DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2025-2910
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RESEÑAS
Soto, Oscar (2023). Campesinado y contrahegemonía. Politicidad y resistencia en los movimientos populares de América Latina. CABA: El colectivo (ISBN 978-987-8484-25-9), 220 pp
En este libro, Oscar Soto contribuye a la comprensión de las complejas relaciones entre movimientos sociales-populares y modelos de desarrollo en América Latina durante las primeras décadas del siglo XXI.
Dentro de esa generalidad, el énfasis analítico se sitúa en las disputas políticas y en las prácticas prefigurativas que, desde la subalternidad contrahegemónica, desarrollan las organizaciones campesino-indígenas frente a un tipo de explotación capitalista, colonial y patriarcal que es principalmente promovida por los gobiernos neoliberales.
Específicamente, la investigación se centra en la articulación estratégica e ideológica establecida entre la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo-Vía Campesina (CLOC-VC), el Movimiento Nacional Campesino-Indígena (MNCI) de Argentina y la cuyana Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra (UST). Ello le permite visibilizar la construcción comunitaria de saberes, representaciones, prácticas y proyectos políticos alternativos que sostienen a las resistencias, re-existencias (es decir, prácticas organizadas tendientes a la visibilidad y al empoderamiento colectivo) y reivindicaciones sectoriales.
Es importante señalar que este escrito, organizado en cuatro capítulos, deriva de su tesis de Maestría en Estudios Latinoamericanos y sintetiza saberes que co-construye a través de su labor como docente, investigador y, sobre todo, como militante social. A su vez, el marco teórico se basa en el pensamiento crítico latinoamericano, una postura político-epistemológica fuertemente influenciada por teorías marxistas y decoloniales. Asimismo, propone una ciencia social emancipadora, comprometida con los sectores desfavorecidos y basada en la generación participativa y comunitaria de conocimientos. En consecuencia, logra retratar un espacio rural latinoamericano atravesado dialécticamente por opresiones multidimensionales que, pese a su larga data, continúan considerablemente invisibilizadas. Esto último, se desarrolla desde una perspectiva histórica en el primer capítulo. De ese modo, Soto argumenta que el colonialismo interno, en tanto forma de explotación económica anclada a la discriminación étnica, provoca en América Latina la desarticulación y el ocultamiento de la “heterogeneidad cultural subyacente a las distintas geografías dominadas” (Soto, 2023, p. 37). Desde la conquista hasta la actual fase global del capitalismo, los sectores oprimidos del ámbito rural (campesinos/as, indígenas, negros/as, trabajadores/as precarizados/as) padecen violencias interseccionales que se encuentran ancladas a persistentes vínculos de coloniaje.
El autor decide comprender este proceso estructural mediante el concepto de formación social abigarrada que desarrolla René Zavaleta Mercado[1]. Ello lo habilita a visibilizar en un mismo territorio la superposición de estructuras sociales capitalistas y precapitalistas (con variadas modalidades de producción económica, reproducción social, opresión y resistencia). Además, aclara que esta región es atravesada por oleadas de modernización excluyente que la sujetan al mercado internacional como proveedora de materias primas.
Es a partir de esta noción, que define al campesinado como una clase “socialmente heterogénea y culturalmente abigarrada” (Soto, 2023: 54). Es decir, que se halla inserta dentro del sistema capitalista, pero que posee ethos milenarios. Con ello, se opone a las lecturas occidentales hegemónicas que simplifican y homogenizan (ya sea en clave romántica o despectiva) a las luchas y sujetos/as del colectivo estudiado. Por ende, asegura la existencia de múltiples “formas de acción colectiva de los sectores subalternizados en América, una búsqueda por recuperar saberes y formas culturales de vida alternativas a las dominantes” con el fin de “modificar toda forma de opresión” (Soto, 2023, p. 54) y alcanzar el objetivo prioritario de recuperar y redistribuir la tierra.
El segundo capítulo indaga sobre las interacciones entre el Estado y los movimientos sociales-populares de América Latina desde la década de 1980 hasta principios del siglo XXI. Esta labor se realiza a través de una aproximación crítica a los debates teóricos sobre la politicidad latinoamericana que surgen con el retorno de la democracia. En este punto, el autor enfatiza la comprensión del Estado por medio de una relectura contextualizada de Antonio Gramsci. Con ello, tal institución queda situada como el escenario predilecto para el desarrollo de confrontaciones entre clases sociales y modelos de desarrollo. Asimismo, esta perspectiva habilita a la interpretación de los modos de construir hegemonía, legitimidad, consenso y coerción por parte de los sectores políticos dominantes o, en contrapartida, de resistir, confrontar, reclamar e intervenir (lo cual varía en función del bloque histórico de turno).
Esta forma de plantear la ecuación entre sociedad y Estado (o sociedad política y sociedad civil) le permite a Soto reconocer las disimiles posibilidades que los movimientos sociales-populares poseen en la co-construcción política frente a, por un lado, los ciclos gubernamentales neoliberales y, por el otro, los de índole progresista. Todo ello es ejemplificado con el caso de Venezuela, donde la lucha en la sociedad civil y política por la hegemonía adquiere, además, una clara dimensión geopolítica de repercusión regional y global.
En estrecha relación, el siguiente apartado se sumerge en las luchas contrahegemónicas que llevan a cabo los movimientos sociales-populares latinoamericanos, y especialmente el campesino-indígena, frente al colonialismo interno, el imperialismo y el neoliberalismo. Ello mediante el multidimensional bagaje teórico ya dilucidado en los segmentos anteriores. Así, con sensibilidad analítica hacia el diálogo entre estructura y superestructura, Estado y sociedad y coyuntura político-económica y subjetividad, Soto evidencia que la articulación operativa e ideológica entre CLOC-VC, MNCI y UST (re)genera particulares territorios, estrategias políticas y prácticas culturales.
Es que la emergencia de movimientos sociales-populares de base territorial representa una reacción ante la polifacética violencia neoliberal, la fragmentación social y la descomposición de las formas organizativas tradicionales (principalmente, partidos y sindicatos). Es por ello que el autor plantea que la modernización es constitutiva de los movimientos sociales y viceversa.
Con respecto al espacio rural, el feroz avance del capitalismo global a partir de la década de 1970 provoca procesos de acumulación empresarial mediante el despojo de campesinos/as, indígenas y agricultores/as familiares. Ello contrae múltiples problemáticas que son justificadas con el discurso occidental del progreso técnico y el desprecio hacia lo ancestral (labores, saberes, cosmovisiones, prácticas, etc.). Por ello, Soto concluye que la lucha de clases continúa presente en la constitución identitaria del colectivo campesino-indígena, pero sumamente entrelazada con resistencias y reivindicaciones culturales orientadas a la emancipación ante diversas formas de opresión que exceden a lo estrictamente económico.
Impugnación, resistencia y reivindicación sintetizan un accionar inmerso en una profunda crisis sociopolítica que atraviesa a toda la región desde fines de la década de 1990. Esta termina de estallar con una serie de revueltas populares contenedoras de demandas que, finalmente, logran penetrar en el Estado.
Con respecto a esto último, el autor explica que, con el posterior advenimiento de los gobiernos progresistas, la CLOC-VC en la generalidad latinoamericana y el MNCI en Argentina participan activamente en la co-construcción de políticas públicas (o, en sus propios términos, “de abajo hacia arriba”). Incluso, se dan casos donde referentes del movimiento ocupan puestos estatales para potenciar tal proceso. Estas ofensivas populares y reivindicativas se diferencian claramente del predominio de las estrategias políticas defensivas o de resistencia durante las etapas neoliberales (donde se intensifican los estragos sociales del sistema capitalista, colonial y patriarcal).
El análisis interescalar se completa con el caso concreto de la UST de Mendoza. Allí, Oscar Soto evidencia la replicación material y simbólica del proceso de acumulación por desposesión antes señalado. Pero, además, profundiza sobre las consecuencias territoriales y subjetivas afrontadas por poblaciones campesinas-indígenas espacialmente marginadas y discursivamente invisibilizadas por parte de los grupos dominantes de la provincia. Como respuesta, la organización desarrolla, en sintonía con la CLOC-VC y el MNCI, estrategias políticas contrahegemónicas. Para sus integrantes, esta praxis significa atravesar reconfiguraciones identitarias condicionadas por la lucha contra el sistema vigente y basadas en una ideología compartida (tendiente a la consecución de la reforma agraria integral, la soberanía alimentaria, la producción agroecológica, el autogobierno, la defensa territorial, entre otras premisas).
El último capítulo muestra el examen realizado sobre “las acciones prefigurativas de la UST, el MNCI y la CLOC-VC a partir de sus disputas pedagógico-políticas y la reivindicación de los derechos campesinos como horizonte de ampliación de la reforma agraria y popular” (Soto, 2023:141) en los inicios del siglo XXI. Aquí, la atención se coloca en las relaciones establecidas entre gobiernos populares y un campesinado hecho clase. Así, el autor grafica la construcción de políticas mediante el cruce (no exento de tensiones) entre un Estado posicionado “desde arriba” y las demandas sociales específicas que emergen “desde abajo” con sus nociones auto - afirmativas y praxis emancipatorias. Cabe destacar que el abordaje se centra en el caso argentino, pero no desconsidera la magnitud regional de los ciclos políticos acontecidos. Tampoco se eluden las comparaciones con períodos neoliberales previos y posteriores. De esa manera, se expone cómo el MNCI “estrechó vínculos sin perder autonomía con la constelación estatal” (Soto, 2023, p. 154) conducida por el kirchnerismo.
Además, en el texto se destaca que el mancomunado proyecto político-pedagógico de la UST, el MNCI y la CLOC-VC apunta hacia la construcción de alternativas sistémicas desde el sur global y basadas en la reivindicación de la episteme campesino-indígena, sus territorios, fundamentos ideológicos y objetivos políticos. A su vez, el autor explicita que en tal proyecto es de suma importancia desarrollar una educación popular basada en la pedagogía freireana y funcional a la resistencia, reivindicación y re-existencia prefigurativa del colectivo. En estrecha relación, agrega que las prácticas anticapitalistas del movimiento campesino-indígena logran que las resistencias desde los territorios locales emerjan y se articulen a luchas nacionales y globales. Como ejemplo relata el caso sobre el logro político que representa la aprobación en la ONU de la “Declaración de los derechos campesinos y otras personas que viven y trabajan en zonas rurales”.
Gran parte de esta estrategia político-pedagógica se concreta en los espacios de formación que la CLOC-VC fomenta en distintos territorios articulados de América Latina. Oscar Soto los percibe como trincheras contrahegemónicas y ámbitos propicios para la multiplicación de intelectuales orgánicos a los movimientos sociales. Seguidamente, brinda detalles sobre el caso del CEFIC-Tierra que coordina la UST, donde resalta la importancia de valorar y elaborar saberes campesinos, fortalecer el arraigo hacia la comunidad rural, vincularse con otras organizaciones y fomentar politicidades ancladas al poder popular. Es decir, que la gramática de la lucha política subalterna, con sus estrategias de resistencia, reivindicación y re-existencia, apuntan a la transformación del injusto sistema (capitalista, colonial y patriarcal) por medio del desarrollo de subjetividades acordes al socialismo como proyecto emancipatorio y, a la vez, comunitario.
No obstante, Soto demuestra con contundencia que el ascenso gubernamental de la derecha a partir del 2020 (en Mendoza, Argentina y otros países de la región) pone en riesgo la continuidad de estos proyectos. Es que, además del retiro del apoyo estatal, se promueven los procesos de acumulación por desposesión. Al respecto, afirma que:
La permanente disputa por el territorio explica el choque frontal entre grafías de vida distintas que colocan en un extremo a la voracidad capitalista y, en otro, a la subsistencia campesina, sus elementales formas de relación con la naturaleza y el ámbito de espacialidad donde se ejecuta un amplio campo de innovación económica, cultura y sobre todo política (Soto, 2023, p. 178).
A modo de cierre, el autor recupera las aseveraciones principales de cada capítulo (aquí expuestas de manera sucinta) para reflexionar sintéticamente sobre el vínculo dialéctico entre movimientos sociales-populares y bloques históricos. Ello lo hace desde un análisis interescalar, con la interpretación del pasado en relación a la actualidad y mediante la recuperación de los casos concretos de la UST, el MNCI y la CLOC-VC. De este modo, logra visibilizar la importancia social de las estrategias políticas contrahegemónicas y sus implicancias subjetivas dentro del universo campesino-indígena.
Para finalizar, cabe destacar que este libro posee tintes de ensayo y generalizaciones sobre el panorama político latinoamericano (traducido dualmente en términos de neoliberalismo y progresismo) que no dejan lugar a ambigüedades y facilitan la lectura. Queda por responder si las organizaciones políticas y sociales estudiadas presentan facciones ideológicas internas o si, efectivamente, constituyen bloques monolíticos. Conjuntamente, por el período estudiado, resulta interesante incorporar un análisis sobre el rol de las tecnologías de la información y la comunicación en la praxis subalterna.
Mariano López Rasch
Universidad Nacional de La Pampa /CONICET
@[marianolopezrasch@gmail.com]
https://orcid.org/0000-0002-5918-3062
NOTAS
[1] Zabaleta Mercado, René (1982). Problemas de la determinación dependiente y la forma primordial. En Bruna, S. América Latina: desarrollo y perspectivas democráticas (pp. 55-85). San José de Costa Rica: FLACSO.