https://doi.org/10.19137/anclajes-2024-2839
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RESEÑAS CRÍTICAS
Un dilema cubano: nacionalismo y vanguardia
Manzoni, Celina
Villa María, Eduvim, 2023, 329 páginas.
ISBN: 978-987-699-786-7
Algo más de veinte años transcurrieron desde la publicación de Un dilema cubano. Nacionalismo y vanguardia, de Celina Manzoni, por el Fondo Editorial Casa de las Américas. Recientemente y, en medio de un contexto en que los estudios sobre las vanguardias latinoamericanas aún gozan de un dinamismo extraordinario, Eduvim lanzó su segunda edición.
A lo largo de estas dos décadas, se han acumulado tan numerosas como diversas lecturas y debates sobre este libro. A su vez, muchas líneas de investigación posteriores se han visto considerablemente influidas por sus apuestas metodológicas y críticas. Aunque retomar su proyección escapa a la extensión de una reseña, resulta honesto destacar la coincidencia en la puesta en valor del enfoque cuidadosamente elegido por Manzoni, que le ha permitido reconstruir una compleja red de documentos, discursos y polémicas, muchas de ellas aún sin saldar, que tuvieron lugar en Cuba –y también, con ciertas particularidades, en el resto de América Latina– durante las primeras décadas del siglo XX.
Su investigación parte de apenas un par de elementos: un problema teórico y una “revista poco estudiada e incluso maltratada” (297). Por un lado, en tanto problema teórico vertebrador, elige el binomio nacionalismo-vanguardia. Se trata de un objeto de estudio que, además de permitir la recomposición de la red de nombres y textos del período de un modo diferente al canónico, se vuelve expansivo en tanto incluye el conflicto y la contradicción como fuerzas necesarias. En el caso de Cuba, esto obedece a “los desafíos que propone a la incipiente República su situación poscolonial y su relación con los Estados Unidos en un espacio antillano casi en situación de intemperie” (37).
Por otro lado, pone el foco de atención en la revista de avance, editada en La Habana entre 1927 y 1930. Esta publicación presenta especial interés debido al cruce de tensiones estéticas e ideológicas que resultan de su inserción en el contexto de construcción de la nación cubana y, al mismo tiempo, del surgimiento de las vanguardias locales.
En los dos capítulos iniciales de su obra, Manzoni analiza las primeras manifestaciones de vanguardia de la isla, situadas en un espacio cultural previamente poblado por numerosas y diversas expresiones de nacionalismo, como así también en un marco en que las revistas se identificaban como instrumentos clave para la intelectualidad local. A su vez, documenta el complejo entramado de publicaciones que surgieron entre 1910 y 1930 y el lugar ocupado por la revista de avance en este campo. Finalmente, asienta el marco teórico y epistemológico que le permitirá acercarse a su objeto. En este punto, desarrolla una de las principales ideas de su aparato conceptual, que luego retomará en artículos sucesivos: la definición de las revistas culturales como “obras en movimiento”. Este carácter, según Manzoni, deriva tanto de su heterogeneidad y movilidad constitutivas como de los contextos múltiples y dinámicos en que se desarrollaron.
El tercer capítulo indaga en los linajes o filiaciones estéticas y políticas construidas por los poetas de vanguardia en América Latina. Se centra especialmente en la recuperación y reinterpretación de la figura de José Martí durante el período, lo que dio lugar a su descubrimiento como el “gran poeta de la modernidad”. Este encuentro, según Manzoni, evidencia la compleja relación erigida entre la tradición y lo nuevo como así también la existencia de vasos comunicantes entre la vanguardia política y la vanguardia artística.
El cuarto apartado condensa una serie de artículos, notas y reseñas que proponen diferentes ángulos de discusión sobre algunas de las polémicas ya mencionadas anteriormente, tales como la tensión entre la tradición y lo moderno, la autonomía de la literatura y las representaciones surgidas en torno a la figura del poeta de vanguardia.
En el capítulo quinto, la autora analiza la genealogía política en que se sitúan los editores de la revista de avance, desde el Movimiento Minorista hasta el Movimiento de Veteranos y Patriotas y la Protesta de los Trece. Sin ocultar sus vaivenes o zonas grises, desmiente aquellas conceptualizaciones generalizadoras que definen a las revistas de vanguardia como apolíticas. Por el contrario, demuestra que en la actividad de la revista de avance se produjo, desde sus comienzos, un intenso encuentro entre la vanguardia artística y la vanguardia política. En esta línea, en el sexto capítulo, Manzoni expone algunos de los artículos emplazados en la vertiente crítica de la publicación. Entre ellos, se encuentran textos, de Juan Marinello, Martí Casanovas, Jorge Mañach y Francisco Ichaso que discurren acerca de la relación entre los intelectuales y la sociedad y entre el arte y el Estado, con posiciones muchas veces discordantes entre sí. De allí se reafirma el clima de “lucha ideológica”, más que de eclecticismo, dado al interior de la revista. Finalmente, Manzoni también reúne y examina un número considerable de ensayos que tratan sobre la autonomía de la cultura latinoamericana. En este punto, realza el invaluable aporte de este grupo de intelectuales que, aún sin llegar a una síntesis, invitaron a pensar lo propio por fuera de los lugares comunes propuestos por el folklorismo y el tipicismo tropicalista.
El capítulo séptimo recorre las principales manifestaciones de la vertiente experimental de la revista de avance: narrativa, música, ensayo y poesía. En relación con ellas, la autora señala algunas de las posiciones conflictivas y divergentes asumidas, en especial en torno al concepto de “raza” y al lugar de los negros, mulatos, inmigrantes y mestizos en la sociedad. Esta misma tensión se encuentra aludida en el capítulo siguiente. Allí, examina las discusiones teóricas en torno al siempre escurridizo y conflictivo concepto de “nacionalismo”. Según Manzoni, es imposible olvidar que estos debates, durante la primera mitad del siglo XX, se encontraron signados en Cuba por la amenaza hacia uno de sus principios básicos: la soberanía.
Finalmente, el último capítulo del libro recoge dos controversias relativas a la autonomía de la literatura latinoamericana respecto de la europea que tuvieron lugar entre 1927 y 1928: una encuesta publicada en la revista de avance y una discusión de impacto continental acontecida a raíz de un artículo de La gaceta literaria de Madrid. Si bien el análisis de las dimensiones y el alcance de estas polémicas luego sería ampliado en artículos sucesivos, Manzoni destaca en ellos una aguda preocupación por la propia cultura en la que reconoce los primeros intentos por definir la cubanidad y la americanidad entre los intelectuales de la revista de avance.
En resumidas cuentas, por la compleja red de relaciones documentales establecidas –algunas de ellas todavía escasamente exploradas–-; por el abordaje original de la vanguardia cubana como fenómeno situado pero no aislado del contexto latinoamericano; por la propuesta intelectual que, tal como afirma Graciela Salto en el prólogo a la segunda edición, invita al debate más que a las explicaciones tranquilizadoras y cerradas y, también, por la vigencia y las tensiones que algunos conceptos, como el de nacionalismo, detentan aún en la actualidad para las naciones latinoamericanas, la reedición del texto de Celina Manzoni resulta tan necesaria como oportuna en estos tiempos.
Rocío Mallía
Universidad Nacional de La Pampa
Facultad de Ciencias Humanas
Argentina