones, o el que trabaja
con reportajes un día se lo invita a que haga
de notero sobre el béisbol. Es una escuela muy
extraña... y los estudiantes entonces habitualmente
nos piden más barreras, más límites, reglas...
están implorando que les demos notas,
que los califiquemos... ellos quieren una nota
concreta... Y la escuela en vez de decirle a los
estudiantes una nota, constantemente propone
el ejercicio de dar al estudiante un feedback,
de darle una devolución, una crítica, pero casi
siempre en modo oral, en la comparación... y
casi siempre finaliza con otro trabajo, que es cuasi circular hacia la propia autoevaluación… La escuela no tiene notas… “escribís, te doy
una devolución oral y vos lo corregís…” A veces
los estudiantes están desorientados por la
excesiva libertad que da la escuela, pero la escuela
se basa sobre su independencia, sobre su
autonomía en grado de activarse... de ser curiosos,
para producir cuando es el momento...
todo se basa en su trabajo.
C: En este sentido, los estudiantes de la
Holden... ¿Cómo son? ¿Son globales o son
particulares?
M: Desde un punto de vista geográfico...
son todos italianos, de distintos puntos…
C: ¿Y desde un punto de vista... humano…?
M: Creo que hay un elemento especial...
porque todos nuestros estudiantes han elegido
esta escuela entre tantas otras y ellos –como
Holden–, arriban aquí para sentirse a gusto,
arriban aquí no solo por la pasión por el cine,
por la escritura, por la narración... Yo también
vine a esta escuela, en la antigua sede, porque
quería escribir, porque tenía una pasión por
escribir y por el cine que aún conservo, pero
también los estudiantes llegan a esta escuela
siempre como alternativa a las otras formas de
enseñanza, a los otros lugares, como la universidad,
donde se sienten rechazados por la masividad,
por el ateneo... Los estudiantes vienen
aquí para sentirse bienvenidos, para sentirse
aceptados en su diversidad, en su fragilidad,
en su creatividad. Y la escuela ofrece a los estudiantes
un lugar verdaderamente de intercambio,
de verdad acogedor... porque la gran
riqueza que la escuela ofrece a los estudiantes
es la relación con los compañeros. Después de
dos años de estar aquí, donde los estudiantes
viven la escuela como su casa, porque están
aquí hasta tarde, tocan la guitarra, toman las
lecciones, están en el patio, toman café, se leen
entre ellos... Digo, después de dos años aquí, el
gran valor agregado que la escuela da es que
así uno aprende con gusto, y reconoce su propia
voz… y a diferenciarse o identificarse con
la voz de sus compañeros. Después están los maestros, la escuela, algún star que pasa por
la escuela… pero esto importa menos. De hecho,
en una encuesta reciente los estudiantes
han elegido la terraza como el lugar que más
les gusta de la escuela, porque es el espacio de
la socialización… ¿Por qué te estoy diciendo
esto? Para decir que los estudiantes que vienen
aquí son especiales, frágiles por un lado, pero
ricos de energía y potencialidad por otro… y
que ellos aprenden también con eso, estando
en contacto con su fragilidad, en el intercambio
con sus compañeros, con los que se pasan
noches enteras debatiendo... discutiendo…
C: Martino, en la clase que asistí del profesor
Carlo Freccero7, él ha dicho –cito textualmente– “La creatividad no nace porque soy un
genio, sino porque conozco muy bien la materia
con la que trabajo y lo plasmo” ¿Estás de
acuerdo... coincides con ésto?
M: Sí, sí... Estoy plenamente de acuerdo con él, y lo que nosotros tratamos de enseñar es la
dimensión artesanal del hacer. Es verdad que
existen distintos niveles de talentos... esto vale
para el que toca el piano, el que trabaja en la
cocina, el que tira al arco, el que quiere contar
una historia... tanto sea escribiendo o en forma
oral. Entonces, lo que la escuela puede ayudar,
es a hacerte más consciente de tu talento, de tu
voz... y ayudarte ahí donde sos más débil, porque
hay terrenos donde se puede trabajar... y
superar una perspectiva muy romántica según
la cual –en el fondo–, la creación, la escritura,
la narración, la poesía, son fruto del genio y
basta...
Mario Gozzi
C: ¿Solo inspiración?
M: La inspiración es un momento de felicidad...
pero después todo el resto es trabajo,
es paciencia, disciplina, dedicación... una gran
cantidad de horas... experimentar y hacer, intentar
y volver a hacer... y la escuela busca prepararlos
en este movimiento. Pensamos que
verdaderamente escribir una historia, hacer
una película, un reportaje tienen un fortísimo
componente artesanal... y hay todo un proceso
que uno debe conocer... Freccero tiene perfectamente
razón, porque el que trabajó más corre
con ventaja, y para llegar a un buen resultado
se arriba equivocándose, intentando... pero lo
que es necesario hacer es equivocarse un poco
menos y llegar a buenos resultados. Algunos
docentes citan una frase de Samuel Beckett
que dice “Ever tried, ever failed, no matter. Try
again, fail again, fail better”8, es una convicción
común que a un resultado óptimo se arriba
por sucesivas tentativas…
C: En el 2017 cuando Alessandro Baricco
estuvo en Buenos Aires en la Universidad de
San Martín, con motivo de recibir allí el Doctorado
honoris causa, habló sobre storytelling, cuando lo escuché, pensé si este concepto es el
concepto de la escuela... esta unión… El viaje
de Alejandro Magno… ¿Puede representar el
concepto de la escuela?
M: En estos veinticinco años, la escuela no
ha intentado, no se ha esforzado por dar una
definición de storytelling, de narración... Unos
años atrás, hicimos una encuesta interna con
una treintena de docentes y el resultado fue que
storytelling no una definición que vale para la
escuela de una vez y para siempre, para todas
las disciplinas y para todos los docentes. Cada
uno tiene una idea levemente distinta... todos
comparten una idea general y cada uno se ubica
en un punto específico. Así, los estudiantes
pueden estar en una clase de Carlo Freccero,
con su idea del storytelling y luego con otro
profesor, con una perspectiva diversa, y no es
un problema para el estudiante... lo obliga a razonar
por sí mismo y elegir. Un día aparece un
personaje, otro día otro, y para los estudiantes
resulta impactante. Constantemente reestructuramos
esta versión de la realidad, en el
momento en que elegimos algo, nos vestimos,
conducimos el auto, ya es una narración de lo
que somos... Me resulta bastante convincente,
hay datos que son de la realidad y datos de otra índole, que son de la narración. Baricco dio su
propia definición, donde dice que si a la realidad
le sacamos los hechos, lo que queda es
el storytelling, la narración. Esta visión –que
decimos global del storytelling–, es bastante
innovadora; nuestro presidente (A. Baricco)
fue visionario veinticinco años atrás al tomar
la narración y ponerla en el centro de la escuela;
eso ya era bastante revolucionario para la
Italia de entonces, donde todavía la academia
era muy cerrada y no existían laboratorios,
workshop... entonces durante mucho tiempo
la escuela fue vista con desconfianza por parte
del mundo oficial…
C: Martino, ¿Se enseña nuestra literatura
en la escuela... la literatura latinoamericana?
M: Si, se enseña toda la literatura. No tenemos
cursos de historia de la literatura... literatura
comparada…
C: La literatura comparada es muy oficial,
de la universidad clásica…
M: Sí, exacto... pero la literatura latinoamericana
está muy presente en la escuela; por
la cercanía de nuestras lenguas la literatura
italiana fue muy influenciada por la literatura
latinoamerica del último siglo. Son muchos
los escritores argentinos que hoy los italianos
citan como sus maestros... Cuando yo era estudiante,
en la vieja escuela, vino a un seminario
por una semana Mario Vargas Llosa, y recuerdo
que los maestros que él citaba –Borges,
Cortázar–, eran nombres fundamentales para
nosotros, y lo son todavía.
C: Martino, en Argentina somos apasionados
por algunos escritores italianos... Recuerdo,
que cuando murió Italo Calvino yo lloré…
M: ¿Lloraste?
C: Sí, y me preguntaba ¿Por qué? Y creo
que sentía que su escritura... por ejemplo, el Vizconde demediado, Las ciudades invisibles... eran para mí como docente de arquitectura,
la posibilidad de pensar la arquitectura desde
otra disciplina... Enseñar –por ejemplo–,
la Exposición Universal de Londres, en plena “revolución industrial” de la mano de Tierras
de Cristal9, es esencial para comprender el espíritu
de la época… ¿Qué pensás vos?
M: ¡Cierto! es exactamente el método con
el que estudiamos acá. Piensa que en el college
de escritura los estudiantes deben familiarizarse
con la estructura, con la forma referida a la
historia, y lo que hacemos es llamar a la escuela
a un arquitecto que les hable a los estudiantes
de la forma, de la estructura de la arquitectura...
un punto de referencia que es muy
lejano del libro, de su escritura, pero que dice
algo sobre el libro... La otra cosa que hacemos,
es traer a la escuela un experto en música, un
compositor, que hable de la forma y de la estructura
de la música clásica, del 700 y del 800,
de la forma sonora... porque en los estudiantes
comienza a depositarse una idea de estructura
y de forma que también pueden conocer por el
libro, es un experimento. Algunos años atrás,
invitamos un docente para que trajera a clase
un laboratorio de “arquitectura literaria”, para
que transformara la estructura de un libro en
un modelino... en una especie de…
C: ¿Una maqueta?
M: ¡Cierto! Este trabajo significaba al inicio
para el estudiante algo incomprensible, un
salto peligroso... casi sin sentido…
C: ¿Inquietante?
M: Inquietante, pero durante el proceso y
al final lo dominaban, para explicar cuál era la
estructura... es exactamente lo que hacés tú. Tú partes del libro para arribar a la arquitectura... éste es el método que usamos aquí cotidianamente:
la contaminación, la mezcla entre géneros,
entre formas, enseña entonces una plasticidad
mental.
C: Martino, el profesor Giuseppe Mazza…
M: ¿Pudiste asistir a su clase?
C: Si… y al finalizar pude hablar un momento
con él... En su clase, él habló de la publicidad
de la pasta “Barilla”, del concepto detrás
del Molino Blanco... y yo pensé que allí la arquitectura
es una narración completa… ¿Estás
de acuerdo?
M: Sí, sí... ¡de acuerdo!
C: La última Martino… ¿Hay un proyecto
para abrir una sede de la Escuela Holden en
América Latina? El año pasado, en la Universidad
de San Martín con motivo de recibir su
doctorado honoris causa, Alessandro Baricco
lo mencionó…
M: Digamos que es un sueño más que un
proyecto, el proyecto necesita otros elementos
que estamos comenzando a trabajar... Pensamos
que abrir una Escuela Holden en lengua
española, que sea una evolución natural de la
escuela es de una riqueza para nosotros..., una
experiencia de la lengua, de la cultura... ahora
mismo estamos haciendo cosas nuevas por el
mundo...
C: Martino, ¡muchas gracias! Estoy muy
emocionada de estar acá...
M: Estoy feliz que la energía de la escuela
llegue, y que se mantenga viva... ¡quedamos en
contacto!
Ingrávida 1, escultura. Gabriela López
Notas
* Universidad Nacional de Mar del Plata Doctora en Humanidades y Artes con Mención en Educación, UNR. Arquitecta. Directora Grupo de Investigación en Cultura, Educación Superior y Disciplinas Proyectuales (CESDIP), FAUD, UNMDP. Directora de Línea de investigación (Educación Superior) en el Centro de Investigaciones Multidisciplinarias en Educación (CIMEd), Facultad de Humanidades, UNMDP | Argentina. https://orcid.org/0000-0002-6230-9367. arq_mcmartin@hotmail.com.
1 La Holden es una escuela privada fundada en 1994 por cinco amigos, –una escuela de narradores–, y ahora es propiedad de cuatro socios: Alessandro Baricco, Carlo Feltrinelli, Oscar Farinetti, y Andrea Guerra. La administradora delegada es Savina Neirotti. En la página web de la escuela dicen: “Si te preguntas por qué estos cinco se han embarcado en una empresa de estas características la respuesta es fácil: ven a ver la escuela y lo entenderás”. ¡Allá fui!.
2 Martino Gozzi (Ferrara, 1981). Universidad de Ferrara (Literartura y Filosofía), en 2002 ganó la beca del Fondo Mondrian Kilroy y en 2004 publicó su primera novela. Ha traducido, para varios editores, diversos autores ingleses y estadounidenses. Ha publicado Giovani promesse (2009) y Mil veces me tomó sobre sus hombros (2013) y tradujo Life (con Andrea Marti y Marina Petrillo, 2012) de Keith Richards.
3 Para regocijo de mis colegas y amigos de la arquitectura, vale contar que esta nueva sede se inauguró por la noche (¿no es magnífico?), con una clase de Renzo Piano y fuegos artificiales.
4 “College underground” (Escuela subterránea), es un gran mapa en uno de los hermosos pasillos del edificio, que grafica los recorridos en torno a la narración que propone la escuela, sus paradas y conexiones, a la manera de líneas subterráneas.
5 J.D. Salinger (1951) The Catcher in the Rye.
6 Denominación inglesa del estilo arquitectónico surgido a partir del impulso de la Primera Exposición Internacional de Arte Decorativo.
7 Carlo Freccero, autor de televisión, escritor, periodista, profesor universitario y experto en comunicación italiana.
8 “Has tratado siempre, has fracasado siempre, no importa. Inténtalo de nuevo, fracasa de nuevo, fracasa mejor”.
9 Alessandro Baricco (1991) Tierras de cristal en la edición de Anagrama. Título original: Castelli di Rabbia.
Dra. María Cristina Martínez*
Come insegnante e ricercatrice nel campo della didattica (e anche –come non dire– come appassionata lettrice di Alessandro Baricco), la Scuola Holden è il tipo di esperienza che avevo bisogno di vivere con il corpo, oltre a leggere su di lei. Nel marzo del 2018 e grazie alla gentilezza di tutti coloro che hanno risposto alle mie e-mail, e al dono amorevole di chi ha pagato il biglietto, ero nella Holden di Torino. In un vecchio palazzo con un cortile centrale originariamente concepito per fabbricare bombe, situato in Piazza Borgo Dora, dal 20133 la Holden ospita insegnanti e studenti attorno alla narrativa. Quello che segue è l’intervista a Martino Gozzi, il direttore didattico della scuola, così coinvolto dagli studenti e l’insegnamento, come generoso quando accetta questa conversazione nonostante il mio balbettante italiano; nel suo onore, entrambe le lingue coesistono qui, ciascuna con i loro gesti.
Cristina: Grazie per il tuo consenso a
questa intervista, è molto importante per me,
per il mio gruppo di ricerca, perché fondamentalmente
studiamo sull’insegnamento. Mi
piacerebbe parlare con te su questa scuola, è un progetto educativo molto interessante per
noi... Potresti spiegare la struttura didattica
che rappresenta l’immagine4... cosa identifica
questo progetto didattico?
Martino: A cosa si riferisce la mappa?
C: Sì, l’immagine che è qui fuori…
M: Questo disegno in particolare, il college
underground –che sembra essere metropolitano–,
l’abbiamo pensato e ideato cinque anni fa
quando la scuola si è trasferita in questo posto,
a Borgo Dora, perché volevamo dare un’immagine
che fosse molto semplice e che spiegasse
allo studente il metodo con cui lavoriamo. Il
metodo con cui lavoriamo qui si basa su alcuni
principi molto semplici... uno di questi principi è l’inquinamento, il mix, la croce, la fertilizzazione
incrociata. Se hai notato, ogni riga
corrisponde a un college, una disciplina che
potremmo dire... scrittura, film, narrazione digitale,
narrazione seriale, giornalismo... ma per
percorrere l’intero percorso progettato della linea,
per arrivare dal primo giorno fino alla laurea,
lo studente deve attraversare tutte le altre
discipline e volevamo che i nostri studenti lo
sapessero fin dal primo giorno. Cioè, chiunque
arriva qui per studiare la scrittura, per esempio,
sarà chiamato a vivere insieme, a lavorare,
anche con altri modi di narrare; con il teatro,
con il cinema, con il giornalismo, con la narrazione
digitale, con la serialità.... Questo è uno
dei principi fondamentali della scuola. L’idea è che da altre forme di storie, altre forme, altri
linguaggi, ci siano anche cose da imparare...
perché tutte, diciamo, tutte le forme della narrazione
portano a un singolo nucleo originale,
che è l’arte di raccontare storie, giusto? Oggi
possiamo trovare tanti modi diversi, tanti modi
di raccontare... Quindi, questa è una scuola
di narrazione, avrai visto Holden Storytelling
School, cioè, non è una sola scuola di scrittura,
solo di cinema, o di giornalismo... una scuola di
narrazione e all’interno della narrazione sono
tutte queste cose che secondo noi sono legate
l’una all’altra.
C: Potresti definire con una parola, due, la
scuola?
M: La scuola prende il nome da un personaggio
di un romanzo...
C: Holden... il personaggio di The Catcher
in the Rye5
M: Giusto. Holden, il personaggio di questo
romanzo, era uno studente che aveva sedici,
diciassette anni, permanentemente insoddisfatto,
permanentemente...
C: Incompreso?
M: Incompreso!... frainteso... almeno si
sentiva incompreso, che è diventato il simbolo
dell’insubordinazione intellettuale, della ribellione.
Quando questa scuola è nata, nel 1994,
prende il nome perché questo deve essere un
luogo dove lo studente si sarebbe sentito a suo
agio, si sarebbe sentito a casa... e da qui non
l’avrebbero espulso... Questa scuola nasce con
questa vocazione, per ricevere l’incompreso,
coloro che sono sull’orlo dell’insubordinazione,
per ricevere il creativo... Infatti, nei primi
anni la scuola non aveva orari fissi, non aveva
compiti, non aveva esami... non aveva voti...
Anche ora la scuola rimane molto flessibile,
per riceverli all’interno e incoraggiare la creatività.
La scuola è stata creata nel 1994 –il prossimo
anno farà venticinque anni– ei primi diciotto
anni la scuola ha lavorato nella vecchia
sede, che si trovava in un’altra parte della città,
in Corso Dante...
C: Sì, l’ho visto sulla mappa della città...
M: Hai visto? La scuola ero in un edificio
di stile Liberty6... era molto piccola, quasi un
edificio di famiglia... con trenta studenti nel
primo anno e trenta studenti nel secondo...
sessanta studenti in totale. Quando la scuola
divenne maggiorenne –diciamo– aveva diciotto
anni, pensò di crescere, e fu trasferita qui.
Il trasferimento qui ha significato una grande
espansione... da sessanta studenti a trecentotrenta,
ma anche una grande apertura verso
una maggior specializzazione, perché chi
entra non sceglie solo la scuola, ma anche il
college: il cinema, la scrittura, la serialità... E
questa apertura è diretta a tanti altri mondi... la
scuola ora ha corsi per adulti che si chiamano
Holden over thirty, corsi pomeridiani; ci sono
corsi di fine settimana per coloro che vivono
nella regione e possono seguire corsi nei fine
settimana, corsi online, per persone che vivono
in tutto il mondo, che vogliono essere a scuola ma non possono essere qui... e ci sono
corsi per aziende, corsi di formazione sullo
storytelling rivolti a un pubblico di professionisti...
che sono manager, sono impiegati, sono
la forza vendita di un grande gruppo... stiamo
facendo sempre di più in questo senso e facciamo
molte collaborazioni con il mondo del
lavoro o aziendale, per la produzione di contenuti
originali. Se vuoi più tardi ne parliamo,è una cosa molto affascinante…
C: Sì, sì... Martino, come è la selezione degli
insegnanti?
M: Ah... questa è una cosa importante della
scuola, è uno dei principi su cui si è fondata
la scuola, venticinque anni fa, nel senso che la
scuola non è un’università. Non c’è condizione...
non sono professori ordinari... non sono
insegnanti di routine, non hanno una sedia
per la vita. Tutti quelli che vengono qui per
insegnare lavorano per alcuni giorni e poi tornano
a loro lavori. La scuola chiama qui per
insegnare ai professionisti della narrativa che
non sono insegnanti stessi; sono giornalisti,
registi, scenografi, direttori di giornali, editori,
agenti... e cose del genere. In questo momento
la scuola conta trecentoventotto studenti e per
quest’anno abbiamo duecentocinquanta insegnanti
che vengono da tutta l’Italia, da molti
paesi europei e anche da fuori Europa, per
condividere una parte del viaggio e intraprendere
classificare la propria esperienza del mestiere,
del proprio metodo, e questo ci permette
di mantenere una grande connessione con
l’industria, perché chi viene qui a fare lezioni
di cinema-dice-poi lascia... ritorna al suo set...
ritorna a Roma, torna a Milano... E lui non è un teorico del cinema, è uno che fa film ogni
giorno, vive dal cinema, e poi sa esattamente
cosa sta succedendo nel cinema ora. Non porta
in classe una lezione preparata dieci, quindici,
venti anni fa... ripete, porta in classe quello che è successo il giorno precedente, il mese precedente
e lo fa perché è animato da una passione,
perché ama il cinema in modo tal que vuole
trasmetterlo. Scherzando tra di noi, diciamo
che la scuola è una specie di grande tempio
Zen, che costruiamo con grande cura per un
anno intero e poi, come un mandala, soffia il
vento e dobbiamo ricominciare. Quindi, ogni
anno ripartiamo da zero, e questo metodo ha i
suoi rischi, ma ha un numero infinito di vantaggi,
perché ci consente anno dopo anno, non
appena finisce l’anno accademico, di ricominciare
da capo; buttiamo tutto ciò che avevamo
fatto a terra e ripartito da zero. Con questo
metodo possiamo essere molto dinamici, cioè cambiare figure, cambiare curriculum, cambiare
modalità, non dobbiamo dare un account a
nessuno. Quindi, siamo adattabili…
C: E ‘bello...
M: E ‘molto bello... richiede un grande lavoro,
il desiderio di riavviare continuamente...
Ma come avete visto, il personale della scuola è molto giovane, che come indicato da Baricco,
Presidente, deve essere rinnovato di continuo,
mai stare fermi, non fossilizzarsi... quindi noi
tutti sappiamo che abbiamo un ciclo qui, siamo
in grado di dare un sacco alla scuola e la scuola
può dare a noi, e quindi si tratta solo di qualcuno
che prenda il nostro posto e riprenda da
dove abbiamo lasciato. Perché è anche importante
mantenere una sorveglianza anagrafica...
Se ho ormai sessantacinque anni –Baricco ha
sessant’anni, è un ottimo presidente, può dare
alcune lezioni, ma non si può vivere la routine
quotidiana della scuola, perché gli studenti hanno
ventuno, ventidue, ventitre anni anche nel
linguaggio, il vocabolario, occorre una vicinanza,
poi ci permette questa sorveglianza senza
molta burocrazia e con gli insegnanti, soprattutto,
provare la possibilità di provocare in classe
un brivido e cercare di stupire loro... Raggiungere
il modo nel che l’apprendimento sia collegato
con una emozione, oggi –in Italia almeno–,
si sta perdendo poco a poco nella scuola
elementare, scuole medie e obbligatoria secondaria,
in particolare al liceo... L´apprendimento è molto passivo, noioso...poco gratificante. Siamo
sempre valutati in termini quantitativi, non è vero? “quanto hai incorporato di ciò che ti ho
insegnato...” Ma invece, qui non riveliamo allo
studente il programma di studio, loro lo scoprono
quando entrano in classe, perchè vogliamo
sorprendergli... una sorta di vento laterale che
disorienta, e così arriviamo a stupirgli, e fare
il modo che loro si sblocchino e siano liberi di
dogmi, pregiudizi...
C: Sai che l’Università argentina, che ha
l’orgoglio di essere pubblica e libera, ha molti
studenti e in un certo senso è difficile pensare
al curriculum in questo modo...
M: Mi hai detto che ci sono settecento studenti
nel tuo corso...
C: Sì, settecento studenti insieme in un
corso del primo anno di carriera in architettura
e design industriale...
M: Molto difficile... In effetti, una cosa che
abbiamo mantenuto dalla piccola scuola alla
grande scuola, è la dimensione della classe...
Perché il numero totale di studenti nella scuola
supera i trecento, ma abbiamo classi di tredici,
diciotto, quindici studenti. Alcune classi
del secondo anno sono composte da gruppi di
otto, nove, sei studenti... e questo ti permette di
fare un lavoro quasi uno ad uno, con un gruppo
molto piccolo che può sedersi attorno ad
un tavolo... Hai visto il classe di TV?
C: Sì, ero in quella classe…
M: Quindi... qui il rapporto tra la teoria e
la pratica si rivalta... c’è molta pratica e poi una
parte di teoria... Ma quasi sempre parte dalla
pratica, e poi proviamo ad arrivare alle regole
di modo induttivo... no? Quindi anziché dire
agli studenti “queste sono le regole”, traetene le
conseguenze, giusto? E per gli studenti questo è naturalmente un lavoro più faticoso, perché sono costantemente invitati ad entrare nel
gioco, a provare, a uscire dalla comodità... un
giorno sono invitati a togliersi le scarpe e fare
un lavoro con il corpo; così come chi fa digital
un giorno si trova a dover utilizzare dei droni,
o chi fa report un giorno si trova a fare lezione
sul baseball. È una scuola molto strana... e poi
gli studenti spesso ci chiedono abitualmente
più confini, più barriere, ci chiedono più regole...
ci stanno implorano di dare a loro dei
voti, di qualificargli... vogliono un voto specifico...
E la scuola invece di dare agli studenti
un voto, propone costantemente l’esercizio di
dare allo studente un feedback, di dare una
critica, ma quasi sempre in modo orale, nel
confronto... e quasi sempre finalizzato con un
ulteriore lavoro, in un processo che è quasi circolare
verso l’autovalutazione... La scuola non
ha voti... “scrivi, ti do una correzione orale e lo
correggi...” A volte gli studenti sono disorientati
dall’eccessiva libertà che la scuola dà, ma
la scuola si basa sulla sua indipendenza, sulla
loro autonomia per attivare... essere curiosi,
produrre quando è il momento... tutto è basato
sul loro lavoro.
Mario Gozzi
C: In questo senso, gli studenti di Holden...
come sono? Sono globali o sono
particolari?
M: Da un punto di vista geografico... sono
quasi tutti italiani, da punti diversi...
C: E da un punto di vista umano...?
M: Penso che ci sia un elemento speciale...
perché tutti i nostri studenti hanno scelto
questa scuola tra tante altre e loro –come
Holden– arrivano qui per sentirsi al proprio
agio, arrivano qui non solo per la passione per il cinema, per la scrittura, per la narrazione...
Sono anche venuto in questa scuola,
nella vecchia sede, perché volevo scrivere,
perché avevo una passione per la scrittura e
per il cinema che ho ancora, ma anche gli studenti
vengono in questa scuola sempre come
alternativa di altre forme di insegnamento,
ad altri luoghi, come l’università, dove si sentono
rifiutati dalla massa, dall’ateneo... Gli
studenti vengono qui per sentirsi benvenuti,
per sentirsi accettati nella loro diversità, nella
loro fragilità, nella loro creatività . E la scuola
offre agli studenti un vero luogo di scambio,
davvero accogliente... perché la grande
ricchezza che la scuola offre agli studenti è il
rapporto con i compagni di classe. Dopo due
anni di essere qui, dove gli studenti vivono la
scuola come loro casa, stanno qui fino a tardi,
suonano la chitarra, prendono lezioni, stanno
nel cortile, bevono caffè, leggono tra loro...
Dico, dopo di due anni qui, il grande valore
aggiunto che la scuola dà è il confronto con
i compagni e cosí si impara con piacere, e si
riconosce la propria voce... e differenziarsi o
identificarsi con la voce dei suoi compagni
di classe. Poi ci sono gli insegnanti, la scuola,
alcune star che passano per la scuola... ma
questo conta di meno. Infatti, in un recente
sondaggio gli studenti hanno scelto il terrazzo
come il posto che preferiscono, perché è lo spazio della socializzazione... Perché te
lo sto dicendo? Per dire che gli studenti che
vengono qui sono speciali, fragili da un lato,
ma ricchi di energia e potenzialità dall’altro...
e che imparano anche con quello, rimanendo
in contatto con la loro fragilità, nello scambio
con i loro coetanei, con chi passano intere
notti a discutere... discutendo…
C: Martino, nella classe a cui ho partecipato
il professor Carlo Freccero7, ha detto –dice
testualmente– “La creatività non nasce perché sono un genio, ma perché conosco molto bene
il soggetto con cui lavoro e lo traduco” Sei d’accordo?...
sei d’accordo con questo?
M: Sì, sì... Sono pienamente d’accordo con
lui, e ciò che cerchiamo di insegnare è la dimensione
artigianale del fare. È vero che ci
sono diversi livelli di talento... questo è vero
per chi suona il pianoforte, chi lavora in cucina,
chi tira con l´arco, chi vuole raccontare una
storia... che sia scritta, oralmente... Quindi, ciò che la scuola può fare, è renderti più consapevole
del tuo talento, della tua voce... e aiutarti
dove sei più debole, perché ci sono terreni in
cui puoi lavorare... e superare una prospettiva
molto romantica secondo la quale, alla fine, la
creazione, la scrittura, la narrazione, la poesia,
sono il frutto del genio e basta...
C: Solo ispirazione...?
M: L’ispirazione è un momento di felicità...
ma dopo tutto il resto è lavoro, è la pazienza,
la disciplina, la dedizione... un sacco di ore...
sperimentare e fare, provare e fare di nuovo... e
la scuola cerca di allenare in questo movimento.
Pensiamo che scrivere una storia, fare un
film, un report abbia una forte componente artigianale...
e c’è un intero processo che bisogna
sapere... Freccero ha perfettamente ragione,
perché colui che ha lavorato di più corre con
vantaggio, per arrivare a un buon risultato si
deve sbagliare, provare... Alcuni insegnanti citano
una frase di Samuel Becket che dice “Ever
tried, ever failed, no matter. Try again, fail
again, fail better”8, è una convinzione comune
che a un risultato ottimale si arrivi per tentativi
successivi…
C: Nel 2017, quando Alessandro Bariccoè stato a Buenos Aires presso l’Università di San
Martin, in occasione di ricevere lì il dottorato
honoris causa, ha parlato di narrazione, quando
l’ho sentito, ho pensato che se questo concetto è il concetto della scuola... questa unione...
Il viaggio di Alessandro Magno... Può rappresentare il concetto di scuola?
M: In questi venticinque anni, la scuola non
ha provato, non ha cercato di dare una definizione
di narrazione, o di storytelling... Qualche
anno fa, abbiamo fatto un’indagine interna con
una trentina di insegnanti e il risultato è stato
che storytelling non ha una definizione valida
per la scuola in maniera definitiva, per tutte le
discipline e per tutti gli insegnanti. Ognuno
ha un’idea leggermente diversa... tutti condividono
un’idea generale e ognuno si trova in un
punto specifico. Così, gli studenti possono essere
in una classe di Carlo Freccero, con la sua
idea della narrazione e poi con un altro insegnante
con una prospettiva diversa, e non è un
problema per lo studente... gli fa pensare per
se stesso e scegliere. Un giorno appare un personaggio,
un altro giorno uno diverso, e per gli
studenti è scioccante. Costantemente ristrutturiamo
la realtà, quando scegliamo qualcosa, ci vestiamo, guidiamo l’auto, è una narrazione
di chi siamo... lo trovo molto convincente, ci
sono dati della realtà e altri di diversa natura,
sono parte della narrazione. Baricco ha dato la
sua definizione, dove dice che se togliamo i fatti
dalla realtà, ciò che rimane è narrazione, storytelling.
Questa visione –che diciamo globale
della narrazione– è abbastanza innovativa; il
nostro presidente (A. Baricco) è stato visionario
venticinque anni fa prendendo la narrativa
e mettendola al centro della scuola; Che era già abbastanza rivoluzionario per l’Italia in quel
momento, in cui l’accademia era ancora chiusa
e non c’erano laboratori, workshop... così per
tanto tempo la scuola è stata vista con sospetto
dal mondo ufficiale...
C: Martino, la nostra letteratura è insegnata
a scuola... Letteratura latinoamericana?
M: Sì, tutta la letteratura è insegnata. Non
abbiamo corsi della storia della letteratura...
letteratura comparata...
C: La letteratura comparata è molto ufficiale,
dall’università classica...
M: Sì, proprio... ma la letteratura latinoamericana è molto presente nella scuola; a causa
della vicinanza delle nostre lingue, la letteratura
italiana è stata molto influenzata dalla
letteratura latinoamericana del secolo scorso.
Ci sono molti scrittori argentini che gli italiani
oggi citano come i loro insegnanti... Quando
ero uno studente, nella vecchia scuola, Mario
Vargas Llosa è venuto a un seminario per una
settimana, e ricordo che l’insegnante ha citato– Borges... Cortázar– erano per noi dei nomi
fondamentali, e lo sono ancora.
C: Martino, in Argentina siamo appassionati
di alcuni scrittori italiani... Ricordo che
quando morì Italo Calvino piansi...
M: Hai pianto?
C: Sì, e mi chiedevo perché? E penso che
sentisse che i suoi scritti... per esempio Il visconte
dimezzato, Le città invisibili... erano per
me come professoressa di architettura, la possibilità di pensare all’architettura da un’altra
disciplina... Insegnare –per esempio–, l’Esibizione
Universale a Londra, nel bel mezzo della “rivoluzione industriale” per mano di Castelli
di Rabbia9 è essenziale per capire lo spirito del
tempo... Cosa ne pensi?
M: Giusto! è esattamente il metodo con cui
studiamo qui. Pensa che nella scuola di scrittura
gli studenti dovrebbero familiarizzarsi con
la struttura, con la forma che si riferisce alla
storia, e ciò che facciamo è far venire a scuola
un architetto che parla agli studenti della
forma, della struttura della architettura... un
punto di riferimento che è molto lontano dal
libro, dalla sua scrittura, ma che dice qualcosa
sul libro... L’altra cosa che facciamo è portare
a scuola un esperto di musica, un compositore,
che parla della forma e della struttura della
musica classica, del 1700 e del 1800, della forma
sonora... perché negli studenti l’idea della
struttura inizia a essere depositata e in un
modo che possono anche conoscere attraverso
il libro, è un esperimento. Alcuni anni fa,
abbiamo invitato un insegnante a portare un
laboratorio di “architettura letteraria” in classe,
in modo di trasformare la struttura di un libro
in un modellino... in una sorta di...
C: Una maqueta?
M: Giusto! Questo lavoro significava
all’inizio per lo studente qualcosa di incomprensibile,
un salto pericoloso... quasi privo di
significato...
C: ¿Inquietante?
M: Inquietante, ma durante il processo,
e alla fine lo dominavano, per spiegare quale
fosse la struttura... è esattamente quello che fai
tu. Parti dal libro per arrivare all’architettura...
questo è il metodo che usiamo qui ogni giorno:
la contaminazione, la miscela tra i generi, tra le
forme, poi ti dá una plasticità mentale.
C: Martino, il professor Giuseppe Mazza...
M: Sei riuscita a frequentare la sua classe?
C: Sì... e alla fine ho potuto parlare con lui
per un momento... Nella sua classe, ha parlato
della pubblicità della pasta “Barilla”, del concetto
dietro al Mulino Bianco..., e ho pensato
che lì l’architettura è una narrazione completa...
Sei d’accordo?
M: Sì, sì... ok!
C: L’ultima domanda... C’è un progetto per
aprire una sede della Scuola Holden in America
Latina? L’anno scorso, all’università di San
Martin, in occasione del suo dottorato honoris
causa Alessandro Baricco l´ha citato…
M: Diciamo che è un sogno piuttosto che
un progetto, il progetto ha bisogno di altri elementi
con cui stiamo iniziando a lavorare...
Pensiamo che aprire una scuola Holden in
lingua spagnola, che è un’evoluzione naturale
della scuola, è una ricchezza per noi, un’esperienza
della lingua, della cultura... in questo
momento stiamo facendo cose nuove per il
mondo...
C: Martino, grazie mille! Sono molto emozionata
di essere qui...
M: Sono felice che l’energia della scuola arrivi
e si mantenga viva... siamo in contatto!
Ingrávida 1, escultura. Gabriela López
Notas
* Universidad Nacional de Mar del Plata Doctora en Humanidades y Artes con Mención en Educación, UNR. Arquitecta. Directora Grupo de Investigación en Cultura, Educación Superior y Disciplinas Proyectuales (CESDIP), FAUD, UNMDP. Directora de Línea de investigación (Educación Superior) en el Centro de Investigaciones Multidisciplinarias en Educación (CIMEd), Facultad de Humanidades, UNMDP | Argentina. https://orcid.org/0000-0002-6230-9367. arq_mcmartin@hotmail.com.
1 La Holden è una scuola privata fondata nel 1994 da cinque amici: Alessandro Baricco, Carlo Feltrinelli, Oscar Farinetti, Andrea Guerra e Savina Neirotti. Sul loro sito web dicono: “Se ti chiedi perché questi cinque si sono imbarcati in un’azienda con queste caratteristiche, la risposta è semplice: vieni a vedere la scuola e capirai”. Ci siamo andati!
2 Martino Gozzi (Ferrara, 1981). Università degli Studi di Ferrara (Lettere e filosofia) nel 2002 vince la borsa di studio del Mondrian Kilroy Fund e nel 2004 pubblica il suo primo romanzo. Ha tradotto, per varie case editrici, diversi autori inglesi e statunitensi. Ha pubblicato Giovani promesse (2009) e Mille volte mi ha portato sulle spalle (2013) e ha tradotto Life (con Andrea Marti e Marina Petrillo, 2012) di Keith Richards.
3 Per la gioia dei miei colleghi e amici dell’architettura, vale la pena ricordare che questa nuova sede è stata inaugurata di notte (¿non è magnifico?), con una lezione di Renzo Piano e fuochi d’artificio.
4 “College underground” (Scuola sotterranea), è una gran mappa disposta in uno dei begli corridoi dell’edificio che grafica i percorsi intorno alla narrazione che propone la scuola, le sue fermate e connessioni, alla maniera di linee sotterranee.
5 Romanzo di J. D. Salinger (1951).
6 Denominazione inglese dello stile architettonico sorto a partire dall’impulso della Prima Esposizione Internazionale di Arte Decorativa.
7 Carlo Freccero è un autore televisivo, scrittore, giornalista, professore universitario ed esperto di comunicazione italiano.
8 “Mai provato, mai fallito, non importa. Riprova, fallisci ancora, fallisci meglio”.
9 Alessandro Baricco (1991) Titolo in spagnolo: Tierras de cristal (Anagrama).