DOI: http://dx.doi.org/10.19137/praxiseducativa-2016-200107
RESEÑAS
Hollman, Verónica y Lois, Carla. Geo - grafías. Imágenes e instrucción
visual en la geografía escolar.
Editorial Paidós, Buenos Aires. 2015.
La obra “Geo – grafías Imágenes e instrucción
visual en la geografía escolar” de las
autoras Hollman y Lois, forma parte de los
guiones de las clases de seminario de doctorado “Geo-grafías. Dispositivos visuales en la
disciplina geográfica:su historia, sus prácticas y
sus lugares” , que dictaron entre abril y junio
de 2014, en la Universidad de Buenos Aires.
También fue presentada y discutida con colegas
en la Universidade do Rio de
Janeiro durante octubre de 2014.
Finalmente esta propuesta fue
expuesta en noviembre de ese
mismo año en la Universidade
Federal da Grande Dourados,
Brasil, con revisiones y ajustes.
S/T, collagraph. Marta Arangoa
A modo de introducción, en
el citado libro las autoras esbozan “Palabras para las imágenes”,
a través de un diálogo entre Roland
Barthes y Edward Tufte. El
primero de ellos plantea que no
hay ciencia particular que permita
avanzar más allá del nivel
iconográfico de las imágenes, considerándolo
como un campo problemático. Por su parte, el
segundo autor, considera que las imágenes son
fundamentales no sólo porque pueden servir
para confirmar o refutar teorías sino, porque
generan conocimientos nuevos que no pueden
generarse con otros lenguajes. Perteneciente
a su campo disciplinar y a su objeto de estudio,
Hollman y Lois piensan en la imagen utilizada
como “disparador” en el aula, es decir,
para crear hipótesis o para hacer descripciones
sobre aquello que se reconoce en la imagen.
Consideran que “es un recurso útil y dinámico,
pero la imagen puede ofrecer muchas otras lecturas
si la seguimos interrogando en un diálogo
con los textos en los que apoyamos el desarrollo
de los contenidos” (p. 21). Frente a esto, se
plantean los siguientes interrogantes ¿cuál es el
rol de la palabra del docente en el momento de
trabajar con las imágenes en el aula?, como así también, ¿de qué modo las imágenes nos acercan
a algunas realidades? O más bien, ¿cómo
nos hablan las imágenes y qué singularidades
presenta cada registro visual?
El presenta libro se organiza en cinco capítulos
(ilustrados cada uno de ellos con ejemplos
e imágenes) y un balance sobre las formas
de mirar. El Capítulo 1 denominado “El giro
visual en la geografía” se enfoca en la reorientación
dentro de la disciplina geográfica, de
la indagación de lo visual y de la visualidad
(preocupación compartida también en todo el
campo de las ciencias sociales), movimiento se
que ha denominado “giro visual”.
Este cambio cuestiona la existencia
de un modo universal de ver/
mirar las imágenes. Como geógrafas,
las autoras piensan este
giro como “un periodo de apertura
disciplinar a la problematización
de lo visual: qué miramos,
en qué momento histórico y desde
qué lugar estamos mirando, qué
dejamos de ver, qué exclusiones
e inclusiones son protagonistas
de la construcción de las imágenes
geográficas y de los modos de
mirarlas producidos y difundidos
desde la disciplina” (p. 31). La problematización
del ver y del mirar, sin dudas para las autoras,
está atravesada por factores que modelan y direccionan
la mirada. El tiempo histórico y la
sociedad a la cual pertenecemos constituyen lo
más poderoso, pero también la formación académica,
el género, el grupo social y otras variables.
Esto es, en cada sociedad y momento histórico,
existe un grupo de convenciones que va
marcando qué, cómo y en qué momento ver. Es
decir, los filtros sociales, políticos e ideológicos
de cada época operan en el modo de mirar las
imágenes. Lo que les interesa remarcar es que
a ver y a mirar se aprende. Dentro de este capítulo
también se alude a los puntos de vista y
subjetividad de la mirada, remarcando el hecho de que todas las imágenes tienen muchos
sentidos posibles. En este sentido, no hay que
pensar que la subjetividad es el ámbito de lo estrictamente
personal e íntimo, exponen la existencia
de una subjetividad colectiva que moldea
la mirada. Finalmente retoman conceptos
como el de ‘registro visual’, ‘recursos gráficos’
invitando a los lectores a pensar las imágenes
como dispositivos, como recursos didácticos
en la enseñanza de la geografía.
La instrucción de la mirada en la geografía escolar constituye el Capítulo 2. En el mismo,
las autoras sostienen que mirar, lejos de ser un
acto natural, es un acto que se aprende a través
de instancias más o menos formales y de maneras
más o menos explícitas. Enseñar a mirar,
como docentes, podría brindar a los alumnos
claves para aguzar los ojos de modo tal que
pueden descubrir y construir otros modos de
mirar, incluso muy diversos. A través de un
recorrido diacrónico por las escenas escolares,
las autoras evidencian que una de las continuidades
en la enseñanza de la geografía consiste
en concebir a las imágenes como una condición
sine qua non de una verdadera clase de
geografía, es decir, que solo sería posible enseñar
geografía si los docentes tienen imágenes
para mostrar a sus alumnos. En los textos escolares
a la hora de ofrecer claves para leerlas,
decodificarlas y mirarlas son privilegiadas las
imágenes más “técnicas”, particularmente ellas
se refieren a los mapas, fotografías aéreas e
imágenes satelitales. Todas estas comparten un
atributo: ofrecen una visión que nuestros ojos
no podrían tener de manera directa. Es por
esto que las artífice revisan algunas instrucciones
a efectos de analizar cómo se enseña a mirar
estas imágenes técnicas, como lo son: instrucciones
centradas en la decodificación de los
elementos de la imagen; instrucciones centradas
en las implicancias de las decisiones tomadas al
producir una imagen; instrucciones centradas
en la lectura e interpretación de la información
que brinda la imagen.
El capítulo 3 se focaliza en los Modos de
uso: el desafío de poner a trabajar las imágenes,
considerando que las imágenes son el objeto
a través del cual se ha buscado capturar y
sostener la atención de los alumnos tanto en
el aula como en los libros de textos de la enseñanza
geográfica. Las autoras en este capítulo
se centran en las funciones y prácticas que han
consolidado a las imágenes como herramientas
de enseñanza. La primera de ellas se denomina Las imágenes y su función conceptual:
una herramienta para enseñar una abstracción,
haciendo mención a una de las mayores
dificultades que presentan los docentes de
geografía: la enseñanza de conceptos con un
mayor grado de abstracción. Es por esto, que
consideran que el docente o el libro apelan a la
imagen como una forma de materialización de
la idea conceptual que pretende explicar a sus
alumnos, es decir para simbolizar la idea de
ese concepto. El ejemplo clave que seleccionan
para ejemplificar lo antes mencionado es el de globalización. La segunda función es llamada Las imágenes y su función de visibilidad: hacer
visible lo cognoscible, pensando que las imágenes
se utilizan como herramientas que permite
hacer visible ciertos objetos, teorías e incluso
formas de conocimientos. El ejemplo utilizado
en ese caso es el riesgo sísmico y volcánico. La
siguiente función es la de condensar información
como herramienta de síntesis, operando las
imágenes como facilitadores del desarrollo de
conclusiones originales, es decir, asequibles al
pensamiento visual. Finalmente, se hace alusión
a las imágenes como herramientas para
desafiar el sentido común, refiriéndose a la introducción
de viñetas y tiras con la finalidad
de poner al descubierto elementos que forman
parte del de una perspectiva de análisis que
devino en sentido común. Una vez concluido
el apartado de las funciones, las autoras para
concluir este capítulo se preguntan si es posible
imaginar otras imágenes y otras prácticas
pedagógicas con las imágenes, proponiendo
analizar tres conjuntos de imágenes como son
los mapas, las fotografías intervenidas y los
documentales.
El siguiente capítulo, denominado Las
imágenes como recurso didáctico: una tipología
posible gesta la idea de que pensar a las
imágenes como recursos didácticos supone
reflexionar, por un lado, acerca de las características
propias de la imagen; y por el otro
el uso didáctico de las imágenes supone la
formulación de ciertas preguntas para “hacer
hablar” a la imagen. Las autoras consideran
que es necesario seleccionar la imagen
en cuestión teniendo en cuenta los objetivos
que se quieren lograr al usarla. Es por esto,
que ensayan en este capítulo una tipología de
imágenes que prioriza como criterio clasificatorio
los mecanismos de funcionamiento interno de las imágenes en la relación con
los modos en que comunican y en que son
y podrían ser utilizadas en contextos de enseñanza
– aprendizaje. Proponen pensar la
cuestión de la imagen como recurso didáctico
a partir de los siguientes tipos: la fotografía,
el paisaje, la infografía, los esquemas, los
árboles, los diagramas, los gráficos de redes
y circuitos. Esta tipología intenta ordenar un
universo de imágenes, pero no pretende ser
una taxonomía para clasificar todas las imágenes,
ni agotar las posibilidades de pensar
otras categorías. Es por esto, que señalan los
límites de esta tipología a través de dos casos:
las imágenes híbridas y una imagen que puede
ser tratada como un objeto diferente según
la función que se le adscriba.
Por último, el capítulo 5 es nombrado Regímenes
de visibilidad y geografía escolar, haciendo
alusión a un conjunto de reglas que definen
lo que se entiende por el mirar normal. Las autoras
conciertan con que no existe un único régimen
de visualidad, sino que sería posible la
coexistencia de más de uno. Es decir, en cada
momento histórico existiría más de un único
modo de mirar que incluso, podría estar en
tensión. Hasta la actualidad coexisten tres regímenes
de visualidad en la geografía escolar.
Las autoras centran el análisis en la fotografía
a efectos de destacar que una misma imagen
puede ser objeto de los tres modos de mirar
promovidos desde la geografía escolar. Estos
modos son: el mirar turístico, el mirar científico
y el mirar periodístico. Los desafíos que se
abren para la geografía escolar es comenzar a
desnaturalizar la transparencia de las imágenes
a través del análisis de las particularidades que
se presentan en cada registro visual, comenzar
a entender que ninguna mirada agota una
imagen y que esta la capacidad, el derecho y
la creatividad para hacerlas hablar de muchos
modos más.
Serie “Las diosas” - friso II, collagraph. Marta Arangoa
Para concluir este apasionante libro, las
autoras realizan un balance, denominado: una
mirada sobre nuestras formas de mirar. En él, expresan que el propósito del libro ha sido poner bajo la lupa, con una mirada crítica, la
tradición visual de la disciplina geográfica para
recuperarla, repensarla y resignificarla con la
intensión de mirar las imágenes como prácticas
de sentidos. También consideran necesaria
la reflexión permanente sobre los modos de
ver/mirar y creen que es necesario abandonar
una actitud intuitiva ante los registros visuales.
Ardusso, Melina Luján
ICEII-FCH-UNLPAM
melinaardusso@hotmail.com
Reseña realizada en el marco de la Beca
Estímulo a las Vocaciones Científicas (CIN)
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