DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2022-2621
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Cita sugerida:. Schroeder, R. V. y Preiss, O. (2022). Espacio público y participación ciudadana: una experiencia extensionista en la ciudad de Neuquén (Argentina). Revista Huellas, Volumen 26, Nº 2, Instituto de Geografía, EdUNLPam: Santa Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.unlpam.edu.ar/index.php/huellas
ARTÍCULOS
Espacio público y participación ciudadana: una experiencia extensionista en la ciudad de Neuquén (Argentina)
Public space and citizen participation: an extensionist experience in the city of Neuquén (Argentina)
Espaço público e participação cidadã: uma experiência extensionista na cidade de Neuquén (Argentina)
Romina V. Schroeder[1]
Universidad Nacional del Comahue /Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
romina.schroeder@gmail.com
Universidad Nacional del Comahue
svaldopreiss@yahoo.com.ar
Resumen : El artículo aborda las derivaciones analíticas y fácticas de un proyecto de extensión universitaria sobre el espacio público, que articuló un proceso de participación de diferentes organizaciones sociales, instituciones y la comunidad del barrio Cuenca XV de la ciudad de Neuquén. Desde lo metodológico, se adoptó la investigación-acción participativa como una forma de transferencia de conocimientos y experiencias recíprocas a partir de la cual se promovió el autoaprendizaje, tanto del equipo de extensión como de la comunidad barrial. El aislamiento institucionalizado para evitar la propagación del SARS-CoV2 obligó a instrumentar nuevas alternativas para la obtención de datos y a formular metodologías de participación ciudadana a través de la articulación de encuentros y talleres virtuales. El proyecto generó nuevas demandas y perspectivas impulsadas por los propios actores territoriales en el marco de una reflexión colectiva que permitió revalorar el espacio público.
Palabras-clave: Espacio público; Espacio urbano; Participación social; Educación ciudadana; Barrio Cuenca XV
Abstract : The article addresses the analytical and factual derivations of a university extension project on public space, which articulated a process of participation of different social organizations, institutions, and the community of the Cuenca XV neighborhood of the city of Neuquén. From the methodological point of view, the participatory action research approach was applied as a way of transferring knowledge and reciprocal experiences, thus promoting self-learning, both for the extension team and the neighborhood community. The institutionalized confinement to prevent the spread of SARS-CoV2 forced us to take into account new alternatives for obtaining data and rethinking the methodologies of citizen participation, through the articulation of virtual meetings and workshops. The project generated new demands and perspectives, promoted by the territorial actors themselves in the framework of a collective reflection that allowed the revaluation of public space.
Keywords: Public space; Urban space; Social participation; Citizen education; Cuenca XV neighborhood
Resumo : O artigo aborda as derivações analíticas e as práticas de um projeto de extensão universitária sobre o espaço público, que articula um processo de participação de diferentes organizações sociais, instituições e a comunidade do bairro Cuenca XV da cidade de Neuquén. Desde o metodológico, se adotou a investigação-ação participativa como uma forma de transferência de conhecimentos e experiências recíprocas promovendo, assim, a autoaprendizagem, tanto da equipe de extensão como da comunidade do bairro. O isolamento institucionalizado para evitar a propagação do SARS-CoV2 obrigou a ter em conta novas alternativas de obtenção de dados e repensar as metodologias de participação cidadã, através da articulação de reuniões e workshops virtuais. O projeto gerou novas demandas e perspectivas, promovidas pelos próprios atores territoriais no quadro de uma reflexão coletiva que permitiu a revalorização do espaço público.
Palavras-chave: Espaço público; Espaço urbano; Participação social; Educação cívica; Bairro Cuenca XV
RECIBIDO 26-06-2022 / ACEPTADO 05-08-2022
Introducción
Las perspectivas respecto de la relevancia que adquiere el espacio público para alcanzar una política urbana democrática se han situado, crecientemente, dentro de una comprensión relacional del espacio urbano, pensado éste no sólo “en términos de alguna entidad socio-organizativa llamada ‘la ciudad’ […], sino como la producción de formas espacio-temporales bastante heterogéneas incrustadas dentro de diferentes tipos de acción social” (Harvey, 2014, p. 63; traducción propia no literal). Esta aproximación permite reconocer que las demandas populares de “los otros”[4] nunca pueden ser controladas por completo, y “todo tipo de posibilidades liberadoras y emancipadoras que pueden producir” (ibíd.) deben ser incorporadas dentro de los abordajes analíticos. La literatura sobre política urbana demuestra claramente el valor intrínseco de involucrar a los ciudadanos en la planificación del espacio (Arnstein, 1969; Bakker, Denters y Klok, 2011). La producción social del espacio a través de la exclusión dificulta la creación de ciudadanía y restringe o suprime la negociación democrática de las demandas populares.
En este sentido, puede afirmarse que el espacio público tiene muchas dimensiones pero casi todas se relacionan con un aspecto: “es el lugar de expresión y representación social, civil y colectiva, el espacio democrático por excelencia, el espacio común” (Bellet-Sanfeliu, s/f, p. 1) y no excluyente de la ciudad, aunque la existencia de restricciones para alcanzar estos objetivos debe ser tenida en consideración al momento de evaluar su concreción real. La participación ciudadana en las deliberaciones públicas se traduce en una mayor equidad en el acceso a las decisiones, por lo que el fortalecimiento de las capacidades de acción de los grupos sociales, especialmente a nivel local, favorece la posibilidad de proponer iniciativas e involucrarse en la definición de las políticas.
Existen evidencias de experiencias positivas que han ilustrado este efecto, por ejemplo, el método de presupuesto participativo (Dialog Global, 2010) o acciones colectivas que dan forma a proyectos comunitarios de espacio público (Ziccardi, 2012). Sin embargo, estas formas de participación no siempre han incluido demandas populares poco representadas políticamente o que no toman forma política (Delamaza, 2011; Hábitat III, 2015; Delgadillo, 2018), o han sido intervenciones que se diagraman desde la gestión gubernamental desconociendo las realidades y los tiempos concretos de los lugares, o imponiendo agendas con una diferente priorización de objetivos.
En otra perspectiva, una participación deliberativa que colabore en la construcción y apropiación de los espacios, a escala barrial, significa la movilización de la comunidad y las organizaciones sociales, por medio de iniciativas que den nuevos sentidos a los espacios de participación. En línea con lo anterior, el desafío resultante, que se ha discutido frecuentemente (por ejemplo, en Brugué, Gomá y Subirats, 2002; Salcedo Hansen, 2002; Yori, 2011), consiste en construir una mayor equidad social y política en un contexto de profundas desigualdades; y el espacio público se integra en esta problemática desde su potencialidad de ser un componente transformador de la situación social y de integración de la ciudad.
Esta aproximación plantea también interrogarse respecto de la capacidad de movilización e iniciativa de las comunidades locales al momento de implicarse en procesos que determinen acciones sobre el espacio público, como factor que irradia sobre las comunidades la vocación de participación y apropiación del espacio común, cotidiano, del espacio barrial. En este sentido, concebir el espacio público como un escenario pedagógico de formación ciudadana y de consolidación del tejido social, no sólo permite convocar e incorporar las diferentes visiones y vivencias de las personas sino también fortalecer la gobernabilidad y la legitimidad institucional (Yori, 2011).
En relación con lo expuesto, el presente artículo aborda las derivaciones analíticas y fácticas de un proyecto de extensión universitaria a escala barrial, que implicó la participación de sus habitantes, de instituciones públicas y organizaciones sociales. La intención fue avanzar en procesos de gestión colectiva sobre el espacio público, mediante acciones que se orientan a la realización de aportes al mejoramiento de la realidad social. Se seleccionó como área de intervención el barrio Cuenca XV de la ciudad de Neuquén.
El artículo se organiza en cuatro apartados. En primer lugar, se explica la metodología que guió la construcción colectiva de saberes. Luego, se realiza una caracterización del barrio Cuenca XV, exponiendo una síntesis de los principales avances del relevamiento realizado en materia de espacios verdes y equipamiento barrial, elaborado en colaboración con los actores territoriales. A continuación, se relata el proceso de participación y las iniciativas comunitarias transitadas, en las que se generaron distintas alternativas desde la participación de organizaciones locales e instituciones educativas. Por último, en las reflexiones finales, se constata que el interés comunitario promueve la participación por medio de la articulación entre sujetos que reconocen intereses y necesidades sociales compartidas, constituyendo el espacio público un ámbito de movilización social que permite la generación de proyectos superadores de la situación presente.
Metodología
Con la intención de trabajar la articulación interinstitucional y colectiva a escala barrial, y vinculadas con la intervención de la comunidad en propuestas concretas sobre el ordenamiento urbano, en general, y el espacio público, en particular, se propone la investigación-acción participativa (IAP) como planteamiento metodológico. La intención fue propiciar un proceso de debate, reflexión y construcción colectiva de saberes, entre diferentes actores territoriales y, de esta manera, contribuir a un proceso de transformación comunitaria impulsado por los propios actores. El estudio privilegió la interdisciplinariedad, a partir del aporte de docentes de la Universidad Nacional del Comahue en las áreas de Geografía, Economía, Ciencias de la Educación y Arquitectura, y profesionales de organismos municipales de la ciudad de Neuquén, así como también la formación de estudiantes, desde una visión humanista e integral.
Entre los actores territoriales, se identificaron, en principio, dos grupos de potenciales participantes, que fueron convocados desde el inicio o una vez comenzadas las actividades del proyecto: (a) actores sociales comunitarios interesados en la convocatoria; (b) organismos e instituciones que tienen el poder de decisión en diferentes niveles (formales e informales). En esta línea, se generó una primera articulación con la comisión vecinal del barrio Cuenca XV, la Subsecretaría de Transporte y Tránsito y la Subsecretaría de Planificación y Proyectos Urbanos de la Secretaría de Movilidad (en el año 2018), estas dos últimas pertenecientes a la Municipalidad de la ciudad de Neuquén.
Se trabajó a partir de lo que se denomina “la escalera de la participación”, permitiendo pasar gradualmente de una pasividad casi completa de los actores en experiencias de participación sobre el espacio público, al involucramiento de los integrantes de la comunidad en el proceso de diálogo, llegando a la construcción del diagnóstico y el planteamiento de propuestas en el barrio. Se entendió que, inicialmente y a partir de los acuerdos previos alcanzados, el éxito de la propuesta de actuación depende, entre otros aspectos, del grado de organización y de la disponibilidad que presentan las instituciones, organizaciones y dependencias gubernamentales y, por supuesto, del interés de las comunidades barriales.
Por lo anterior, el generar los espacios para el diálogo, el consenso y la aceptación del disenso, constituyó el paso inicial sobre el cual se fueron articulando las acciones específicas que se sucedieron. Las técnicas que se emplean en este tipo de metodologías (por ejemplo, grupos focales y talleres) se redefinieron en función de los desafíos que planteó la situación de pandemia.
La extensión universitaria se entiende como un proceso educativo transformador en el cual no hay roles estereotipados, sólo un papel orientador que promueve, a través de formas asociativas y grupales, la producción de nuevos conocimientos, vinculando críticamente el saber académico con el saber popular en la superación de diversas problemáticas comunitarias y sociales (Udelar, 2009; citado por Menori y Castro, 2016). Siguiendo las enseñanzas de Paulo Freire (1996), se propuso un proceso dialógico, en el cual todos los saberes fueron escuchados y puestos en diálogo a un mismo nivel. “Es una condición que permite escuchar a cualquiera en la medida en que todo el mundo sabe e ignora algo. Es una forma de humildad entre iguales, incompletos, seres deseosos de ser y conocer más” (Kohan, 2020, p. 123). De igual manera, entendemos que promover el diálogo entre los saberes populares y los conocimientos académicos, “que se entrelazan en los procesos de extensión o acción social” (Jara, 2019, p. 6) no sólo dinamizan la práctica investigativa sino que enriquecen la dimensión docente (ibíd.).
En esta línea, se abordaron inicialmente escenarios pedagógicos con las y los participantes del barrio Cuenca XV, como fue la jornada de capacitación presencial. Posteriormente, el aislamiento institucionalizado para evitar la propagación del SARS-CoV2 obligó a tener en cuenta nuevas alternativas para la obtención de datos y repensar las metodologías de participación ciudadana, a través de los encuentros, talleres virtuales y charlas-debate virtuales.
Espacio público y equipamiento colectivo en el Barrio Cuenca XV
Cuenca XV se encuentra ubicado en el noroeste de la ciudad de Neuquén, en una zona de pedimento, limitando al norte con un elevado escalón topográfico o “frente de barda” y con los barrios de Gran Neuquén Norte, Hi.Be.Pa. (Hipódromo, Belén, Paraíso), Esfuerzo y Cuenca XVI (Figura Nº 1). Precisamente, el barrio toma su nombre de la forma que adopta el terreno en dicho sector, siendo este, “...una de las dieciséis cuencas aluvionales que drenan el frente de barda…” (Capua, Ciminari, Jurio y Torrens, 2004, p. 31). El barrio comienza a formarse por la decisión del gobierno provincial, que ejerce la titularidad de las tierras desde el Instituto de Planificación y Vivienda Urbana (IPVU), a partir de la reubicación de familias que vivían en asentamientos informales; acciones no exentas de controversias por tratarse de terrenos ubicados en áreas de riesgo pluvioaluvional (ibíd.). En relación con eso, constituye un barrio que se encuentra aún en proceso de consolidación, en el cual predominan planes de vivienda construidos por el Estado y áreas de viviendas generadas por un crecimiento devenido de ocupaciones. Asimismo, se caracteriza por presentar un principio de iniciativas de ordenamiento territorial, fundamentalmente, a partir de políticas de regularización de los asentamientos informales.
Figura Nº 1. Ubicación del Barrio Cuenca XV en la ciudad de Neuquén
Fuente: Cartografía elaborada por Loyra, I. y Schroeder, R. en base a SITUN (2021), IGN (2021), Fundación TECHO Argentina (2016) y relevamiento propio (2020 y 2021).
Entre las tareas realizadas para diagnosticar la situación de los espacios públicos del barrio, se relevó la ubicación, grado de cobertura, condición y funcionalidad básica de los espacios verdes, en los cuales se distinguieron la plaza barrial, el parque o reserva y los espacios de apropiación espontánea. En cuanto al equipamiento colectivo, se identificaron aquellos espacios de uso público cuya función está vinculada a necesidades de salud, educación y servicios deportivos (Figura Nº 2). A continuación, se expone una síntesis de las conclusiones del relevamiento.
-Plaza barrial: existen lugares consolidados, en buen estado de conservación, con mobiliario urbano y mixtura de usos (según franjas etarias) que, al mismo tiempo, conviven con remanentes, no configurados explícitamente como plazas, con escasos o nulos acondicionamientos. A lo anterior, también se agregan aquellas plazas que si bien están tipificadas como tales, se encuentran en mal estado de conservación. En general, no presentan una denominación que las identifique.
-Parque urbano: en el área de estudio no existe un parque y, de hecho, el sector se encuentra distante del sistema de parques de la ciudad, a más de 2.000 metros (medido en línea recta) del Parque de los Dinosaurios y del Parque Oeste (ambos en proceso de consolidación).
-Espacios de apropiación espontánea: son ciertos sectores que las personas adoptan como espacio público, de manera natural y sin mayores acondicionamientos, utilizándose como vías de conexión entre los diferentes lugares, así como también para el ejercicio de actividades deportivas y de esparcimiento. Es así que se observan diferentes actividades deportivas, bajo una diversidad de organizaciones, que pueden ser “escuelitas” y/o grupos que se organizan de manera independiente en “potreros” apropiados en espacios vacantes, sin una figura jurídica o institucional que los englobe, y que se transforman en agrupaciones de representación barrial. Además, la superficie pedemontana, “salpicada” con remanentes de erosión o cerros testigos, constituyen relieves residuales que se convierten en referentes de ubicación y elementos identitarios barriales así como lugares de esparcimiento. Las calles internas de los asentamientos, asimismo, se adoptan como espacio de juegos, ya que facilitan el contacto y el cuidado que realizan sus familias, desde el interior de los hogares. En la pandemia, se intensificó la utilización de la calle como lugar de juego e interacción. El espacio próximo cobró un nuevo valor y se resignificaron los vínculos comunales.
Figura Nº 2. Relevamiento del espacio público del barrio Cuenca XV
Fuente: Cartografía elaborada por Loyra, I. y Schroeder, R., en base relevamiento propio, SITUN e IGN (2020).
Para el relevamiento del equipamiento colectivo, particularmente, el correspondiente al educativo y sanitario, el estudio se amplió a un área de influencia que incorporó a los barrios Almafuerte II, Cuenca XVI, Esfuerzo, Gran Neuquén Norte, Hi.Be.Pa, San Lorenzo Norte y Melipal (ver Figura Nº 2), en vistas de la escala y los límites poblacionales asociados a estas tipologías.
En el sector en análisis encontramos equipamiento para la enseñanza inicial en jardines de infantes y en escuelas primarias que incorporan los primeros años de educación. De acuerdo con los datos suministrados por la Dirección Provincial de Estadísticas y Evaluación, del Consejo Provincial de Educación (2021), la matrícula total para la educación inicial es de 799 niñas y niños. En el caso de la educación primaria, presenta una matrícula total relevada de 2614 estudiantes (óp. cit.). Por su parte, la educación destinada a la formación secundaria y a la modalidad de educación permanente para jóvenes y adultos se reduce notablemente, tanto en lo que refiere a equipamiento como a la matrícula, con un total de 629 personas (óp. cit.).
La pandemia puso en evidencia las carencias estructurales del equipamiento educativo, que se acentuaron con el cierre prolongado de las escuelas producto del aislamiento social. Relativo a la educación, ha sido un problema garantizar condiciones de igualdad de oportunidades en el acompañamiento de niñas, niños y jóvenes para implementar modalidades de enseñanza virtual. El acceso diferencial a la vivienda, a los servicios básicos de muchas de las familias del sector, y también las propias carencias que evidenciaron algunos de los establecimientos para darle continuidad al proceso educativo junto con las familias, agudizaron aún más las diferencias sociales preexistentes (Schroeder, 2022).
Referido a los servicios sanitarios, el área de influencia del barrio Cuenca XV, cuenta con los centros de salud San Lorenzo Norte y Almafuerte que corresponden a nivel II, y previstos para poblaciones de entre 2.000 a 5.000 habitantes como descentralizador del hospital base de nivel III o IV. Asimismo, se encuentra el hospital Dr. Heller, de nivel IV, que debería servir a una población de 20.000 habitantes, aproximadamente. En este aspecto, de forma preliminar, se establece que los umbrales de población se encuentran excedidos, según los parámetros generales. Por ejemplo, los dos centros de asistencia barrial dejan áreas sin cubrir, teniendo en cuenta que deberían considerar una distancia máxima de unos 1.000 metros, esto es, no más de quince minutos de desplazamiento peatonal.
En cuanto a lo deportivo/recreativo, cabe destacar la labor del Centro Recreativo Cultural Rakizuam, dependiente del Ministerio de Deportes de la Provincia del Neuquén, que convoca alrededor de 700 jóvenes por mes que tienen la posibilidad de optar por la realización de unas treinta actividades deportivas diferentes.
La contextualización de lo analizado, da cuenta de una insuficiente disponibilidad de espacios públicos barriales, en cuanto a la presencia, accesibilidad y calidad, dado que son el resultado de una producción urbana desordenada, que frecuentemente asigna espacios remanentes o residuales de la trama cuando el crecimiento y la escasa previsión tornan insuficientes los planificados. Esta situación da lugar al déficit de servicios (ambientales, recreacionales, condiciones del hábitat en general) y del equipamiento colectivo, y determina la necesidad de acercar iniciativas socialmente inclusivas que permitan atender la variada demanda ciudadana. En cuanto a los espacios de circulación peatonal y vehicular, el barrio Cuenca XV presenta deficiencias, con calles sin pavimentar y escasa consolidación de calzadas, por lo que es menester generar un ordenamiento en las calzadas de los principales corredores viales y delimitar vías de circulación, para peatones y usuarios de bicicletas. Lo anterior se suma a las complejidades físicos-naturales del sector (pendientes pronunciadas, barreras naturales y antrópicas), lo cual hace necesario pensar en soluciones mecánicas o de logística para el traslado (sanitario, educativo). Al respecto, se observan insuficientes pasarelas y puentes de conectividad que faciliten el tránsito peatonal. Constituye, además, una necesidad pendiente de resolver, la implantación (siembra, plantación) de vegetación (árboles, plantas, césped) que provea de sombra, absorba ruidos, reduzca la velocidad del viento y temperatura ambiente, oxigene, cobije aves, como también reduzca la contaminación visual (producto de la aridez y microbasurales) para proporcionar “tranquilidad visual” según lo establecido en el bloque temático Nº 5 del Plan Urbano Ambiental (Ordenanza 10009, Anexo I, 2012) de la ciudad de Neuquén.
Se advierte la generación y apropiación espontánea de ciertos espacios del barrio que luego se utilizan en forma colectiva como sucedáneos públicos. Dados los condicionantes físicos del barrio, el empleo de manera instintiva de espacios que no cumple con las condiciones de seguridad necesarias para dichos usos (frentes de barda, lagunas de contención, calles internas del asentamiento, áreas cercanas a líneas de alta tensión, entre otros), significan situaciones de potencial riesgo para la práctica cotidiana, recreativa y de esparcimiento.
Respecto de la sociabilidad, en el sector se generan vínculos de vecindad que pueden leerse como el inicio de la conformación de un tejido de relaciones que se construye, fundamentalmente, en los espacios públicos (espacios verdes y equipamiento colectivo). Reconocer al barrio y sus espacios públicos como lugares de identificación e integración sociocultural de sus habitantes, no significa que sea una “comunidad homogénea”; el barrio Cuenca XV y los asentamientos populares que se fueron conformando constituyen un universo abierto, inmerso en el conjunto de procesos que afectan la vida en la ciudad de Neuquén. De esta manera, los distintos “momentos fundacionales” de los sub-barrios dentro de Cuenca XV (los que se fueron formalizando y las tomas presentes), la pluralidad de ofertas religiosas, entre otros, originan diferentes referentes identitarios que merecen su consideración.
Participación comunitaria y construcción social del espacio público
En un principio, la coordinación de las actividades del proyecto empleaba los canales de intercambio habituales: observación participante, reuniones presenciales, contactos personales, entre otros. En esta línea, la jornada de capacitación (también presencial) brindó la oportunidad de contrastar el trabajo de caracterización sobre los espacios públicos barriales realizado unos meses antes. Posteriormente y debido a la situación de pandemia, la comunicación se fue articulando de manera virtual, tanto en el equipo de extensión como con las personas que se vincularon al proyecto, bajo modalidades de reuniones individuales (virtuales y telefónicas) y encuentros grupales y charlas-debate, por medio de las plataformas Zoom y Meet cedidas por la Secretaría de Extensión de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue y el Instituto Patagónico de Estudios de Humanidades y Ciencias Sociales.
Al momento de generarse el intercambio de los miembros del proyecto con las organizaciones y referentes de la comunidad, quedó evidenciado que las y los interlocutores demostraban un profundo conocimiento de la situación y las expectativas de la población barrial. De esta manera, el relevamiento y la cartografía temática alcanzadas por el equipo posibilitaron reconocer y poner en diálogo, durante las charlas-debate, la situación del espacio público en términos de ubicación, grado de cobertura, condición y funcionalidad básica, incluyendo en esto los rasgos generales del equipamiento colectivo. Se visualizó junto a las personas del barrio la necesidad de contar con espacios verdes, la importancia del arbolado urbano y del resguardo de ciertos sectores barriales. Esto dio lugar a observar, además, las carencias estructurales del equipamiento educativo, que se agudizaron en tiempos de pandemia; las áreas sin cubrir y las dificultades en la accesibilidad al equipamiento sanitario; el rol esencial que cumplen los comedores y merenderos, al complementar y sostener la cobertura alimentaria de quienes no logran alcanzar una canasta mínima de alimentos (Schroeder, 2022); la posibilidad de generar instancias de organización barrial, como las que propician las comisiones vecinales y las organizaciones sociales, para el tratamiento de diversas situaciones.
De lo anterior surge, contra ciertos diagnósticos, la capacidad de participación, organización y generación de iniciativas que se verifican en los barrios de la periferia neuquina. En este sentido, transitar el proceso de participación en el espacio virtual significó no solo un cambio en las formas de comunicación sino que obligó a pensar el espacio público desde otra perspectiva, ya no del espacio vivido en encuentros en el barrio, sino más bien de la percepción que se lograba captar desde lo virtual, sobre los desafíos que lo público presentó ante su propia deconstrucción y revaloración, frente a la imposibilidad de continuar representando, en lo cotidiano, el espacio de sociabilidad de la comunidad barrial, esto especialmente sentido por los niños y jóvenes del sector.
La propia dinámica del proyecto, en épocas de aislamiento comunitario, fue generando, en las personas participantes, la voluntad de que el esfuerzo colaborativo encontrase un sendero de continuidad en la dinámica de la relación entre la universidad y la comunidad, ante las nuevas circunstancias sanitarias. Se aprecia que la temática del espacio público, como lugar de convivencia, generador de iniciativas y vivencias, se proyectaba, apoyado en la participación comunitaria, hacia un planteamiento más integral, de las mejoras necesarias en las condiciones de vida del barrio y de los individuos y en recuperar los contactos entre los miembros de la propia comunidad, interrumpidos por la pandemia. A partir de dicho momento, se comenzó a visualizar que las actividades podrían también contribuir a brindar mejores herramientas de diagnóstico y de metodologías de participación, en la búsqueda de superar las necesidades sociales con las cuales el barrio se enfrenta cotidianamente, aspecto este que amplificaba las expectativas del equipo respecto de los objetivos a alcanzar.
En tal sentido, diferentes organizaciones entre las que se cuentan la comisión vecinal del barrio Cuenca XV, organizaciones religiosas, el Movimiento Techo Digno (ex Movimiento Trabajadores Desocupados), y la Secretaría de Extensión de la Facultad de Humanidades, propusieron diferentes iniciativas. En el contacto con la directora de la escuela N°348 (del sector Belén), el planteamiento de la consideración de los espacios públicos deriva en su propuesta de generar, de manera conjunta, una actividad de despedida para los y las estudiantes de séptimo grado de la escuela, abriendo la participación a las familias y al resto de la comunidad, como forma de recuperar los espacios de sociabilidad que la pandemia había interrumpido.
Algunas de las expresiones que surgieron de la primera de las charlas-debate fueron: “es importante motivar a los alumnos”; “...las familias están cansadas, para abajo y para las seños el año fue muy pesado”; “para los chicos de séptimo grado todo lo que habían imaginado se truncó…”; “es necesaria una actividad que devuelva la esperanza, se van de un espacio y no están dejando nada [...] los momentos de despedida, de alegría, todo eso, no pasó…”; “...volcar algo muy importante y es que la universidad llegó al barrio…”
Entre las distintas alternativas expuestas, se pone en consideración la priorización del trabajo con la escuela, dado que otras actividades que derivaran en una participación más amplia de la comunidad no eran factibles de realizarse debido a las restricciones sanitarias imperantes en aquel momento. En este sentido y siguiendo las reflexiones de Miñana y Orozco (2009, p. 49), se pone en valor a la escuela como la institución que mejor puede configurar “las experiencias públicas”. Como expresan los autores, “No se trata de un escenario público per se, sino [uno] en el cual la construcción de lo público es susceptible de convertirse en [...] un laboratorio de democracia deliberativa para la construcción de una comunidad de intereses…” a partir, precisamente, de la identificación y el consenso sobre necesidades y demandas comunes.
De esta manera, contribuir a generar un espacio de encuentro para la comunidad educativa se percibe como una iniciativa de gran valor individual y comunitario. Las maestras de la escuela N°348 destacan la importancia de trabajar en una expresión artística con los y las estudiantes de sexto y séptimo grado. A toda esta significativa apertura, se suma el aporte de la directora del Museo del Juguete Étnico Allel Kuzen que, si bien no es del barrio Cuenca XV, muestra gran interés en ampliar su red de acción al barrio, con la idea de incentivar el juego creativo con materiales reciclados.
En el transcurso del espacio de charla y debate se fue conformando la idea de centrarse en lo positivo, en las percepciones de niñas, niños y adolescentes (junto a sus familias) para poner el foco en un mensaje alentador, a pesar de las numerosas dificultades que generó y aún produce la situación de pandemia. También, la intención era expresar el sentido de identidad y de pertenencia con los espacios públicos del barrio. Este deseo se potenció con la apertura de los espacios al aire libre y la flexibilización de algunas de las restricciones imperantes, a partir de los últimos meses del año 2020. Uno de los aspectos expresados fue el tomar contacto en juegos que transporten a nuevas experiencias lúdicas en los espacios comunes inmediatos.
En los primeros meses del año 2021, se tuvo la oportunidad de tomar contacto personal con la directora de la escuela mencionada, luego de más de un año de trabajo colaborativo en plataformas virtuales. Se observó cómo el proyecto propuesto representaba una continuidad de la presencia del arte en cada rincón de la escuela. Las paredes de los pasillos de ingreso al establecimiento y de conexión entre los diferentes espacios, cada una de las aulas, el salón de usos múltiples, entre otros, comunican mensajes positivos, plasman proyectos pedagógicos, que cruzan con temas de literatura, de historia reciente, de interculturalidad, de reivindicación de derechos. A partir de estos encuentros, se llega a un acuerdo con la directora del establecimiento educativo y las docentes de plástica sobre la necesidad de poder abrir el trabajo áulico a la comunidad barrial, dejando un mensaje de esperanza para los grados siguientes y para la comunidad, interviniendo artísticamente el muro perimetral de la escuela, sobre la calle 1° de enero o sobre la calle Casimiro Gómez, ambas asfaltadas recientemente y que conectan los nuevos desarrollos urbanos e industriales con la planta urbana. La intención es que el cerco de la escuela sea visto como un puente de integración entre los diferentes sectores que componen Cuenca XV, y no como el muro que delimita espacios.
Vemos así que la participación de la comunidad, una vez puesta en juego la valoración del espacio público, abre vías novedosas que surgen de los propios actores territoriales interesados e interesadas en participar en proyectos comunitarios.
Reflexiones finales
El artículo abordó las derivaciones analíticas y fácticas de un proceso de participación en el barrio Cuenca XV de la ciudad de Neuquén, en el cual la comunidad y el equipo de trabajo del proyecto de extensión lograron, paulatinamente y por medios presenciales (al inicio y al final del proceso) y virtuales, involucrarse en la reflexión sobre el espacio público barrial. Las diversas situaciones detectadas de manera preliminar plantearon la inquietud de aportar mecanismos de participación, para poner en valor el espacio público del barrio como factor de inclusión social.
La acción gubernamental, presente desde la decisión inicial de urbanizar áreas ambientales de sub-cuencas y desarrollar conjuntos habitacionales originando nuevos barrios con fragmentación en sub-unidades, a los que se suman posteriormente espacios públicos y equipamiento social, y el abordaje de las ocupaciones informales en el área-programa de la urbanización, representa una de las tantas variantes que han asumido los sucesivos gobiernos provinciales, y que se acrecienta a partir de la década de 1990, en el proceso de conurbación en torno a la ciudad de Neuquén. En este sentido, se constató, como en otras experiencias latinoamericanas (Torres Carrillo, 2011), que el barrio convive con diferentes “momentos fundacionales”; oleadas de ocupación que pertenecen a un mismo fraccionamiento urbano, dando origen a sub-barrios o unidades diferentes que son fáciles de apreciar en las denominaciones que adoptan.
La existencia de conflictos, acciones conjuntas e intervenciones entre las autoridades y organismos provinciales y municipales, merece una atención especial, que por razones de objetivos, tiempos y restricciones al funcionamiento de las instituciones administrativas no han podido ser profundizadas en el transcurso de la ejecución del proyecto.
Si bien los desafíos que planteó el contexto de pandemia llevó al proyecto a recurrir a los mapeos tradicionales, los encuentros con los diferentes actores territoriales permitieron centrarse en los y las sujetos, con sus “identidades, anhelos, luchas y esperanzas” (Canevari, 2021, p.5). Estas relaciones en tensión, como lo presenta el autor desde una “perspectiva teórica transformadora” dio lugar, desde la praxis, a la identificación de “contrastes, diversidades y conflictividades” (íbid.) que profundizaron el abordaje de la problemática. Las formas de ocupación del suelo urbano, que se verifican en las ciudades de crecimiento abrupto como es el caso de Neuquén, constituye un tema de primer orden, ya que surgen de nuevos andamiajes e interacciones, entre organizaciones públicas y privadas (institucionalizadas o espontáneas) para el acceso a la tierra, a la vivienda, y como tal actúan desde las formas de innovación social en la búsqueda de la satisfacción de los derechos sociales y económicos. Es así, como expresa Canevari (2021, p. 3), que las comunidades “…entretejen solidaridades, conflictos y fragmentaciones, relatos del pasado y expectativas de futuro”.
La experiencia mostró que el interés comunitario promueve la participación y la creatividad de las personas que residen en el barrio, por medio de la articulación entre sujetos de cambio que reconocen los intereses y las necesidades sociales. Ciertas carencias en la articulación institucional, terminan fortaleciendo y uniendo las redes de intervención barrial en iniciativas conjuntas, en las cuales, los establecimientos educativos, las comisiones y subcomisiones barriales, las organizaciones sociales, así como instituciones religiosas juegan un papel vertebrador de relaciones sociales integrales para la comunidad.
El espacio público, como eje de participación, contribuyó a la reflexión de la condición comunitaria, derivando en diversas demandas que, en el caso de la escuela, fue originando la propuesta de una actividad artística como forma de expresión y apropiación de la identidad barrial. En ese sentido, es posible pensar que la reflexión y participación popular es el disparador de las iniciativas que sus habitantes generan para apropiarse de los espacios de su cotidianidad. Por ello, es fundamental co-crear espacios, para el disfrute colectivo, seguros, como así también intervenir y mejorar los ya existentes, tanto en su aspecto y disponibilidad como en lo que respecta a su seguridad para mejorar así, el bienestar general. La presencia de espacios públicos, de uso comunitario, constituyen una necesidad puesto que, a través de ellos, no sólo se posibilita la recreación y el esparcimiento de la comunidad, sino que permite el encuentro con el otro fortaleciendo así no sólo el sentido de pertenencia e integración barriales sino también se ejercitan los canales democráticos en la toma de decisiones.
Por lo anterior, se considera importante que el proceso de transformación comunitaria sea impulsado por los propios actores territoriales, desde abajo, destacando los activos presentes en la propia comunidad. Estos nuevos espacios de participación son (o deberían ser) lugares donde las personas son reconocidas por sus nombres, próximas a sus contextos, por lo que con capacidad de pensar junto con la gestión local posibles soluciones a los problemas cotidianos. Una escala humana de intervención, que contemple los tiempos contenidos en los espacios, aceptando los momentos de espera, de incertidumbre y donde, y fundamentalmente, se escuche la voz de “ese otro” sin prejuicios ni preconceptos.
Agradecimientos
Agradecemos el acompañamiento permanente y la facilitación de los canales de comunicación y difusión de la Secretaría de Extensión de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue. También, damos las gracias a toda la comunidad del barrio Cuenca XV por su interés en este proceso de participación que lejos está de concluirse. Reconocemos los valiosos comentarios de las personas que participaron del proceso de evaluación.
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[1] Romina Valeria Schroeder. Doctora en Geografía y Licenciada en Turismo con orientación en Planificación de los Recursos y el Ambiente. Investigadora Asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Docente-Investigadora del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional del Comahue.
[2] Osvaldo Preiss. Licenciado y Master en Economía. Profesor e Investigador del Departamento de Economía de la Facultad de Economía y Administración, Universidad Nacional del Comahue. Director del Proyecto de Investigación denominado “Complejos productivos y economía urbana en la Nordpatagonia”.
[3] El presente trabajo se enmarca dentro del Proyecto Unidades Ejecutoras (IPEHCS-CONICET-UNCo) denominado: "La (re)producción de las desigualdades en la Patagonia Norte. Un abordaje multidimensional". Código: 22920180100046CO y del Proyecto: Complejos productivos y economía urbana en la Norpatagonia. Código: 04/E114.
[4] El presente trabajo tiende a usar el masculino como genérico, “…para evitar la sobrecarga gráfica de poner el femenino y el masculino en cada nominación. Léase esto sólo como una simplificación gráfica, ya que se promueve la igualdad de género en todas sus manifestaciones” (Guberman, 2019, p. 9).