Barreras, Luis. Los modelos de desarrollo tienen un componente territorial y humano. Entrevista a Martín Parada Gómez. Cuadernos de Extensión Universitaria de la UNLPam, Vol. 9, Nº 1, enero – junio 2025. Sección: Entrevista, pp. 199-210. ISSN 2451-5930 e-ISSN 2718-7500. 

DOI https://doi.org/10.19137/cuadex-2025-09-11


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 ENTREVISTA

Los modelos de desarrollo tienen un componente territorial y humano

Luis Barreras

Universidad Nacional de Avellaneda

lbarreras@undav.edu.ar

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0513-4820

Fecha de recepción: 06-12-2024 / Fecha de aceptación: 11-12-2024

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PhD Martín Parada Gómez Vicerrector extensión UNA (Costa Rica)

Martín Parada Gómez, PhD. Es Vicerrector de Extensión de la Universidad Nacional de Costa Rica (2020-2025). Académico de la Escuela de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales. Licenciado en Economía, Máster en Economía y Desarrollo. Es consultor de organismos nacionales e internacionales en temas relacionados con el desarrollo económico, sectores productivos, evaluación de proyectos y desarrollo de micro, pequeñas y medianas empresas, y fue representante de la UNA en la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH). Es autor de múltiples ponencias, artículos académicos y capítulos de libros nacionales e internacionales.

Si bien la extensión universitaria adquiere una polisemia en diversos ámbitos, hay distintos enfoques o modelos que hablan de una universidad necesaria, crítica, entre otros aspectos. ¿Cómo conciben la extensión universitaria en la Universidad Nacional de Costa Rica?

La extensión universitaria, en el caso de la UNA, se enmarca en un contexto histórico que ha definido su construcción conceptual y metodológica, más allá de ser un concepto transversal de corto plazo. En este proceso, ha tenido una marcada influencia del pensador brasileño Darcy Ribeiro, particularmente en las décadas finales de los años sesenta y setenta. En la base fundacional de la Universidad Nacional se establece una postura clara de integración entre las áreas académicas sustantivas de la universidad: la docencia, la investigación y la extensión. Esta integración está vinculada a la realidad nacional, orientada al análisis, al abordaje de las problematizaciones sociales, económicas, socioculturales, incluso recientemente ambientales, que experimentan los territorios, las regiones y las comunidades.

Desde ese punto de vista, ese concepto de extensión universitaria se da en una relación universidad-sociedad y Estado, muy centrada en la transformación social de esa realidad compleja. Existen distintos modelos; pero la incorporación de la idea de la 'universidad necesaria' de Darcy Ribeiro. En los últimos tiempos, ha cobrado gran fuerza el concepto de 'extensión crítica'.

Mencionas a la extensión crítica como un modelo que irrumpe en los últimos tiempos y que tiene gran importancia en las universidades de Centroamérica y el Caribe ¿Cuál es la propuesta que define esta perspectiva crítica?

Desde el punto de vista de la extensión crítica, a mí me parece que ayuda a reconstruir el concepto de extensión universitaria, no solo para la universidad nacional, sino para el resto de las universidades públicas de Costa Rica, que son cinco, más el resto de América Central y el Caribe. Es decir, el abordaje teórico y metodológico de la extensión universitaria requiere ser autocuestionado y replanteado, porque los contextos cambian y las realidades efectivamente son transformadas.

Desde este razonamiento, eso amerita asumir una extensión universitaria con posturas teóricas y metodológicas propias, pero no solo que actúen en resistencia al comportamiento del sistema social, al sistema económico vigente, sino que sea de una perspectiva muy autocrítica, muy autocuestionadora, para permitir y dar avance hacia lo que consideramos una transformación social de la realidad en favor de los sectores socialmente más vulnerabilizados.

En ese sentido, se trata de compartir, de manera crítica, un proceso de autocuestionamiento que busca contrarrestar marcos categoriales que, influenciados por la modernidad y las posturas más occidentales, no solo intentan imponerse, sino que además son adaptados. Por ejemplo, me refiero al concepto de transferencia tecnológica, a partir del cual la universidad unilateralmente decide soluciones tecnológicas en el campo de la informática, de la agronomía, de las ciencias veterinarias, de las ciencias de la salud. Luego, impone esas soluciones a las comunidades y valida su quehacer en ese nivel.

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Huerto comunitario en la comuna de Santiago.

Para la UNA, la extensión universitaria tiene una definición muy clara desde las ideas de Ribeiro acerca de la ‘universidad necesaria’. Mirando el escenario centroamericano y caribeño, ¿cómo se posiciona la extensión en relación con este pensamiento que tienen?

Me parece que el entorno no solo de Centroamérica y de Costa Rica sino de América Latina está experimentando fuerzas políticas económicas que se mueven hacia los intereses de una educación más escolástica, más estática y poco crítica. Entonces, en el contexto de extensión como el proceso de vinculación de la universidad pública de la academia con la sociedad, con el Estado, con los sectores sociales, con el sector productivo, con el desarrollo artístico y cultural y ambiental, se vuelve algo que no transita.

Porque la presión fuerte de los intereses económicos hegemónicos que se imponen en los modelos económicos va sobre la obligatoriedad de la empleabilidad, de garantizar la empleabilidad del estudiantado y que responda al mercado laboral. Esto es: todo aquello que no responde al mercado laboral, se queda por fuera. Allí, es donde la extensión universitaria asume un papel estratégico y relevante en la transformación social de los países promoviendo profesionales con sentido social.

Hoy en día, vivimos en una sociedad acrítica que forma profesionales a quienes no les interesan en absoluto los problemas de los demás. Tenemos grandes ingenieros civiles, programadores, matemáticos, abogados, entre otros, cuyo único objetivo parece ser el interés individual. Lo que planteo es la necesidad de una conciencia social que permita preocuparse por las problemáticas de la sociedad en su conjunto: la corrupción, la pobreza y la pobreza extrema que no disminuyen en nuestros países, el desempleo, la falta de oportunidades económicas, las problemáticas migratorias y las inequidades y desigualdades de género. Eso pasa por comprender que es a través de la vinculación de la universidad de la academia con la sociedad, pero si la academia se desliga de la sociedad, también se desliga del Estado.

Por ello, no tiene asidero este tipo de formación porque lo que está formando son tecnócratas que no tienen conciencia, tienen posturas éticas y morales que no responden a los principios humanistas y a las problemáticas sociales.

En definitiva, tenemos discursos neutrales y planos, que no nos permiten autocuestionarnos y, si no nos autocuestionamos, la fuente de transformación social no va a ocurrir nunca. Entonces, tenemos países subsumidos y subordinados, que dependen mucho de la dinámica impuesta de alguna forma desde afuera.

En la Universidad Nacional de Costa Rica implementaron una forma de repensar la extensión universitaria a partir de los modelos de desarrollo territorial ¿Qué significan estos dispositivos y qué importancia tiene en la formación del estudiantado?

Los modelos de desarrollos territoriales son conceptos acotados de las realidades, porque un modelo en su base conceptual es una realidad simplificada. Sin embargo, estos modelos de desarrollo territorial integran tanto los conceptos de territorio como el de desarrollo. Esto contrasta con el enfoque de un modelo econométrico de regresión simple, en el que se relaciona una variable dependiente con una variable independiente. En ese sentido, no es el concepto de acotación concreta en un rango de esa realidad simplificada, citando esos modelos de regresión simple como los modelos de regresión múltiple que analizan la relación causa y efecto o variables intervinientes para determinar el comportamiento de una variable.

El concepto de modelos de desarrollo territorial tiene un enfoque teórico y metodológico. El enfoque teórico está centrado en el desarrollo en el territorio. Por eso, decimos que tiene un componente territorial y humano, no de sostenibilidad pegado a la lógica de la agenda 2030 de los 17 objetivos del desarrollo sostenible, sino el concepto humano, ligado al desarrollo comunitario. Es decir, la humanidad desde sus orígenes nació, creció, se desarrolló y murió en comunidad.

El desarrollo humano está asociado a la vida en comunidad y, por lo tanto, el concepto comunitario, desde mi perspectiva, le da un basamento importante de transformación social inducido por la extensión universitaria articulado a la investigación y a la docencia en las universidades públicas. Digo esto porque se pierde de vista el desarrollo humano. Entonces, los modelos de desarrollo territorial tienen el propósito de impulsar la transformación social para mejorar el desarrollo humano que podría ser valorado en materia de bienestar social, económico, ambiental, cultural e incluso político.

Uno de los componentes de arranque es el poder diagnosticar la realidad nacional. Sin embargo, no basta con contar con diagnósticos formales basados en la institucionalidad, que proporcionan cifras, datos y variables de aplicabilidad, pero con valores altamente agregados. Estos pueden incluir información como la tasa de desempleo en la región A o B, o los niveles de producción en dichas regiones, entre otras. Y tenés una serie de condiciones de diagnósticos sobre la educación, la salud, el ambiente, que no te permiten penetrar la dinámica local y, en consecuencia, la comunidad se desarrolla en el ámbito local, en un territorio que diferenciamos de la región.

La región, a veces, se analiza desde el punto de vista geográfico, como un espacio determinado y más pegado al análisis de la geografía, como una delimitación per se acerca de la región del quehacer de un espacio geográfico que ignora sus problemáticas. El territorio es un ente dinámico donde coexisten y persisten múltiples problemas. Por lo tanto, representa un enfoque teórico relevante para comprender una realidad compleja, explicada por elementos socioeconómicos, socioculturales, ambientales y políticos. Esta combinación de condiciones hace que el diagnóstico local sea altamente relevante, similar al trabajo de un médico que estudia a su paciente para identificar las necesidades y demandas sociales de la comunidad. Una vez que se identifica el problema, es preciso hallar la solución, para atacar las causas de los problemas, no sus consecuencias.

Es decir, las causas suelen estar mal diagnosticadas, ya que las estadísticas, como ocurren en casi todos los países, no siempre reflejan con precisión el análisis del contexto. Este análisis, al que denominamos territorial, regional y local, constituye el punto de partida de los modelos de desarrollo territorial. Es decir, como buenos extensionistas no podemos excluir la fase de diagnóstico, aunque nos digan y nos pregunten para qué hacemos tanto diagnóstico. La respuesta es muy simple: porque nos ocupamos de comprender una realidad compleja, entendiendo las causas estructurales, incluso coyunturales, de esa problemática. Una vez que tenemos ese conocimiento nos ocupamos de buscar la solución y, para eso, proponemos una iniciativa. ¿Dónde surge la iniciativa de solución a problemas? Surge del conocimiento, de la combinación de la ciencia y la técnica; es decir, es el conocimiento técnico que es desarrollado con las poblaciones interlocutoras en un diálogo de saberes en la universidad pública. Esto no lo he visto en algunas universidades privadas.

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Presencia territorial en el Golfo de Nicoya.

Ahora bien, esa solución pasa por ese manejo y conocimiento técnico propio que está en la universidad: los biólogos saben de biología tropical y biología marina, los agrónomos del cultivo de la tierra, topógrafos en la medición de los terrenos de la tierra; entonces, tienes economistas que analizan el problema económico como una ciencia social en la que los medios son limitados y las necesidades son infinitas. Desde esta perspectiva, la universidad tiene un cuerpo académico que permite atender múltiples problematizaciones; y la solución se obtiene cuando se combinan la ciencia y la técnica con la tecnología, el recurso humano, la infraestructura, la logística y los servicios para tejer una solución a la problemática. Esa solución concreta es lo que conocemos como el modelo de desarrollo territorial que, además, tiene otro componente, tiene una solución. Pondré un ejemplo: se necesita producir miel de abeja debido a la demanda de este producto. Para ello, es fundamental contar con quienes poseen conocimiento en la producción apícola, como los apicultores. Sin embargo, la universidad también ha desarrollado capacidades para implementar apiarios. Lo que hacemos es colaborar en la construcción de apiarios en las comunidades, lo que no solo tiene un impacto ambiental positivo, sino que también genera externalidades beneficiosas, como la mejora en la polinización de cultivos tradicionales y no tradicionales en el territorio.

Además, genera producción, mejora el consumo y la salud humana, porque la miel de abeja sirve para hacer jabones, cremas que mejoran la piel, entre otros usos. Ahora bien, ¿con quién se construye esto? Con el tejido social. Es con los grupos organizados, cooperativas, asociaciones de desarrollo, ONGs, entre otras, que están vinculados con la dinámica social del territorio y la dinámica organizativa en materia de planificación de territorio. Por ello, hay que integrar las poblaciones como interlocutores. Pero la universidad no actúa sola, no tiene capacidad propia de solventar una realidad compleja a pesar de que tiene autonomía, por lo que tiene que interactuar con el marco institucional público y privado y, por eso, es necesario vincularse, articularse a la estructura y gobernanza en el territorio.

En esa línea, la transformación social no es una idea abstracta centrada únicamente en la gran aspiración de cambiar el territorio o la comunidad. Más bien, se fundamenta en la posibilidad de desarrollar todos estos componentes, incluso en colaboración con el gobierno local o los municipios. En este marco, los gobiernos municipales y la clase política también desempeñan un papel importante al atender las demandas sociales de sus comunidades. En ese sentido, esto nos lleva a impulsar desde la Universidad los modelos de desarrollo territorial en los que sí podemos poner recursos de transportación de tecnología, recursos humanos, etc., con métodos y con enfoques teóricos claros.

El enfoque teórico es importante porque no podemos asumir unas posturas éticas y morales e ir a los territorios e implantar soluciones, eso no lo hacemos. Los modelos de desarrollo territorial surgen de la necesidad, de las bases comunitarias para poder impulsar soluciones que se adecúen a sus necesidades. Mal haríamos diseñando soluciones, prototipos o modelos y decir que ya tenemos el modelo elaborado y ahora lo vamos a ir a probar en una comunidad para ver si resulta bienvenido; y si no, no pasa nada, y perdemos los recursos. Esa no es la lógica de transformación social.

En definitiva, hemos creado viejas jardineras para limpiar el agua jabonosa, lo cual provoca un impacto importante en la salud humana, hemos generado importantísimos cambios en el cultivo de ostras y cultivo de camarón, cultivo de pargo, que es un pez muy delicioso en la gastronomía costarricense. Se está enseñando a las comunidades de pescadores a no explotar la dotación en el mar, sino a cultivar en el mar. Esto genera ingresos, empleo, oportunidades económicas e integra la comunidad a la dinámica social de su territorio. Por ello, consideramos que estos modelos representan una fuente de transformación social. Nuestro esfuerzo se centra en generar sostenibilidad, ya que, al integrar estos componentes de manera conjunta, se abren posibilidades para impulsar acciones contundentes en materia de integración y desarrollo, tanto en la comunidad como junto a ella.

¿Cómo se componen estos modelos y qué participación tienen docentes y estudiantes en ellos?

Los modelos los presenta un docente un equipo de cátedra, en la que participan los estudiantes y también los estudiantes promueven alguna propuesta de Extensión Universitaria más allá de los modelos territoriales de desarrollo territorial. Dentro de los componentes que he mencionado actúa toda la acción sustantiva de la universidad, se produce la integración del estudiantado en el trabajo con los responsables de las iniciativas o estos modelos en donde todo estudiante asume tareas.

Las prácticas integrales son sustantivas, no asistenciales de abordaje de las problemáticas, de apoyar las actividades de logística. Por ejemplo, se realizan muchos talleres de capacitación y formación de capacidades humanas en territorio, las y los estudiantes ayudan a capacitar a las poblaciones interlocutoras y empieza a funcionar lo que nosotros le llamamos la conciencia social. Pero no puede haber conciencia social si no se comparte la realidad de las problemáticas en las cuales se desarrolla toda esta dinámica, que nosotros llamamos mucho de una relación teoría y práctica con un principio epistemológico de renovación y de generación de conocimiento. En ese lugar, las bases conceptuales se hacen en campo, en el territorio, se hacen en la región y obviamente en la comunidad. Eso es muy importante porque el estudiantado sale de las aulas.

Esto es costoso, ya que no es fácil movilizar a tres o cuatro estudiantes durante tres días a un territorio ubicado a 200 kilómetros de la universidad. Es necesario proporcionarles alimentación, transporte y apoyos adicionales. Sin embargo, no debe verse como un gasto, sino como una inversión. Para ello, es fundamental contar con recursos disponibles y destinarlos a estas iniciativas, integrando al estudiantado y al cuerpo académico que comparten el territorio. Este enfoque permite romper con el modelo académico tradicional, que suele ser lineal y parcial, limitado al aula cerrada, donde el profesor, probablemente, habla mucho y el estudiante casi nada.  En el aula tradicional, limitada por cuatro paredes, esto suele ocurrir. Sin embargo, esta dinámica se transforma con el concepto de Aula Abierta, ya que en la práctica se rompe ese esquema. En este espacio, hay una mayor interacción con diversos actores sociales, se generan nuevas dinámicas y se enfrentan condiciones del entorno, tanto favorables como desfavorables, que desafían la estructura tradicional del aula, vista como una 'caja negra'. Esto brinda al estudiantado la oportunidad de explorar otras perspectivas, plantear sus ideas y argumentar frente una realidad compleja.

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Educación Rural en el Cantón de Los Chiles, Alajuela.

¿Cómo están pensando en la UNA la internacionalización de la extensión universitaria?

La internacionalización es todo un reto porque normalmente mucho del desarrollo académico ha sido endogámico, o más bien muy autárquico; es decir, el intercambio de ideas de pensamiento, de experiencias y de buenas prácticas ha sido muy transado entre la comunidad académica, en el mejor de los casos, de América Latina. En esa línea, la internacionalización no debe limitarse a una vinculación superficial hacia el exterior. Debe fomentar el sano debate, la confrontación de ideas, la pluralidad de pensamiento y la democratización del conocimiento. Como suele decirse, 'no se vale confesarse con sus propios obispos', es decir, no basta con buscar validación entre quienes ya comparten nuestras perspectivas. Es necesario avanzar hacia acuerdos que promuevan enfoques teóricos y metodológicos diversos.

Tuve la oportunidad de estudiar en Europa, en la Universidad de Tilburg, en Holanda, y debo reconocerle a los holandeses que me formaron relativamente bien. Pero, si usted me pregunta hacia dónde hay que poner los ojos o el foco de análisis, mi respuesta es sobre el pensamiento de América Latina. Confiar en nuestras bases conceptuales y en los marcos categoriales latinoamericanos que se ajusten a la realidad nacional, a la realidad regional para comprender el accionar en la solución de las problemáticas fundamentales que aquejan a nuestros países.

Para mí, uno de los grandes retos en este nivel es que la internacionalización permita los flujos de intercambio entre académicas y estudiantes a dentro de un marco relacional que permita intercambiar ideas, pensamientos, métodos y enfoques teóricos. En una primera instancia, este intercambio debería centrarse en el desarrollo de América, para luego ampliar la mirada hacia lo que ocurre en Asia, en Europa e incluso en África incluso, ya que es imposible aislarse de las corrientes y enfoques externos.

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Modelos de Desarrollo Territorial UNA

https://www.extension.una.ac.cr/index.php/areas/modelo-de-desarrollo-territorial

Infografía: Base Conceptual del Prototipo.