https://doi.org/10.19137/anclajes-2024-2833   


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ARTÍCULOS

Lectura de dos obras de Liliana Ancalao: Resuello y Rokiñ: Provisiones para un viaje desde la “epistemología de la bolsa”

Reading of two works by Liliana Ancalao: Resuello and Rokiñ: Provisions for a journey through the “epistemology of the carrier bag”

A leitura de duas obras de Liliana Ancalao: Resuello e Rokiñ: Provisões para uma viagem a partir da “epistemologia da bolsa”

Graciela Hernández

UNS/Depto. de Humanidades, IHUMA/CIEGeF/CONICET

Argentina

grahernandez16@gmail.com 

ORCID: 0000-0003-1303-1191 

Fecha de recepción: 21/03/2023 | Fecha de aceptación 29/08/2023

Resumen: La escritura de la poeta y ensayista Liliana Ancalao de sus libros: Resuello (2018) y Rokiñ: Provisiones para un viaje (2021) y distintas instancias de diálogos, producto de encuentros entre 2018 y 2022 constituyen la base del análisis. Se implementa una metodología interpretativa y está guiada por la “epistemología de la bolsa” de Donna Haraway, una perspectiva que busca focalizar en la historia negada, en lo no dicho y en desarticular estereotipos de género, raza, etnia y clase. Desde esta línea de pensamiento, se identifican como especialmente significativas las siguientes temáticas: la polisemia de la flecha, la importancia de transitar espacios urbanos para ver al pasado indígena y la necesidad de transparentar los mecanismos de dominación colonial.

Palabras clave: Liliana Ancalao; Narrativa; Pueblos originarios; Siglos XIX - XXI; Mapuches

Abstract: This article analyzes the work of poet and essayist Liliana Ancalao through a reading of her books Resuello (2018) and Rokiñ: Provisions for a trip (2021), as well as through conversations with the author between 2018 and 2022. The article follows a qualitative and interpretative methodology, and follows Donna Haraway's "epistemology of the carrier bag", a perspective that centers the excluded history and the unsaid, and aims at dismantling gender, race, ethnic and class stereotypes. From this line of thought, we focus on the following significant themes: the polysemy of the arrow, the importance of moving through urban spaces to see the indigenous past, and the need to make the mechanisms of colonial domination evident.

Keywords: Liliana Ancalao; Narrative; Original Towns; 19th - 21st Centuries; Mapuches

Resumo: A escrita da poetisa e ensaísta Liliana Ancalao em seus livros: Resuello (2018) e Rokiñ: Provisões para uma viagem (2021), juntamente com diferentes instâncias de diálogos, resultantes de encontros entre 2018 e 2022, constituem a base da análise. Uma metodologia interpretativa é implementada, guiada pela "epistemologia da bolsa" de Donna Haraway, uma perspectiva que busca focar na história negada, no não dito e em desarticular estereótipos de gênero, raça, etnia e classe. A partir dessa linha de pensamento, as seguintes temáticas são identificadas como especialmente significativas: a polissemia da flecha, a importância de transitar por espaços urbanos para visualizar o passado indígena e a necessidade de transparentar os mecanismos de dominação colonial.

Palavras chave: Liliana Ancalao; Narrativa; Povos nativos, Séculos 19 - 21; Mapuches

Introducción

A partir de la lectura de los textos de Liliana Ancalao, así como del intercambio de ideas, se analizará una parte de su obra. Seleccionamos los libros: Resuello y Rokíñ: Provisiones para un viaje. El primero de ellos reúne al poemario Mujeres a la intemperie y al ensayo Küme Miawami, Andás Bien, en el que trata una serie de temáticas tales como la escritura, el lugar del mapuzungun (idioma mapuche) como “idioma silenciado” y la memoria, mediante la cual identifica a las palabras clave, a las que llama “palabras charqui”, para contrarrestar el olvido. El segundo es un libro solo de poesía dedicada a sus familiares que dejaron el campo para ir a la ciudad. Si Rokíñ es el alimento que se lleva desde el hogar de la familia campesina indígena a la ciudad, las “palabras charqui” de Resuello son también una metáfora de aquello que se lleva en la mochila o en la bolsa para el camino, cuando se deja el campo y se va a la ciudad, a la waria.

Seleccionamos también una serie de testimonios orales, producidos en distintos contextos de diálogo con la autora y registrados entre 2018 y 2021. Liliana Ancalao fue invitada por el Departamento de Humanidades de la Universidad Nacional del Sur durante el mes de marzo de 2019 en el marco de las conmemoraciones del Día de las Mujeres y de una muestra sobre arte alusiva a la temática. La autora tenía especial interés en estar en Bahía Blanca para buscar material documental sobre su familia, los Ancalao, reconocidos como “indios amigos” en las primeras décadas del siglo XIX. Nuestro interés por la historia y por la escritura de las mujeres indígenas, nos permitió construir un puente a través del cual iniciamos un diálogo en el que ambas nos preguntábamos detalles de nuestros escritos y nuestras ideas.

Caminos transitados

Entre las voces indígenas que abordaron la poesía y los escritos teóricos, nos parece relevante la obra de Paula Gunn Allen, nacida en Laguna Pueblo, Albuquerque, New México (1939-2008) quién cuestionó las interpretaciones sobre su cultura y sobre el lugar que estas interpretaciones asignaban a las mujeres de los pueblos indígenas. Consideraba que el arquetipo de mujer indígena es producto de la mirada colonizadora y patriarcal que hegemonizó a la historia, la antropología y también a la literatura. La obra de esta escritora y militante de la causa indígena y de la disidencia sexual ha sido considerada por algunas teóricas del feminismo, como la filósofa argentina radicada en Estados Unidos, María Lugones. Esta pensadora considera que Gunn Allen encontró indicadores para cuestionar la idea de la universalidad del patriarcado y del género.  Las afirmaciones de Lugones parten de la lectura de los textos en los que la autora desarrollaba la teoría de que, en muchas sociedades de los Nativos Americanos, existió una organización matriarcal, una mirada positiva de la homosexualidad y el reconocimiento de más de dos géneros. Para Gunn Allen, antes de la conquista europea, el género se entendía en términos igualitarios y la filósofa feminista le dio mucha importancia a su concepto de “igualitarismo ginecrático” (Lugones 36) surgido del análisis de la cosmovisión y de los mitos de la Vieja Mujer Araña, la Mujer Maíz, la Mujer Pensamiento y la Mujer Serpiente. Según este análisis, en estas sociedades la mujer estaba en el centro del pensamiento y su importancia iba mucho no se limitaba a la sacralización de la fertilidad.

Más allá de la influencia de las mujeres indígenas en las teorías de género y en los feminismos, estas fueron concretando una producción literaria que comenzó a verse con mayor claridad en las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX, durante la época de las revoluciones latinoamericanas, de la lucha de clases, pero también de movimientos indígenas. Las demandas de los pueblos originarios se manifestaron también en los escritos de las escritoras mapuches de Chile, país en el que encontramos una notable producción poética que entrelaza los cruces entre memoria, pérdidas de territorio y de la lengua, recuperación de las cosmovisiones y la diferencia sexual (Luongo 83).

Por otra parte, la compilación de textos realizada para el libro Feminismos y poscolonialidad que incluye un artículo ensayístico de Liliana Ancalao y otro de la activista (weichafe o guerrera) y escritora Moira Millán son un antecedente inmediato de nuestro trabajo. Consideramos que la publicación del artículo sobre el “silenciamiento del idioma mapuche” (“El idioma…”, 121-24) fue un punto de partida para emprender nuestra búsqueda y comenzar a relacionar la escritura de Ancalao con las perspectivas de los feminismos del Abya Yala llamados así por Francesca Gargallo y otras feministas[1], en una búsqueda de nombrar sin categorías colonialistas.  

También reconocemos como un antecedente muy significativo -aunque más distante temporal y espacialmente- la obra Esta puente, mi espalda, de Cherrie Moraga y Ana Castillo, en la cual compilan trabajos ensayísticos y literarios de mujeres indígenas y mestizas, uno de ellos es el de Norma Alarcón, que explora la imagen de Malintzin (Malinche). Entre las cuestiones político-culturales que se tratan en el libro, se encuentra el desarmado de la “traición de Malinche” y la recuperación de su figura, con gran peso simbólico. En esta obra encontramos una colección de textos de feministas indígenas, afroamericanas y asiáticas radicadas en Estados Unidos; estas escrituras apuntan a reconocer las interseccionalidades étnicas, raciales y del sexo/género que atravesaban la vida de las mujeres migrantes, y a mostrarlas en diferentes formatos: científicos, artísticos y políticos militantes.

Las identidades mestizas, producto de múltiples mezclas e hibridaciones, de los procesos históricos del capitalismo tardío y de las teorías antiesencialistas –diferentes de los discursos homogeneizadores del siglo XIX– emergen desde muchos lugares del mundo, aunque la valoración positiva del mestizaje es aún poco frecuente en nuestro país.

La legitimación del mestizaje está mostrando sus primeros indicios en el caso mapuche. La escritora Daniela Catrileo, junto con una generación de jóvenes mapuches de Chile, mayoritariamente urbana, está en la búsqueda de resignificar la idea de champurria que, en castellano, significa mestizo y tradicionalmente ha tenido una connotación negativa en la sociedad mapuche.

Desde otro espacio de militancia política y cultural, no relacionado con la literatura y la poesía, vemos que el Feminismo Territorial Mapuche de la provincia de Río Negro también está abrevando en perspectivas teóricas que se alejan de posiciones esencialistas y toma propuestas de distinto origen. Según Andrea Pichilef, estas perspectivas generan un feminismo “disidente” que va abriendo las puertas a nuevos análisis sociopolíticos y seguramente también a nuevas maneras de representarlo en el arte (Pichilef 50).

Recorrido teórico

Trataremos de armar un recorrido desde la “epistemología de la bolsa” de la bióloga e historiadora de la ciencia Donna Haraway y desde la “teoría de la bolsa de la ficción” de la escritora Úrsula K. Le Guin (su apellido de soltera es Kroeber). Esta investigadora de la filosofía de la teoría de la evolución se reconoce muy influenciada por la teoría de la bolsa de acarreo, el dispositivo que se usa para llevar elementos vitales, casi siempre alimentos. Haraway explica que Le Guin le dio forma a su pensamiento sobre la teoría evolutiva y sobre la figura de la mujer recolectora y señala que: “Importa qué historias contamos para contar con ellas otras historias, importa qué conceptos pensamos para pensar con ellos otros conceptos” (Haraway 69).

La epistemología de la bolsa y la bolsa de la ficción se retroalimentan y nos ayudan para pensar en las formas en las que se pueden contar las historias. El pasado se narrará de otra manera si se lo piensa desde la bolsa de acarreo o desde la punta de flecha y el cuchillo. Las transformaciones de las armas de caza se estudian detalladamente para comprender esos primeros pasos de la humanidad, mientras que la bolsa de acarreo es un objeto que no ha tenido el reconocimiento que se merece en la teoría antropológica, ni en otras disciplinas que explican los mecanismos de incorporación de tecnologías a la cultura humana.  

Le Guin fue escritora de ciencia ficción y desde su profesión se permitió imaginar otros mundos en el plano literario. Propuso que la bolsa -no las armas de caza- fuera la clave para pensar posibles mundos. Sin embargo, esta idea no quedó solo en el plano literario, sino que pasó también a la ciencia, a la epistemología de la ciencia, en los escritos de Haraway, quien a su vez es muy citada por sus aportes al estudio de las comunidades científicas, al análisis de los paradigmas que atraviesan las interpretaciones sobre primatología y a los feminismos del Abya Yala. Para esta escritora, la ciencia obliga a narrar desde el lugar del héroe, así se enseña y se aprende; considera que esto pasa tanto en los mitos como en la tecnología y afirma que: “Si la ciencia ficción es la mitología de la tecnología moderna, entonces el mito es trágico” (La teoría de la bolsa, 39).

Por último, no podemos dejar de pensar en cómo influyeron la madre y el padre de Úrsula Kroeber de Le Guin en sus interpretaciones de la cultura. Su padre fue el antropólogo Alfred Kroeber y su madre la escritora Teodora Kracaw Brown. En uno de sus libros, dedica un capítulo a sus Tíos indios, en él describe cual fue la relación que su padre tuvo con los indígenas con los que trabajó, quienes iban diariamente a su casa; por lo tanto, ella fue una niña que creció escuchando narrativas, como así también las problemáticas de los pueblos indígenas, como la del acceso a la tierra. (Contar es escuchar, 20). Kroeber apoyó a las comunidades de California en sus demandas al Gobierno de Estados Unidos. A través de estos escritos, podemos entrar en temas medulares de la antropología, como la cuestión de la autoridad etnográfica, la posibilidad/imposibilidad de volverse nativo y de cómo narrar.

Recorrido metodológico

La base empírica de este artículo está delimitada por el análisis de las obras seleccionadas de Liliana Ancalao y por la inclusión de sus testimonios. Consideramos estos testimonios como entrevistas etnográficas, aunque no responden al modelo clásico. El trabajo se inició con el intercambio de libros de nuestra autoría, a partir de allí comenzamos a realizar una serie de rondas de preguntas y respuestas que generaron un espacio de diálogo, muchos de ellos fueron a través de audios de whatsapp. Los audios fueron transcriptos y permanecen inéditos; de allí extrajimos algunos fragmentos para este artículo. Esto sucedió durante la pandemia de covid 19. En ese momento, con el auge de los encuentros virtuales, mostramos nuestro trabajo en que ambas nos entrevistábamos, en algunos espacios relacionados con la actividad poética y con la militancia político cultural[2].

El trabajo es absolutamente cualitativo, tanto por el tipo de abordaje de los textos escritos como de los orales, cuyo abordaje realizamos en forma conjunta. En primer lugar, realizamos una lectura transversal de la totalidad del material seleccionado y buscamos los ejes estructurantes que lo atravesaban e interrelacionaban para interpretarlos desde la “epistemología de la bolsa”. Desde este recorrido, identificamos una serie de núcleos de significados, entre ellos: la flecha y su vinculación con la memoria, las ciudades como territorialidades indígenas y el concepto de transparentar para descolonizar y resacralizar.  

La poesía y los ensayos de una escritora mapuche

Seleccionamos la poesía de Liliana Ancalao porque nos parece una figura representativa en las búsquedas de conciliar la producción poética y compresión del pasado, desde la perspectiva de una mujer mapuche. Esta escritora y activista mapuche vive en Comodoro Rivadavia, sus padres se criaron en Cushamen, en el interior del Chubut, de allí migraron a esta ciudad, en su juventud. Sus ancestros paternos ocupan una página de la historia de Bahía Blanca y Punta Alta ya que integraban los grupos a los que los gobiernos locales consideraban “indios amigos”. A pesar de que los Ancalao siempre estuvieron del lado de los gobiernos “blancos”, igual fueron expulsados de ambas ciudades. En los inicios de la segunda década del siglo XX, tuvieron que dejar el territorio en el cual habían vivido durante casi un siglo para emprender su peregrinaje a la provincia del Río Negro, a la zona del Bolsón (casi en el límite con la provincia de Chubut), donde tenían familiares con algunas tierras en las cuales recibirlos. Así, desde Comodoro Rivadavia ella busca comprender el pasado, llevarlo a sus escritos, entre ellos a la poesía en mapudungun, con una propuesta que interpela las tradiciones literarias y ensayísticas.

Además, Liliana Ancalao también está realizando una interesante búsqueda en la que incluye las particulares situaciones vividas por las mujeres mapuches, entre las que se encuentra la partida de las comunidades rurales, la llegada a la ciudad, la búsqueda de empleo, el lugar de la escuela y la universidad y, también, de la espiritualidad.

La flecha: una lectura desde la “epistemología de la bolsa”

En esta búsqueda por comprender y aprehender el pasado, ha encontrado metáforas y otros recursos discursivos, los que consideramos de gran valor explicativo y simbólico; uno de ellos es la enumeración de una serie de vocablos a los que denomina “palabra charqui”. El charqui es la carne disecada para que se conserve. Este término se asocia a la idea de permanencia y a la posibilidad de alimentar y nutrir más allá de lo esperado. Entre las palabras charqui se encuentran: mapuche, newentuy kürruf que dinamizó la lucha indígena y kura zungun mapuche: “Piedra palabra kura zungun mapuche, encontrada en el lago, para limpiarla y pulirla de conocimiento, darle forma de una flecha kimun [conocimiento]” (Resuello 74).

La metáfora de identidad mapuche como una piedra arrojada a un lago y enlodada por la historia escrita desde la hegemonía eurocéntrica es muy potente.  Esta piedra salió del fondo lodoso por los fuertes vientos, newentuy kürruf, del año 1992, con las interpelaciones a los festejos de los quinientos años de la conquista. Una vez que la piedra estuvo limpia se la pudo pulir y convertida en una flecha llegó desde el pasado y trajo el conocimiento.

El protagonismo de la flecha como nexo entre el pasado y el presente, además de su lugar como portadora de conocimiento, requiere de una lectura atenta para comprender su significado desde la “epistemología de la bolsa”. Le Guin puso el acento en la construcción de una narrativa de la cultura que valora la flecha y desconoce la bolsa, negando así importantes procesos culturales por la hegemonía del héroe y su capacidad de matar. En el texto de Liliana Ancalao, la flecha no hegemonizó nada, fue vencida y llega desde el pasado a recordar que una parte de la historia no fue narrada y que es necesario narrar. La flecha –al igual que lo es la bolsa– se hace presente con un nuevo conocimiento.

También sabemos que Liliana Ancalao viene estudiando y buscando documentación para poder conocer los procesos de larga duración como la conquista hispánica y la llamada “Conquista del Desierto”, así como de aquellos otros más cercanos y con ciertas particularidades, como puede ser la historia de su familia. La historia de la familia Ancalao tiene muchas coincidencias con la de otros grupos denominados “indios amigos”, a quienes se les prometieron y hasta adjudicaron tierras que después les fueron sacadas.

Los espacios urbanos de Bahía Blanca y Punta Alta

Liliana Ancalao está buscando documentos para contar la historia, le interesa hacerlo desde la poesía, aunque ya vimos que no sólo escribe poesía. En 2019, la acompañamos al Archivo Histórico de Punta Alta para buscar información sobre sus ancestros, los Ancalao, y sabemos que su estancia en Bahía Blanca y Punta Alta la inspiraron para escribir. Elegimos fragmentos de dos poemas publicados en su libro Rokiñ, después de aquella visita al archivo y de su recorrido por las márgenes del Napostá.

Desentierro 

En 1866, con ley 476, el presidente Mitre entregó tierras en propiedad al lonko Francisco Ancalao en reconocimiento a los servicios prestados al ejército. En 1902, el gobierno de la provincia de Buenos Aires vendió esas tierras, cercanas a Bahía Blanca, y ordenó el desalojo de su comunidad enviándola al SO de la hoy provincia de Río Negro.

pensé que sonabas con los truenos

lonko Francisco

que era tu galopar entre las estrellas desveladas

un siglo anduve entre los escombros

de este lado de la orilla quieta

buscándote

y sólo ayer

tu cuerpo

escrito en imprenta en castellano

                                                            (Rokiñ 27)

Liliana Ancalao nos cuenta, a través de sus escritos, la búsqueda por encontrar indicios de los Ancalao en Bahía Blanca, pero estos no son fáciles de ver, es así que buscó otro referente de su vida de quien hay marcas en el paisaje, como Luis Alberto Spinetta, compositor y cantante, referente del rock en la Argentina.

Spinetta en Bahía

es una caminata de puentes amarillos

así leí en el cartel en tu homenaje

Flaco

a orillas del Napostá

hay senderos y pasto prolijito

árboles con serena sombra

un perro que pasea a su hombre

una mujer que trota

y nada a qué aferrarme

sólo tu letra venía

como una fe mañana

yo quería acercarme a sus casas de adobe

mari mari kom pu che

ankalao che ka

akun ka mapu mew

soy ankalao también

de lejos vengo

decirles y abrazarlos

pero ni una señal de mis parientes

                                             (Rokiñ 31)

En el extenso poema, que además es bilingüe, la autora indaga sobre la memoria negada, en estos espacios urbanos, sobre un pasado al que se intenta mantener oculto. Transcribimos otro fragmento:

quise poner los pies sobre sus pasos

saber si iban a mirar el mar

si habría un cartel otro día que dijera:

a orillas de este arroyo apacentaba sus tropillas

la tribu de Ancalao

eran gente de a caballo

nampulkafe

cayeron al servicio de los winka

                                    (Rokiñ 35)

En Bahía Blanca[3], no hay ni una calle que recuerde a los que fueron considerados “indios amigos”, tampoco hay referencias visibles del lugar en donde está sepultado Francisco Ancalao desde 1871, en el antiguo cementerio ubicado en la actual plaza Pellegrini. Hay una conocida documentación que señala que, desde el poder eclesiástico, se opusieron a la inhumación de este referente indígena, porque consideraban que se trataba de una profanación. Sin embargo, el cuerpo permanece allí -aunque casi en secreto- ya que, desde las jerarquías militares, defendieron el derecho de un “indio amigo” y bautizado de ser enterrado en un cementerio católico.

Interpelaciones teórico-poéticas al colonialismo

Ya dijimos que entramos en contacto con la producción de Liliana Ancalao a partir de la lectura de un artículo suyo publicado en un libro sobre feminismo poscolonial del 2010. Años después, en 2014, salió la publicación artesanal de Küme Miawmi Andás bien, luego incorporada a Resuello. Tomamos esa edición para el análisis del texto. El título que concentra esta temática es: “Poesía en ebullición y transparencia”.

Consideramos que han interpelado e interpelan al colonialismo los distintos proyectos político-culturales que reconocen la importancia de la lucha anticolonial, entre quienes se destaca la obra de Frantz Fanon. Pero este proceso es bastante complejo y, en la actualidad, conviven diferentes paradigmas, cada uno de ellos con su propia genealogía. Una de estas perspectivas es la postcolonial; originaria de la India, con fuerte influencia de las ideas del palestino Edward Said, quien llamó la atención acerca de cómo occidente veía a oriente, como congelados en estructuras psíquicas atemporales, a lo que denominó “orientalismo”. La teoría postcolonial es producto del esfuerzo de los movimientos políticos y teóricos indios que protagonizaron un notable proceso de búsqueda de descolonizar las ciencias sociales y la historia; se habían independizado de Inglaterra, pero seguían reproduciendo la episteme colonial. Actualmente, este paradigma convive con el decolonial, que abreva en los conocimientos, los procesos históricos y las cosmovisiones americanas, aunque a partir de allí han surgido nuevas denominaciones para delimitar las nuevas búsquedas, entre ellas la descolonial[4].

Liliana Ancalao no desconoce estas búsquedas, lee y se informa sobre ellas, pero luego busca inscribirlas con palabras propias; es así que incorpora el vocablo “transparentar”. Transparentar es hacer visible aquello que estaba tapado con algo oscuro, es poder ver lo que está, pero no hemos visto porque la mirada colonial no lo puede observar.

Transparentar es desmitificar, descolonizar, recuperar y resacralizar.

Decir que nuestro territorio se va transparentando implica desmitificar este espacio como fin del mundo e instalarnos, cada vez que escribimos un poema, en el principio del mundo, este principio que nos hace originarios de Wangelen [estrella] y sobrevivientes de la furia de Kay Kay [serpiente mítica que produjo el diluvio en la cosmovisión mapuche]. (Resuello 58) (Los corchetes aclaratorios son nuestros).

La “epistemología de la bolsa”, la mirada de Haraway, nos ayuda a comprender la profundidad de este texto; nos permite pensar que tenemos que poder ver lo no narrado, como así también el peso explicativo de las subjetividades que manejan las comunidades científicas. Para Liliana Ancalao, es clave desarmar la idea de que la Patagonia argentina es el fin del mundo, los pueblos que la habitan la entienden de otra manera, pero sabemos muy poco sobre sus concepciones del espacio; en cambio, incorporamos la mirada de los colonizadores del norte, para quienes estos territorios eran los más alejados de sus centros moderno-capitalistas. La mirada exótica de la Patagonia con sus “gigantes”, los tehuelches, y de Fierra del Fuego, como El último confin de la tierra,  escrito por Lucas Bridges[5], creó mitos que la autora quiere desarmar. Es así que propone desarticular las narrativas cristalizadas para recuperar otras, entre ellas la del diluvio ocasionado por Kay Kay, al que alude en varios de sus textos.

Entre la recuperación de narrativas encontramos al poema que describe un relato acerca de cómo se puede llegar a explicar el pasaje de la vida a la muerte en la narrativa mapuche. Seleccionamos un fragmento del poema en su versión en español.

cuando muera deberé cruzar el río

cuando me muera deberé cruzar el río

que perro hará de guía si no tengo

si no tengo un perro flaco que olerá mi cobardía

irá a mi lado

y estará la vieja en la balsa

le entregaré dos llankas

para que me cruce. (Resuello 39)

Preguntamos a la autora si este relato le había llegado a partir de la recuperación de las tradiciones orales que realiza en su espacio de militancia o si lo había leído en la bibliografía sobre la temática. Nos respondió que el poema era la conjunción de ambas cosas, de la escucha y de la lectura y agregó que le preocupaba que, con frecuencia, le explicaran que, en realidad, se trata de un mito griego, al que los mapuches adaptaron. En este, como en muchos textos en los que se abreva en el espacio de lo sagrado de los mitos, es muy frecuente que los pueblos de distintas partes del mundo cuenten historias muy similares, -como lo demostró Claude Lévi- Strauss[6]- pero también es frecuente que se crea que a esos mitos fueron pensados por las “culturas clásicas” y no por los pueblos indígenas. El mito de Caronte, ese barquero que llevaba las almas de los muertos al otro lado del río a cambio de un pago, es muy conocido; en cambio, muy poco sabemos del entramado simbólico mapuche. De ese modo, se infiere que estos relatos indígenas son parte de algún mecanismo de difusión de la cultura europea.

Acarreamos una formación académica que siempre nos ha requerido que documentemos nuestras afirmaciones, es así que entendemos que en este caso tenemos que documentar nuestras afirmaciones. Desde las primeras fuentes de la ocupación española, los mapuches sostenían que las almas de los muertos tenían que cruzar algún curso de agua; con mucha frecuencia, aparece el motivo del viaje a la isla Mocha. El jesuita Andrés Febrés anotó, en su diccionario del siglo XIX, el término “tempùlcahue” y lo describió de la siguiente manera: “Creían también que las viejas convertidas en ballenas eran las encargadas de transportar al sitio de la existencia futura de las almas de los muertos, y por eso les decían por burla tempùlcahue.” (Febrés 242). Unos años más tarde, Tomás Guevara confirma el relato de que las almas tenían que cruzar el mar y, para realizar este paso, “Llaman a gritos al trempilcahue (especie de lanchero) con estas palabras notupangen trempilcahue yem (venga a pasarme)” (Guevara 276). En la actualidad, el nombre de este ser mítico es conocido en el centro sur de Chile y sur de la Argentina. En suma, la temática de la balsera que conduce a las almas tiene un notable despliegue narrativo en las mitologías patagónicas que se encuentran en los registros documentales y aún está viva en el universo simbólico de los pueblos indígenas.

Liliana Ancalao indaga en las fuentes documentales, pero, sobre todo, agudiza la escucha en un proceso de restitución de tramas simbólicas para seguir andando y para armonizar los recuerdos y la memoria de lo sagrado. Las búsquedas de las subjetividades y de la espiritualidad mapuche no sólo las encontramos en la poesía, sino también en los ensayos. En uno de ellos, habla de la práctica de la escucha de relatos orales que reflejan la memoria como una búsqueda de la historia que se encaminó “a una conciencia espiritual de la naturaleza, esta conciencia de ser parte de un tejido delicado, poderoso y, ahora, dañado” (Resuello 56).

La autora entiende que generar condiciones para intercambiar ideas y hacer audibles las voces negadas constituyen una tarea prioritaria para el proceso de recuperación que se propone. En los encuentros que realiza en Comodoro Rivadavia y la zona, pudo ver que siempre surge el relato del mapuche perdido, hambriento y cansado, a punto de morir debido a la persecución de los “blancos”, pero que siempre es salvado por algún animal, algún ser de la naturaleza:

Entonces aparece un nahuel, el tigre…o un pangue, el puma, a veces un pájaro, el ñanco. Un newen, una fuerza de la naturaleza, compasivo. Que guía al extraviado, que escucha sus palabras de dolor, le trae alimento, le señala las aguadas, lo acompaña hasta que está a salvo.

Y allí en el medio del agradecimiento del ser humano de la Tierra, surge el taül, el canto sagrado de esta fuerza propicia, el taül atesorado que nos recuerda que la Mapu nos siguió reconociendo, después del cataclismo de la guerra. (Resuello 56)

La autora nos trae un tema muy documentado, ya que desde comienzos del siglo XX hasta el presente se han recopilado historias en las cuales estos grandes felinos, jaguar o tigre (nahuel), puma (pangue), los más temidos, han ayudado a los mapuches en peligro. También el aguilucho (ñanco) es el protagonista de muchos relatos documentados en trabajos antropológicos y lingüísticos. Ahora, la narrativa recuperada por la escritora adquiere nuevos significados y sentidos. Vemos que la fuerza de la naturaleza, newen, es la guía para seguir vivos en la tierra, mapu, que aún reconoce y cuida de los mapuches, aún después de los intentos de exterminio. Esta idea de reconocimiento y cuidado tiene un gran potencial narrativo en épocas de la gran crisis ambiental que daña al planeta. Desde nuestra perspectiva, desde la “epistemología de bolsa”, entendemos que en los textos de Liliana Ancalao encontramos otras narrativas diferentes a las hegemónicas, en las cuales el protagonista no es el héroe guerrero, sino los vínculos de los humanos -mapuches- con la tierra.

Palabras finales

A partir de la lectura de la producción poética y ensayística de Liliana Ancalao, de una serie de entrevistas y del intercambio de ideas a través de medios digitales, decidimos seleccionar los libros: Resuello y Rokiñ para emprender un análisis de sus aportes a la problemática indígena desde una perspectiva epistémica no esencialista.

En primer lugar, hicimos un recorrido por la producción teórica y literaria de las mujeres indígenas y mestizas que han buscado y buscan contar los procesos históricos desde otro lugar que el de la historiografía y la literatura hegemónica, que intentan contar el lado negado de los procesos coloniales y racistas. En segundo lugar, relacionamos esta producción con la “epistemología de la bolsa”; una perspectiva que busca focalizar en la historia negada, en lo no dicho y en desarticular estereotipos de género, raza, etnia y clase que cristalizan identidades y obturan el acceso a derechos, tanto materiales como simbólicos.

Con esta hoja de ruta, nos detuvimos en el análisis del sentido de ciertas temáticas abordadas por Liliana Ancalao, como: la flecha, la importancia de transitar espacios urbanos para ver el pasado indígena desde el presente y la necesidad de “transparentar” los mecanismos de dominación colonial si pretendemos tener una mirada propia y no colonizada; entre estos mecanismos, se encuentra el de resacralizar nuestro espacio, una propuesta que está dando lugar a debates densos en los feminismos del Abya Yala. Pensamos la flecha desde la “epistemología de la bolsa”, pero aquí no es lo antagónico a la bolsa de acarreo, sino el símbolo que unifica las luchas indígenas en el presente, aunque es un objeto que viene del pasado. La misma propuesta epistemológica nos ayudó a desarmar al dualismo naturaleza/cultura y urbano/rural para aprehender al pensamiento de la autora en cuestión. Por último, indagamos en las palabras con la que la escritora nombra y explica su propuesta “descolonial”.

Referencias bibliográficas

  1. Alarcón, Norma. “La literatura feminista de la chicana: una revisión a través de Malintzin o Malintzin. Devolver la carne al objeto”. Esta puente, mi espalda: Voces de mujeres tercermundistas en los Estados Unidos, compilado por Cherrie Moraga y Ana Castillo, San Francisco, ISM Press, 1988, pp. 231-42.
  2. Ancalao, Liliana. “El idioma silenciado”. Feminismos y poscolonialidad. Descolonizando el feminismo en y desde América latina, compilado por Bidaseca, Karina y Vanesa Vázquez Laba, Buenos Aires, Ediciones Godoy, 2011, pp. 121-4.
  3. Ancalao, Liliana. Resuello. Madrid, Marisma, 2018.
  4. Ancalao, Liliana. Rokiñ: Provisiones para el viaje. Rada Tilly, Espacio Hudson, 2020.
  5. Bridges, Lucas. El último confín de la tierra. Buenos Aires, Marymar, 1978.
  6. Catrileo, Daniela. Piñen. Santiago de Chile, Pez Espiral, 2021.
  7. Fanon, Frantz. Piel negra, máscaras blancas. Buenos Aires, Akal, 2015.
  8. Febrés, Andrés. Diccionario araucano español. Buenos Aires, impreso por Juan Alsina, 1882.
  9. Gargallo, Francesca. Feminismos desde Abya Yala. Buenos Aires, América Libre, 2013.
  10. Guevara, Tomás. Psicolojia del pueblo araucano. Santiago de Chile, Imprenta Cervantes, 1908.
  11. Gunn Allen, Paula. The Sacred Hoop. Recovering the Feminine in American Indian Traditions. Boston, Beacon Press, 1992.
  12. Haraway, Donna. Seguir con el problema.  Bilbao, Consonni, 2019.
  13. Le Guin, Úrsula. Contar es escuchar. Sobre la escritura, la lectura, la imaginación. Madrid, Traficantes de Sueños, 2018.
  14. Le Guin, Úrsula. La teoría de la bolsa de transporte de la ficción. Buenos Aires, Rara Avis Editorial, 2022.
  15. Lévi-Strauss, Claude. Antropología estructural. Buenos Aires, Eudeba, 1968.
  16. Lugones, María. "Colonialidad y género. Hacia un feminismo descolonial". Género y descolonialidad, compilado por Walter Mignolo, Buenos Aires, Ediciones del Signo, 2008, pp. 13-53.
  17. Luongo, Gilda, “Memoria y revuelta en poetas mujeres mapuche: intimidad/ lazo social II”. Aisthesis, n.° 56, 2014, pp. 83-100.
  18. Millán, Márgara. Más allá del feminismo: caminos para andar. México, Red de feminismos descoloniales, 2014.
  19. Millán, Moira. “Mujer mapuche. Explotación colonial sobre el territorio corporal”. Feminismos y poscolonialidad. Descolonizando el feminismo en y desde América Latina, compilado por Karina Bidaseca y Vanesa Vázquez Laba, Buenos Aires, Godot, 2011, pp. 127-36.
  20. Moraga Cherrie y Castillo, Ana. Esta puente, mi espalda: Voces de mujeres tercermundistas en los Estados Unidos.  San Francisco, ISM Press, 1988.
  21. Pichilef, Andrea, “La construcción de un feminismo colectivo y disidente al interior del Pueblo Mapuche: el caso del Feminismo Territorial Mapuche”. La bolsa de Úrsula, editado por Graciela Hernández y Viviana Beker, Bahía Blanca, Ediciones MALEZA, 2022, pp. 47-60, http://maleza.ar/la-bolsa-de-ursula/  
  22. Said, Edward. Cultura e imperialismo. Barcelona, Debate, 2018.

Notas

[1]El término Abya Yala fue recuperado de la toponimia indígena para dejar de lado las denominaciones europeas, se trata de una decisión política, que como tal está abierta a impugnaciones. Francesca Gargallo la incorporó para sintetizar las ideas y experiencias de mujeres cuyas luchas no habían sido reflejadas por el feminismo blanco (Márgara Millán)

[2] Realizamos estas actividades en el encuentro de poesía como el denominado: “Estación Juarróz”, en Coronel Dorrego, y en una charla de la Cátedra Libre Che Guevara, de la Facultad de Ciencias Humanas, de la Universidad Nacional de La Pampa.

[3] En Punta Alta, hay una Biblioteca Popular Escolar que se llama Fermín Ancalao, en reconocimiento a la figura del miembro de la familia que no aceptó dejar la ciudad y se quedó cuando todos partieron, ingresó a la Base Naval de Puerto Belgrano como empleado en la categoría más baja. Falleció en esta localidad después de haberse convertido en un personaje pintoresco, un “indio que entraba en la Base a caballo”.

[4] La propuesta de una perspectiva descolonial se realizó en el interior del feminismo y tuvo su origen en la iniciativa de la recientemente fallecida filósofa argentina María Lugones, que luego continúo la antropóloga mexicana Márgara Millán. 

[5] Lucas Bridges es hijo del misionero anglicano Thomas Bridges y considerado uno de los primeros europeos nacidos en estas zonas australes. Su obra es muy consultada para estudiar a los pueblos indígenas fueguinos. 

[6] Lévi-Strauss trató esta temática en muchos trabajos y lo explicó desde los fundamentos teóricos del estructuralismo, que no desarrollaremos en este trabajo, pero allí podemos ver que cuando estudió “la estructura de los mitos” demostró que los mitos de “un extremo a otro de Tierra” se parecen (188).